martes, 25 de septiembre de 2018

¿Qué hacer?

En una de las novelas del universo Carvalho, Asesinato en el Comité Central , del inimitable Manuel Vázquez Montalbán, uno de los personajes, un intelectual del Partido tiene la ocurrencia, propia de quien se cree, au-dessus de la mêlée , de proponer una actualización de Lenin adaptándole a la jerga cheli de la época,  de forma que ¿Qué hacer? pasaría a ser Como montárselo. Quizás quería el autor del que no soy un experto, por más que me gusten, y mucho, sus novelas, y muy especialmente las del detective, poner de manifiesto que más allá de modernizar el lenguaje y contextualizar época y país
cualquier mejora de lo escrito por el fundador del Partido Bolchevique es,como poco, complicado.
Los que me conocen un poco saben que ideológicamente soy, o intento ser, un tanto ortodoxo, y suelo recurrir a los clásicos cuando me encuentro un tanto atascado, y éste puede ser el caso, huyendo como gato de agua escaldada, en el caso de mi gato del agua en general, de esa suerte de mercachifles, que revestidos de una falsa pátina de intelectualismo, pequeño-burgués añadiría yo, amparado en una pomposa titulación universitaria, que en realidad es nadalogía, intentan explicarle a un pastor como amanece con peregrinas teorías sobre el modo de mamar de los pájaros. Estos teóricos del humo ideológico que apenas han leído a Marx o Engels, conocen muy de pasada a Lenin, de Leon Trostky saben que fue asesinado, que Antonio Gramsci era italiano, y nada, o casi nada, de KarKautsky, Nicolás Bujarin. Karl Liebknecht, Alejandra Kollontai o Rosa Luxemburgo, estos intelectuales de boca grande y mente estrecha pueden, sin pudor alguno, abrazar el postmarxismo de Ernesto Laclau, al que no me importa reconocer muchísima más talla intelectual que a la inmensa mayoría de sus supuestos seguidores, sin conocer, ni de oídas, a Jorge Abelardo Ramos. Claro que no sé de que me extraño, llevando toda la vida conviviendo con marxistas que desconocen a Marx y Engles leninistas sin Lenin.
Sin querer pasar, porque no lo soy y mi reconocida pedantería no da para tanto, por experto en nadie y teórico de nada, no me importa reconocerme una cierta habilidad para saber recurrir a lo más adecuado en momentos, como este, de gran incertidumbre, y en este preciso momento ¿Que hacer? me ha parecido lo fetén.
La primera vez que ley este trabajo lo hice en francés, fundamentalmente porque no tuve acceso a una versión en español, y mi conocimiento del ruso (Что делать?) que entonces estudiaba era muy limitado
La primera conclusión fue demoledora: Mi nivel de francés era bastante inferior a lo que yo creía y tuve muchas dificultades para comprender lo que leía, aunque años después, cuando ya pude releerlo sosegadamente en español comprobé que, básicamente, la comprensión fue correcta.
La segunda fue más gratificante, para comprender en su totalidad los análisis de Lenin sobre situaciones complejas, y sobre todo para comprender su metodología era, y sigue siendo, imprescindible conocer a Marx y Engels, a los dos, con un cierto grado de profundidad.
Este trabajo está escrito entre 1901 y 1902 e intenta analizar el oportunismo en lo que entonces se llamaba el movimiento socialdemócrata internacional, y aquí conviene aclarar que el término socialdemócrata tiene poco que ver a principios del siglo XX, con lo que pasó a significar después, sirva como ejemplo que Lenin era dirigente de la fracción bolchevique  (большевики), literalmente "miembro de la mayoría" del Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR) que tras la revolución pasaría a ser Partido Comunista Ruso (bolchevique), PCR (b) y finalmente Partido Comunista de la Unión Soviética

Alerta Ulianov sobre el auge que esta adquiriendo el oportunismo, que llama "economismo" cuando se refiere a Rusia, en el movimiento comunista internacional y el riesgo que corre la socialdemocracia en convertirse en un partido de reformas sociales olvidando su fin último, la construcción de la sociedad socialista, para evitarlo pone en valor, en el capitulo I "Dogmatismo y libertad de crítica", la importancia de la teoría revolucionaria, Sin Teoría Revolucionaria no hay Movimiento Revolucionario....Solo un Partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia de manera que pueda llevar a cabo la lucha de clases en su forma económica, política y teórica. Y de aquí saco yo una importante conclusión, lo primero que tenemos Que Hacer es abordar la tarea de construcción de un partido, el Partido Comunista, con la fuerza, numérica, disciplinada y firme, con la capacidad teórica suficiente como para abordar esa tarea combatiente. A mi juicio, y no quisiera pecar de sectario, aunque sé que puedo serlo, todos los intentos que hacemos por ampliar nuestra base de influencia social puede acabar siendo infructuosos si carecemos de la organización capaz de establecer una hegemonía firme que diseñe los principales aspectos estratégicos y tácticos. Lo ocurrido con el movimiento 15M puede servirnos de ejemplo, la incapacidad de las organizaciones de las que tengo carnet, CCOO, IU y PCE, de hegemonizar ese movimiento, en gran medida espontáneo, produjo, y aquí quizás fuera conveniente darle un repasillo a Gramsci  y echarle un vistazo a la "Carta al Comité Central del Partido Comunista Soviético" , un intelectual colectivo que devino orgánico y que básicamente identificaríamos con PODEMOS.
En los capítulos II (La espontaneidad de las masas y la conciencia de la socialdemocracia) y III (Política tradeunionista y Política socialdemócrata) se plantea el problema de la contraposición que puede producirse entre la política sindicalista y la política socialista, o lo que es lo mismo entre la política reformista y la revolucionaria, en definitiva entre la espontaneidad y la conciencia. Y aquí me voy a detener en un párrafo que reproduzco literal:
Todo lo que sea prosternarse ante el movimiento obrero espontáneo, todo lo que sea rebajar la importancia del "elemento consciente" la importancia de la socialdemocracia, equivale-independientemente de la voluntad de quien lo hace- a fortalecer la influencia de la ideología burguesa sobre los obreros.
Y tengo, necesariamente, que volver al 15M para analizar lo que hayamos podido hacer mal, que puede no ser poco, en relación a él. Parece obvio, si somos leninistas , y yo me congratulo de que el PCE vuelva serlo y el que día que hablemos, sin complejos, de la dictadura del proletariado será la monda, de que cada vez que hemos asumido que nuestra tarea es ser altavoz de lo que la gente quiere, estamos haciendo justo lo contrario que hay que hacer para luchar eficazmente contra el oportunismo, puesto que nos estamos subordinando, nosotros, el Partido, el Elemento Consciente, al movimiento espontáneo, La Gente. Sin que ello quiera decir, no vayamos a coger el rábano por las hojas, que haya que dejar de lado la lucha legítima de los trabajadores en la mejora de las condiciones de la venta de su fuerza de trabajo, entre otras cosas porque en esa lucha es donde se puede conseguir la evolución desde el elemento espontáneo al elemento consciente, pero siempre teniendo claro, y aquí vuelvo a citar textualmente:
La conciencia política de clase no se le puede llevar al obrero más que desde el exterior, esto es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de las relaciones entre obreros y patrones. y añado yo, aspirante a aprendiz de bolchevique, que la tarea, que podemos llamar como queramos, de conseguir la evolución del movimiento espontáneo al movimiento consciente, o de transformación de la lucha reformista económica en revolucionaria política o de obtención de las necesarias condiciones subjetivas, es en oposición simultánea al oportunismo pequeño-burgués, es una tarea complicada y ardua, pero imprescindible.
Lo dos siguientes capítulos, el IV (El primitivismo en el trabajo de los economistas) y V ("Plan" de un periódico para toda Rusia) están dedicados a las tareas organizativas, tanto del movimiento obrero como de su Partido político, un partido marxista revolucionario de combate capaz de resolver las tareas planteadas ante la clase obrera, destacando el instrumento de comunicación y propaganda,

La Iskra (Chispa) en la  Rusia de principios del siglo XX, como elemento fundamental como elemento de expansión y cohesión de un Partido combativo, único y centralizado. Y aquí tenemos que tener en cuenta la evolución, o mejor revolución, del mundo de las comunicaciones para generar un instrumento de propaganda eficaz.
Mientras escribía esta entrada y releía a Lenin y Gramsci he ido tomando conciencia, me he ido haciendo consciente, de lo que hay que hacer, e igualmente de las dificultades que se plantean lo que nos lleva de frente a ¿Cómo hacerlo? Pero eso habrá que hacerlo en otra entrada.
ACLARACION
En ningún momento, y de forma consciente y voluntaria, he hecho referencia alguna a las alianzas electorales, básicamente por dos razones:
Soy militante, aunque en estos momentos no muy activo, al corriente de pago, del Partido Comunista de España, y de una manera natural, sin que ello menoscabe mi libertad individual, concepto que apesta a mezquindaz pequeño-burguesa, asumiré la estrategia que elabore mi Partido, y si tengo que manifestar algo lo haré donde debo en el marco del centralismo democrático, y nunca fuera.
La importancia que concedo a los procesos electorales en el sistema que padecemos que no es otro, y voy a continuar con la terminología leninsta , que el Capitalismo Monopolista de Estado, con un alto grado de globalización, lo que le convierte, a su vez, en Imperialista, con las normas escritas por la democracia burguesa, es cada vez menor, y no preveo una disminución en ese escepticismo. Lo ocurrido en Grecia con Syriza es paradigmático (lo del movimiento 5 estrellas en Italia da para un trabajo amplio). Alcanzar el Gobierno sin fuerza suficiente para tener el Poder, no solo es frustrante, también es ilustrativo, y esa es la parte interesante. El Sistema, utilizando un lenguaje calderoniano de auto sacramental, es capaz, cuando sus propias contradicciones internas han generado unas determinadas condiciones, de asumir una cierta perdida de poder técnicamente político sin que llegue a sufrir el básico económico es decir, el real. Y si este entrara en riesgo, el Sistema estaría en disposición de utilizar instrumentos fuera de los canales de la democracia burguesa. Y a lo largo de la historia lo ha hecho cuando ha sido menester. Y con ello, no quiero decir que tengamos que abandonar los procesos electorales, no me he vuelto loco ni planteo echarse al monte, soy muy consciente de la importancia que tienen estos procesos, nos cohesionan, nos visibilizan y nos aportan medios económicos, lo que quiero decir, y digo, y a veces grito, con un éxito que oscila entre nada y cero, que las elecciones de la trucada democracia burguesa, no pueden convertirse en el centro de nuestra estrategia y lo que es más importante ¿Qué deben hacer, una vez electos, nuestros concejales y diputados? Eso también es motivo de reflexión aparte.
Esta bien, al hilo de preguntarme ¿Qué hacer? han surgido, al menos, tres futuras entradas. Prometidas


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