A veces, sin querer, o queriendo, hay ataques que en lugar de debilitar al enemigo, o adversario, acaban fortaleciéndolo, suministrándole munición adicional. En Madrid hemos tenido un claro ejemplo en la campaña de
Esperanza Aguirre, y su colofón ha sido la rueda de prensa de ayer.
Durante toda la campaña, la actitud barriobajera de la, supuestamente castiza, Presidenta del PP madrileño, ho ha hecho más que fortalecer la imagen de
Manuela Carmena. Acusarla de
filoetarra, de peligro para la democracia y otras lindezas han terminado por traer a primer plano el curriculum democrático, en términos de esta democracia formal que parece ser la panacea de la organización social, de cada cual. De manera que se ha recordado, sin que ella lo buscara, el pasado de
Carmena como abogada del Partido, como los que fueron asesinados en Atocha, su papel, cuando ya era jueza, como fundadora de
Jueces para la Democracia, su labor como jueza decana, su defensa de los derechos Humanos, etc., mientras que nadie sabe si la señora
Aguirre y Gil de Biedma jugó, y edad tiene para ello, papel alguno, en los tiempos en que hacerlo era un riesgo, en la defensa de los valores democráticos
occidentales que ahora parece querer salvaguardar a cualquier precio.
La rueda de prensa de ayer no la hubiera organizado mejor la secretaria de comunicación de PODEMOS:
1) Adscribe a
Manuel Carmena a PODEMOS cuando, que yo sepa, de momento no lo es , si bien concurrió a las primarias de
Ahora Madrid en la lista patrocinada o impulsada por el partido de
Pablo Iglesias.
2) Establece una relación de identidad absoluta entre
Ahora Madrid y PODEMOS, coincidiendo, plenamente, con la estrategia de los populistas, sin tener en cuenta, nadie lo tiene en cuenta y a estas alturas desde el punto de vista mediático, la dichosa opinión publicada que termina siendo pública, es irrelevante, que los resultados dicen que
Ahora Madrid es más que el Partido de
"la gente"
3) Situa, y con razón, en el ámbito del bipartidismo que
Aguirre identifica con constitucionalismo al PSOE, dejando como única alternativa al sistema a un partido que no aspira a cambiarlo sino a regenerarlo, y por eso no se identifica con la izquierda, y por eso pone el acento en la corrupción del sistema no en la estructura del mismo. La inexistencia de una izquierda reconocible contribuye, notablemente, a esta identificación. La izquierda que, sin duda, hay en
Ahora Madrid es, por el momento, invisible, y mucho me temo que lo va seguir siendo una larga temporada.
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