Tras una campaña que, para
nosotros Alpedrete en Común, ha sido
particularmente dura por lo que ha supuesto tener que dar a conocer una marca
electoral nueva que, al menos, ha intentado superar el marco político que tradicionalmente
ha ocupado la izquierda transformadora en Alpedrete: Izquierda Unida, sola o en
coalición con Los Verdes, como ha sucedido en los dos últimos mandatos.
Puede ser un buen momento, a
mi juicio lo es, para que antes de conocerse los resultados se haga una
reflexión, por ello la hago el día destinado a ella, sobre lo que hasta este
momento, a lo largo de esta campaña ha sucedido.
Sin conocer los resultados
es imposible analizar las consecuencias de los mismos, pero la campaña en sí
misma ya ha tenido una víctima: El movimiento vecinal Alpedrete Sostenible, que ha perdido su característica de
movimiento de todos los vecinos para convertirse en una simple correa de
transmisión de un Partido Político con presencia en nuestro pueblo.
Cuando comencé a hacer
política en Alpedrete, integrándome en la Asamblea Local de Izquierda Unida y
abandonando la de Administración Pública en la que había venido militando hasta
entonces, Alpedrete Sostenible, en el
marco de lucha contra el Plan General de Ordenación Urbana, ya estaba
consolidado como un movimiento vecinal con carácter políticamente plural en el
que podían distinguirse con claridad a vecinos que en el marco electoral
general, trascendiendo a las particularidades de Alpedrete, votaban, sin
ocultarlo, a opciones de la derecha conservadora junto a otros que, con toda
seguridad, lo hacían por diversas opciones políticas de la izquierda sin que el
objetivo final del movimiento, contenido en su propia denominación, conseguir
un razonable grado de sostenibilidad para nuestro pueblo, quedara afectado. Los
miembros más activos, a los que razonablemente podríamos considerar como grupo
dirigente, eran particularmente cuidadosos a la hora de evitar que destacados
miembros de algún Partido Político adquirieran una relevancia que les
permitiera tener más influencia de la deseable, y así yo mismo, nadie tiene que
contármelo, he podido escuchar a algún, o alguna, miembro de ese hipotético
grupo dirigente, como habían vetado, en el correo más restringido del “grupo de
trabajo”, a un conocido militante de un Partido. Todo ello en aras de conservar
la independencia del movimiento.
En la Asamblea Local de
Izquierda Unida de Alpedrete en ningún momento nos planteamos hacer, o
intentar, una utilización partidista de ese movimiento. Algunos, singularmente
los militantes del PCE como yo mismo, habíamos vivido la ferocidad, un tanto
cainita, con la que nuestro sindicato de referencia, CCOO, había peleado por no
convertirse en la “correa de transmisión del Partido” en el movimiento obrero,
y años después desde el PCE tuvimos que ponernos a trabajar para evitar una
excesiva “identificación” que nos convirtiera a nosotros en la “correa de
transmisión del sindicato”. Todos hemos aprendido que intentar manipular un
movimiento sindical, ciudadano o vecinal acaba siendo letal en primer lugar
para el movimiento mismo y, tarde o temprano, para el partido manipulante. Por
el contrario, desde IU Alpedrete intentamos, y conseguimos, un alto grado de
colaboración con Alpedrete Sostenible que, a mi juicio, ha sido beneficioso para
ambas partes. Sin esa colaboración que ha combinado de forma natural la
movilización y la acción institucional, no me cabe la menor duda de que el PGOU
del PP, hoy, estaría aprobado. A IU Alpedrete, y desde luego a mí mismo, no se
me caen los anillos a la hora de reconocer la beneficiosa influencia de Alpedrete Sostenible que nos ha
permitido adquirir un mayor conocimiento técnico de las muchas deficiencias del
Plan que pudimos denunciar en la misma Asamblea de Madrid. El programa que
presentamos desde Alpedrete en Común bebe,
en lo relativo a la conservación del medioambiente, de las propuestas que nos
llegaron desde Alpedrete Sostenible sin
que, en ningún momento hayamos hecho gala de ello. Nuestra apuesta por la Alternativa Cero se debe en gran medida
a Alpedrete Sostenible.
Hoy todo eso ha muerto, la
campaña electoral ha terminado con ese modelo de colaboración que tenía como
premisa la independencia política, que no el apoliticismo, de Alpedrete Sostenible. La aparición en
los carteles anunciadores de actividades de una fuerza concurrente en las
elecciones municipales de la confusa coletilla “en colaboración con miembros de
Alpedrete Sostenible” junto con el
logo que identifica a todo Alpedrete
Sostenible, ponen fin a esa independencia política. Desconozco el
funcionamiento interno de ese movimiento, nunca he sido miembro, y visto lo
visto no sé si me hubieran dejado serlo en igualdad de condiciones, y por tanto
no sé en qué instancia del mismo se aprobó que su logotipo identificativo
apareciera en los carteles de propaganda electoral de un determinado Partido
Político, pero parece obvio que, si nadie dice lo contrario, Alpedrete Sostenible ha pasado a formar
parte de ese Partido y la posible colaboración futura, si fuera necesaria, pasa
a otro plano diferente, la lógica y deseable entre dos fuerzas políticas.
Por eso en esta jornada de
reflexión, sin pretender legitimar ni deslegitimar a nadie, consciente de cada
cual es muy libre de utilizar las estrategias, tácticas y vericuetos para
lograr sus objetivos, escribo este obituario de Alpedrete Sostenible. Lo que quede, que yo desconozco, utilizando
esa denominación será algo radicalmente distinto de lo que fue, sujeto a la por
muchos, y muchas, denostada “disciplina de partido”.
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