En el último pleno ordinario del Ayuntamiento de Alpedrete presentamos, el Grupo Municipal IULV, un moción que pretendía impulsar la creación de huertos urbanos. Pero no es sobre huertos urbanos sobre lo que quiero reflexionar, la moción que defendió brillantemente en el pleno el compañero Enrique Carrera, está más que explicada en el enlace propuesto. Me gustaría reflexionar sobre el Partido Popular de mi pueblo, y en lo que sea extrapolable, que puede ser mucho, sobre el Partido Popular en general.
Esta moción, que puede ser buena, regular o mala, es opinable, ni siquiera pudo ser debatida. Reglamentariamente había primero que votar la urgencia de la moción, y la mayoría absoluta del PP alpedreteño abortó el debate. Hasta el mandato anterior todas las mociones presentadas antes de la correspondiente Comisión Informativa previa a cada Pleno Ordinario eran debatidas en éste, se trataba de un acuerdo unánime de todas las fuerzas políticas del municipio. Este acuerdo fue unilateralmente, prepotentemente podría decirse, roto por el PP al comienzo del presente mandato, llegando a comunicarnos la señora alcalda que ninguna moción superaría el trámite de la urgencia.
¿Porqué es así el Partido Popular de Alpedrete? No sólo es en las mociones donde se plasma su alergia al debate político. El 90% de las intervenciones de su habitual portavoz, el señor Carrión, comienza afirmando que no piensa entrar en el debate político, y en no pocas de ellas afirma que el debate político es pura demagogia. Valga un ejemplo de este último pleno:
Punto a tratar: Incorporación al Inventario Municipal de las acciones correspondientes a la Empresa Canal de Isabel II Gestión
Posición que adoptamos en IULV: Daremos nuetro voto afirmativo a esa incorporación al Inventario de las acciones en cuestión, al fín y al cabo mejor están en el Inventario Municipal que en una cuenta en Suiza, alusión mía que no gustó a la señora alcalda, pero, y ese fue el eje de mi intervención política, teníamos que alertar sobre el peligroso proceso de privatización iniciado en el Canal YII.
Respuesta del señor Carrión (portavoz del PP): No piensa entrar en el debate, como casi siempre, y el es un tecnocráta (sic) por lo cual el debate, obviamente inexistente, debería circunscribirse a si se está a favor en contra de la incorporación de las acciones al Inventario, algo en lo que absolutamente todos estamos de acuerdo. Y uno no puede, por lo menos, dejar de preguntarse ¿Si son tecnócratas, si, en el fondo, les disgusta la política, porqué se dedican a ella?
No voy, en esta reflexión, a entrar en la rabiosa actualidad reciente con Génova 13 en el epicentro de todos los escándalos. Y menos refiriendóme al PP de Alpedrete. Doy por sentada la honorabilidad de todos y cada uno de sus miembros.Es otra la cuestión: ¿Es el Partido Popular un partido político? En Alpedrete, creen que no. Quieren, aparentemente, ser otra cosa. Presumen de ser buenos gestores ¡para eso les ha elegido la gente!, repiten como único argumento. Sin embargo, a mi juicio, son falsas ambas cuestiones. Buenos gestores no son, ni mucho menos. Ni siquiera son gestores, y sirva como demostración que gran parte de su acción política está destinada a que gestionen otros, la iniciativa privada, bien sea la piscina, el polideportivo, el aparcamiento, hoy inexplicablemente gratuito o, tras el este último pleno, el alumbrado público. Y tampoco son apolíticos, aunque les gustaría serlo, porque este desprecio por lo público, por la gestión pública de servicios de titularidad pública, responde a una marcada política, la más agresiva del, a mi juicio mal llamado, neoliberalismo. Aplican una política, puede que sin saberlo aunque con gran entusiasmo. Quizás les ocurre como al villano caballero de Molière que hablaba en prosa sin saberlo. El resultado es el que es. Cualquier visitante foráneo que pasee una tarde por nuestro pueblo, con buen o mal tiempo, con ciclogénesis explosiva o con sol radiante, creerá estar en un abandonado pueblo fantasma al que solo le falta el arbusto arrastrado por el viento. Y las inciativas que se presenten destinadas a intentar dinamizar nuestro pueblo, sea la de los huertos urbanos o cualquier otra, ni siquiera son debatidas, a pesar de lo cual desde IULV seguiremos presentándolas, demostrando que otro tipo de política, para mí con mayúsculas, puede hacerse.Ya sé que lo votaron, ya sé que le dieron mayoría absoluta, pero ni siquiera tan gran pecado merece tan enorme castigo. Alpedrete no merece ser dirigido por un equipo que aplica, sin rechistar, poíticas dictadas desde fuera, la Comunidad de Madrid, el gobierno del Estado.
Y esta mezcla explosiva de ineficacia y ciego neoliberalismo imperante en Alpedrete es, en gran medida, extrapolable al conjunto de España. Este país, en estos momentos, vaga sin rumbo hacia el abismo. Y lo malo es que, una vez llegados al abismo, sólo nos precipitaremos los de siempre. Por muchos pecados que hayamos cometido, ni España ni Alpedrete nos merecemos esta clase de gobiernos.
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