Parece que ha pasado un siglo, y aunque efectivamente hemos cambiado de siglo no hace tanto que este espía auscultaba las relaciones entre dos Partidos, el PCE y el PCP, que por razones diversas, ademas de su proximidad geográfica ambos eran el máximo exponente de la resistencia al fascismo, parecían condenados a entenderse. Y sin embargo no era así. Eran los años setenta del siglo pasado. Eran los años en los que el dueño de esta bitácora, mi anfitrión, estaba fuera de la organización oficial del PCE, harto del antisovietismo militante de la dirección del Partido, con Santiago Carrillo a la cabeza, junto con otros comunistas peleó al mismo tiempo, contra el revisionismo carrillista y contra el franquismo desde el PCE (VIII-IX) , que no eran demasiados, más bien eran muy pocos, pero con una incuestionable formación teórica aunque, a veces su excesiva ortodoxia marxista-leninista, les llevara a posiciones en exceso maximalistas, sirva como ejemplo su llamamiento a la abstención para las elecciones del 15 de junio de 1977, las que dieron lugar a las Cortes Constituyentes .
En esta deriva, sin sentido, por las aguas del eurocomunismo, el PCE no iba solo, a su lado comenzaban a naufragar el PCF de Georges Marchais, que lentamente parece recuperarse, y el PCI de Enrico Berlinguer, finalmente desaparecido como tal, aunque en parte el Partido de la Refundación Comunista recoge el testigo. Alvaro Cunhal y el Partido Comunista Portugués no les acompañaron en ese viaje, se mantuvieron firmes en sus posiciones internacionalistas firmemente alíneados con la URSS y el campo socialista. Y con esas posiciones firmes, y fundamentalmente, a juicio de este espía, gracias a ellas, su protagonismo durante el periodo revolucionario iniciado el 25 de abril de 1974 le llevó a estar a punto de dar impulso definitivo a Portugal en el camino del socialismo real.
Durante este periodo, las relaciones entre ambos Partidos Comunistas ibéricos fue tensa, cuando no hostil, y de hecho en el proceso que había de dar lugar al PCpunto los comunistas portugueses no ocultaron sus preferencias.
Hoy las cosas han cambiado, las relaciones son fluidas, aunque el PCP no está, formalmente, en el Partido de la Izquierda Europea , si lo está la la coalición que impulsa, junto al Partido Ecologista "Os Verdes" (PEV) e Intervención Democrática (ID), la CDU, mientras que el KKE griego es radicalmente contario a esa estructura europea.
Si los Partidos Comunistas del Sur de Europa fueran capaces de elaborar una estrategia común, a juicio de este espía habrían dado un paso de gigante en el camino de Europa diferente de la que se está construyendo ahora.
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