viernes, 20 de febrero de 2015

Las siglas de las luces

Andan algunos, de mi entorno político, muy preocupados porque puedan desaparecer las siglas IU o IUCM en el marco de los procesos que de convergencia que, con toda seguridad, vamos a llevar a cabo diferentes Asambleas de Izquierda Unida, entre ellas la de Alpedrete.
Yo reconozco que la cuestión de las siglas, por las siglas de las siglas, me importa poco, poco o nada. En la rueda de prensa en la que pusimos de manifiesto nuestro reconocimiento de la dirección de IUCM como legítima
Mauricio Valiente afirmó que la cuestión de las siglas era algo "secundario". Para mí ni eso, si acaso su desaparición, en tanto que icono, la podría considerar como un daño colateral cuyo impacto se circunscribiría, exclusivamente, a lo reconocible, a la hora de depositar un voto, que puedan ser unas siglas y un logotipo por todos identificable. Y nada más.
De hecho, a lo largo de mi vida, he tenido militancia bajo diversas siglas, PCE, PCEU, PC., PCPE, PCE (VIII-IX), y el propio Partido Bolchevique, se llamó de forma diferente dependiendo del momento.
El propio PCE, cuando IU deja de ser una coalición electoral y pasa a ser un movimiento político y social, deja, para los procesos electorales, sus siglas a un lado, y ello no ha significado su desaparición como sujeto político activo.
No son las siglas, es el proyecto lo verdaderamente importante, y ahí estoy de acuerdo, y el proyecto está en peligro. Pero no por perder sus siglas en el seno de otros espacios de confluencia, sino por permanecer, de manera esclerótica, anclado en modelos de funcionamiento que no solo los trabajadores, a quienes fundamentalmente nos dirigimos, rechazan, sino tambien los mismos militantes como ha puesto de manifiesto el resultado de las primarias.
 El proyecto, se llame como se llame, está en riesgo muy serio si sigue, como parece querer la actual dirección de IUCM, funcionando ensimismado, con un modelo de elección de órganos internos y candidatos, basado en "la mesa camilla" de pactos entre las diferentes familias, sensibilidades o tribus. Esta metodología es la que ha hecho fracasar un proyecto muy ambicioso y positivo, la Refundación.
El proyecto, se llame como se llame, está en riesgo, si deja que actuen como portavoces, en los medios de la derecha más rancia y reaccionaria, siniestros personajes, que deberían haber desparecido de la primera línea política hace ya mucho tiempo.
Para que el proyecto se salve, para que tenga futuro, tiene que entrar aire fresco, aunque ello signifique que tengan que refrescarse tambien escaños y concejalías, algo que parece aterrorizar a más de uno y más de una.


miércoles, 18 de febrero de 2015

Ganemos Alpedrete

El domingo próximo, 22 de febrero de 2015, el que ha venido haciendo de grupo motor se disuelve y nace Ganemos Alpedrete, sin la constancia de que ese vaya a ser su nombre ya que a la posible imposibilidad legal derivada de que alguien haya registrado esa marca, se añade la que marca la lógica democrática: serán los propios integrantes de ese espacio los que, en asamblea, decidan sobre su nombre definitivo. Sobre su nombre definitivo y sobre todo, su metodología de funcionamiento, sus candidatos, su logo y su programa.
En la puesta en marcha de este espacio, un espacio de unidad popular, la Asamblea de Alpedrete de Izquierda Unida ha tenido mucha importancia, pero no ha estado, ni mucho menos, sola. Ha tenido protagonismo Republicanos desde la primera reunión y también ciudadanos independientes.
Para Izquierda Unida de Alpedrete, y para mí mismo, no ha sido un camino fácil. Desde el principio quedó claro que la dirección de IUCM era, aunque lo manifestó de forma explícita, contraria a este tipo de convergencia: Entorpeció cuanto pudo el proceso de primarias abiertas imponiendo la existencia de dos urnas, afiliados y simpatizantes, que no tenían otro objetivo que deslegitimar el proceso si el resultado entre los afiliados era diferente al resultado entre los simpatizantes, algo que, para su desgracia, no ocurrió e incluso estableció unas extrañas, y por nadie aprobadas, normas que limitaban la inscripción de simpatizantes para, siempre según esa dirección de IUCM, impedir la "invasión de miembros de otros partidos" . Fueron elegidos, y con ellos el modelo de convergencia que propugnaban, candidatos que no eran del gusto de la cúpula. Y cuando la elección fue incontestable decidieron dinamitar el proceso argumentando que lo que se había elegido "eran las cabezas de lista y nada más", como si los nombres no fueran acompañando un programa. Y amparados en las mayorías que tienen en los órganos, Presidencia y Consejo Político, derivadas de la última Asamblea Regional, y que hoy, como poco, están en cuestión, aprueban un método de convergencia que, en la práctica, impide la convergencia, no sólo porque fuerza la forma jurídica, Coalición Electoral sí o sí, sino porque impide la elección de integrantes en las listas de una forma diferente al pacto entre coaligados, y el mantenimiento de las siglas, algo a lo que renunció el propio PCE al generar izquierda Unida como lugar de convergencia. De hecho, aplicando lo aprobado en las últimas Presidencias y Consejos Políticos Regionales de IUCM, nosotros tendríamos que abandonar el espacio Ganemos Alpedrete. El documento ético organizativo que propone el grupo motor choca, frontalmente con IUCM pero sin embargo se adecúa perfectamente a las políticas sobre convergencia que viene elaborando la dirección federal de IU, y que se han puesto, claramente, de manifiesto el pasado día 13 de febrero. La dirección de IUCM, sus órganos, ha venido ignorando las Resoluciones de la dirección federal sobre la responsabilidad política de los portavoces, en el Grupo Parlamentario de la Asamblea de Madrid y en el Grupo Municipal en el Ayuntamiento de Madrid, responsabilidad que no solo se circunscribe al uso de las tarjetas Black en Cajamadrid/Bankia, que ya de por sí nos avergüenza convenientemente, sino a las muchas decisiones que aceptaron, sin rechistar, quienes actuaban, en esa entidad, en nuestro nombre, si bien es cierto que puede que no fueran ellos dos los únicos, junto con un diputado autonómico, responsables. Y no tengo más remedio que hacer referencia a la intervención de uno de esos portavoces, junto con una miembro de la Ejecutiva de IUCM, en 13TV, el canal de la Conferencia Episcopal, en la que tras insultar a quien va a ser nuestro candidato en las elecciones generales Alberto Garzón se colocaron en abierta rebeldía con la dirección federal de IU, y con el argumento, parece ser que cierto, de que IUCM tiene personalidad jurídica propia han decidido actuar al margen del resto de la organización en el conjunto del estado. Llegados a este punto, nuestra humilde Asamblea de Alpedrete que no aspira, ni mucho menos, a tener un proyecto distinto y diferente del que tiene Izquierda Unida Federal con Alberto Garzón como candidato, hemos tomado la decisión de reconocernos en los órganos y estructura de IUCM y sí en nuestro proyecto federal y así se lo hemos comunicado a nuestro coordinador federal, Cayo Lara, y al coordinador de la Presidencia Federal, José Luis Centella.
No ha sido fácil continuar en Ganemos Alpedrete, pero continuaremos.
Todos los que componemos este espacio, afiliados a IU o no, hemos hecho un gran esfuerzo por conseguir una plataforma en el que pudiera referenciarse toda la izquierda de nuestro pueblo y no ha sido posible, pero desde luego no por nuestra culpa. Hemos demostrado una voluntad negociadora y una flexibilidad máximas. Hemos sido capaces de poner todo en cuestión, incluso de aceptar un fórmula jurídica que pudiera no gustarnos. Incluso hubieramos podido debatir el mismo nombre de este espacio, sin elegir uno que fuera el de uno de sus componentes dicho de otra forma, Unida en Alpedrete la Izquierda, no nos hubiera parecido una proposición honesta a no ser que nuestra voluntad fuera, en último extremo, no llegar a acuerdos.
Queda claro, a mi juicio, porqué Izquierda Unida de Alpedrete se ha sumado, e incluso ha impulsado, Ganemos Alpedrete, pero ¿y yo? Las razones políticas son básicamente las mismas de las organizaciones en las que milito o estoy afiliado, otra cosa sería esquizofrenia, y aunque muchos, justificadamente, dudan de mi salud mental no he llegado, creo, a ese punto, pero además hay serie de cuestiones que parten de un análisis personal y que me gustaría aclarar.
Posibilidad de derrotar al PP en Alpedrete: Existe, pero para que la llevemos a cabo es necesario generar una alternativa potente, capaz de aglutinar a toda la izquierda de nuestro pueblo, porque ¿a que engañarnos? El  reciente triunfo, dentro del PSOE de nuestro pueblo, de la parte partidaria del PGOU diseñado por los de siempre, allana el camino de la derecha en nuestro pueblo. Puede que no tenga la mayoría absoluta, pero puede encontrar apoyos para seguir gobernando con cierta seguridad con concesiones: plenos por la tarde, preguntas del público, etc sin cuestionar cosas básicas: PGOU, servicios externalizados, participación ciudadana efectiva, etc. La nuestra es una tarea difícil, muy difícil, pero no imposible. Debemos pelear por ser la primera fuerza de la izquierda en Alpedrete, en caso contrario, aun superando, que hay que superarlos, los resultados tradicionales de IU habremos fracasado y nos abocaremos a otro mandato de resistencia. Pero es muy importante, siempre a mi juicio, que las señas de identidad de la izquierda sean las nuestras: republicanismo, valores laicos, anticapitalismo, etc. Que seamos la Izquierda, única izquierda reconocible en nuestro pueblo es fundamental.
Algunos, de dentro y fuera de IUCM, nos acusan, a los que apostamos por procesos de convergencia ambiciosos, o nos definen, como quintacolumnistas que queremos entregar a nuestra organización, atada de pies y manos, a PODEMOS. Nada más lejos de la realidad, no oculto que hubiera sido, a mi entender, positivo para nuestro pueblo llegar a acuerdos electorales con PODEMOS, una formación que, a mi entender, es una reformulación de la socialdemocracia tradicional, con un discurso excelentemente construido y una logística de comunicación que admiro muy sinceramente, indudablemente hubiera sido positivo, sobre todo para Alpedrete, pero de ahí a buscar integrarnos en ellos hay un abismo que yo no voy ni a intentar saltar. Y no voy a intentarlo porque mis diferencias con esa formación política son importantes, a saber:
Programáticas: Sus programas, tal y como he manifestado anteriormente, son vagamente socialdemócratas, con una calculada indefinición sobre que tipo de sociedad aspiran a construir, más allá de manidos lugares comunes sobre honradez, transparencia y participación, y, lo que es más importante, sin determinar a quienes se dirige, términos como "la gente" o "la mayoría social" no dicen nada si no se explicita, claramente, quien es "la gente", que composición tiene "la mayoría social" y para mí, que soy marxista y no solo por nombre, es imprescindible que esas definiciones y concreciones se hagan desde un análisis de clase y teniendo en cuenta, porque sigo siendo marxista, que la pertenencia a una clase viene determinada por su posición en el proceso productivo, extraes plusvalía o te la extraen, y no por el poder adquisitivo, por la capacidad para consumir, todo ello sin ignorar que las condiciones de vida, la precariedad, el paro, las carencias sociales van a influir en que capas o segmentos sociales no pertenencientes sensu strictu, a la clase trabajadora, pero fuertemente afectados por la crisis, se coloquen en un lugar u otro del conflicto derivado de la inevitable lucha de clases. La terminología basada en "clases medias", propia del postcomunismo, me es ajena. Por eso yo milito en organizaciones que ponen en primer plano el conflicto capital-trabajo y a la clase trabajadora como protagonista principal de ese conflicto, sin despreciar ni olvidar las capas sociales que en cada momento pueden ser aliadas objetivas. Y habría, y ello alargaría y dispersaría el objetivo de esta entrada, que definir adecuadamente a la propia clase trabajadora fuera del modo de producción fordista, hoy obsoleto.
Organizativas: Creo que la militancia debe basarse en la elaboración colectiva, que efectivamente no tiene porque ser presencial, y no en el apoyo, mediante un doble click en el ratón, de lo que han elaborado otros. Aún reconociendo que las actuales estructuras de los Partidos no sirven, o son mejorables, no creo que sustituirlas por el anonimato de una dirección IP mejore las cosas. Si son poco operativas las reuniones multitudinarias de Comités Centrales, Consejos Políticos,etc con centenares de miembros, no son más eficaces las "asambleas populares" cuando son realmente masivas, porque en ellas no hay posibilidad real de expresión, terminan hablando aquellos que tienen más facilidad de palabra, y los que hemos asistido a muchas, sobre todo en el ámbito universitario, sabemos hasta que punto es manipulable una asamblea muy grande por un grupo preparado y organizado. En todos mis años de militancia, clandestinidad incluida, no he conocido fórmula más democrática y participativa que la estructura, en pequeñas células, que tenía el Partido Comunista. Daba confianza, para expresar sus opiniones a aquellos que tenían menos facilidad de palabra o miedo a hablar en público y la elaboración colectiva, teórica y práctica, era más eficaz.
En definitiva, no se trata, a mi juicio, de buscar confluencia, sí o sí, con esta o aquella formación política, por más de moda que esté, sino de buscar el ampliar espacios comunes para ir avanzando en el camino de romper con el sistema capitalista. por eso apuesto por GANEMOS