miércoles, 18 de noviembre de 2015

Proceso Cerrado

A falta de poco más de un mes para tengan lugar las elecciones generales de diciembre de 2015, bien podríamos decir Alea jacta est. Todo lo que se podía hacer de cara a confluir en las próximas elecciones está, mejor o peor, hecho, el escenario es el que es y ahora lo que toca es trabajar para que las candidaturas de Unidad Popular, encabezadas por Alberto Garzón, obtengan el mejor resultado posible, dado que, a mi leal saber y entender, son la única izquierda consecuente que se presenta a las elecciones. Y si digo única puedo argumentarlo, digo única porque descuento:
-Al PSOE, porque siendo un partido con militantes de izquierda, y dirigiéndose a un electorado que sociológicamente podemos ubicar en la izquierda, nunca, ni en su programa ni en su acción de gobierno ha hecho política de izquierdas, al menos en el terreno de lo económico, abrazando con fe de carbonero el sistema capitalista. Aunque en el terreno de los derechos sociales ha propiciado avances significativos para mujeres, homosexuales y dependientes, estos avances no le caracterizan ni le ubican en la izquierda, y de hecho una parte significativa del electorado liberal-conservador, que hoy duda entre PP y C's, se siente cómodo con ese tipo de medidas.
- A las diversas izquierdas nacionalistas porque, y puede que aquí influya el haber nacido, crecido y educado en Madrid, lugar en el que el nacionalismo, cualquier nacionalismo, puede que de forma excesivamente simplista, se equipara con extrema facilidad a cualquier manifestación de paletismo. Sin llegar a tanto, e intentando ser un poco más riguroso, podría decir que se me hace muy cuesta arriba ubicar en la izquierda a quien pone en primer plano señas de identidad, indudablemente existentes, dejando como secundarias las contradicciones de clase. ¿Quiero decir con ello que dejo fuera de la izquierda a las CUP catalanas, el BNG o la Izquierda Abertzale? Ni mucho menos, simplemente me parece, y estaré equivocado como casi siempre, que pecan de inconsecuentes-
- A PODEMOS porque, sinceramente, no sé lo que es. En ese viaje, que iniciaron, que no se olvide, en Vista Alegre, en busca de la centralidad del tablero se han desdibujado de tal manera que es muy difícil reconocer en ellos señas de identidad, no ya de la izquierda, sino de nada. Por otra parte su política de fichajes mediáticos se está tornando en un dislate, un día entra uno que se va al día siguiente, otro día, y como consecuencia de algún paracaidista famoso, se descose una organización territorial. Desconozco, todos desconocemos, el resultado final, pero aun dando por supuesto que obtengan mejor resultado de los que, históricamente, han obtenido IU o el PCE, va a quedar muy lejos de sus perspectivas iniciales, esas que llevaron a Pablo Iglesias a iniciar una cuenta atrás Tic Tac, Tic Tac, Tic Tac...que iba a terminar con el régimen nacido de la Transición. Con ambiciosos objetivos iniciales que conducían inexorablemente a La Moncloa obtener una veintena de diputados no deja de ser un fracaso estrepitoso.
Nosotros, la pesada e indeseable mochila con la que cargamos a nuestro candidato, los pitufos gruñones , los acomodados al sistema conformes con las migajas institucionales que nos ha dejado el bipartidismo, tenemos un arduo y complejo trabajo a realizar. Nos enfrentamos a la enésima travesía del desierto y hemos de procurar que sea lo más rápida y cómoda posible.
Tenemos que dejar claro, porque es la pura verdad, que Unidad Popular no es Izquierda Unida con otro nombre, más allá de la evidencia de su importancia dentro de ella. La metodología utilizada tiene muy poco, a nada, que ver con la que tradicionalmente hemos venido trabajando. En efecto ¿Se imagina alguien, antes de las elecciones europeas, que el candidato iba a ser elegido mediante un mecanismo de elecciones primarias abiertas, en las que cualquier ciudadano que quisiera podía ser elector, elegible, o ambas cosas, proceso, a mi juicio, técnicamente muy mejorable, pero intachable desde el punto de vista de la calidad democrática? Ni de lejos, inimaginable, impensable. Ya solo por eso, afirmar que Unidad Popular no es más que IU con otro nombre es, como poco, una frivolidad. Porque no se ha tratado, en ningún momento se ha tratado, como en otras ocasiones, en abrir nuestras puertas para con generosidad incluir en nuestras listas a personas procedentes de el exterior de IU. No ha sido ni parecido. Entre todos, afiliados a IU, a otras formaciones, o a ninguna estamos participando en pie de igualdad en construir este espacio. Y adoptar esta metodología no ha sido fácil para IU, y muy singularmente en Madrid en el que la organización ha quedado, prácticamente, partida por la mitad. He aquí nuestra primera tarea, y no va a ser sencillo porque gran parte de la artillería de nuestros competidores, estoy seguro, va a apuntar en esa dirección.
La segunda tarea, puede que más importante, es postelectoral, y tiene que ver, independientemente de los resultados, y tenemos que pelear para que esos resultados sean óptimos, con la consolidación de este espacio, Unidad Popular, como un instrumento útil, no sólo para futuras confrontaciones electorales, sino tambien, y principalmente, para el conflicto social, convencido, y la historia y la experiencia me avalan, de que sólo en el conflicto se pueden modificar las condiciones subjetivas de la clase trabajadora, para que el avance hacia el socialismo deje de ser una utopía para convertirse en un objetivo alcanzable.



miércoles, 30 de septiembre de 2015

Confluir sin más, Decidir sin Mas

Casi siempre suelo tomarme un periodo razonable de tiempo antes de abordar el análisis de un suceso o evento político. Puede ser sano tomar una cierta distancia temporal que permita posar lo ocurrido y no caer en apasionamientos que impidan un análisis objetivo. El pasado domingo 27 de septiembre se celebraron unas elecciones en Cataluña que algunos quisieron, y en parte consiguieron, convertir en plebiscitarias, ante la imposibilidad constitucional de poder celebrar un plebiscito, con todas las garantías, que permitiera ejercer el derecho a decidir. 
Lo primero que tengo que decir, o escribir para ser riguroso, ya he comprobado que es poco, o nada popular, en los ámbitos políticos en los que me muevo, tiene que ver con las dudas que me provoca ese supuesto derecho a decidir, en este caso de los catalanes, lógicamente, extensible a otros lugares del Estado. No sé hasta que punto es legítimo que una parte pueda decidir por el todo, y me explico: Si los catalanes consiguieran conformar un estado soberano, Cataluña, España, inmediatamente deja de ser España, para ser otra cosa, aunque la siguieramos llamando España, sin que los que poblamos esa otra cosa hayamos tenido derecho a decidir absolutamente nada. A mi parece de lógica democrática que todos los que constituimos España, tal y como está concebida a día de hoy, tengamos el derecho a decidir sobre nuestro futuro, y por eso algunos, entre los que me incluyo, abogamos por un Proceso Constituyente que ponga, en cuestión todo, incluso la existencia misma de España como estado. Hay quien me contraargumenta con un derecho, el derecho a la autodeterminación, consagrado incluso por la mismísima ONU, sin tener en cuenta, voluntaria o involuntariamente, que ese derecho se consagra en un marco de descolonización, no aplicable a este caso, puesto que nunca Cataluña ha sido una colonia de España. No me duele reconocer que, en mi condición de marxista, el nacionalismo, cualquier nacionalismo incluyendo el español, me suena, un tanto, a marciano, y si además le añadimos mi condición de madrileño mi desconcierto crece exponencialmente. Por otra parte, desde el punto de vista de la izquierda revolucionaria, el eufemismo de izquierda transformadora empieza a cansarme, el proceso que se vive en Cataluña, y también en el País Vasco, es muy peligroso al establecer una división artificial, entre partidarios y contrarios a la constitución como estado, a la independencia, que sustituye, y ahí está el peligro, a la división natural de una sociedad en clases, atendiendo a su lugar en el proceso productivo: Clase Obrera, Burguesía, dueña de los medios de producción, Pequeña Burguesía, Latifundistas, Campesinos, pequeños propietarios o sin tierra alguna, etc. Esta división, para mi, artificial ni siquiera responde a criterios culturales y así podemos tener a un catalán, con veinte apellidos de origen catalán, con el catalán como lengua materna y de uso cotidiano, que se muestra partidario de continuar en España y a un catalán, fruto de la emigración castellana, extremeña, andaluza o murciana, con el castellano como lengua materna y de uso cotidiano, firme partidario de la independencia.
En cuanto a los resultados, voy a detenerme en el batacazo que se ha dado Catalunya Si Que es Pot, espacio en el que participa mi referente en Cataluña, EuiA. Hay que tener en cuenta dos datos muy importantes a la hora de intentar un análisis, mínimamente riguroso, de esos resultados: El primero, contundente y significativo, es que la coalición a la que concurrimos con ICV en 2012 obtuvo más votos y escaños. El segundo, los resultados, en Barcelona capital, de Catalunya Si Que es Pot, se alejan mucho de los que obtuvo Barcelona En Comù, en las recientes elecciones muncipales.
Podría entrar, y no lo voy a hacer porque lo considero estéril, en un debate de busqueda de culpables y o bien PODEMOS ha restado en el electorado tradicional de ICV-EUiA, o bien han sido las siglas de la izquierda las que han lastrado al emergente PODEMOS. Juan Carlos Monedero, con el tradicional escaso rigor científico que le caracteriza se ha apresurado a teorizar sobre lo segundo. Más riguroso y comedido aparece Alberto Garzón  al poner de manifiesto un hecho incontrovertible y es que Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, durante la campaña han intentado dejar claro que PODEMOS era el eje central de Catalunya Si Que es Pot y sólo cuando se han producido unos resultados desastrosos se han acordado de que había otras siglas ahí, y lo han hecho para poder hacerlas responsables del fracaso. Es una continuación del proceso, unas veces más sutil y otras menos, por el que, con la colaboración de un sector importante de la prensa escrita, radiada y televisada, se apropian de Ahora Madrid o Barcelona en Comù evitando, interesadamente, el hecho de que ni Manuela Carmena ni Ada Colau son militantes o afiliadas a PODEMOS.
Evidentemente yo puedo equivocarme, ni estoy en posesión de la ciencia infusa, obtenida por inspiración divina a través del Espíritu Santo, ni he estudiado Ciencias Políticas o Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Estoy lejos, muy lejos, de la verdad absoluta, pero en mi humilde análisis, los malos resultados obtenidos tienen mucho que ver con la progresión de una fuerza política, la CUP, que, más allá de su apuesta independentista, que creo haber dejado claro que no comprendo, se ha presentado con un programa neta, y nítidamente, de izquierda, probablemente discutible, posiblemente matizable, que llamando al pan pan y al vino vino, se aleja de toda centralidad al hablar del modo de producción capitalista, la Unión Europea o el euro. Puede que esta fuerza política haya recogido el voto de una parte significativa de la sociedad que se siente cómoda e identificada con los valores y mensaje de la izquierda de siempre por más que seamos pitufos gruñones con una mochila cargada de ideas viejas, y que sean viejas no implica que estén obsoletas. Puede también, y tengo que volver a insistir en que puedo equivocarme, que esa centralidad, esa ambigüedad calculada, ese extraño no se trata de izquierda o derecha sino de arriba o abajo, ese difuso llamamiento a la gente sin entrar a valorar a que gente, que supuso una parte muy importante del éxito de PODEMOS, hoy no sólo hayan tocado techo, sino que están francamente en decadencia. Puede que el magro resultado de PODEMOS en las autonómicas, no gobiernan en una sóla Comunidad Autónoma, en ninguna fueron la fuerza más votada, enmascarado por el éxito en las municipales, a las que no se presentaban, de espacios de Unidad que eran mucho más que PODEMOS, fuera un primer aviso, y el fiasco en las catalanas una confirmación de la tendencia. Pero solo puede, porque yo puedo equivocarme, y lo sé.
Ahora bien si no me equivoco, y a lo mejor no me equivoco, algo se está haciendo mal en Ahora En Común. Tanto el PCE como IU, las organizaciones en las que milito, han hecho una apuesta firme por este espacio, y yo no voy a remar en contra, ni mucho menos. Sin embargo no estoy participando activamente en él. Metodológicamente estoy más que a disgusto, desubicado. Más allá de unos códigos de comunicación manuales que no entiendo, el perro viejo no aprende trucos, se práctica un modelo de debate, físicamente incómodo por una especie de extraña necesidad de hacerlo al aire libre rodeados de ruidos e inclemencias climáticas, muy poco eficaz, como poco eficaces son, en general, los modelos asamblearios que no son especialmente democráticos por más que puedan parecerlo. Pero no son los aspectos metodológicos, aun siendo importantes, los que me echan para atrás porque, a la postre, pueden ser salvables sino la indefinición que nos marca una ruta que puede llevarnos a un modelo exactamente igual, o muy parecido, al que ha fracasado en Cataluña, fracaso especialmente duro para EUiA, que ha visto reducida su representación institucional a la mínima expresión . Corremos el riesgo de estar construyendo una especie de PODEMOS sin PODEMOS, con su metodología y su programa, pero sin sus dirigentes, como si el problema fueran sus dirigentes. Y ese no es, ni mucho menos, el problema. El problema no está en que puesto ocupan en la lista esté o aquel, al menos no es problema principal sino uno añadido que tiene que ver con cierta megalomanía y caudillismo de algunos dirigentes. El problema principal es programático porque no queremos lo mismo, ni mucho menos, aunque pueda parecerlo. Nosotros,  los pitufos gruñones, queremos acabar, sin matices, con el modo de producción de capitalista, no nos conformamos, como ellos, con gestionar lo público de manera limpia alejada de toda corrupción, y mitigar con medidas paliativas las injusticias del sistema, nosotros, y ellos no, o al menos no lo manifiestan, aspiramos a un modo de producción radicalmente diferente que ha de cuestionar necesariamente la propiedad de los medios de producción, de todos, no solo de los relacionados con la sanidad o la educación. Sin que ello quiera decir que no vamos a pelear por lo público u oponernos a los deshaucios.
 Por eso, algunos, yo desde luego, cuando hablamos de Unidad Popular, estamos hablando, se exprese explícitamente o no de Unidad de la Izquierda, y no solo de la Izquierda políticamente organizada, sino también de esa Izquierda social, que no milita en partido o movimiento alguno pero que es activa en mareas y movilizaciones y también ha de participar la clase obrera organizada, aunque pueda parecer una herejía dados los posicionamientos, en algunos momentos, de las direcciones de los sindicatos de clase, Toxo no es, ni mucho menos, CCOO por más que sea su secretario general.
Y en ese contexto, siempre corriendo el riesgo de equivocarme, en los espacios de Unidad Popular tiene muy poca cabida PODEMOS, no porque nos caiga mal Coleta Morada y su consejo de sabios, sino porque estamos, políticamente, muy alejados.
Es mi análisis, pero no hay que preocuparse, estaré equivocado.

martes, 15 de septiembre de 2015

In memoriam "Rompesuelas"

Desde hace tiempo decidí que jamás en mi vida pondría un pie Tordesillas, me dan asco sus habitantes, me dan asco sus tradiciones, me dasco su historia, me repugna su forma de ser, y si la ciclogénsis explosiva que amenaza la península Ibérica quisiera cebarse en Tordesillas y anegara sus campos y destrozara sus cosechas no encontarían en mi ni un ápice de solidaridad. Como no soy como ellos, como no disfruto de torturar a un ser vivo, no quiero que, físicamente, les ocurra nada a sus habitantes, básicamente por la misma razón que estoy en contra de que se aplique garrote o paredón a un genocida o a un asesino en serie.
Tener que compartir algo con esa gente me produce dolor, intenso dolor, y hoy que parece estar en cuestión la estructura misma del estado , a mí me gustaría que me preguntaran si quiero pertenecer al mismo Estado, Nación o País que Tordesillas para gritar alto y claro que no. Que si culturalmente no comparto nada con ellos, no se puede compartir lo que no se tiene, tampoco quiero compartir nada administrativamente.
Nunca iré a Tordesillas.

martes, 11 de agosto de 2015

Ahora en Común

Los resultados del último barómetro CIS han sorprendido a mucha gente, a mi no, para nada, y no porque sea yo un clarividente o un experto en el tema, no lo soy, simplemente he procurado, desapasionadamente, ir analizando lo que iba ocurriendo, ir siendo permeable a lo que me transmitían amigos y compañeros, y desde ahí no me sorprende, en absoluto, como va evolucionando la situación política, ¡ojo! en el ámbito electoral que no es, ni mucho menos, el único.
Que el régimen bipartidista, esa suerte de sagastacanovismo alumbrado en la transición,  no se iba a rendir sin lucha estaba cantado, y hoy, como era de prever, se está produciendo una recomposición del mismo.
La eclosión de un movimiento extraordinariamente ilusionante como fue el 15M , un movimiento que supuso la cristalización de un natural descontento provocado por una situación, descontento que, todo hay que decirlo, fuimos incapaces de canalizar desde la izquierda política, puso contra las cuerdas a todo el entramado urdido en 1978, independientemente de la valoración que haga cada cual de aquel proceso, y el régimen reaccionó cabalgando al tigre. Nada mejor para salvar al sistema que conseguir que aquellos que están, aparentemente de una forma radical, contra el sistema acaben participando en el sistema y aceptando las reglas del sistema.
El nacimiento e una superestructura política desde el 15M, innegablemente apoyado desde algunos medios de comunicación, tuvo dos efectos inmediatos:
-El derrumbe de las estructuras tradicionales de la izquierda transformadora. Algo que hemos sufrido en Izquierda Unida y muy especialmente en Madrid donde estamos intentando crear una federación tras habernos desvinculado de la estructura hasta ahora existente. Estoy convencido de que después de haber tocado, dramáticamente, fondo todo lo que venga ha de ser, necesariamente, positivo aunque no exento de dificultades.
- La desnaturalización del propio 15M. Y la consiguiente desmovilización. Es la consecuencia natural del, mil veces citado, ilusionismo electoral. Sirvan de ejemplos de esta desmovilización el paulatino desinfle de las mareas o la disminución de intensidad de la columnas del 22M.
Ambas cuestiones han supuesto un importante balón de oxígeno para el bipartidismo, sin olvidar la potenciación, también con innegable apoyo mediático, del instrumento canalizador del descontento del sistema sin cuestionar el propio sistema, Ciudadanos que no es sino la expresión política de aquellos descontentos que, ni de lejos, cuestionan al capitalismo como estructura básica.
¿Y ahora qué? ¿Qué hacer? ¿Está todo perdido? Sinceramente creo que no. Indudablemente hemos perdido mucho tiempo, y de esa pérdida tiempo alguno son más responsables que otros, pero estamos a tiempo. Hemos aprendido, o deberíamos haberlo hecho, de las diferentes experiencias de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, y de esa experiencia, o experiencias, nace Alpedrete En Común, que se va construyendo poco a poco por todas partes. No podemos, no debemos, perder más tiempo, y a aquellos que ponen palos en las ruedas la historia no los absolverá.

jueves, 2 de julio de 2015

A vueltas con lo mismo

No quiero parecer un pesado, pero no soy el único en señalar el grave, y no quiero calificar de intencionado, error que comete al rechazarse de plano cualquier intento de conformar Unidad Popular (más allá de la simplemente electoral) y elegir  un método de selección de candidatos de más que dudosa calidad democrática.
Señala, a mi juicio muy acertadamente, el artículo que enlazo de El Diario que hay quien no puede, o trístemente no quiere, valorar todo lo ocurrido desde la irrupción electoral de PODEMOS, en las elecciones europeas de mayo de 2014, al día de hoy. Y no solo lo que ha ocurrido en Izquierda Unida, que es importante, sino en el conjunto de la sociedad.
Un militante de izquierda, y yo creo, y quiero, serlo, no debe tener reparo en ser crítico, sin la necesidad de la autoflagelación, con decisiones y estrategias adoptadas. Yo mismo, sin que ello me convierta en ejemplo de nada ni de nadie, he señalado los errores cometidos en mi pueblo, Alpedrete, que nos han conducido a quedar fuera del Ayuntamiento, por primera vez desde que los alcaldes no son Jefes Locales del Movimiento, y si bien hemos cometido errores en la campaña propiamente dicha, también podemos haberlos cometido antes, y muy señaladamente el que esto escribe, al haber minusvalorado el fenómeno político surgido al calor del 15M, más allá de la valoración que hagamos, tanto de él como de sus dirigentes. El resultado de las Elecciones Europeas, en Alpedrete, fue un serio aviso que no supimos, que no supe, valorar correctamente. Creemos haber aprendido.
La gran mayoría de Izquierda Unida hemos apostado por un importante cambio de rumbo al apostar por la Unidad Popular y si en Madrid el proceso está siendo complejo por la resistencia de la Vieja Guardia se debe, en gran medida, a la mala dinámica interna que arrastramos desde hace años y que ha llevado a la dirección federal a tomar drásticas decisiones más que al cuestionamiento general de la Unidad Popular (otra cosa es el como y el con quien)
Quienes siguen manteniendo, y repitiendo como un mantra, el discurso, que tan buen resultado les dió, de No queremos una sopa de siglas son los que parecen estar equivocándose ahora, y sigo hablando de error o equivocación porque no tengo pruebas de otra cosa, aunque indicios pueden no faltarme. Somos nosotros, y no solamente Izquierda Unida, los primeros en señalar que las viejas maneras a la hora de articular espacios de unidad, fundamentalmente electorales pero con vocación de desbordar ese ámbito, han muerto. Los acuerdos entre cúpulas parecen haber pasado, afortunadamente, a mejor vida. La acumulación de siglas en una papeleta no la quiere nadie. Apostamos, yo desde luego, decididamente por la construcción de espacios unitarios desde la misma base en que se produce, de facto, la unidad real generada en torno al conflicto social: en los pueblos y en los barrios, parando deshaucios, en las asociaciones de vecinos o en los mareas en defensa de lo público y por supuesto, porque la clase obrera, como tal, ha de ser el componente fundamental de todo lo que se construya, en las fábricas, los tajos, los centros de trabajo.Y desde ahí, desde la Unidad Popular construida en torno a la lucha, habrán de ver la luz las listas con los componentes de los que, en nuestro nombre, vayan a las instituciones.
No me resisto, por su claridad, a reproducir, la propuesta, en torno a la Unidad Popular, de la dirección federal de IU:

El llamamiento a la Unidad Popular 

Hemos visto que el momento del país es de emergencia social; que la crisis de la política ha abierto una sima entre representantes y representados y que hay que cerrarla si no queremos poner en crisis la democracia misma o cuanto menos, como sucede en Europa, que fuerzas reaccionarias, fascistas, xenófobas, nacionalistas, etc. sean las receptoras democráticas del descontento social creado por una política que sólo sirve a los intereses de los poderosos; que el espacio político para la ruptura democrática existe y es sólido en el tiempo; que necesitamos que las nuevas formas de hacer política regeneren todo el ciclo electoral y se asiente finalmente en una concepción democrática profunda sobre la que asentar la vida política en un nuevo país. Hemos visto, de otra parte, que hay energías sociales suficientes como para levantar la alternativa y que es un momento histórico decisivo para lograrlo. 

Es por todo ello que Izquierda Unida hace un llamamiento a las fuerzas políticas que están por la transformación social sin distinción alguna, a las sociales que están en la lucha cotidiana y en la alternativa, a sindicatos, colectivos, plataformas que han impulsado las CUP en municipios y comarcas, a las fuerzas de la cultura, etc. a explorar las bases de acuerdos de mínimos que permitan concretar esa convergencia social y política y que, en lo electoral, culmine con la conformación de plataforma electorales comunes para las próximas elecciones generales con el fin de desalojar a la derecha y a las políticas de derecha de las instituciones. 

Izquierda Unida ve esta cuestión como una tarea urgente en la que va a volcar todo su activo y toda su cultura unitaria, consciente de la complejidad del proceso y de sus dificultades pero convencida de que es el único camino posible y el que, en todo caso, ansían los ciudadanos. 

Izquierda Unida considera que los parámetros en los que debemos articular ese complejo proceso son : 

      1 .Es necesario conformarlo desde abajo, con pleno protagonismo ciudadano y con total horizontalidad. 

      2. Desde el reconocimiento a la diversidad del Estado y la diversidad de procesos en nacionalidades y regiones. Y valorar esta cuestión, no como un hándicap, sino como una enorme potencialidad de enraizamiento en el territorio y de perspectiva electoral misma.

      3. Desde la constatación de la urgencia y necesidad de rapidez del proceso dado el calendario electoral. 
     4. Igualmente poner en valor, las iniciativas desde abajo y la heterogeneidad de sujetos activos en el proceso de conformar la Unidad Popular. Así pues, que nadie deje sólo en manos de las formaciones políticas la tarea. Que nadie espere. Que todo el mundo se ponga en marcha desde ya. 

    5. Izquierda Unida ve este proceso de Unidad Popular como una tarea cooperativa, no uniformizadora y desde el reconocimiento evidente del protagonismo que la realidad da a cada partido y colectivo.

   6. IU quiere compartir esta tarea en pie de igualdad con partidos, colectivos, plataformas, y así lo entiende y encarga a Alberto Garzón como candidato a la Presidencia del Gobierno.

Frente a esta propuesta que no es generosa sino ambiciosa y ademas realista hay quien contrapone un método que, en el fondo, y casi hasta en la forma, busca lo mismo que perseguía nuestra vieja metodología de avales y familias, conseguir que sean los "padres fundadores" del instrumento los que velen porque el instrumento por ellos creado y  funcione como ellos creen conveniente. Para los que, poco a poco, pero con firmeza y determinación, estamos consiguiendo salir de llamamientos a la fidelidad a las siglas y al proyecto, que en el fondo, al menos en muchos casos, no era más que el intento de seguir sucediéndose a si mismos, esto nos suena excesivamente familiar y nos huele a casta y a caspa. Y todo ello, sin poner en valor, las coincidencias, para mí nada casuales, entre los que ayer, en el Club Siglo XXI, ensalzaban el papel de los mercados y los que hoy pretenden restarle protagonismo a la inevitable lucha de clases, para dárselo a un indefinido "tendremos hablar con los empresarios y los bancos".
Gran responsabilidad tienen aquellos que, desde muchos lugares políticos, están poniendo palos en las ruedas para que no se haga efectivo el fin del bipartidismo.  Puede que estemos ante una oportunidad histórica que tarde mucho en repetirse sino no somos capaces de aprovecharla. Si el PSOE de Pedro Sánchez se configura, por mor de la aritmética electoral, como la alternativa a la derecha, el bipartidismo se habrá salvado y habrá quien no pueda decir: La Historia me absolverá.
Ellos sin embargo parecen tenerlo claro

miércoles, 1 de julio de 2015

las primarias del César.

En la entrada anterior, y me autocito aunque sé de sobra que está muy feo hacerlo, alertaba un servidor sobre la posibilidad de que el importante movimiento de protesta contra el sistema nacido en 2011, y que conocemos como quinceme, hubiera sufrido su propio 18 de brumario con la aparición de PODEMOS, que a mi humilde entender consagra la hegemonía intelectual de la pequeña burguesía en ese movimiento, y la consiguiente transformación de su lider carismático en Cesar Imperator de manera análoga a como Buonaparte terminó siendo Sire, el emperador Napoleon.
En una reunión, o acto, o asamblea, que cada uno lo defina como quiera, que tuvo que ver con la situación que atraviesa en Madrid, IU y que no es objeto de esta entrada, un compañero, al que espero no importe que le cite, y con el que no siempre estoy de acuerdo, Alberto Arregui, se refirió a Gramsci para, al caracterizar a movimientos o partidos hegemonizados por la burguesía, destacar la necesidad, de estos movimientos, de tener un líder capaz de interpretar o explicar, en cada momento, el programa. Y se preguntaba el compañero, y yo con él, si no se trataba de una perfecta representación de Pablo Iglesias. No sé si el compañero citó concretamente la obra en cuestión, pero yo recordé que se trataba de algo relacionado con Maquiavelo y ya en casa me puse a buscarlo. Y lo encontré "Note sul Machiavelli, sulla politica e sullo stato moderno" y lo cito en italiano, porque en italiano lo tengo y en italiano intenté leerlo, por lo que está plagado de notas al margen que no son más que, supongo,  pésimas traducciones hechas a golpe de diccionario, y ello es una muestra de mi inconsciencia juvenil, dado que no he estudiado italiano en mi vida, y todo mi conocimiento de esa bendita lengua no va más allá de diversas alineaciones del Inter, el Milan o la Juve, cantar
Bella Ciao
(Una mattina mi son svegliato,
 o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
 Una mattina mi son svegliato
 e ho encontratto l'invasor.)

Bandiera Rossa 
(Avanti o popolo, alla riscossa
bandiera rossa, bandiera rossa;
avanti popolo, alla riscossa
bandiera rossa trionferà.
Bandiera rossa la trionferà
bandiera rossa la trionferà
bandiera rossa la trionferà
evviva il comunismo e la libertà!)

o las canciones, a veces sin entenderlas, de Ornella Vanoni, Gino Paoli o Domenico Modugno.

Afortunadamente existe Internet y nos podemos bajar una buena traducción , que es lo que he hecho yo.
Pero no me he planteado yo esta entrada para en un alarde de pedantería, tentación que siempre anida en mi interior, dejar constancia de lo mucho que he leido a Gramsci o mi conocimiento autodidacta del italiano. Entre otras cosas porque no es verdad y si bien es cierto que he leido al comunista italiano bastante más que muchos que lo citan con profusión, no está entre mis marxistas de referencia,  y de hecho en alguna ocasión he podido apreciar un cierto atisbo de eurocomunismo en algunos de sus análisis aunque mi admiración sobre su persona siempre fue grande y Manuel Sacristán ha conseguido acercarme intelectualmente, aunque no tanto de forma ideológica. En cuanto al italiano , baste decir que la letra de las canciones vienen en un viejo disco, de vinilo, que tengo en casa.
Esta entrada, y la anterior, vienen motivadas por la deriva, a mi juicio cada vez más autoritaria y antidemocrática, que estan adoptando el núcleo dirigente de PODEMOS y que queda claramente expuesto en la metodología con la que pretenden confeccionar su lista. Si se tratara de otro partido, el PSOE o cualquier otro, no me preocuparía demasiado, allá cada cual con su forma interna de hacer las cosas, pero al tratarse de PODEMOS, la cosa cambia, y lo hace radicalmente desde el momento que se consideran, y así lo manifiestan, ellos, en sí mismo, la Unidad Popular y lo único que tenemos que hacer los demás es, sin que nos pidan carnet de nada porque son así de generosos y con amplitud de miras, sumarnos a su democrática metodología, y...francamente, puede que seamos unos tristes, yo no me siento tal, y que nos conformamos, despues de 25 años, con unos más que mejorables resultados electorales pero lo que no somos es tontos de baba colgante, y cuando alguien nos la quiere dar con queso, por malo que sea el queso, nos damos cuenta. Al camarada Iósif Vissariónovich Dzhugashvili , y no manifiesto aquí mi opinión, ni personal ni política, sobre él, le hubiera costado horrores, incluso creo que le hubiera dado vergüenza, haber planteado un método análogo para elegir un Comité central del PCUS afín, incondicionalmente, a sus posiciones. La metodología, para elegir listas provinciales, que nos enseña Iñigo Errejón está pensada y diseñada para que la camarilla , y sé muy bien porqué empleo este término, dirigente de PODEMOS designe, a su antojo las cincuenta y dos listas provinciales. Y cuando el profesor (de sus alumnos que a mí poco me tiene que enseñar) Errejón dice que cualquiera se puede presentar en igualdad de condiciones demuestra tener una caradura, no sé si pétrea o marmórea pero de difícil, por su consistencia, ubicación en la escala de Mohs de dureza mineral. ¿Alguien puede creerse que en las primarias demócratas para las próximas elecciones presidenciales norteamericanas están en igualdad de condiciones Hillary Clinton y un granjero cualquiera de Iowa sin apenas aportaciones electorales? Cuando Barack Obama la derrotó hace ocho años siendo entonces, como ahora, favorita, era porque el actual Presidente tenía tanto dinero disponible como la ex-primera dama y el resto de sus cualidades estaba en segundo plano. Tampoco debe creerse nadie que están en igualdad de condiciones Pablo Iglesias y sus leales con cualquier militante de base que quiera competir. Y si alguien lo cree, que se lo haga mirar, tiene un problema.
Tanto dentro de IU como en nuestro entorno más cercano ha venido circulando una especie que no sé si calificar de leyenda urbana: PODEMOS existe porque antes de las elecciones europeas no se llegó a un acuerdo. No sé hasta que punto es verdad o mentira, pero si el acuerdo incluía la adopción de una metodología análoga a la que van a utilizar ahora tengo que, a fuer de ser coherente conmigo mismo, manifestar mi sintonía por los compañeros que no lo firmaron.
Sin embargo sigo apostando por la Unidad Popular como imprescindible para avanzar en la transformación radical de la sociedad. Pero si ayer no atisbabamos en una superestructura, al menos en Madrid, que, efectivamente conformista, ningún interés en avanzar hacia ninguna clase de unidad, y de la que estamos, acertada o erróneamente, intentando librarnos, en PODEMOS, y esto hay que empezar a decirlo alto y claro, se está generando, está ya generada, una estructura burocrática que se esclerotiza a gran velocidad. La estética puede parecer diferente pero detectamos comportamientos archiconocidos. Quizás de los muchos años que, según ellos mismos manifiestan, algunos compartieron con nosotros fueron a quedarse, precisamente, con lo peor. Por eso nuestra apuesta por la Unidad, y no solo electoral que no se olvide, tiene que venir desde la base, desde los distritos, las asociaciones de vecinos, los pueblos y, ¡como no!, desde los centros de trabajo. Con burócratas pendientes de encuestas y sillones poco podemos hacer. Nosotros ya lo sabíamos, ahora lo tienen que aprender otros.

  
 
 

viernes, 26 de junio de 2015

El 18 de Brumario de Pablo Iglesias

Hay quienes considerándonos marxistas no hemos renunciado a leer e intentar comprender al propio Karl Marx, pero no debemos ser muchos. Como muchos de mi generación, una generación necesariamente precoz en lo político, fruto del momento que vivíamos, me acerqué al marxismo más desde el sentimiento, desde la visceralidad, que desde la reflexión y el análisis. Sin embargo, creo que no hemos sido demasiados los que hemos intentado profundizar en el estudio de lo escrito por el pensador alemán. Y desde luego uno de ellos no ha sido Pablo Iglesias por más que una significativa entrevista se considere, al menos en el plano teórico, como marxista, si bien el mismo califica esa consideración como pretenciosa y lo es. Nunca, ni en lo que he podido leerle, no demasiado, ni en lo que ha dicho en sus abundantes apariciones televisivas, le he oido hacer análisis desde una perspectiva de clase, no pareciendo tener la lucha clases, como elemento esencial del materialismo dialéctico, la importancia que tiene para Karl Marx a la hora tanto de explicar el desarrollo social producido, como para influir positivamente en el que ha de producirse. El análisis de Iglesias, y es legítimo, está en su derecho, nadie se lo niega, se basa no en la posición de cada cual dentro del modelo productivo sino en su poder adquisitivo, y de ahí el hablar de la gente y con dificultad de los trabajadores o la clase trabajadora y, menos aún, la clase obrera. En ese análisis es más lógico hablar de arriba y abajo sin tener para nada en cuenta quien genera plusvalía y quien la disfruta o aspira a disfrutarla y la coyuntura de crisis se lo impide. Efectivamente no es marxista, lo cual no constituye ni pecado ni delito, además de dar lugar a buenos resultados electorales,  y puede ser pretencioso considerárselo. Y que conste que para un marxista el análisis de clase no puede ser un corsé que esquematice, casi caricaturice, la sociedad hasta hacerla irreconocible. Nadie, en su sano juicio, puede obviar los condicionantes que marca la situación material de un individuo o una clase social, y muy especialmente a la hora de establecer una política de alianzas, y nadie, en su sano juicio, puede no tener en cuenta que las condiciones y características de la propia clase obrera tambien cambian, han cambiado, con el tiempo y hoy es dificil encontrar un modo de producción fordista. Es muy interesante el artículo que, en el mismo medio pero con mucha menos difusión, publica Alberto Garzón, con el que básicamente estoy de acuerdo y que diferencia entre lo que él llama la sociedad fordista , con una clase obrera con derechos y conquistas consolidados y la posfordista con la precariedad como característica principal. La terminología me chirría un poquito pero el fondo es, a mi entender, correcto.
Los marxistas, y a mi me gustaría serlo, solemos tener en nuestra humilde biblioteca, alguna que otra obra del propio Marx y no sé que mecanismo interno me ha llevado al 18 de brumario de Luis Bonaparte, que tengo, por cierto, lleno de subrayados y notas al margen, lo que me lleva a pensar que en algún momento de mi vida anterior he debido estudiarlo a fondo. Simplificando mucho, y toda simplificación conlleva un riesgo, se viene a deducir en esa obra que el golpe de estado de Napoleón Bonaparte es el resultado, como consecuencia de lucha de clases, de la hegemonización de la burguesía, como clase, del proceso revolucionario iniciado en 1789, el cesarismo que va a venir a continuación, y que lleva a la entronización como Emperador del general corso, tiene que ver, en gran medida con la personalidad del individuo, pero también con la gran cantidad de poder acumulado. Sin querer, y soy sincero, encuentro paralelismos evidentes, en cuanto a comportamientos no a capacidad ni brillantez, entre Bonaparte e Iglesias. También el 15M como la Revolución Francesa, con otras dimensiones y consecuencias, por supuesto, ha significado una fuerte sacudida, en este caso para la sociedad española y  muy significadamente para las organizaciones de la izquierda transformadora que hemos tenido que replantearnos muchas cosas, y también el 15M ha tenido su 18 de brumario con la aparición de PODEMOS, como consecuencia del triunfo de la pequeña burguesía como clase hegemónica, con el clásico lenguaje izquierdista cargado de propuestas regeneradoras del sistema y, como mucho, vagamente socialdemócratas o keynesisanas. Que Iglesias esté afectado por el cesarismo que padeció Bonaparte es algo que veremos si se produce con el tiempo, pero a día de hoy hay algún síntoma sospechoso, como el gestual, esa posición de piernas ligeramente abiertas con las manos separadas del tronco mirando desafiante al público que le aclama, y el verbal, diciendo lo que dice y como lo dice. Sirva de paradigma la entrevista en la que, aparentemente, nos pone pingando.
En relación con esa dichosa entrevista, que enlazo al principio del post, tengo que decir, y me preocupa, que es muy peligrosa. Y lo es más allá de la sarta de tópicos insultos que nos dedica: tristes, conformistas, nostálgicos, perdedores,etc..., porque puede que en algo acierte. Es peligrosa, fundamentalmente, porque busca dinamitar cualquier posibilidad de encontrar espacios unitarios en los que ellos, ¿o directamente ÉL ? no sean el elemento sobre el que, con una generosidad que no agradezco, pivote cualquier atisbo de unidad, y lo hace fortaleciendo, en ambos campos, las posiciones de los más refractarios: dentro de ellos da alas a aquellos que nos consideran uno más de la casta y que somos un lastre para avanzar, dentro de los nuestros, fortalece, ¡y cómo!, las posiciones de aquellos que defienden que la pretendida Unidad Popular, consiste, básicamente, en entregar IU, envuelta en papel de regalo a PODEMOS.
Quedamos en una posición difícil los que abogamos por generar esos espacios de Unidad Popular manteniendo de forma clara y contundente nuestro perfil político como lo que somos izquierda transformadora, republicana, anticapitalista y laica manteniéndonos como sujeto político activo, porque solo así conseguiremos que esos espacios sean realmente útiles para la transformación de la sociedad, y es perfectamente lógico que a Iglesias no le gusten los espacios así configurados porque él no busca la transformación de la sociedad sino su regeneración. Que nadie busque paralelismos anacrónicos, ni estamos en 1917 ni estamos en Rusia, pero si los Soviets de soldados, obreros y campesinos, hubieran estado hegemonizados por los mecheviques, en lugar de por los bolcheviques no hubieran sido un instrumento útil para la Revolución.
La cuestión de la política de alianzas no es nueva está en debate desde siempre, en el pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista de marzo de 1922 Trotsky afirma:

Si el Partido Comunista no hubiese roto drásticamente y en forma irrevocable con los socialdemócratas, si no se hubiese convertido en el Partido de la revolución proletaria. No hubiese podido dar los primeros pasos serios en el camino de la revolución. Hubiese permanecido como una válvula parlamentaria de seguridad bajo el Estado burgués.
Quién no comprende esto, no conoce la primera letra del ABC del Comunismo.

Y a continuación

Si el Partido comunista no procurase construir un camino organizativo, al final del cual fuesen posibles en cualquier momento acciones coordinadas conjuntas entre las masas comunistas y las no-comunistas (incluyendo a las que apoyan a la socialdemocracia), pondría al descubierto su incapacidad para ganar -sobre la base de acciones de masas- a la mayoría del proletariado. Degeneraría en una Sociedad de propaganda comunista, nunca se desarrollaría como un Partido que lucha por la conquista del poder.
No es suficiente contar con una espada, tiene que tener filo; no es suficiente el filo: hay que saber usarla.
Luego de separar a los comunistas de los reformistas, no es suficiente fusionar a los comunistas entre sí por medio de la disciplina organizativa; es necesario que esa organización aprenda a guiar todas las actividades colectivas del proletariado en todas las esferas de la lucha de clases.
Esta es la segunda letra del ABC del Comunismo.

Pero hasta ahí estamos hablando del Frente Único de Clase, no de Unidad Popular y no es hasta el VII Congreso de la Internacional Comunista, y por el auge del fascismo, que no se acuña el concepto de Frente Popular que desborda el marco de la clase obrera incorporando sectores antifascistas de la burguesía y pequeña-burguesía.

A día de hoy, en España, no tenemos un amenazante fascismo político, pero tenemos una situación de emergencia económica, con un sistema capitalista en crisis. Crisis que ha afectado no solo a la clase obrera, Fordista o posfordista, continuando con la terminología empleada por Alberto Garzón, sino tambien a otros sectores de la sociedad, con los que parece deseable llegar a construir espacios unitarios que permitan superar el principal problema de la crisis del sistema: El propio sistema. Por eso no es ninguna locura, ni significa entregar nada a nadie que generemos, con clara voluntad de intentar dirigirlos, espacios de unidad útiles.

Pero la Unidad Popular se construye no se impone, y si hay Napoleoncillos que no ven más allá de sus encuestas, que no comprenden la importancia del momento, nuestra obligación es seguir avanzando al margen de ellos. Es nuestra obligacion y seguiremos adelante.
 

martes, 23 de junio de 2015

Dignidad

Desconozco, todos desconocemos, como acabará el durísimo trance que se está obligando a pasar al pueblo griego. No sabemos hasta que punto tendra que rebajar Syriza sus posiciones, en una lucha desigual ante los poderosos del sistema. Sabemos, eso sí, que dentro de la propia Syriza hay un vivo debate, en el que yo no voy a entrar, no tengo ni elementos de juicio ni autoridad moral para hacer juicio alguno.
Lo que tengo es envidia, no de las penalidades de los trabajadores griegos sino de su capacidad para haber escogido un gobierno capaz de pelear con dignidad por sus intereses, sin arrastrarse ante los todopoderosos. Cada vez que un banquero frunce el ceño o se le abre la úlcera gastroduodenal, el pueblo griego triunfa, cada vez que un inversionista en un fondo buitre deja de conciliar el sueño vuelve a triunfar el pueblo griego. Como muchas veces afirmamos de la Revolución y el pueblo cubanos, pueden no ser nuestro modelo, porque las condiciones son muy diferentes, pero siempre serán nuestro ejemplo, ejemplo de dignidad y resistencia.
¡Qué diferencia con nuestros patéticos gobernantes! Ayer José Luis Rodríguez Zapatero, al que Mariano Rajoy Brey calificó de bobo solemne para ser luego, él mismo, más solemnemente servil ante quienes realmente detentan el poder.
Me gustaría ser griego y poder ir a manifestar el apoyo a mi gobierno a cualquier plaza. Pero no puedo, soy español y estoy condenado a ver como quien me gobierna se arrastra con los deberes hechos, recordándome al niño pelota, rastrero y chivato, que había siempre en cualquier aula de nuestra infancia, que se lanzaba en plancha para dejar constancia ante el maestro que el había hecho los deberes, buscando las migajas de que le dejara al cargo de la clase, cuando el maestro se ausentaba. Cada vez que oigo a Rajoy o a De Guindos recordarle a Grecia que ellos han hecho los deberes, recortando las pensiones y los derechos de los trabajadores y liquidando conquistas sociales que nos costaron años de lucha, y que los acuerdos hay que cumplirlos,  recuerdo al Gustavín de turno baboso y pelota hasta la naúsea.  Y lo que se vislumbra al lado no es más reconfortante: La exhibición, con el más puro american way of life, del candidato Pedro Sánchez, lo de la bandera casi es lo de menos, en el Circo Price con un mensaje que, pese a sus esfuerzos, no es ni siquiera socialdemócrata es para echarse a llorar.
Solo la Unidad Popular puede terminar con este estado de cosas mandando a los dos al banquillo , algunos nos hemos empeñado en ese objetivo y haremos lo posible para lograrlo. Otros bizquean, con un ojo miran encuestas con el otro su propio ombligo. En su alero está la pelota. Así lo señala Alberto Garzón en un artículo con el que, en líneas generales, estoy de acuerdo aunque matizaría, entrando más a fondo en algunas cuestiones como la hegemonía de la pequeña burguesía aparentemente izquierdista en las nuevas organizaciones políticas.

jueves, 18 de junio de 2015

Lo Importante

Anda el dueño de esta bitácora, en la que da cabida a este humilde aprendiz de espía, sumido en profundas meditaciones sobre cuestiones accesorias, como:
¿Que va a pasar con IU en Madrid?
¿Vamos, como en Italia, hacia la disolución de la Izquierda?
¿La Unidad Popular puede, y debe, hacerse sin PODEMOS?
Y otras igualmente secundarias, que le mantienen seriamente preocupado, y no está prestando atención a lo verdaderamente importante: Ni liga, ni copa, ni champions. Dramático.
Habrá, porque hay gente pa tó, quien se consuele con los triunfos en baloncesto, a falta de lo que ocurra en la liga, y yo no voy a decir que no me alegro, pero he de decir que se trata de un deporte que no acabo de entender después de haber espiado miles de partidos, y cuando creo haber comprendido alguna de sus intrincadas reglas, van y la cambian. Sirva como ejemplo que cuando, allá por los años sesenta del pasado siglo, comencé a interesarme por el baloncesto había una infracción llamada cámino que sancionaba el exceso del número de pasos, quizás por eso pasó a llamarse pasos, que se dan sin botar el balón, y que se sanciona a criterio absolutamente subjetivo de algún árbitro y que no tiene nada que ver con el número real de pasos dado, y la cosa se convierte en delirante si el partido es de la competición norteamericana llamada NBA, allí un fulano coge un rebote en su canasta, da cinco o seis saltos, dignos de una competición de salto de longitud, y sin que nadie pite ná de ná se planta en la canasta contraria sin que el balón haya tocado el suelo. Hay, o había, otra infracción curiosa, la llamada zona y que hace referencia al tiempo que puede estar un atacante, sin balón, en una determinada parte acotada de la canasta contraria, que los entendidos suelen llamar bombilla, y en la que la subjetividad arbitral vuelve a ser determinante, porque da la sensación de que hay jugadores que viven allí, que casi pueden inscribir, como lugar de residencia habitual, la bombilla en el Registro de la Propiedad sin que nadie diga ni mú. Mundo aparte son las llamadas faltas personales, supongo que llamadas así por contraposición a posibles faltas impersonales, cometidas por algún ente ignoto. Diferenciar las llamadas de ataque , de las otras, que habrá que suponer que son de defensa, es altamente complicado y no es difícil, incluso en el mismo partido, ver como dos acciones aparentemente análogas, con el atacante encarando la canasta y el defensor que se interpone yéndose al suelo, se pitan en sentido contrario con el curioso argumento de si tenía o no tomada la posición. No menos estupefactante es aquello de ...y vale la canasta tras una falta personal y llegaba al delirio,  con vale la canasta y personal en ...¡¡¡ataque!!!, aunque parece ser que, como tantas, la regla ha cambiado, lo hizo en los años ochenta,  y sólo se concede cuando la falta es claramente posterior a la canasta. Por no hablar de los tiros libres, ¿que ha sido del uno más uno, o del tercer tiro cuando se fallaba uno de los dos primeros? ¿Y las faltas intencionadas? Cuando faltaba poco tiempo, con el marcador ajustado, el equipo que perdía recurría a hacer falta en la esperanza de recuperar el balón en el menor tiempo posible, sensu stricto eran todas intencionadas pero no se sancionaba, posesión de balón tras los tiros libres, prácticamente ninguna, y quizás por eso, por presunta coherencia, han pasado a llamarlas antideportivas por más que estamos en lo mismo, toda falta hecha a próposito es, por defnición antideportiva. En definitiva, es un deporte que no me engancha, porque no acabo de entenderlo, más allá de que celebre con jolgorio los triunfos de los míos, porque cuando, allá por los años setenta era asiduo asistente a los partidos de voleibol , con un equipo que, literalmente, se había construido, a golpe de talonario, con los jugadores del equipo, o lo que sea, rival: los indios rojiblancos, no era  porque fuera el voleibol un deporte, para mí atrayente.
Quiero decir que bienvenido sea el triplete de baloncesto, si se consigue, pero eso no amortigua ni un ápice la preocupación por la sequía futbolera. Los que conocen a este espía saben de sobra que el hecho de que haya sido el Barça quien haya conseguido los tres títulos me importa más bien poco, no sufro, desde hace muchísimos años, de antibarcelonismo de ningún tipo, es más me divierte contemplar el profundo disgusto que producen las victorias blaugranas en la caverna más profundamente reaccionaria, que gusta de envolverse en la bandera, presuntamente española, puesto que hay españoles, y este espía ha pododo comprobarlo, que no la sienten como tal. Diferente, muy diferente, hubiera sido el, improbabílisimo, caso de que se lo hubieran llevado los indios metropolitanos que acampan al sur de Madrid. Además han ganado los tres títulos, prácticamente, sin entrenador, y de hecho el equipo empezó a mejorar cuando los jugadores pasaron, olímpicamente, de las absurdas e incoherentes decisiones de quien, teóricamente, les dirigía. Y por otra parte tienen en sus filas un jugador, Neymar, por el que no ocultó mi debilidad, más allá del costo real de su traspaso, y que ha sido, junto con Luis Suárez, determinante a la hora de obtener los títulos, sin olvidar la contribución de otros como Piqué, Mascherano o Dani Alves, que ha hecho una de las mejores campañas desde que aterrizó en Can Barça. Sinceras felicitaciones, pues, al Barça y sus seguidores.
La de los blancos ha sido una temporada extraña, tras un incio titubeante, encadenó una racha de victorias, y,  lo que es más importante, una altísima calidad de juego. Sin embargo ha habido una no óptima gestión de la plantilla. Por un lado, se han sucedido lesiones de índole muscular que no dejan en muy buen lugar la preparación física del equipo, y puede haber sido determinante para que Ancelotti no continúe, por otra parte la plantilla, además de parecer descompensada, ha parecido no estar bien gestionada, con jugadores, como puede ser el caso de Illarramendi, a los que se les ha negado la posibilidad de asentarse en el equipo. Traer a Lucas Silva a media temporada, para luego no jugar, tuvo que ser un duro golpe para el guipuzcoano, que parece de moral frágil, jugador que debió tener un papel más importante tras la inesperada huida de Xabi Alonso. Tampoco el resto del segundo escalón de la plantilla Jesé, Chicharito, etc. han tenido el peso necesario, más allá de algunos minutos de la basura. Todo ello, trás la inexplicable alineación de Bale, en un lugar que no es el suyo ¿alguien recuerda, Bartra desde luego, cómo y desde donde, se coció el gol que les dió la Copa del Rey? El equipo llegó a final de temporada fundido y despistado.
No lo va a tener fácil Benítez, en primer lugar, y a pesar de la etiqueta de hombre de la casa, al madridismo le va a costar olvidar cuando, siendo entrenador del Valencia y en una liga que acabó ganando, espetó la desafortunada frase de : Aquí hay que hacer el doble para llevarse la mitad, después de un penalty dudoso con el que fue castigado, además fue el segundo de Del Bosque, una de las personas que, a pesar de ser también hombre de la casa, concitan menos simpatías dentro del madridismo, entre otras cosas porque, equivocadamente, el seleccionador ha equivocado al Presidente, al que tiene explicable rencor, con la Institución misma. Ese mismo madridismo con memoria no le perdona a Casillas su ya famosa llamada a Xavi, poniendo los intereses de la Selección por encima de los del equipo, por más que la llamada fuera todo lo tensa que el capitán merengue quiera, y ese va a ser un incendio que el nuevo entrenador va a tener que sofocar y Ancelotti, hombre conciliador donde los haya, no lo consiguió.
Estas cuestiones son las que, a jucio de este Espia Otomano, son realmente importantes.
 

miércoles, 17 de junio de 2015

Sectarismo viene de Secta

En su segunda acepción la RAE define al Sectario como intransigente o fanático. Por otra parte un sectario, por lógica, es el componente de una Secta, vocablo que, para la citada RAE, corresponde a tres definiciones:
1. Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia o independiza de otra
2. Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica
3.Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que se considera falsa 
Descartaremos la tercera porque en estos asuntos la consideración de verdadero o falso no es objetiva, a mí la Religión Católica, y las religiones en general, me parece falsa,  mientras que para un creyente sus dogmas son verdad revelada. Con ese descarte y tomando como base lo que dice nuestra Real Academia Española bien podíamos definir a un sectario como a aquel seguidor intránsigente, o fanático, de una parcialidad religiosa que se ha diferenciado o independizado de otra.
Con esta definición en la mano, y cada vez más reforzado por el éxito en las urnas,  se va apreciando un cada vez más acusado sectarismo en el núcleo dirigente, y que dirige con mano férrea, ese nuevo partido llamado PODEMOS. Que los dirigentes de PODEMOS, muchos o algunos de ellos, proceden de Izquierda Unida es archiconocido, no solo Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero han tenido diversos grados de vinculación con Izquierda Unida, sino que otro destacado dirigente, Rafael Mayoral, ha formado parte, conmigo, del Comité Central del Partido Comunista de Madrid hasta poco antes del último Congreso del mismo, órgano desde el cual nos regalaba estupendos, y muy bien construidos, discursos a los que solo les faltaba la conclusión, que posteriormente conocimos: cerremos este Partido y fundemos otro. La otra condición de sectario, la del fanatismo y la intransigencia nos retrotrae, al menos a mí que tengo edad para ello, al principio de los años ochenta, cuando el PSOE, despues de haber laminado electoralmente a los comunistas, a todos los comunistas y no solo a los del PCE, lanzó la idea estratégica de la casa común de la izquierda casa que era, naturalmente, ellos mismos. Y lo hacía desde unos supuestos regeneradores de la sociedad , el cambio, y con una actitud que oscilaba entre el menosprecio y la benevolencia piadosa: Los comunistas habeis luchado mucho y se os agradacen los servicios prestados, pero ahora las cosas son de otra forma y aquí [en el PSOE] nadie os va a preguntar de donde venís. Exactamente los mismos argumentos con los que, a día de hoy, los máximos dirigentes de PODEMOS intentan justificar, sin demasiado éxito, su afirmación de que la Unidad Popular son ellos, y sólo ellos. Si aquella posición del PSOE nos pareció, a mi me pareció, sectaria y prepotente, a día de hoy, en este aspecto, no he cambiado de criterio.
Sin embargo soy consciente de la realidad circundante, y en ese contexto, en la necesidad de configurar una alternativa viable al sistema, apuesto, decididamente  por la Unidad Popular. Y en esa Unidad, sin apriorismos, hemos de caber todos, con nuestros análisis y nuestra mochila, y quien, sea quien sea y, a lo mejor, en algún momento, lo hemos sido nosotros, pretenda constituirse como epicentro mismo del proceso estará dando muestras de un irresponsable e insoportable sectarismo.

viernes, 12 de junio de 2015

El futuro de IU en Madrid.

Los muertos que vos matais, gozan de buena salud. 
Sería yo un pretencioso, o un orate, si me atreviera a afirmar que Izquierda Unida en Madrid goza de buena salud. Está enferma, muy malita, pero no está muerta y además, por primera vez ha ido al médico y el diagnóstico parece claro: Padece una enfermedad interior, una especie de autoinmunidad que, de no ponerle remedio, acabará por teminar con ella.
No cabe duda que a su propia enfermedad interior le ha sumado un notable agravamiento la aparición de elementos exógenos que la han debilitado aún más, pero de haber estado fuerte, de haber estado cumpliendo el papel para el que nació, ya podían las teleprogres y los medios de comunicación interesados haber potenciado ésta o aquella formación emergente de nuevo cuño, que nuestra fuerza, nuestro discurso, nuestra organización, hubieran podido resistir perfectamente. Sin embargo hemos demostrado ser un gigante, o gigantillo, con pies de barro. Nuestro crecimiento era, únicamente, electoral. Nuestra organización ha permanecido estancada numéricamente mientras que crecían las expectativas electorales, no hemos sido capaces, no hemos sabido, consolidar organizativamente nuestro crecimiento y, a las primeras de cambio, nos hemos derrumbado, o al menos se ha derrumbado la superestructura visible, con cierto estrépito. ¿Porqué ha ocurrido tal cosa? ¿Porqué nuestro aumento de influencia electoral no ha tenido correspondencia organizativa?. No hace falta mirar fuera, con un espejo basta. Militar en IU, al menos en Madrid, es poco, muy poco, atractivo. La capacidad de influencia de un afiliado en participar en la elaboración colectiva de políticas y estrategias, sin estar vinculado a una de las "familias", "sensibilidades" o "capillitas" que pululan por nuestra organización, es escasa o nula, y eso hace que la transición necesaria de afiliado a militante sea escasa, e igualmente la de simpatizante, o votante, a afiliado. En no pocas ocasiones he animado, con éxito desigual, a compañeros de Alpedrete a que participaran en la vida cotidiana de la organización, no sólo en los órganos regulares sino también las áreas de elaboración y similares, y los pocos que han dado ese paso han quedado, al poco tiempo, espantados. Solo los que, como yo, somos auténticos toxicómanos de la política, capaces de,  con el culo di ferro al que hacía referencia Enrico Berlinguer, aguantar horas y horas de sentadas, soportamos, y a veces con difcultades, maratonianas reuniones, yermas desde el punto de vista intelectual.
¿Describen o regulan los Estatutos de IU, el verdadero proceso por el que pasan los órganos antes de aprobar lo que sea menester? Ni de lejos. La lógica organizativa, que algunos echamos de menos, exige un calendario que jamás se cumple y que básicamente debería consistir en que la dirección: El Coordinador o la Comisión Ejecutiva, elabora un informe, coyuntural o estructural, en base al cual se hacen propuestas políticas tácticas o estratégicas, que con la debida antelación se hace llegar a los miembros del correspondiente órgano para que hagan un análisis, si puede ser en el seno de su Asamblea de base (y las nuevas tecnologías no exigen para ello una reunión física) mejor,  de manera que junto con el debate, debidamente ordenado, que se produzca en el seno del propio órgano cada miembro del mismo tome una decisión analizada, reflexionada y meditada sobre el informe presentado.  ¿Se hace así? Desgraciadamente no:
-El informe en cuestión, como muy, pronto está dispuesto el día antes de reunir el órgano que ha de aprobarlo, en muchos casos la misma mañana, y en algunos, minutos antes de empezar la reunión. Y casi nadie protesta porque en el fondo lo que diga, como podremos ver en el verdadero calendario a seguir, el informe a aprobar es secundario.
-Los impulsores o dirigentes o muñidores, llámese como se quiera, de las diferentes "familias" contactan o se escudriñan para ver en que momento se está en relación con la dirección de turno para, una vez debidamente contados los "soldados", la "tropa disponible", apoyar, apoyar críticamente o retirar su apoyo, dependiendo del momento político en que se esté, y sobre todo, la cercanía a la confección de listas, internas o externas.
-Tras la lectura o explicación del documento en cuestión, quizás la única parte verdaderamente política de la reunión, se procede a una interminable ristra de intervenciones de un par de minutos, a las que prácticamente nadie presta atención ninguna porque todos los asistentes, en función de la "familia" a la que pertenezcan tienen predeterminado el sentido del voto. Los no pertenecientes a ninguna "sensibilidad" hastiados y aburridos suelen abstenerse.
-Se vota y el resultado es independiente de lo debatido, con mayor o menor acierto, por los asistentes.
Este modelo de funcionamiento, o mejor de anquilosamiento, es malo para un partido político, incluidos los procedentes de la tradición organizativa de la III Internacional y mil veces malo para una organización como Izquierda Unida que nació como una coalición de partidos para irse convirtiendo, al menos intentándolo, en un movimiento político y social capaz de aglutinar a la pluralidad de la izquierda política y social. Izquierda Unida no debería funcionar como un partido político, porque no lo es, pero al menos, de hacerlo, hágase con garantías democráticas mínimas, algo que este modelo de "mesacamillismo" basado en oscuras reuniones y en pactos, en muchas ocasiones, inexplicables con los "menganos" aliándose a los "zutanos" , cuando eran, aparentemente irreconciliables, para dejar en fuera de juego a los "perenganos" en su apoyo a la Ejecutiva.
Este es el modelo que, más allá de la lectura y análisis que hagamos de los procesos de Unidad Popular pasados, y con los que no soy especialmente complaciente, más allá de los que vengan, con los que soy francamente, y en el sentido más gramsciano del término, optimista, hay que definitivamente enterrar, y espero que, al menos en Madrid, el próximo domingo 14 demos, y nos ayuden a dar, el primer paso. Hemos sobrevivido, con gran esfuerzo, a unas formas organizativas que nos hacían consumir la mayor parte de nuestros recursos en clave interna, en la puta fontanería , y perdóneseme la expresión, lo que nos ha dejado, en muchos momentos, exhaustos a la hora de afrontar la realidad social. No hemos sido, capaces, y esa era nuestra obligación, de generar conflicto social, de dotarle de carácter político. Hemos trabajado, a veces mucho, de manera voluntarista, la peor de las maneras, en mareas y conflictos, sin criterio definido como organización. Es el momento de decir ¡Basta!
Hay quien, sin duda añorando un modelo en el que a título individual le ha ido muy bien, se retrotae, ni más ni menos, que a Gerardo Iglesias, como si la sociedad española no hubiera cambiado, para buscar la reinvención de Izquierda Unida, pues bien que quien, desde las más reaccionarias cadenas de Televisión, lleva tiempo insultando a dirigentes de IU se escandalice ahora porque los órganos en los que están esos dirigentes, y en concreto la Presidencia y el Consejo Político Federal, tomen medidas al respecto podría parecer de risa si no fuera porque es patético. Cabría aquí gritar alto y claro: ¡Que reinventen ellos!.
Otros, los que se agrupan en el llamado Espacio Plural , con compañeros por los que tengo aprecio personal y respeto político pero que no dejan de ser unos de esos zutanos o perenganos a los que el mesacamillismo, en el que han demostrado ser auténticos expertos, les proporciona, o ha proporcionado, un peso dentro de la organización que no se corresponde con el trabajo político realizado en la sociedad, ponen el grito en el cielo, no basándose en términos políticos sino exclusivamente estatutarios. Yo no soy un experto en cuestiones jurídicas, mi formación académica es absolutamente de Ciencias, y no sé hasta que punto una organización federal tiene que tragar con que una de sus supuestas federaciones se pase por el arco del triunfo las políticas decididas por la dirección federal que es lo que ha venido haciendo, de forma sistemática y desde hace mucho tiempo la dirección de IUCM, y que esa misma dirección federal se tenga que tragar también una gestión económica ruinosa, es, por lo menos, discutible y de hecho es , aproximadamente, lo que ocurrió con Ezker Batúa, organización con carácter jurídico propio como IUCM, que ganó en los tribunales su derecho a llamarse Ezker Batúa pero que dejo de formar parte del proyecto federal, y no confederal, que es Izquierda Unida. Pero es que además de ser discutibles, no son estatutarios o jurídicos los argumentos a valorar, sino políticos, y políticamente el modelo IUCM es insostenible. ¿No nos damos, o no queremos darnos, cuenta que mientras estamos sumidos en fontanear quien es el tres o el seis de la lista tal o cual, o cuantos miembros corresponden a este o aquel Consejo Político, a esta o aquella Presidencia, llegan los Podemos, Restemos, Ganemos, Sumemos, en definitiva, Estemos, y hegemonizan los espacios de Unidad Popular que se generan y que , en muchos casos, hemos generado nosotros mismos? ¿Nos limitamos a lamernos las heridas y echar la culpa a las televisiones del, indudablemente inmoral, apoyo prestado a determinados nuevos partidos, con el exclusivo fin de hacernos daño? ¿O mejor nos ponemos a trabajar seriamente en conseguir que la Unidad Popular, siempre necesaria, este hegemonizada por nosotros? Se trata de preguntas, evidentemente, retóricas.
Y no se trata como algunos, y sobre todo algunos medios de comunicación, afirman de que se trata de disover IU en PODEMOS. Ni de lejos, al menos no en mi caso. Pocos compañeros, ni entre los que abogamos por una nueva IU en Madrid, ni entre los que se mantienen en IUCM, van a ser tan críticos, como yo mismo, con lo que ha significado la eclosión, y el momento en que  eclosiona ese nuevo partido, que coincide con nuestro mejor momento electoral, y desgraciadamente sólo electoral, de forma, a mi entender, no casual. He manifestado, por escrito y a quien me ha querido oir, que creo que en Ahora Madrid se deberían haber hecho las cosas de otra forma pero que si no hemos podido, y reconozco que nuestra propia situación interna ha jugado en nuestra contra, deberíamos incidir en que nuestro modelo se acerca más a Barcelona en Comù que a Ahora Madrid y explicando el porqué, que va más allá de lo fórmula jurídica adoptada. Los que me conocen, y a los que no se lo quiero dejar claro, que, ni de lejos, soy yo un simpatizante de PODEMOS ni de lo que significa, y precisamente por eso, no voy, no debemos, consentir que sean ellos quienes piloten la Unidad Popular, pero no haciendo como el avestruz ignorando su existencia sino asumiendo que están ahí y con un obvio protagonismo social.
El futuro de Izquierda Unida en Madrid pasa por el domingo, sea cual sea el resultado yo seguiré en un proyecto en el que creo pero espero, con ilusión, que se nos faciliten las cosas.

domingo, 7 de junio de 2015

Orden de alejamiento

Dejando claro que, tal y como el propio Alberto Garzón repite una y otra vez, la necesaria política de convergencia hacia la Unidad Popular no pasa por la dilución de IU en "otra cosa", independientemente de la importancia de las siglas (algo que no ocurrió en Ahora Madrid y que hace este espacio esencialmente diferente de Barcelona en Comù)
Dejando claro que, tal y como, muy acertadamente, señala el mismo Alberto Garzón, la Unidad Popular no puede descansar en un único protagonista, ni hoy en PODEMOS ni, al principio de la II República en el PCE dirigido por el grupo "Bullejos-Adame-Trilla".
Dejando claro que, en base a los dos párrafos anteriores, suscribo, asumo y apoyo lo decidido, todo lo decidido, por la pasada Presidencia Federal de IU, me permito, desde la humildad de un simple militante de base, sugerirle al compañero y camarada Alberto Garzón, que deje de hacer llamamientos, que a veces parecen desesperados, a la Unidad Popular a quien, por activa y por pasiva, una y mil veces, han dejado claro que la Unidad son ellos y solo ellos, y que su estrategia pasa pasa por nuestra desaparición.
No vaya a ser que al final un juez tenga que hacer con nosotros lo mismo que con un novio acosador, dictar un orden de alejamiento.

viernes, 5 de junio de 2015

IUCM

No me resisto, aun sin haber hablado con nadie, a dar mi opinión sobre lo que está ocurriendo en Izquierda Unida en Madrid. La Ejecutiva de IUCM, o lo que quedaba de ella, ha seguido el camino adoptado por su coordinador, Eddy Sánchez, tras el resultado de una primarias que, claramente, les desautorizaba. No todos los que votamos la candidatura de Tania Sánchez, a tenor de lo ocurrido después, estabamos votando lo mismo. Algunos, no sé si muchos o pocos, apoyamos esa candidatura para, aprovechando el tirón mediático de la entoces compañera, intentar la supervivencia de Izquierda Unida frente al previsible huracán PODEMOS. Y demostré ser ingenuo y confiado cuando, en un acto celebrado por la candidata en Moralzarzal, creí las palabras de Tania Sánchez afirmando que "si había que confrontar se confrontaría" en clara referencia al precitado partido. Con la misma confianza participé en las primeras reuniones, y apoye en ruedas de prensa, de "Cambiar Madrid", pensando entonces, y sigo pensando ahora, que los procesos de confluencia y convergencia propuestos eran la manera de generar alternativas a ese falso modelo de "Unidad Popular" propuesto por Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Rafael Mayoral, etc.
No me arrepiento, en absoluto, de lo que he hecho, aunque, obviamente, las cosas no han ocurrido como yo pensaba que debían ocurrir. Para muchos compañeros, puede que la mayoría, que apoyaron las candidaturas de Tania y Mauricio, no sólo PODEMOS, como partido constituido de la forma más clásicamente socialdemócrata como maquinaria electoral, era pieza clave, sino que, lo que a mi entender es más grave, adoptaba la metodología "15M" como elemento básico en la construcción de espacios y plataformas unitarias. Una metodología válida, y mucho, para un movimiento como el 15M, pero que trasladada a aspectos organizativos, de espacios netamente políticos, es muy susceptible de ser manipulada.
Todo hubiera sido, estoy seguro, de otra manera si con Eddy Sánchez hubiera dimitido en bloque la Ejecutiva de IUCM, sin reservarse extrañas "coordinaciones colegiadas" y hubieran dado un paso atrás, sin embargo prefirieron refugiarse en la "legalidad estatutaria" contribuyendo, sin ser los únicos, que conste, a una ruptura irreversible de IUCM.
No tengo ni idea de lo que va a ocurrir ahora, pero creo que solo desde fuera, es decir desde la dirección federal, y de manera objetiva, limpia y democrática, se puede pilotar el proceso, que no me atrevo a denominar, construya o reconstruya la necesaria organización de la izquierda en Madrid. Espero que en la dirección federal impere el sentido común que en Madrid, evidentemente, nos ha faltado. En las actuales circunstancias una Asamblea Extraordinaria de IUCM puede ser un simple "brindis al sol"

miércoles, 3 de junio de 2015

Los pitidos

Dejando claro que mi bandera es la roja con la hoz y el martillo y mi himno la Internacional, aunque he de reconocer que el escudo de mi Madrid-preferiblemente sin coronas añadidas- y las mocitas madrileñas, salvando las distancias,  también me emocionan lo suyo. Dejando eso claro, repito, no me resisto a comentar lo acaecido, y por otra parte requeteanunciado, el sábado pasado en la final de la Copa del Rey. 
La primera consecuencia de la monumental pitada, parece ser que superó de largo el centenar de decibelios, es que se está hablando más de ella, de la pitada, que del partido en sí mismo, de manera que nos quedaremos saber en que momento los jugadores del Atlhetic renunciaron a ser gudaris aspirantes a conducir la gabarra por la ría, para convertirse en meros espectadores de los gambeteos del portador del número diez de la zamarra azulgrana. Desde luego, si el sábado próximo los defensores de la Juve muestran la misma condescendencia que la mostrada por los otrora leones,  y en estos momentos apenas cachorrines de gato doméstico, el ansiado, y muy probablemente merecido, triplete, está al caer. Podemos felicitarnos los contribuyentes de que los funcionarios de hacienda estén siendo más rigurosos a la hora de afrontar los regates fiscales del idolatrado jugador culé que los defensores del Atlhetic con los deportivos.
De haber estado presente en el evento, algo harto improbable dada mi absoluta falta de interés por el mismo, es muy probable que me hubiera abstenido de manifestar mi desagrado por la Marcha de Granaderos. Puede que se trate de una pachanga de escaso valor musical, que lo es. Puede que sea el fruto de una victoria militar de un ejército sedicioso que se levantó en armas contra su propio pueblo. Puede que su imposición como himno de la monarquía parlamentaria, como la propia monarquía o la bandera bicolor, fuese el fruto de una transición política con una correlación de fuerzas desfavorable, muy desfavorable, para los demócratas. Todo ello es cierto y, para mi, tiene como consecuencia, subjetiva y personal, que detesto tanto la Marcha de Granaderos, también conocida como Marcha Real, o más popularmente Chunda Chunda, como la bandera bicolor, independientemente de el escudo que la complete. Sin embargo, hay muchos ciudadanos, y eso se palpa claramente en los éxitos deportivos, que no entran a valorar, ni siquiera superficialmente los argumentos que he expuesto, que se sienten representados por esa bandera y ese himno, sin que sean unos fachas cavernarios, y que pueden sentirse ofendidos por un suceso de esas características, aunque, todo hay que decirlo, esa ofensa puede estar, y lo está, manipulada.
Por otra parte la dichosa pitada tiene un inconfundible aire de reivindicación identitaria nacionalista, y ahí me afloran al unísono el internacionalismo propio de un aspirante a revolucionario, y mi afrancesado jacobinismo fruto de una construcción cultural que nos hacía, en la larga noche de la oscuridad fascista, mirar al otro lado de los Pirineos.
No me causa ninguna clase de problema ser militante del Partido Comunista de España y, como el conjunto del PCE, aspiro a un Estado Federal en el que todos, en igualdad de deberes y derechos, con nuestra obvias diferencias idiomáticas y culturales, podamos sentirnos razonablemente cómodos.
No recuerdo si fue don Pío Baroja, donostiarra de nacimiento madrileño de vocación, quien afirmó que "El carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando" fuera don Pío o no el autor de la frase, dudo con don Miguel de Unamuno, la suscribo como propia.

jueves, 28 de mayo de 2015

Cambiar Madrid

He sido siempre un militante respetuoso y coherente con los espacios en que he militado, y cuando esa coherencia con mi militancia ha sido incompatible con mi coherencia personal me he retirado sin estridencias. Por eso abandoné, sin ruido, el PCPE (antes PCpunto) cuando Ignacio Gallego y la mayoría de la dirección optaron primero por formar parte de la recien nacida Izquierda Unida, para posteriormente integrarse, en algunos casos reintegrarse, en el PCE. Era yo muy reticente a la pertenencia a IU, fundamentalmente por la presencia de algunos compañeros de viaje, a mi entender, un tanto "peculiares" (Federación Progresista, Partido Carlista, Partido Humanista,...) y la mayoría de la organización de Madrid, que acababa de celebrar su primera conferencia, en el edificio que se había comprado en la calle Saturnino Calleja, con José Antonio Moral Santín como secretario general de Madrid y Ángel Pérez de organización, estaban, estábamos, en aquella posición contraria a entrar en IU, y de hecho, ¡que cosas tiene la vida!, acabé entrando en IU de la mano de Izquierda Alternativa, cuando se produjo el "divorcio" entre los que procedían de la LCR y los que procedían del MC, y los primeros optaron por integrarse en Izquierda Unida, siendo primero Espacio Alternativo para, una vez fuera de IU convertirse en Izquierda Anticapitalista y terminar subsumida en PODEMOS. Hay que decir, por aclarárselo a quien me conozca poco, que este "coqueteo" con la IV Internacional, efímero, solo es comprensible desde mi inquebrantable amistad y mi absoluta admiración a mi queridísimo Antonio Flórez. De todo aquel periplo, que me llevó a algún apoyo inconfesable en elecciones europeas, saqué una conclusión fundamental: estaba más que harto de mantener posiciones muy bien estructuradas, con análisis correctísimos, en organizaciones, o partidos, con escasa militancia e influencia social, es preferible, creo yo, "equivocarse" con muchos. Es algo parecido a lo que ocurre en mi ámbito profesional, la estadística, "un dato de poca calidad, pero rápido, expulsa a un dato mejor pero que se tarda en obtener, y sobre todo, publicar". Fundamentalmente por eso, estoy en el PCE y en Izquierda Unida, porque son las únicas organizaciones de izquierda, y la caracterización de izquierda les aleja de cualquier tipo de "centralidad" o "transversalidad", desde las que, con sus muchos defectos, se puede aspirar a transformar la sociedad, no a ponerle parches, desde la lucha contra la corrupción del sistema, al propio sistema, proponiendo una renovación de élites, una especie de "quitemos a los [capitalistas] corruptos sustituyéndolos por honrados [capitalistas], y que nadie interprete que yo desprecie la lucha contra la corrupción. Esa coherencia, a la que me refería al principio, me lleva, siguiendo las resoluciones del CC del Partido Comunista de Madrid, a participar dentro de IU en el espacio Cambiar Madrid y ahí seguiré mientras la dirección federal del PCE no diga lo contrario, o que mi grado de discrepancia sea tan inasumible que me obligue a abandonar el Partido. Lo que nunca he hecho, ni haré, ni en el PCE ni en IU es, fuera de procesos congresuales o asamblearios, situarme contra la dirección, muy pocos pueden decir lo mismo. Fui, en el VIII Congreso del PCM, en la lista de Mauricio Valiente y colaboré en la dirección de Daniel Morcillo, fui, en el IX, en la lista de García Rubio y asumo la dirección de Álvaro Aguilera. Esa es mi coherencia militante, a mi no me resulta extraña. Pero asumir mi pertenencia a Cambiar Madrid no implica un acuerdo absoluto, y como no se trata de un órgano regular, ni de izquierda Unida ni del PCM no tengo ningún problema, en discrepar de forma pública. Textualmente, la carta a la militancia dice así:

 Hay que consolidar esta victoria y hacerla irreversible 

 Balance de las elecciones y tareas Compañeras y compañeros:

 El resultado de las elecciones municipales en la ciudad de Madrid el pasado 24 de mayo,ha sido una derrota para el principal partido de la clase dominante que hasta ahora tenía una mayoría absoluta holgada. Después de más de 20 años, hemos derrotado al PP en la ciudad de Madrid. Ahora hay que consolidar esa victoria y hacerla irreversible. También han sido una confirmación brillante de la audaz apuesta política que hicimos por la confluencia, así como el fruto de un enorme trabajo realizado por quienes estamos metidos en este proyecto. La militancia de IU tiene en el Ayuntamiento de Madrid tres ediles y es evidente que si hubiésemos participado toda IU en el proceso el resultado hubiese sido mucho mejor. Por el contrario, la dirección de IUCM, con el respaldo de parte de la dirección federal, han llevado a la organización al desastre. Los resultados de la candidatura de IUCM en nuestra ciudad demuestran que esta organización ha muerto. Ante la negativa a asumir responsabilidades por el caso Bankia y las tarjetas negras; el no reconocimiento de las primarias; y, sobre todo, su oposición a la unidad, les ha aislado definitivamente de su propia base tradicional. El electorado ha dictado sentencia, inapelable. La importancia de los procesos de unidad popular, que se ajustan perfectamente a las aspiraciones de una parte cada vez más amplia de la clase trabajadora y otros sectores de la población, ha quedado demostrada no sólo en el caso de Madrid. Se puede decir que ha sido una tendencia general. Allí donde ha habido estas candidaturas (Barcelona, Zaragoza, Madrid, Alicante, Coruña, Castellón, Logroño…), no sólo han tenido muy buenos resultados sino que, en muchos de ellos, pueden conseguir desplazar al PP u otros partidos del sistema, con alianzas. La necesidad de candidaturas electorales de unidad, es quizás la conclusión más importante de estas elecciones, pero como militantes conscientes y con experiencia, sabemos que eso no basta. La unidad es hoy condición imprescindible, exigencia del pueblo trabajador, pero por sí sola no es suficiente. Hay que abanderar la lucha por ampliar esta unidad a las próximas elecciones generales, pues la experiencia de Podemos en las autonómicas ha dejado en evidencia los límites de que cada organización vaya por separado. En menos de seis meses nos jugamos echar al PP del gobierno estatal, y es necesario lograr esa unidad para lograr derrotarlo y ser la fuerza más votada de la izquierda. Madrid ciudad ha demostrado que es posible. La unidad, con ser una condición básica para tener una opción de victoria, no es suficiente pues esa unidad sólo tendrá una base sólida si es la expresión de la unidad en la lucha por los derechos y reivindicaciones de las trabajadoras y trabajadores en los distritos, en los barrios y en los distintos sectores. En otras palabras, la unidad será una fuerza imparable si se basa en un programa de transformación real de las condiciones de existencia de la mayoría de la población trabajadora. Y esto es más importante ahora, si cabe, en la medida que nos enfrentamos, como todo parece indicar, a tareas de gobierno en el Ayuntamiento. Hemos de tomar la iniciativa y ofrecer un programa de gobierno al PSOE, como un reto público, basado en las propuestas del programa de Ahora Madrid y las necesidades de la clase trabajadora y de los barrios. Cualquier acuerdo con el PSOE se tiene que basar en un programa y no en el reparto de puestos. Como grupo mayoritario tenemos ventaja, si actuamos correctamente. Hemos de aparecer como los adalides de la unidad. Si el PSOE acepta, acepta la unidad con nuestra condiciones. Si no, aparecerá como quien rompe la unidad. Nuestra propuesta tiene que hacer especial fuerza en aquellas medidas que repercutan de forma inmediata y palpable en las condiciones de existencia del pueblo trabajador de Madrid, y eso reforzará nuestra posición y debilitará a la derecha, dando opción de ampliar el apoyo a los gobiernos de la izquierda. Hemos de ser conscientes de que, a pesar de ser minoría dentro del grupo municipal AM, nuestra obligación es ser los más consecuentes con la defensa del programa y los intereses de la clase trabajadora. Actuando así podremos influir decisivamente en la política de AM y, en cualquier caso, ganar cada vez más apoyo entre los activistas y votantes de esta candidatura. Desde la lealtad con el proyecto frente a la derecha, nunca deberemos dejar de poner en evidencia cualquier intento de retroceder en la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras frente a la presión de las grandes empresas contratistas y los bancos, que las habrá. Si afirmamos que IUCM ha muerto, el siguiente paso lógico es la tarea de organizarnos, exigir a la organización federal la desfederación de IUCM y el reconocimiento de nuestra nueva formación. Somos conscientes de que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y que el papel que vamos a jugar en la transformación de IU Federal y el respaldo del proyecto que encabeza nuestro compañero Alberto Garzón, es de vital importancia. Tenemos enfrente un enorme reto. Hemos de levantar una nueva organización en la que agrupar a toda la militancia al tiempo que estamos implicados en tareas de gobierno en un municipio de grandes dimensiones. Por eso, y aparte de otras consideraciones políticas, no nos sirve el viejo modelo de organización jerarquizada, centralizada e institucionalizada, en la que los militantes eran un cero a la izquierda y, en el mejor de los casos, actuábamos como guerrilleros más o menos aislados en nuestros distritos. Ni podemos repetir el error de que la organización este exclusivamente al servicio del grupo municipal, necesitamos un equilibrio y eso exige como algo urgente y vital una organización fuerte en la ciudad de Madrid. Es imprescindible compaginar las tareas en nuestros barrios, que hay que delegar en la medida de lo posible, con las tareas de coordinación política y organizativa, y las tareas institucionales. No hay que esperar que los liberados hagan, sino participar todos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Tenemos que organizar las asambleas en todos los distritos y designar consejos o coordinadoras de distrito que planifiquen, sigan y se aseguren de que se cumplen planes y acuerdos. Tenemos que preparar una Asamblea de Madrid ciudad en la que debatamos todas las tareas, el programa y elijamos una dirección. En cuanto lancemos la nueva organización hemos de hacer un llamamiento público a la afiliación a la Izquierda que estamos refundando. Hay que prepararse para organizar la elección de vocales en las JJMM. Hay que hacer un llamamiento a los trabajadores y trabajadoras municipales, así como a las organizaciones sindicales que estén dispuestas, a colaborar en el proceso de cambio en el Ayuntamiento. Su participación es imprescindible para lograr la mejora de los servicios públicos municipales. Hemos sido protagonistas de un proceso que abre una nueva etapa, seguro que vamos a estar a la altura de las exigencias.

Comisión Permanente de Cambiar Madrid ciudad

Como documento, tomado globalmente, es un documento pobre, muy pobre, cargado de lugares comunes que tiene como elemento principal algo obvio Esperanza Aguirre no será alcaldesa de Madrid, ni siquiera si triunfara alguno de los tamayazos que, sin rubor, está proponiendo.
La carta abierta la firma la Comisión Permanente de Cambiar Madrid Ciudad, espacio que, hasta ahora, he supuesto que estaba formado por militantes de IU en la ciudad de Madrid, más allá de su situación jurídica, sin embargo todo el documento podría estar perfectamente asumido por la totalidad de Ahora Madrid de manera que, en la práctica, se produce una identificación total entre Ahora Madrid e IU Madrid, y sólo al principio del documento se hace referencia a que hay tres ediles de IU [de veinte] y que mejor nos hubiera ido si toda IUCM hubiera participado en el proceso, "Perogrullo dixit", aunque también es verdad que al final reconoce que estamos en minoría. Ni el mismísimo Hegel hubiera aplicado el idealismo dialéctico con tanta pulcritud. Efectivamente, si el conjunto de IUCM, o al menos la inmensa mayoría, hubiera entrado en el proceso de los diferentes Ganemos de los distritos, podría haberse ganado la fórmula Coalición Electoral, que no hubiera supuesto la desaparición de IU como sujeto político activo, la dirección de IUCM no hubiera tenido coartada para presentar candidatura, y entonces, y solo entonces, sí podría compararase Ahora Madrid a Barcelona en Comù. Pero los análisis, el archiconocido latigullo de "El análisis concreto de la situación concreta", si somos marxistas, y yo creo serlo, hay que hacerlos desde el materialismo, desde la situación real, no desde el idealismo, desde la situación deseada. Y la realidad marcaba que, por ineficacia o mala praxis de la dirección de IUCM, que da lo mismo, nuestra posición dentro de Ganemos era débil y fuimos "carne de cañón fácil" para que PODEMOS, que tiene como principal objetivo a corto plazo nuestra desaparición, impusiera su metodología. Y nosotros, y la carta abierta no quiere reconocerlo, hemos quedado como una fuerza residual dentro de Ahora Madrid. Para la Opinión Publicada, los medios de comunicación, Manuela Carmena será la alcaldesa de PODEMOS, y como además la Opinión Publicada termina deviniendo en Opinión Pública si preguntaramos a la inmensa mayoría votantes de Ahora Madrid diría lo mismo.
Todo este idealismo voluntarista impregna el documento en su conjunto, y así, ignorando la situación de minoría que, a duras penas, reconoce dice que hemos derrotado al PP ¿quienes? Desde luego no la Izquierda, con tres concejales frente a los veinte del PP, si acaso, y siendo benevolente, ha derrotado al PP un espacio político hegemonizado por una pequeña burguesía progresista, empeñada en regenerar el sistema capitalista, y en el que tenemos una participación minoritaria. Me recuerda al jolgorio con que celebrabamos las victorias de Rodríguez Zapatero, "La izquierda derrota al PP", mientras nosotros quedabamos en situación de irrelevancia política. La nueva organización que ha de nacer, o refundarse, una vez que la dirección federal de IU "desfedere" a IUCM, algo que yo no veo tan claro, ¿contará con cuadros o militantes que tienen una visión diferente de los procesos de convergencia? o, una vez determinado que son parte del odioso Partido de Bankia / Tarjetas Black , serán condenados a las tinieblas. Exactamente ¿que queremos decir cuando decimos que abandonaremos el viejo modelo de organización jerarquizada? Convendría saber si estamos avanzando hacia un modelo asambleario, horizontal que no distingue, en derechos, militantes y simpatizantes, aunque sí en obligaciones, unos pagan cuota y otros no.
Estamos seguros de que Alberto Garzón dice en su blog lo que parece ser que algunos quieren que diga, puesto que al caracterizar a PODEMOS como una fuerza de carácter populista, lo saca del espectro de la izquierda, lo cual no quiere decir, al igual que pasa con el PSOE, que no podamos llegar a acuerdos con ellos, en el ámbito electoral o post-electoral, en base a posibles acuerdos programáticos. Yo no milito en Madrid Ciudad y por tanto no soy quien para decirles a esos compañeros lo que deben hacer, máxime teniendo en cuenta el varapalo que me he llevado en Alpedrete, "Consejos vendo que para mí no tengo", sólo doy mi humilde opinión.