miércoles, 18 de noviembre de 2015

Proceso Cerrado

A falta de poco más de un mes para tengan lugar las elecciones generales de diciembre de 2015, bien podríamos decir Alea jacta est. Todo lo que se podía hacer de cara a confluir en las próximas elecciones está, mejor o peor, hecho, el escenario es el que es y ahora lo que toca es trabajar para que las candidaturas de Unidad Popular, encabezadas por Alberto Garzón, obtengan el mejor resultado posible, dado que, a mi leal saber y entender, son la única izquierda consecuente que se presenta a las elecciones. Y si digo única puedo argumentarlo, digo única porque descuento:
-Al PSOE, porque siendo un partido con militantes de izquierda, y dirigiéndose a un electorado que sociológicamente podemos ubicar en la izquierda, nunca, ni en su programa ni en su acción de gobierno ha hecho política de izquierdas, al menos en el terreno de lo económico, abrazando con fe de carbonero el sistema capitalista. Aunque en el terreno de los derechos sociales ha propiciado avances significativos para mujeres, homosexuales y dependientes, estos avances no le caracterizan ni le ubican en la izquierda, y de hecho una parte significativa del electorado liberal-conservador, que hoy duda entre PP y C's, se siente cómodo con ese tipo de medidas.
- A las diversas izquierdas nacionalistas porque, y puede que aquí influya el haber nacido, crecido y educado en Madrid, lugar en el que el nacionalismo, cualquier nacionalismo, puede que de forma excesivamente simplista, se equipara con extrema facilidad a cualquier manifestación de paletismo. Sin llegar a tanto, e intentando ser un poco más riguroso, podría decir que se me hace muy cuesta arriba ubicar en la izquierda a quien pone en primer plano señas de identidad, indudablemente existentes, dejando como secundarias las contradicciones de clase. ¿Quiero decir con ello que dejo fuera de la izquierda a las CUP catalanas, el BNG o la Izquierda Abertzale? Ni mucho menos, simplemente me parece, y estaré equivocado como casi siempre, que pecan de inconsecuentes-
- A PODEMOS porque, sinceramente, no sé lo que es. En ese viaje, que iniciaron, que no se olvide, en Vista Alegre, en busca de la centralidad del tablero se han desdibujado de tal manera que es muy difícil reconocer en ellos señas de identidad, no ya de la izquierda, sino de nada. Por otra parte su política de fichajes mediáticos se está tornando en un dislate, un día entra uno que se va al día siguiente, otro día, y como consecuencia de algún paracaidista famoso, se descose una organización territorial. Desconozco, todos desconocemos, el resultado final, pero aun dando por supuesto que obtengan mejor resultado de los que, históricamente, han obtenido IU o el PCE, va a quedar muy lejos de sus perspectivas iniciales, esas que llevaron a Pablo Iglesias a iniciar una cuenta atrás Tic Tac, Tic Tac, Tic Tac...que iba a terminar con el régimen nacido de la Transición. Con ambiciosos objetivos iniciales que conducían inexorablemente a La Moncloa obtener una veintena de diputados no deja de ser un fracaso estrepitoso.
Nosotros, la pesada e indeseable mochila con la que cargamos a nuestro candidato, los pitufos gruñones , los acomodados al sistema conformes con las migajas institucionales que nos ha dejado el bipartidismo, tenemos un arduo y complejo trabajo a realizar. Nos enfrentamos a la enésima travesía del desierto y hemos de procurar que sea lo más rápida y cómoda posible.
Tenemos que dejar claro, porque es la pura verdad, que Unidad Popular no es Izquierda Unida con otro nombre, más allá de la evidencia de su importancia dentro de ella. La metodología utilizada tiene muy poco, a nada, que ver con la que tradicionalmente hemos venido trabajando. En efecto ¿Se imagina alguien, antes de las elecciones europeas, que el candidato iba a ser elegido mediante un mecanismo de elecciones primarias abiertas, en las que cualquier ciudadano que quisiera podía ser elector, elegible, o ambas cosas, proceso, a mi juicio, técnicamente muy mejorable, pero intachable desde el punto de vista de la calidad democrática? Ni de lejos, inimaginable, impensable. Ya solo por eso, afirmar que Unidad Popular no es más que IU con otro nombre es, como poco, una frivolidad. Porque no se ha tratado, en ningún momento se ha tratado, como en otras ocasiones, en abrir nuestras puertas para con generosidad incluir en nuestras listas a personas procedentes de el exterior de IU. No ha sido ni parecido. Entre todos, afiliados a IU, a otras formaciones, o a ninguna estamos participando en pie de igualdad en construir este espacio. Y adoptar esta metodología no ha sido fácil para IU, y muy singularmente en Madrid en el que la organización ha quedado, prácticamente, partida por la mitad. He aquí nuestra primera tarea, y no va a ser sencillo porque gran parte de la artillería de nuestros competidores, estoy seguro, va a apuntar en esa dirección.
La segunda tarea, puede que más importante, es postelectoral, y tiene que ver, independientemente de los resultados, y tenemos que pelear para que esos resultados sean óptimos, con la consolidación de este espacio, Unidad Popular, como un instrumento útil, no sólo para futuras confrontaciones electorales, sino tambien, y principalmente, para el conflicto social, convencido, y la historia y la experiencia me avalan, de que sólo en el conflicto se pueden modificar las condiciones subjetivas de la clase trabajadora, para que el avance hacia el socialismo deje de ser una utopía para convertirse en un objetivo alcanzable.