Al hilo de esto que se ha dado en llamar la
ley de memoria histórica , andan las aguas un tanto turbulentas en lo que se refiere a la condena del franquismo desde un punto de vista jurídico, parece ser que desde un punto vista moral está más condenado, por más que fascistas reconocidos afirmen sin rubor que el franquismo fue para mucha gente algo
apacible, como afirma el
energúmeno Jaime Mayor Oreja, y es que a poco que rasques la cabra tira al monte y el fascista
reconvertido por necesidad en demócrata piafa haciendo caso a sus instintos autoritarios. Son muchas las entradas que en diversos
blogs han hecho referencia al tema, así
nuestro animal de la polis favorito hace mención al concluyente hecho de que mientras los vencedores de la sublevación han tenido un más que prolongado periodo para honrar a sus caidos, cautivos, mutilados y demás parentela, los derrotados continúan teniendo muertos enterrados en las cunetas. Por su parte el siempre incisivo
Dardo aprovecha un mercido homenaje a Antonio Machado (en el que sobra, a mi juicio, una bandera que D. Antonio nunca hubiera sentido como propia) para no en la entrada, pero si en los comentarios que la misma ha suscitado, elaborar un completo argumentario en favor de no condenar el
franquismo como sistema, de una forma general, puesto que sería tanto como condenar nuestro actual sistema de monarquía parlamentaria y constitucional, puesto que
jurídicamente procede de aquel; incluso el ínclito, probo y nunca bien ponderado
Pedrojeta es el argumento que emplea para justificar la legitimidad a posteriori del
franquismo: Si los militares no se hubieran levantado en 1936, para corregir los abusos de los
rojos, no hubieramos tenido un largo, pero necesario según
Pedrojeta, periodo que desembocó en la transición, momento cumbre en la historia de España según sus exégetas, dando lugar al magnífico sistema que ahora disfrutamos y que nos ha permitido llegar a ser miembros respetados de la UE, octava potencia económica y sempiterna ganadora de medallas y títulos deportivos. Es decir, a juicio de los
transicionistas, monárquicos o juancarlistas, que de todo hay, fue necesaria una atroz guerra y una más que terrible represión para llegar a este idílico modelo en el que nos desarrollamos, y que Zapatero, el malvado masón Zapatero, quiere destruir, porque odia a España, como todos los masones.
Y llegado a este punto no me queda más remedio que decir que hay dos cosas que son más necesarias que nunca: Tener
memoria con esta ley, con otra o con ninguna, y que nos eduquen como ciudadanos para evitar que salvadores, como los que le gustan a
Pedrojeta y Fedeguico, vuelvan a intentar enmendar el rumbo de la nave patria.
Así pues, vamos con la historia, a grandes rasgos:
El
14 de abril de 1931, el rey Alfonso XIII abandona el puesto, después de una elecciones municipales, que habian mostrado que "
ya no tenía el amor de su pueblo", según sus propias palabras, se proclama la
República Española, y se elabora la Constitución de 1931. Desde el principio la República es desestabilizada por los sectores económicos más reaccionarios y por
la Iglesia Católica, fuertemente ligada, sobre todo en el medio rural, a los grandes propietarios y terratenientes que véían, ciertamente amenazados sus muchos años, o siglos, de privilegios. La apuesta de la República por una
Educación Pública Laica arrebatando el monoplio de la enseñanza a la Iglesia Católica puso a esta en pie de guerra, que convirtió los púlpitos en arengarios desde los que lanzar toda clase de soflamas contra la República.
El
10 de agosto de 1932 , el general
Sanjurjo se levanta contra la legalidad Republicana, el golpe es abortado, el general es condenado y posteriormente indultado, se exilia, y desde el exilio seguirá conspirando contra la República.
Las
elecciones de 1933 dan el triunfo a un coalición entre los radicales de
Alejandro Lerroux y la CEDA de
José María Gil Robles. La deriva antirrepublicana del gobierno hace que las organizaciones obreras, fundamentalmente
UGT, convoquen una
Huelga General, que fracasa en toda España excepto en
Asturias, donde toma la características de
insurrección revolucionaria y en Cataluña, dónde es explícitamente apoyada por la
Generalitat presidida por
Lluis Companys. El
gobierno de la República sofoca la rebelión, miles de revolucionarios son encarcelados, y el
Estatuto de Autonomía de Cataluña suspendido. No hay, pués, debilidad alguna de las instituciones republicanas frente a los revolucionarios, la represión es durísima, nada que ver con el indulto al general Sanjurjo unos años antes.
En f
ebrero de 1936 gana las elecciomes el
Frente Popular agrupación de toda la izquierda que lleva como punto primero de su programa la amnistía para los encarcelados por los sucesos de
octubre de 1934 así como el restablecimiento de la Autonomía catalana. Al igual que en 1931 comienza un proceso fuertemente desestabilizador al que no es ajena la
jerarquía católica.En
julio de 1936 se levanta el
ejército de África, con sus unidades de
legionarios y regulares, de largo el mejor preparado y profesional. El golpe falla al resistir las principales ciudades de la República defendidas por ciudadanos armados, lo que algunos aplicando interesadamente las definiciones del DRAE llaman
turbas , y que acabaran , con mucho sacrificio, convirtiéndose en el
Ejército Popular de la República, las retaguardias,
ambas, se convierten en lugares propicios para las venganzas personales en nombre de diferencias políticas, los
responsables últimos de estos terribles sucesos son los
iniciadores de la guerra, desde el fusilamiento masivo de la plaza de toros de Badajoz hasta de la quema de iglesias y asesinato de curas y monjas.
1939-1975: Asesinatos, fusilamientos, cárceles, represión, exilio,miseria cultural, emigración, imposición religiosa, pobreza moral, corrupción,
estraperlo,etc...
Cuarenta años, casi,
larguísimos algo que acertadamente alguien definió como la
la larga noche del franquismo.
1975, 20 de noviembre, muere
Franco con el franquismo ya descompuesto, los sectores más
evolucionistas del régimen imponen sus tesis a la oposición antifranquista con un argumento de peso, el ejército,
heredero del ganó la guerra civil, no va a consentir ningún tipo de
ruptura , con el régimen de Franco, todo ha de hacerse de
la ley a la ley , en palabras de
Torcuato Fernández Miranda , ese es el eje de la transición, un
consenso que unos negocian, los
evolufranquistas, teniendo detrás los carros de combate y los otros,
la oposición democrática, la movilización de unas masas, harats de dictadura pero inermes, no es momento este de juzgar a los dirigentes de entonces, pero la verdad es que ni lo intentaron, y muchos quedamos muy frustrados.
2007 Asumiendo que las cosas fueron como fueron, asumiendo todo lo que asumimos, sin ánimo revanchista de ningún tipo, queremos que se cuente la verdad, que se legitimen, porque fueron legítimas nuestras acciones y que se deslegitimen las que no lo fueron, que se eliminen de nuestras plazas, de nuestros monumentos, de nuestros callejeros, los nombres de aquellos que, con buena o mala fe, contribuyeron a perpetuar un régimen asesino, aunque apacible para muchos, para todos aquellos que vivieron muy bien a costa de explotar y reprimir a los demás, como debió ocurrir con los ancestros del señor
Mayor Oreja. Y no se trata de un ajuste de cuentas personal, muchos ya murieron y sus herederos no pueden ser responsables, máxime cuando muchos de ellos piensan de otra manera. Se trata de buscar la
verdad, le duela a quien le duela, aunque más de uno tenga que avergonzarse de lo que hizo su adorado abuelito. Y a los que les espanta el
relativismo moral , que se apliquen el cuento y no quieran meter en un genérico saco a todo el mundo, los que provocaron la guerra, las matanzas, los fusilamientos y el dolor fueron
los fascistas y sólo ellos. Y deben terminar donde se merecen en
el estercolero de la historia.