jueves, 29 de septiembre de 2016

Roma no paga traidores

Podía haber llamado a la entrada Audax, Ditalcos y Minuros, traidores a Viriato, o Marco Junio Bruto, uno, aunque puede que no el más importante, de los conspiradores que acabaron por apuñalar a Cayo Julio Cesar.
Que nadie se confunda, no está en mi ánimo, ni de lejos, comparar a Pedro Sánchez con el pastor lusitano  o con el dictador romano que acabó con la República Romana para dar lugar al Imperio. Viriato siempre tuvo muy claro cual era su enemigo y quien lo encarnaba, y cuando sus  capitanes, curiosamente naturales de Osuna (Sevilla), le traicionan es por una cuestión estratégica, porque en el fondo no le veían  salida a la situación, mientras que Pedro Sánchez, también víctima de una conspiración sevillana, ha demostrado no tener claro ni quien es su enemigo real, ni quien realmente lo encarnaba, aunque hubo quien le recordó, tanto los intereses actuales, tras el correspondiente uso de la puerta giratoria adecuada, como el pasado, dicen que trufado de cal viva, de algún, autodenominado, jarrón chino.
Por otra parte, Julio Cesar, cuando atraviesa el Rubicón, está dando por muertas las instituciones de la República porque las considera obsoletas para la expansión de Roma, y los que le apuñalan, lo hacen porque ni querían ver mermado su poder, ejercido a través del Senado, ni consideraban necesaria expansión alguna que mejorara su cómoda situación. Sin embargo, a mi juicio, no parece que Pedro Sánchez tuviera muy claro porque hacía lo que hacía, con continuos cambios estratégicos nunca explicados. Así, por ejemplo, tras las elecciones de diciembre de 2015 viaja a Portugal con la intención de trasladar aquí el modelo portugués de gobierno socialista apoyado, sin participar en él, por el resto de la izquierda parlamentaria (Bloco, PCP), sin embargo, tras una intervención, puede que poco afortunada en la forma, de la dirección de PODEMOS ofreciendo un gobierno de coalición, da un volantazo a la derecha para firmar un acuerdo con la "derecha moderna" que puede representar CIUDADANOS esperando, y ahí demostró escaso olfato político, una respuesta análoga a la que tradicionalmente había tenido IU: Cualquier cosa con tal de que no gobierne el PP, es decir esperando apoyo, o al menos abstención, sin tener en cuenta, por eso hago referencia a su escaso olfato político, que ni PODEMOS era IU, ni es lo mismo tener una decena, acaso dos en los mejores tiempos, de diputados, que más de setenta. Tras las elecciones del pasado junio muchos nos quedamos estupefactos al ver a Pedro Sánchez, y no solo a él, exultante, pese a sus pésimos resultados, por el simple hecho de haber evitado el temido sorpasso. Y desde entonces sigue errante, como una especie de boxeador sonado, proponiendo, a troche y moche, extraños pactos a fuerzas políticas que, cada una de ellas, se considera incompatible con las otras, si bien, hay que decir en su descargo, camina, es un decir, en zigzag con los tobillos trabados por unas líneas rojas, marcadas por el Comité Federal, absolutamente esquizofrénicas:
-No a Rajoy ni al PP
-No a un pacto que incluya partidarios al "derecho a decidir".
-No a terceras elecciones.
Algo imposible en si mismo, si tenemos en cuenta que, sobre todo, CIUDADANOS pero también UNIDOS PODEMOS, han dejado meridianamente clara su mutua incompatibilidad. Y es curioso que los mismos que le obligan a tener que ir dando bandanzos, con tan absurda resolución, son los que ahora le apuñalan sin remordimiento alguno. Y ahí también ha demostrado Pedro Sánchez que poco tiene que ver con Julio Cesar que si bien acabó traicionado y asesinado, antes tuvo la fuerza y el coraje de consolidar su poder, algo que la ha faltado al, creo que de momento, secretario general socialista, a la hora de abordar su particular, y necesaria, batalla de Farsalia.
¿Y ahora...? 
 Hay amigos, buenos amigos, que me reconocen cierta, y puede que inmerecida, lucidez a la hora de analizar lo que ha ocurrido, sin embargo, yo mismo reconozco que desde esos análisis, puede que certeros, tiendo a equivocarme con cierta facilidad. Con todo voy a atreverme a hacer un pronóstico:
En lo que respecta a Pedro Sánchez, a pesar de su resistencia numantina, creo que sus días están contados, al menos de momento, aunque, incluso a mi me ha causado una cierta ternura, no cabe duda de que ha ganado mucho prestigio entre la militancia socialista de "a pie", por lo que no es descartable que vuelva a dar la batalla en el inevitable futuro Congreso Extraordinario.
 En cuanto al futuro gobierno...Cuando los poderes reales, lo que popular y con no demasiado rigor llamamos el Ibex 35, han dado el paso de hacer emerger alguno de sus submarinos, como el jarrón chino, es para que se consolide un gobierno capaz de llevar a cabo los dramáticos ajustes que exigen los poderes económicos, en definitiva los poderes reales y efectivos, europeos. Que vaya a estar presidido por Rajoy, Nuñez Feijoo, Susana Díaz, Fernández Vara o Albert Rivera es irrelevante, aunque puestos a apostar yo lo haría por el registrador de la propiedad pontevedrés, lo relevante es que va estar sustentado por las estructuras políticas que apoyan la pervivencia del sistema económico capitalista, y ahí, tristemente, están los cuadros del PSOE, aunque no la mayoría de la militancia, y no es que yo considere a Pedro Sánchez un feroz anticapitalista.
La durabilidad de ese gobierno es una incógnita, al menos para mí, pero puestos a pronosticar sigo con la tarea. Creo que una vez abordadas las medidas de ajuste, que van a ser muy duras porque la situación económica es crítica, y para eso van a bastar, como mucho, un par de años, puede que año y medio, con la deuda y el deficit razonablemente embridados, el gobierno caerá por si mismo. Es decir, acabaremos en terceras elecciones, aunque, utilizando le terminología cospedaliana, en diferido.
Y lo que ocurra ahí ha de ser motivo de otra reflexión que, a lo mejor, abordo un día de estos.