jueves, 7 de junio de 2007

Recuerdos de la infancia

En un comentario, que a mi me ha resultado muy emotivo Blanca nos ha contado porque se hizo "colchonera":

Te voy a contar por qué nunca fui ni simpatizante del Madrid: mi padre era una persona buenísima y muy cordial. Tenía la condición de ser atlético y siempre lo llevó con mucha honra y distinción. Tenía además una cafetería en la calle Lavapies con el mejor café del barrio, incluso lo tostaba el; lo traía en crudo de origen y lo tostaba en su tostadora, la única, ya no digo del barrio, debía de ser de todo Madrid, con lo cual su ropa se impregnaba de ese olor delicioso a café recien tostado... olor que tengo en mis pituitaria hasta el día que me muera...A esta cafetería venía todo el mundo, como no podía ser de otra manera, y los lunes, a veces yo escuchaba a algún "imbécil" preguntarle a mi padre con sorna: ¿D. Juan, qué hizo ayer "su aleti"? Evidentemente, "su" aleti era muy común que hubiera perdido a la manera clásica... Mi padre sonreía algo forzado y no contestaba, porque era todo un clásico y "el cliente tenía siempre razón", pero sufría mucho porque era un histórico seguidor colchonero.

Es curioso como se forjan en el carácter, fundamentalmente en la infancia, determinadas aficiones o fobias. Blanca ha conseguido con ese extracto de su relato que yo mismo haya llegado a oler ese café tostado, y con ese aroma han llegado, como no, otros olores de mi infancia, el olor de la cocina económica de mi casa en la calle Canarias, muy cerca de la Lavapiés de Blanca y también de don AF, y recuerdo muy bien a mi padre pegado a la radio Telefunken, escuchando los partidos del Madrid en la Copa de Europa, en mi casa no llegó la televisión hasta principios de los años 70. Era curioso el reparto de la radio en aquellos tiempos en mi casa, para mi padre eran sagrados además de los partidos del Madrid, el parte de las dos y media, la emisión en español de la BBC de Londres y por supuesto, cuando conseguía sintonizarla, Radio España Independiente, estación Pirenaica, muchos años después me enteré de que emitían desde Bucarest, de manera que lo de estación Pirenaica no era más que un eufemismo. Sin embargo, en las largas tardes de invierno, en verano estaba siempre en la calle y casi siempre en la plaza Luca de Tena o en los billares Pasaje,al mismo tiempo que yo hacía los deberes del colegio, mi madre, mientrás hacía jerseys de lana, uno tras otro, o cosía puños y cuellos de camisa, para complementar la sufrida economía familiar, escuchaba uno tras otro los seriales de Radio Madrid:

"......la sociedad española de radiodifusión por su cadena de ondas propias y asociadas presenta:

.......Un arrabal junto al cielo,

de Guillermo Sautier Casaseca

con el cuadro de actores de Radio Madrid:

Pedro Pablo Ayuso

Matilde Conesa

Juana Ginzo

Matilde Vilariño

Eduardo de la Cueva

narrador: Teófilo Martínez...."

La vida, en mi casa, y en muchas otras giraba alrededor de la radio, y una parte muy importante era el fútbol.

Pero ¿que había llevado a mi padre, un derrotado y represaliado combatiente comunista a hacerse seguidor de un equipo que a base de ganar Copas de Europa se había convertido en el único activo que podía presentar el régimen?. Cuando creía yo, ingenuamente, que había salido de la niñez y ya era un hombrecito, recien aprobada la reválida de 4º, comencé a vincularme, un poco sin darme cuenta, a los círculos de estudio de las juventudes comunistas, y en cuanto dije que era socio del Madrid me llovieron críticas por todas partes, unas por ser aficionado al fútbol, potente alienador de las masas, y además por ser madridista el equipo de Franco. Trasladé a mi padre, con bastantes precauciones, dado su carácter, mis tribulaciones futboleras y después de reirse un buen rato, lo que me tranquilizó, se puso a contarme una historia, que dado lo poco aficionado que era a hacerlo, tomé como cierta entonces, y sigo tomando ahora, aún siendo consciente de que toda historia traida del pasado con intenciones didácticas, tiende, poco o mucho a deformaciones o exageraciones.
Para un combatiente comunista derrotado , reprimido y represaliado, entre otras cosas fue expusado de Ferrocarriles (MZA era su empresa) al nacer RENFE, el encontrar donde trabajar era un problema, y si además se tienen dos hijos de corta edad, mi hermano nacido en 1938 y mi hermana en 1940, la situación es angustiosa. Por otra parte, hay quien sabe sacar provecho de cualquier situación, y no pocos empresarios sin demasiados escrúpulos, contrataban a "no adictos al régimen" pagándoles auténticas miserias. Así dió mi padre con una pequeña empresa de transporte por carretera llamada pomposamente "La Veloz Biosca" que hacía el trayecto de mercancías entre Alicante y Madrid. Cuando mi padre y otros "rojos necesitados" entraron en esta empresa, ubicada entoces en la calle Huertas, no disponía ni de camiones, ni de camionetas, el transporte se hacía por ferrocarril, y el reparto en Madrid y Alicante, mediante un carro de mano, del que tiraban mi padre y sus compañeros, cuando muchos años despues mi padre se jubiló, "La Veloz Biosca" ,ubicada entonces en la calle Canarias 8, tras pasar muchos años en Palos de Moguer (hoy Palos de la Frontera) 32, tenía mas de una docena de camiones de gran tonelaje e innumerables camionetas y furgonetas de reparto tanto en Madrid, como en Alicante.Fue el progreso de la España de Franco El dueño de la empresa don Manuel Biosca residía en Alicante, y la agencia de Madrid la dirigía su cuñada, doña Adela, viuda de un hermano del general Álvarez-Arenas, y con ella su hijo, de don Manuel, tambien llamado Manuel, y apodado Manolito, aunque mi padre toda la vida le llamó don Manuel. Recien acabada la guerra, el tal Manolito aprobó de modo fulminante la carrera de Ingeniero Aeronaútico, puede que el cabar la guerra de alférez provisional tuviera algo que ver, el caso es que al tener poca confianza en sus conocimientos el joven ingeniero ingresó en el ejército del aire. Y ahí fue donde le conoció mi padre, siendo un impenitente forofo del Atlético Aviación, y que ni decir tiene que los más pelotas de la empresa se hicieron rápidamente forofos del equipo rojiblanco. El estar tanto tiempo en la calle hizo que el Partido le encargase la tarea de ir, periódicamente, a la embajada británica para tener un conocimiento real de como iba la guerra, algo que ocultaba la presa oficial del régimen cuando las noticias eran contrarias al eje Alemania-Italia-Japón. Como en los primeros tiempos las victorias del eje se sucedían coincidiendo , y reconozco que es pura casualidad, con la época dorada del Atlético Aviación, de manera que las celebraciones en la pequeña oficina de la empresa se sucedían bien por un motivo, bien por otro. Cuando mi padre tuvo conocimiento, mucho antes de que la prensa oficial lo divulgara, de la derrota de Stalingrado, que cambió el curso de la guerra, esperó, con cierta ansiedad, a ver el careto de los felices celebrantes, y no quedó defraudado, porque enseguida se imaginaron al ejército soviético llegando hasta Algeciras, recordemos que España participaba activamente en la guerra através de la División Azul. Desgraciadamente las cosas no fueron así, el régimen cambió de bando haciéndosa íntimo de los vencedores norteaméricanos. Aquella cara de angustia entre los triunfadores de su agencia no volvió a verla, pero sí la de disgusto cada vez que perdía su equipo, de manera que empezó a aficionarse al fútbol y al Madrid. Cuando años después llegó la época gloriosa de las copas de Europa, mi padré se convirtió en uno de esos seguidores prepotentes de los que se quejaba Blanca. Cuando llegaba el lunes, y el Madrid había ganado y el Atleti perdido, mi padre iba a trabajar cantando como los enanitos de Blancanieves. Desde entonces me quedó todo claro y defenderé mi madridismo donde sea. Y por eso soy un madridista atípico que no alberga un especial sentimiento antibarcelonista más allá de la rivalidad, es más sé que cuando gana el Barça, a los patriotillas exhibidores de banderas rojigualdas sin ton ni son, se les corta la digestión, por no hablar de las cuatro ligas consecutivas que ganaron los vascos, por más que en la primera que ganó la Real me llevé un notable disgusto cuando Zamora marcó en el último suspiro. Parece evidente que las cosas de la infancia tienen su importancia en conformar la personalidad, y para mí, y sé que es injusto, el fascismo y el Atleti son las dos caras de la misma moneda. Cosas de crios

8 comentarios:

Blanca dijo...

Es tan hermosa la historia que cuentas... todos deberíamos proponernos recordar alguna vez retazos de esa infancia y adolescencia que, sin duda, ha forjado nuestro carácter.

La consecuencia de lo que yo contaba, aparte del "odio" al madridismo prepo, es el odio a lo prepotente en general y mi inclinación sin fisuras hacia los "perdedores", figura carismática y mucho más enriquecedora que los que siempre están en la cresta de la ola.

El ver a mi padre callar, me ha condicionado a mi a no callar nunca, a luchar contra lo que yo considero injusticias, sea en el campo que sea. Motivo que me ha llevado a muchas "tortas" en mi vida, pero soy buena fajadora, inasequible al desaliento... igual que mi padre... pero tolero mal al que quiere pisar al débil, o al que abusa de cualquier poder, por mínima que sea esa parcela.

En cuanto al recuerdo de las novelas... ¿te acuerdas de "Ama Rosa"? qué manera de llorar toda la familia junta, por dios... y Matilde, Perico y Periquín... y los cuentos: la ratita presumida, tralaralarita, limpio mi casita...
Fueron muchos años de escuchar la radio, y eso ha servido para que siga siendo mi mejor compañera, con dos referentes: radio Madrid (ahora la Ser) y Radio Nacional, que en este momento es magnífica... no como cuando daban el "parte" antaño... pero es que era el único noticiario. Recuerdo perfectamente cuando dejaron al resto de emisoras dar noticias, que fue no hace tanto...

Yo soy algo mayor que tu, pero las experiencias son idénticas. Y está muy bien compartirlas y recordar tantas cosas buenas que, tambien, hemos vivido. El recuerdo de mi infancia y adolescencia, independientemente de alguna cosa puntual, es que fui una niña y una chiquita feliz. Y aunque luego la vida me ha dado de todo, siempre tengo tendencia a recordar lo bueno y nunca pensar en lo malo, hasta que llego a olvidarlo... y a mi me funciona.

Propongo una vuelta a nuestros recuerdos más a menudo de lo que lo hacemos. Siempre es más grato que comentar ciertos aspectos de nuestra vida actual... porque estoy de ETA hasta más arriba del colodrillo.

Un abrazo,

RGAlmazán dijo...

Siempre con la premisa de mirar para adelante, a mí también me gusta volver la vista y recordar esos años que vosotros tan bien narraís y en los que fui feliz.
Lo del Madrid te lo perdono, bolchevique, pero lo de recordar lo del At. de Aviación cuando vosotros habéis sido lo que habéis sido, tiene guasa.
Yo, como Blanca, con la que coincido en bastantes cosas (debe ser cuestión de generación) soy del atleti, y es más, no lo voy a negar: antimadridista. Para mí el Madrid representa el poder y yo, que siempre he estado en el lado de los perdedores, lo rechazo y rechazo también esa prepotencia que tienen muchos con los equipos más modestos.

Reconozco que tu historia, como la de Blanca, son preciosas y dignas de recordar. Lo de la radio es algo que yo también llevo dentro. Para mí nunca podrá ser desplazada por la televisión. Estas tardes con "las peticiones del oyente", "los cuentos", "el serial (los que habéis nombrado, son los que yo recuerdo, tanto un arrabal... como Ama Rosa), Dos Hombres Buenos (de José Mallorquí), Diego Valor. Y los programas como: Doble o Nada, Cabalgata fin de Semana, El Carrusel de Vicente Marcos. Todo eso escuchado alrededor de una modesta mesa camilla, con un brasero debajo, y junto a otros miembros de la familia.
En fin, me marcaron sin duda, hoy vivo y duermo con una radio al lado. Seguramente exagero pero no puedo evitarlo y no hago daño a nadie.
No hacía mucho lo escribía en una entrada, a pesar de la escasez, de la cutrez del momento, de la educación sesgada y perniciosa, reconozco que fui feliz en mi infancia. Y desde luego, me parece que quien no lo ha sido, puede quedar con resentimiento para toda su vida.
POr cierto, otra vez estoy de acuerdo con Blanca. Su propuesta de hablar de otros tiempos me parece buena. Creo que es una obligación de los que somos más carrozas (mía más que de ninguno) y quizá aportemos un poco de historia reciente a los más jóvenes.
Me habéis y me he convencido. Por lo menos una vez cada quince días haré una entrada nostálgica. Y que nos sirva de desintoxicación de esta actualidad que nos asfixia.

Salud y República

Centeno dijo...

Gracias Blanca, (Sigo siendo yo, el bolchevique) desde otro sitio, pronto haremos una cebolletabitacora pa jartarnos de llorar. Con todo lo dura que fue aquella época(os acordais de la Semana Santa) era una ciudad mas vivible el Madrid de hoy ha sufrido un crecimiento insostenible.

Blanca dijo...

Era guapísimo jugar en la calle, bailar en el Imperator, pasar media infancia en la plaza "Santana" jugando al rescate y escuchar las historias de Diego Valor, el piloto del espacio, el guerrero sin temor, de los cielos caballero, de malvados el terror, mientras jugaba con los recortables.

Había más imaginación en nuestra infancia, debía ser por la carencia de todo que teníamos...

Acepto el lugarín para llorar de ternura y emoción de nuestros buenos recuerdos, abuelo cebolleta... y para reirnos de las cosas que nos pasaban a nosotras y a vosotros... Es algo bastante más reconfortante que hablar de los temas de moda, tan manidos y cansinos.

Un beso para los dos carrozas, que junto conmigo hacemos tres buenas patas pa un banco.

Anónimo dijo...

Salud. Ante todo ser sincero y confesar que ninguno de los dos equipos de Madrid me despiertan especial simpatía. Pero hay un dato en tu narración que sí que me despierta curiosidad; curiosidad a la vez que tristeza. Es la actitud de los propietarios de esa empresa donde al parecer se contrataba "rojos" por un jornal miserable. Este hecho ¿es demostrable? ¿existe algún documento, estudio, donde se pueda corroborar? Es un aspecto de la posguerra que no se conoce y, si es posible, me gustaría saber más. Gracias de antemano.

Anónimo dijo...

Mmm, ha pasado un tiempo desde el último mensaje, pero a mí también me interesa la existencia o no de trabajadores "rojos" por cuatro duros en la posguerra. Sería bueno que lo confirmarais o comentarias algo del tema. Espero vuestras noticias.

Saludos

Lorenzo Peña dijo...

Estimado amigo: mi abuelo paterno y mi tío carnal, Jacinto, también trabajaban en la compañía ferroviaria MZA. Mi padre fue funcionario y soldado republicano, cautivado el 1 de abril de 1939 y condenado a 12 años.
También yo recuerdo con nostalgia aquel serial UN ARRABAL JUNTO AL CIELO, a pesar de mi corta edad. Su tema social fue decisivo en mi posicionamiento anti-capitalista, aunque pueda parecer extraño.
Cito esta bitácora en mi autobiografía publicada en ESPAÑA ROJA: http://eroj.org/bio/
Un saludo fraternal y republicano

Lorenzo Peña dijo...
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