Indignos

María Badía Cuchet, indigna
Carlos Carnero González, indigno
Juan Fraile Cantón,indigno
Vicente Miguel Garcés Ramón, indigno
Iratxe García Pérez, indigna
Miguel Ángel Martínez Martínez, indigno
Manuel Medina Ortega, indigno
Emilio Menéndez del Valle, indigno
Rosa Miguélez Ramos, indigna
Javier Moreno Sánchez, indigno
Francisca Pleguezuelos Aguilar, indigna
Teresa Riera Madurell, indigna
María Isabel Salinas García, indigna
Antolín Sánchez Presedo, indigno
María Sornosa Martínez, indigna
Luis Yáñez Barnuevo, indigno

Son indignos de considerarse progresistas, son indignos de considerarse de izquierdas, son indignos de representar , o querer representar , más quisieran ellos, al Partido que fundaron Pablo Iglesias y Antonio García-Quejido, entre otros, en una taberna de la calle Tetuán, del Partido que se levanto en 1934 contra el gobierno reaccionario de Alejandro Lerroux, que bien se hubiera llevado con él José Bono, del Partido que defendió, con las armas en la mano, la legalidad republicana,del Partido de Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro o Indalecio Prieto, del Partido al que la dictadura franquista casi hizo desaparecer , aunque el golpe de gracia se lo dieran Felipe González y los señoritos de la foto de la tortiya.

Y no tienen vergüenza por aprobar las leyes racistas de Berlusconi, sin atreverse, ni siquiera a plantearlo en un debate nacional. Dan asco, producen repugnancia.
Al menos tres catalanes tuvieron la bonhomía de no sumarse al dislate xenófobo del Parlamento Europeo, Josep Borrell, Raimon Obiols y Martí Grau.


Y no tienen vergüenza