Ayer asistí, en compañia de mi compañero, camarada y amigo en el
madridismo militante,
Fernando Jiménez al entierro del también compañero y camarada
Julián Sánchez de Diego, alcalde de
Casarrubuelos, un pueblo de poco más de 3000 habitantes, en el límite de la provincia de
Madrid con la de
Toledo, es decir en el límite de la
Comunidad de Madrid con la de
Castilla-La Mancha. Había fallecido inesperadamente en
Cuba, disfrutando de unas vacaciones. Cuando llegamos el féretro, con sus restos mortales, estaba cubierto con una bandera republicana, una del PCE, y una bufanda con los colores del
Barça. La práctica totalidad del pueblo, acompañó a su alcalde en su último viaje, incluidos cuatro miembros de la benemérita,
sargento,
cabo primero y dos
números, tocados con el tradicional tricornio, lo que da idea de la importancia que le daban al acto, y tambien de la enorme popularidad del camarada. Durante el trayecto pudimos comprobar como la ausencia de intereses especulativos puede hacer que un pueblo progrese sin perder sus características, sin convertirse en una
ciudad dormitorio como ha ocurrido en tantos de nuestra Comunidad de Madrid. Aún con una legislación como la que sufrimos, ideada y pensada para favorecer intereses especulativos e inmobiliarios, podemos hacer una gestión de izquierda, alejada de
externalizaciones, sutil manera de encubrir privatizaciones de servicios públicos. Ese es el espejo en el que debemos mirarnos, el ejemplo que deberíamos seguir, y no otros, y no digo cuales, que pudieran tener mayor impacto mediático.
2 comentarios:
Creo que todos deberíamos de replantearnos lo que significa progreso y como se construye éste para el verdadero bienestar de la ciudadanía.
Siento la pérdida de esta persona que debió ser muy querida por sus vecinos.
Después de las glosas de agradecimiento y recuerdo emocionado que he leído del señor Julián Sánchez de Diego, me he desayunado esta mañana con una más de las contradicciones flagrantes y constantemente patentes en IU (y en el PCE en particular): el señor alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, se muestra en las páginas de Mundo Obrero muy contento y pone la gestión de IU en esta ciudad como ejemplo de política de izquierdas en un difícil entorno político. Este señor no debe vivir en Córdoba o es que hay que borrar de la historia reciente la gestión de Rosa Aguilar y su desastrosa política urbanística y medioambiental total y absolutamente criticada y rechazada por grupos ecologistas, vecinos y colectivos ciudadanos. Si asociarse con el ladrillero de turno es un ejemplo de gestión, debe ser verdad que las encuestas no son muy favorables a IU en Córdoba y el tsunami del PP también se va a llevar el califato de por medio. Qué pena. Conozco Casarrubuelos y sí me puedo identificar con el hacer del fallecido edil Julián Sánchez, pero Córdoba, Sevilla, Bilbao, Rivas, ... que es un todo compañeros, una forma de hacer, estar, sentir.
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