lunes, 25 de junio de 2012

Patriotismo

Alonso ganando en Fórmula 1 , prácticamente saliendo desde su casa, el otro Alonso metiendo dos goles que dejaban fuera de combate al finisecular enemigo (de quien lo sea), Nadal ganando, hace no mucho, su séptimo Roland Garros. El país teñido de rojo, y yo como si nada, sin emocionarme lo más mínimo, incluso siendo crítico , y por tanto mal visto, al afirmar que el partido del sábado, el 2-0 contra Francia fue un infumable pestiño, que si se hubiera tratado de un partido de balonmano el árbitro hubiera pitado pasivo en más de una ocasión, que el fútbol de la selección española aburre mortalmente, como aburre el Barça , sin Messi o con él en baja forma, como aburría el Madrid Galáctico con Del Bosque, lo siento señor marqués pero su pasado familiar republicano, que  le otorgaba, a mís ojos, un plus de respeto, ha desparecido, siempre a mis ojos, con la aceptación del nobiliario título y, sobre todo, con la exhibición de la pulserita con los colores de la España vencedora, la que reprimió a sus antepasados.
Necesito un plus de patriotismo, es urgente.
El viernes asistí, en el Cuartel de Conde Duque, a un mitin conjunto del PCP y del PCE. Jeronimo de Sousa, secretario general del hermano Partido portugués, calificó al PCP como el único partido patriótico de Portugal, y a mí un escalofrio me recorrió la espalda. No consigo ligar los términos patria e izquierda, patria y progreso, patria y decencia. ¿Seré un antipatriota? Algo debe haber. Incluso siendo un fervoroso prosoviético, lo he sido, lo soy y, creo que, lo seré, la definición oficial soviética de la II guerra mundial como gran guerra patria contra el fascismo, nunca acabó de gustarme. Incluso recuerdo una ácida discusión en Paris, en los años setenta, con unos militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) por el término a que hacía referencia la P. "Para patriota Franco " creo que llegue a afirmar en medio de la discusión.
Todavía tengo pesadillas con la fotografia en la que aparecia la dirección de lo que yo entonces denominaba, de forma despectiva , Agrupación carrillista, aceptando la bandera de los vencedores como la bandera de todos. Causó esa foto, y esa toma de posición, fuertes discusiones en mi ámbito familiar, que llegaron a su punto culminante cuando en el balcón de la casa de mis padres, el 6 de diciembre de 1978 apareció una bandera, de papel, pidiendo el voto afirmativo para la Constitución. Una Constitución que, pudiendo hacerlo, yo no voté, y cada día me siento más orgulloso de ello. Puede que si los símbolos fueran otros mi absoluta falta de patriotismo quedara mitificada. Entiendo, asumo y comprendo plenamente al camarada de Sousa calificando al PCP como partido patriótico, lo es, es el único que defiende, en estos momentos la plena soberanía del pueblo portugués. Comprendo, perfectamente, que incorporen los colores nacionales portugueses a su simbología
Pero, en lo que a mi respecta, y en referencia a España, no puedo, y lo peor es que tampoco quiero, asumir y sentir como propios los símbolos representativos, no ya del fascismo español, al fin y al cabo la bandera bicolor es anterior al fascismo, sino de lo peor de la historia de nuestro pais: Los Borbones
Ya sé que me situo, yo solito, en fuera de juego. Ya sé que mi postura es más testimonial que práctica. Ya sé que tiene más de infantilismo pequeño-burgués que de posición revolucionaria. Lo sé. He acabado asumiendo, y por tanto me he derrotado, el papel de antiespañol que se me ha asignado desde mi más tierna infancia. Un papel injusto a todas luces, pero en el que me siento muy a gusto. No puedo dejar de reconocer que mi posición ante el nacionalismo, cualquier nacionalismo, puede llegar a ser excesivamente sectaria, llegando al desprecio en el caso del nacionalismo español. Pero que le voy a hacer  nunca he sido un patriota, ni he tenido ganas, no voy a cambiar ahora.
Rectifico pues lo escrito más arriba. No quiero un plus de patriotismo. me sobran las patrias. Todas.

1 comentario:

EGS dijo...

Ya somos dos compañero. Tus sentimientos y aversión ante el patrioterismo los comparto cien por cien.