jueves, 29 de mayo de 2014

Con calma

Tras la agitación producida, auténtico terremoto, por los resultados del domingo, viene el momento de la reflexión serena y calmada. Durante esta campaña he venido preguntándome si La Sexta, con accionariado mayoritario del Grupo Planeta, iba a conseguir llevar a alguien al Parlamento Europeo, recordando como, hace años la misma cadena, entonces en manos de Mediapro, propiedad de Jaume Roures, productor que alardea de haber sido militante de la LCR, algo que desconozco, llevó a Eurovisión en 2008, tras una intensa campaña mediática a un personaje ficticio Rodolfo Chiquilicuatre, interpretado por el actor David Fernández. En algunos ambientes de mi pueblo, Alpedrete,  esta comparación se ha tomado como una especie de insulto al grupo de ciudadanos que han apoyado a la candidatura de Pablo Iglesias. Lo siento, porque no estaba en mi ánimo, menos mal que no hice referencia, porque son fenómenos sociológicamente distintos aunque ambos recojan cierto sentido de cabreo, a la Agrupación Ruiz-Mateos que en 1989 y con más de 600.000 votos puso dos diputados en el Parlamento Europeo. En cualquier caso, por si hay alguien con la piel excesivamente fina, y  ya ha habido quien me ha recordado que pertenezco a la Izquierda burocrática estalinista,  y para no poner obstáculos a nada, retiro, solemnemente, lo dicho: Desde ninguna cadena de televisión se ha hecho de altavoz de ninguna candidatura con el objetivo de limitar el crecimiento de ninguna otra fuerza política. Dicho queda, espero que, con esta solemne retirada, las sensibilidades de algunos queden satisfechas.
En algunos sectores de IU, e incluso del propio PCE , se percibe una cierta prisa, un tanto irreflexiva, a la hora de analizar, con sosiego y perspectiva, lo que está ocurriendo. Tranquilidad.
En primer lugar convendría hacerse una pregunta ¿De haberse presentado juntos IU y Pablo Iglesias hubieran sacado 11 escaños? Hay quien opina que sí, e incluso hay quien opina que su hubiera producido una sinergia que hubiera atraído a electores de otras opciones, muy singularmente de Primavera Europea (Equo-Compromís). Por utilizar un manido recurso de estilo iba a escribir que tenía serias dudas, pero según he comenzado a escribirlo me he dado cuenta de que era mentira, no albergo ninguna clase de duda. La respuesta es NO. Una gran mayoría de los votantes de Pablo Iglesias, y hago referencia exclusivamente a él, porque es su foto la que aparece en la papeleta, o procedían del electorado tradicional del PSOE, o eran nuevos votantes, o eran tradicionalmente, de forma política, no circunstancial,  abstencionistas. Muy pocos tradicionales votantes socialistas, por muy cabreados que estén con el PSOE van a votar jamás una opción electoral en la que apareciera IU, al menos mientras esté ahí el PCE. De los nuevos votantes poco podemos decir pero probablemente en en ese colectivo es en el único en el que muchos hubieran votado esa hipotética unión electoral, en cuanto a los tradicionales abstencionistas, que lo son porque, según ellos, denostan el sistema, pertenecen a lo que podríamos la Izquierda estupenda, se trata de un segmento social que con una elevada superioridad moral, lo que la convierte en estupenda, lanza rayos de pureza ideológica sobre todo lo que huela a burocracia estalinista, por más que, en algún caso, no duden en guarecerse bajo su paraguas a la busca de un escaño o una concejalía. Son los que, en el mismo discurso y sin solución de continuidad, pueden criticar la posición de IU en Andalucía y Extremadura, y con los mismos argumentos, me es difícil imaginar, a muchos de ellos, votando algo que tenga nada que ver con el arcaico, obsoleto, esclerotizado, burocrático y estalinista Partido Comunista de España, máxime si sobre la mesa se pone a una dirigente del movimiento obrero, de CCOO, porque para estos posibles, pero dificiles, compañeros de viaje, en el actual momento de la lucha de clases, el enemigo de la clase obrera no es la patronal, sino la cúpula sindical. La contradicción principal no es capital-trabajo, sino Comité de empresa-Trabajador. Y es que de un análisis somero de la composición de la lista podemos deducir que no nos estamos dirigiendo exactamente  a la misma base social. La lista que encabeza Pablo Iglesias, y acompaña con su foto, está mayoritariamente compuesta por profesores universitarios y, en general, con gente con formación universitaria, y solo muy avanzada la lista encontraríamos lo que popularmente conocemos como un o una currante. Y es que mi pertinaz burocraticismo estalinista me lleva a hacer análisis de clase, como consecuencia de mi recalcitrante marxismo, y ese es un defecto que no tengo ningún interés en eliminar.
Pero que no nos dirijamos a la misma base social no es necesariamente malo, todo lo contrario, porque en estos momentos de ofensiva capitalista salvaje lo que si pueden ser los mismos, y de hecho lo son, son los intereses y objetivos. Y si PODEMOS, y ahora hay que añadir algo más que el nombre y la foto de Pablo Iglesias, es capaz de movilizar en clave anticapitalista a sectores a los que ni IU ni el PCE podemos o sabemos llegar, ¡Bienvenido sea! Porque ahí está la clave de futuras confluencias, en una especie de juntos pero no revueltos, porque además no habiendo boda, dificilmente habrá divorcio.
La cuestión, y no es una cuestión menor, es como articulamos esa confluencia. En el día a día, en la lucha cotidiana, no hay ningún problema se da de forma natural, hemos, y seguiremos estando, codo con codo en las marchas y mareas, en las luchas contra la precariedad o los desahucios, y esos espacios, en los que hemos conseguido importantes grados de unidad de acción, hay que mantenerlos y potenciarlos y no creo que sea excesivamente difícil, aunque no automático. Más complicada es su articulación más institucional. De lo analizado por mi, hasta ahora, puede deducirse que yo, desde luego, no considero un escenario especialmente catastrófico, el que, a próximas concurrencias electorales acudieramos en listas diferentes, la colaboración, la confluencia, sería posterior. Es cierto que la aplicación de la ley D'Hont penaliza la concurrencia en dos listas al ser mucho menor la cantidad a dividir, pero a lo mejor ese efecto queda, de sobra, compensado por el hecho, anteriormente analizado, de que una lista movilice votantes que nunca votarían a la otra. De no ser así, de avanzar hacia listas unitarias, el proceso habrá de ser extraordinariamente respetuoso con la metodología que tiene cada cual para seleccionar sus candidatos. A mi me produce escalofríos pensar en primarias abiertas, por más que algún joven comunista, con alguna carencia formativa, ande por ahí intentando combinar primarias abiertas, centralismo democrático y marxismo-leninismo, sin embargo respeto, sin problemas, que otros lo consideren el sistema idóneo.
Tenemos trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con tu análisis, compañero y camarada.

etnicidad dijo...

Cierto que no tiene porqué el ir juntos sumar más votos.

Puede que se necesitase un nombre nuevo, o una cara nueva, para atraer algo de voto cautivo de otras formaciones.

Lo que no creo es que existan de por sí voto cautivo. Aunque parezca ilusorio hay que tratar de atraer el voto de la procedencia que sea. Para eso no hace falta cambiar, por necesidad, el fondo del discurso, pero si hay que hacer el esfuerzo de hacerlo llegar a la gente. Nada es facil.

Mucha suerte y que sepas compartir lo que sabes con la gente que se inicia en la lucha o en la representación política.

Salud