lunes, 24 de marzo de 2008

El debate de Iu

Nos regala Ricardo Royo un interesante análisis de la situación en que en se encuentra Iu, análisis alejado, afortunadamente, de la muy sectaria entrada en la que pedía, aplicando los estatutos, la expulsión de Francisco Frutos de Iu, , al haber descalificado de forma rotunda tanto a Gaspar Llamazares como a Ángel Pérez. De haberse aplicado siempre los estatutos no sólo quedaría fuera Paco Frutos, en otro tiempo Francesc Frutos, sino muchísimos miembros de Iu, en cualquier nivel de responsabilidad. Pero demos por supuesto que esa entrada estaba hecha al calor de un profundo cabreo, algo que hemos sentido muchos, que hemos trabajado con toda la honestidad posible, para hacer campaña defendiendo una lista, la lista de Madrid, que no nos gustaba absolutamente nada. Quede clara la intachable actuación de los comunistas de la Agrupación de Villalba del PCE, haciendo campaña activamente, probablemente más activamente que los propios partidarios del actual coordinador general, sin poner ni una sola objeción. Algo que no parece tan claro que haya ocurrido en los lugares donde el cabeza de lista no era del agrado de la actual dirección federal.
Pero vamos al análisis de Ricardo Royo porque contiene a mi juicio las principales premisas políticas de lo que, por simplificar, llamaríamos la corriente ecosocialista, por contraposición a la corriente marxista. Pero insisto en que esta clasificación puede ser excesivamente simplificadora, porque ni los primeros descalifican el marxismo, ni los segundos pretenden ahogar el contenido pacifista, feminista o medioambientalista que debe tener un movimiento sociopolítico como Iu.

Estoy absolutamente de acuerdo cuando califica el recurso al tsunami bipartidista como insuficiente para explicar el pasar de dos millones y medio de votos a menos de un millón. Pone a continuación de manifiesto que desde su fundación en 1986, hay dos formas de entender Iu, una, la que hoy encarna la mayoría de la dirección federal y el propio Don Ricardo, que, legítimamente, considera que no tiene sentido la actuación política si no es para intervenir en la realidad social de las instituciones, y a ser posible desde los gobiernos de los diferentes ámbitos...(sic)


La otra considera que el escenario de la acción política es la calle, y que la presencia en las instituciones tiene como objeto trasladar a ellas "la voz de la calle"....(sic). Y aquí es un tanto tramposillo Don Ricardo al responder a una pregunta retórica, ¿A quien vota "la calle" y más en concreto "la clase obrera"?, sin llegar a hacérsela, para poder responderse: mayoritariamente al PSOE y al PP, y así poder lanzar un par de dardos del tipo los que se consideran su vanguardia tendrán que preguntarse por qué o bien no hay más política de alianzas que obligar al otro a aceptar íntegro nuestro "programa, programa, programa". Para así terminar poniendo en nuestra boca algo que jamás hemos dicho: Y si perdemos votos, lo que tenemos que hacer es reafirmarnos en que sólo nosotros representamos el bien. Sólo así conseguiremos que las mayorías sociales que apoyan al PSOE y PP se decidan a apoyarnos a nosotros. A esta segunda opción, que ya anuncio que considero que sólo está en la cabeza de Don Ricardo y que le sirve para establecer una falsa dialéctica, la califica como anguitismo y le termina haciendo responsable de haber dejado de ser una opción seria para la gente de izquierdas por realizar pactos tácitos con la derecha.

Y aquí me detengo para reflexionar, son demasiadas cosas las que se van acumulando y conviene ir contestando. Comienza Don Ricardo diciendo que simplifica mucho a la hora de caracterizar las dos sensibilidades mayoritarias dentro de Iu, y tanto, sobre todo a la hora de clasificar a la suya, porque omite el hecho de que se ha llegado a intervenir en la realidad social desde las instituciones a cualquier precio. No ya no obligando a ningún tipo de "programa, programa, programa", simplemente no discutiendo programa de ningun tipo, aceptando sin más el programa del PSOE, para a veces, ni siquiera exigir su cumplimiento. Ha determinado ese tipo de prácticas la creación de toda una cohorte de concejales con responsabilidades de gobierno, e incluso de consejeros de gobiernos autonómicos, y por tanto remunerados, que antepone, somos humanos y no estamos obligados a ser santos, su situación a la defensa del programa de la organización por la que fue elegido. No creo ser objeto de expulsión si afirmo que es deprimente ver quien pasa de ser diputado autonómico, a diputado nacional y a concejal del ayuntamiento de Madrid, sin mover un músculo, lo que sea con tal de estar aferrado al cargo. Pero es que, además, quien considere que no tiene sentido la actuación política sino es influyendo desde las instituciones, desde los gobiernos, puede, y yo no quiero echar a nadie, con toda sinceridad, donde puede desenvolverse más a gusto es en el propio PSOE, es el camino que, con toda lógica, acabó cogiendo Diego López Garrido.

En cuanto a nosotros, a los que nos considera anguitistas, y sigo utilizando una clasificación que no me gusta, nos cuelga una serie de sambenitos que no puedo pasar por alto. Yo desde luego, y tengo una formación política fácilmente identificable con lo que suele llamarse leninismo, no me considero vanguardia de nada, ni creo que Iu deba serlo, los de las vanguardias son otros, Izquierda Unida no es el PCE, y Lenin ni siquiera consideraba al Partido Comunista como una vanguardia, lo consideraba una organización de masas. Y no es difícil, no hay que preguntarse demasiadas cosas, saber porque la mayoría de la izquierda sociológica está con el PSOE, porque el mensaje de la socialdemocracia es mucho más cómodo de escuchar, omite las grandes verdades y no exige más sacrificio que el de acercarse a las urnas. En esta Comunidad de Madrid estamos viendo como se acaba con la Sanidad Pública sin que ni el PSOE ni nosotros movamos un músculo. El argumento es que tienen mayoría absoluta y pueden hacerlo. La alternativa del PSOE es clara: Vótenme a mi y cambiará la situación, pero ¿y nosotros, que hacemos nosotros? No hacemos nada, y no hacemos nada porque no podemos, porque nos hemos habituado de tal forma a la política institucional, y únicamente institucional, que no tenemos influencia en los sindicatos, ni en los movimientos ciudadanos, ni en el movimiento estudiantil ni en ningún sitio. Recurrir a estas alturas al manido recurso de la inexistente pinza, francamente tiene bemoles, dice usted que pactos ni escritos ni hablados, sino tácitos y sentidos. No se quien los sentiría pero los hechos son los que son y en la legislatura 1993-1996, la de la dichosa pinza, el grupo parlamentario federal de Izquierda Unida votó a favor de todas las iniciativas gubernamentales de carácter progresista. El PSOE, nunca quiso llegar a acuerdo alguno con Iu, pero no porque Julio Anguita impusiera ningún "programa, programa, programa" sino porque estamos hablando de Felipe González , de un partido inmerso en incontables casos de corrupción, de los cuales, el de Juan Guerra, era una minucia comparado con otros, y sobre todo era el partido del terrorismo de estado , el partido de los GAL, el partido del señor X. Haber apoyado a un partido en esas condiciones, por más que se dijese de izquierda, sin haber abordado una limpieza previa si que hubiera quitado toda la credibilidad al proyecto de Izquierda Unida. Y que el PSOE pasase a la oposición fue sanísimo, sirvió para que el propio partido se depurase, aunque la vieja guardia corrupta aún resistio con Joaquín Almunia, y sirvió también para que el Pp mostrara su cara "centrista" , y va a tardar años en que olvidemos que su política es la de la derecha extrema. Esa es la Iu que dejó Julio Anguita un movimiento político serio e identificable, fácilmente reconocible para ese segmento de la población que seguimos considerando que el PSOE es una de las dos patas en las que se asienta el sistema capitalista.
No está de más echar un vistazo a lo que escribe, en Rebelión Pascual Serrano . El resto del Análisis de sobre las muchas deficiencias de funcionamiento interno de Iu las consideró totalmente acertadas y de ellas somos responsables todos los afiliados, algunos por acción, y otros por omisión.

3 comentarios:

HIPATIA dijo...

D.Javier
Por su discurso quiero entender que usted encaja mejor entre los que entienden IU como: ” La otra considera que el escenario de la acción política es la calle”.
Si es así me alegro y le deseo éxito.
Ahí lo tiene fácil, los partidos políticos han abandonado ese campo de acción.
Me admite una sugerencia ?... olvídese de Lenin. La sociedad actual es más compleja, ya no sirven las simples recetas leninistas (en verdad solo fueron efectivas en una sociedad agrícola-feudal que comenzaba a industrializarse y en el resto de Europa industrializada fracasaron).

Anónimo dijo...

Buenas, leo de vez en cuando el blog de Imperialista y alguna vez he echado un vistazo a esto por curiosidad. Hoy he visto, sorprendido (y partiendome de risa) que le "linkan" en una página estalinista satírica:

http://stalinvive.com

Mire a la derecha, en "Leales al Marxismo"


Pues nada más. Un saludo.

J. G Centeno dijo...

Muchas gracias señor Suicida. He entrado en tan jocoso blog y he comprobado, con enorme gustirrinin que no soy el único enlazado. Comparten conmigo el honor ilustres chequistas, como el kabileño Rafa o la ilustre chesi, lo cual no deja de llenarme de satisfacción. Mi idolatrado Laurentii Beria presumía de conocer a todos sus purgados.