Comienza el juicio por la masacre del 11-M, y el PP necesita imperiosamente no salir excesivamente perjudicado del inevitable recuerdo de aquellos momentos, de quienes, en aquellos momentos , eran los responsables de la seguridad del estado, de quienes, un poco antes, nos habían convertido en un objetivo prioritario de los yihadistas. Y es que los sucesos del 11-M, tienen unos inequívocos autores: los que colocaron las bombas en los trenes, los que accionaron los teléfonos móviles para hacerlos explotar, los que facilitaron la dinamita asturiana y los responsables intelectuales y estratégicos del genéricamente llamado terrorismo islámico, la mayor parte de ellos está imputada en el juicio, faltan, por razones obvias, los que murieron en Leganes y tambien, porque no consiguen dar con ella, la cúpula dirigente de Al-Qaeda. No estarán sin embargo los que, por acción u omisión, colaboraron de forma necesaria a crear las condiciones objetivas para que la catástrofe pudiera producirse. No estará, por ejemplo, D. Jaime Mayor Oreja, que consiguió convertir el ministerio del Interior, en el ministerio de ETA, destinando el noventa por ciento de los recursos del ministerio, humanos y materiales, a la lucha contra la organización vasca, todo ello con el , nada oculto, objetivo de conseguir llegar a lehendakari de la mano de un PSE, a la sazón dirgido por el inefable Nicolás Redondo Terreros, que zozobraba en aquellos momentos con una importante empanada, tanto táctica como estratégica. ETA no fue derrotada y el Sr. Mayor no llegó a la presidencia del gobierno vasco, pero los ciudadanos quedamos desprotegidos frente a otros peligros, como la violencia machista o la siniestralidad en las carreteras y, desde luego, frente al terrorismo islámico. No estará D. Ángel Acebes, ministro del interior cuando se produjo el suceso, que se mostró como uno de las mayores manipuladores y mentirosos de la historia reciente de esta país, Urdaci incluido, intentando por todos los medios hacernos creer que era ETA la que estaba detras del atentado. ¿Y porqué tan desaforado intento? Por un lado por no volver a movilizar a los colectivos del "No a la guerra", que aproximadamente un año antes se habían mostrado muy activos, y es que esa movilización ya había causado daño al PP, aunque no irreparable, en las elecciones municipales y autonómicas. Además, estaba muy reciente el asunto de la entrevista, en Perpignan, de Josep LLuis Carod Rovira con ETA.Dado que Esquerra Republicana gobernaba en Cataluña con el PSC y ICV, el silogismo, para un electorado tan poco amigo de matices como es el del PP, estaba servido: Votar a la izquierda era votar a los "amigos" de ETA. Y desde luego, no se va a sentar en el banquillo D. José María Aznar, máximo responsable de la aventura imperialista, que no se si recuerda a Felipe V o a los suevos, pero que, desde luego, nos retrotrae a una añoranza de una España que, Pepe Rubianes dixit, se puden meter por el culo.
Pero estos personajes deben ser juzgados, y como esto no es jurídicamente posible, tenemos que ser nosotros, la tan cacareada sociedad civil, los que les juzguemos de una forma política, y para ello tenemos que señalarlos con el dedo como responsables, allí donde podamos hablar, en cualquier foro en el que participemos. Y todo ello, teniendo en cuenta que, en esta tarea, no vamos a contar con la colaboración del partido en el gobierno, que da la sensación de que está más interesado en tender puentes que en desenmascarar, de una vez por todas, el carácter tardofranquista del PP. Incluir al PP entre los partidos democráticos, incluso aplicando las reglas de la democracia burguesa es, sencillamente, falsear la realidad. Si Jean-Marie Lepen o Gianfranco Finni vivieran en España se sentirían muy cómodos militando en el PP.
Iluminación de la vivienda con lámparas de techo blancas
-
Las lámparas de techo blancas son un elemento clave tanto en la decoración
como en la iluminación de una vivienda. Su simplicidad y versatilidad las
conv...
Hace 2 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario