No me he muerto, ni me he marchado

Durante algunos días he estado ausente de la blogsfera, por razones estrictamente médicas, si bien no ha sido mi salud la que ha sufrido deterioro alguno. Sucede que a mi socia y compañera se le adelantó la intervencion bariátrica por lamparoscopia, que teníamos programada para finales de septiembre, y no me dió tiempo ni de despedirme. La intervención ha ido muy bien, la han extirpado la vesícula y le han hecho tres by pass digestivos, en total una seis horas de quirófano, lo cual ha supuesto una hospitalización relativamente prolongada. Como además cuando una situación es susceptible de ir a peor, inevitablemente va a peor, el mismo día que operaban a mi mujer en el hospital Puerta de Hierro, mi madre, de 91 años de edad, se rompía la cadera y era ingresada en el hospital de El Escorial donde fue intervenida quirúrgicamente al día siguiente. He estado, pués, un temporadita de hospital en hospital, sin dejar de atender las necesidades materiales y espirituales de mi hijo, y del resto de la familia perteneciente al reino animal. Me he desconectado un tanto de la realidad circundante, puesto que para no agobiarme sólo he comprado el As y el Marca, y en la Tv sólo he seguido el baloncesto. ¡ Que putada lo de Rusia!, si al menos hubiera sido la URSS hubiera tenido algún consuelo.
En cuanto me ponga al día podreis disfrutar de mis siempre acertados, clarividentes y excelentemente escritos comentarios. De fútbol ni comento.


PD: Las enfermas bien