jueves, 18 de marzo de 2010

El Valle de los Caidos

Alguien malvado quiere terminar con esa maravilla monumental que es el Valle de los Caidos. Por la ventana de la habitación desde la que escribo, se ve con nitidez la enorme cruz . Y no puedo dejar de preguntarme ¿Qué hace allí, estropeando el paisaje ese añadido antinatural? ¿Porqué tenemos que soportar la existencia de ese monumento a la intolerancia? Al fin y al cabo se trata de un cementerio exclusivo, que tiene la singularidad de contener los restos de dos personajes macabros para la historia de España, quizás lo peor que hayamos aportado como pueblo a la humanidad. A mi no se me hace cómodo pensar que soy compatriota de dos sujetos de esa calaña. Y me refiero a los dos, y a los dos por igual, no voy yo, a estas alturas, a dejarme seducir por aquellos que, setenta y tres años después de haber sido legalmente fusilado, pretenden reivindicar al ausente como a un ingenuo idealista. Sin entrar aqui y ahora en el debate sobre la pena de muerte, interesante debate al que no renuncio, fue fusilado, el dichoso ausente, de acuerdo a la legalidad vigente, acusado de los delitos de conspiración y rebelión militar fue condenado a muerte y ejecutada la sentencia. Se trataba de un delincuente, aunque para algunos, y probablemente para Amnistía Internacional, si entonces hubiera existido tan...¿aséptica? institución se trataría sin duda de un preso de conciencia. Del otro individuo que allí reposa ya se ha dicho casi todo, a pesar de lo cual sigue teniendo admiradores, algunos, confesos, no ocultan su admiración por el dictador, otros matizan más, como mi maleducada y arrabalera alcaldesa alpedreteña, cuando expresa, quizás traicionándola el subsconciente, que:"Franco hizo algunas cosas buenas" y habría un tercer grupo, aquellos que son seguidores del dictador pero no lo saben. Todos ellos, y son muchos millones de españoles, conforman la base electoral del PP.
Para los primeros, los abiertamente partidarios del anterior régimen, el papel del Valle de los Caidos como monumento funerario, es más que evidente, son los que, como algún eurodiputado que presume de democristiano, aseveran, sin inmutarse:
¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad? En mi tierra vasca hubo unos mitos infinitos. Fue mucho peor la guerra que el franquismo. Algunos dicen que las persecuciones en los pueblos vascos fueron terribles, pero no debieron serlo tanto cuando todos los guardias civiles gallegos pedían ir al País Vasco. Era una situación de extraordinaria placidez
.
No sólo son añorantes de la dictadura aquellos que con profusión utilizan la impedimenta típica de los descerebrados patriotas ¿Estos qué son peones negros?, ¿alfiles turbios?, ¿damas blancas?. También las alimañas que cada cierto tiempo invaden las calles de nuestro Madrid, aunque cada vez son menos, para escupirnos el recetario más casposo y ultramontano que uno puede imaginarse, son evidentes admiradoras del régimen anterior, un régimen en el que, como dios manda, solo podían abortar las niñas de familia bien, y sólo podian divorciarse, o anular su matrimonio para ser riguroso, aquellas parejas con posibles suficientes para "engrasar", convenientemente, el tribunal eclesiástico correspondiente.
Los que llenaban la Plaza de Oriente, con bocadillo o sin él, habrán muerto o serán mayores
pero, en cualquier caso tienen herederos políticos, a los que no les desagrada el Valle de los Caidos.
Como a los que se angustiaban durante la, para muchos, reparadora agonía del dictador, que parecía recibir, en una especie de acto de justicia , una parte, aunque fuera muy pequeña, del daño que causó durante casi cuarenta años de férrea y cruel dictadura. Fueron aquellos, días de ansia para algunos, de esperanza, pero para otros fueron de angustia ante el futuro incierto que se avecinaba, eran patéticas aquellas imágenes de la puerta principal del hospital de La Paz con ciudadanos, algunos de ellos con apariencia de muy humildes, arrodillados rezando por la vida de aquel miserable que se desangraba unas cuantas plantas más arriba. Esos mismos ciudadanos, aborregados, temerosos de tener
que decidir por ellos mismos, que durante los tres días en que los despojos del sátrapa se exhibieron en el Palacio de Oriente, formaron larguísimas colas para darle el último adios a quien había sido su guía, su Santo y Seña, la lucecita que desde El Pardo velaba por su descanso
Se quedaban huérfanos, y muchos de ellos, no todos pero sí muchos, no la mayoría pero si muchos, se quedaban temerosos de que el inevitable cambio sacara a la luz su turbio pasado y sus turbios negocios, cuando no ambas cosas. La endeblez de la oposición democrática o mejor dicho de sus dirigentes, dirigentes por otra parte elegidos no sabemos muy bien por quien, hizo que sus temores fueran remitiendo, y ellos, y sus sucesores políticos, se fueron sintiendo cada vez más fuertes. Hasta el punto de que hoy se permiten dar lecciones de democracia, en compañía de una cierta izquierda melindrosa y acomplejada, a quienes llevan décadas de combate antiimperialista. A riesgo de que se me tache de estalinista, totalitario y sacamantecas, que al fin y al cabo se me tacha igual en cuanto me salgo del guión políticamente correcto de la izquierda mona, chachipén, guay del Paraguay manifiesto que, a mi juicio, estas gentes deberían estar expulsadas de cualquier sistema que se precie de democrático.
El Valle de los Caidos, es su símbolo, debería ser demolido, si durante la demolición debería estar vacío, es algo que no debería provocar dudas, por supuesto metafóricamente hablando.

4 comentarios:

Estudiante dijo...

Franco hizo dos grandes cosas por España:

1: Recuperó la Dama de Elche

2: Se murió

Aunque el segundo favor bien podría habérnoslo hecho antes incluso de recuperar la Dama de Elche.

La verdad es que yo estoy en contra de su demolición, eso sí, convirtiéndolo en un museo del Horror que muestre aspectos concretos de cómo se torturaba y mataba en el franquismo, con mención especial a los niños e incluso bebes que el bando fascista fusiló, la situación de los esclavos que construyeron ese mamotreto arquitectónico...etc

Y desde luego, prohibido cualquier acto de exaltación fascista, incluido el saludo romano, bajo multa o arresto bajo la acusación de Enaltecimiento del terrorismo.

Esteban dijo...

Estimado Señor,

Todos, o mejor dicho, casi todos los grandes monumentos que hoy consideramos Patrimonio, en todo el mundo, han sido promovidos por regímenes que de un modo u otro han oprimido al común.

Pero a nadie se le ocurre (a nadie que sepa discriminar un poco y distinguir churras de merinas) ordenar la destrucción de la gran muralla china, ni los actueles restos de la Domus Áurea de Nerón (que ya destruyeron sus coetáneos por vía de la Ignominia summa) ni la Inmaculada de Murillo, por poner tres ejemplos de diferentes tipos de opresión histórica sobre el común.

Si Ud escribe lo anterior es, únicamente, porque la cantidad de odio que acumula hacia determinado régimen totalitario supera su amor por el arte. No soy fascista, soy Arquitecto, y cada vez que paso por la A6 me maravillo del ejercicio de implantación que supone el Valle de los Caídos en la montaña, el adecuado juego de escalas, la elección del lugar, etc... algo así como el ejercicio artístico de implantación de los Toros de Osborne que realizó el gran artista Manolo Prieto. Le aconsejo que vaya desalojando de su interior ese odio y aproveche su gran energía interior para luchar, como muy bien dice, contra el sistema imperialista que se está instalando en el mundo (del que todos nuestros partidos políticos son partícipes).

En cuanto a la apreciación de "Mamotreto" de Nueva República debo decir que es necesario prepararse profesionalmente para opinar sobre determinados temas, hay gente a la que el "Gernika" le parece una mierda y no por ello lo destruimos...

Esteban dijo...

Estimado Señor,

Todos, o mejor dicho, casi todos los grandes monumentos que hoy consideramos Patrimonio, en todo el mundo, han sido promovidos por regímenes que de un modo u otro han oprimido al común.

Pero a nadie se le ocurre (a nadie que sepa discriminar un poco y distinguir churras de merinas) ordenar la destrucción de la gran muralla china, ni los actueles restos de la Domus Áurea de Nerón (que ya destruyeron sus coetáneos por vía de la Ignominia summa) ni la Inmaculada de Murillo, por poner tres ejemplos de diferentes tipos de opresión histórica sobre el común.

Si Ud escribe lo anterior es, únicamente, porque la cantidad de odio que acumula hacia determinado régimen totalitario supera su amor por el arte. No soy fascista, soy Arquitecto, y cada vez que paso por la A6 me maravillo del ejercicio de implantación que supone el Valle de los Caídos en la montaña, el adecuado juego de escalas, la elección del lugar, etc... algo así como el ejercicio artístico de implantación de los Toros de Osborne que realizó el gran artista Manolo Prieto. Le aconsejo que vaya desalojando de su interior ese odio y aproveche su gran energía interior para luchar, como muy bien dice, contra el sistema imperialista que se está instalando en el mundo (del que todos nuestros partidos políticos son partícipes).

En cuanto a la apreciación de "Mamotreto" de Nueva República debo decir que es necesario prepararse profesionalmente para opinar sobre determinados temas, hay gente a la que el "Gernika" le parece una mierda y no por ello lo destruimos...

Esteban dijo...

Estimado Señor,

Todos, o mejor dicho, casi todos los grandes monumentos que hoy consideramos Patrimonio, en todo el mundo, han sido promovidos por regímenes que de un modo u otro han oprimido al común.

Pero a nadie se le ocurre (a nadie que sepa discriminar un poco y distinguir churras de merinas) ordenar la destrucción de la gran muralla china, ni los actueles restos de la Domus Áurea de Nerón (que ya destruyeron sus coetáneos por vía de la Ignominia summa) ni la Inmaculada de Murillo, por poner tres ejemplos de diferentes tipos de opresión histórica sobre el común.

Si Ud escribe lo anterior es, únicamente, porque la cantidad de odio que acumula hacia determinado régimen totalitario supera su amor por el arte. No soy fascista, soy Arquitecto, y cada vez que paso por la A6 me maravillo del ejercicio de implantación que supone el Valle de los Caídos en la montaña, el adecuado juego de escalas, la elección del lugar, etc... algo así como el ejercicio artístico de implantación de los Toros de Osborne que realizó el gran artista Manolo Prieto. Le aconsejo que vaya desalojando de su interior ese odio y aproveche su gran energía interior para luchar, como muy bien dice, contra el sistema imperialista que se está instalando en el mundo (del que todos nuestros partidos políticos son partícipes).

En cuanto a la apreciación de "Mamotreto" de Nueva República debo decir que es necesario prepararse profesionalmente para opinar sobre determinados temas, hay gente a la que el "Gernika" le parece una mierda y no por ello lo destruimos...