sábado, 27 de febrero de 2021

Otro Momento Crucial (Y van....)

                             

          Acabo de cumplir sesenta y cinco años, una edad en la que muchos están jubilados o retirados, y he dicho muchos, utilizando el masculino plural, porque mi madre me demostró, una y mil veces, que las mujeres, desde luego las de su generación, no se jubilaban jamás y que su trabajo casi siempre penoso y abnegado y casi nunca reconocido era el mismo con setenta años que con treinta con el agravante de que a partir de un determinado momento su compañero de vida, él sí, se habia jubilado y en muchas ocasiones se convertía en un ser molesto, casi un bulto sospechoso, que no sólo era incapaz de aportar nada positivo, sino que además se permitía el lujo de emitir opiniones, que iban desde la limpieza hasta la compra o la cocina, sobre cuestiones de las que carecían el mínimo conocimiento, falta de conocimiento, además, que nunca reconocían. 

            A mis sesenta y cinco años recien cumplidos, yo he decidido ni jubilarme, ni retirarme de ningún aspecto de mi vida. Ni en el terreno laboral, algo que me ha agradecido expresamente la Seguridad Social, ni en el político, en el que sigo creyendo poder aportar algo, a pesar de que mi experiencia dicta, de forma inexorable, que mis oponiones y análisis, pueden ser, a veces, aplaudidos y ensalzados pero casi nunca, o nunca, tenidos en cuenta, valga el refranero español: Cuanto te quiero perrito, pero pan poquito

           Puede que a veces sienta una cierta soledad emocional, pero esa es otra cuestión.

Pequeña introducción histórica

            Pertenezco a una generación que se vió obligada a implicarse en política de una forma excesivamente prematura, en muchos casos, el mío puede que fuera uno, el pertenecer a una familia formada por perdedores de una guerra marcaba una determinada pertenencia ideológica, pero además yo fuí un hijo de los que entonces llamaban tardanos, cuando yo llegué a la calle Canarias 24, 6ºB de Madrid, mi padre iba camino de los cuarenta y siete años y mi madre de los cuarenta, y había ya dos ocupantes, uno camino de los dieciocho y otra de los dieciséis. Aunque delante de mí, por aquello de que había ropa tendida y podía decir algo comprometedor fuera de casa, nunca se hablaba de política ni de religíón era inevitable que me fuera percatando de ciertas cosas. Primero pasé por una fuerte crisis religiosa, en mi colegio (aunque era un colegio laico la enseñanza de la religión católica era asignatura obligatoria) el cura, Don Emiliano, nos hablaba del inexorable destino infernal que esperaba a aquellos que no cumplían los preceptos de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, mientras que ni mis padres ni mis hermanos iban jamás a misa, algo contradictorio con el hecho de que llegado el momento hice mi Primera Comunión


y llegado, igualmente, el momento mis dos hermanos se casaron por la iglesia. Primero mi hermana en Nuestra Señora de las Angustias, en la calle Rafael de Riego, entonces Batalla de Brunete, luego mi hermano en Toledo, con la particularidad de que ni mi padre actuó de padrino, como era costumbre, en la boda de mi hermana ni mi madre de madrina en la de mi hermano. A ellos los casó un organismo del Frente Popular en marzo de 1938

Y a pesar de que, tras la guerra, sufrieron presiones para legalizar su situación con una boda religiosa jamás transigieron y finalmente les expidieron un libro de familia en el que, falsamente, aparecían como casados el 25 de diciembre de 1937, para poder cumplir con los plazos de gestación adecuados (mi hermano nació en julio de 1938). Así eran mis padres.

A mi padre le acabé transmitiendo la angustia que me producía su infernal destino, y  en una conversación, típica de su carácter castellano, seria y al grano, me resolvió todas las dudas:

-Mira hijo, todo lo que cuenta el cura es mentira, ni existe dios, ni hay infierno ni nada de eso, pero tú tienes que hacer como que lo crees, te lo estudias bien y saca buena nota que hace falta para que te sigan dando la beca.

Mes a mes, año a año, saque invariablemente en Religión un rotundo 10 (hoy sería matrícula de honor). Tenía yo trece años, más o menos, y aquello, además de alejarme para siempre de cualquier preocupación religiosa, me abrió un mundo nuevo. Si me mentían en eso ¿Me mentirían también en historia, literatura o F.E.N.?, puesto que en matemáticas, física, lengua o geografía se me antojaba imposible. Al cabo de los años, y me ha costado reconocerlo, he comprendido que a mí lo que más me gusta del mundo es estudiar y aprender, independientemente de la utilidad de lo estudiado y aprendido, y también hay que decir que una de las cosas que menos me ha gustado en mi vida ha sido tener que examinarme de lo aprendido, y aún hoy no les concedo ninguna legitimidad a los tribunales o profesores que han juzgado mis conocimientos, pero en esto hay un indudable componente de orgullo personal, me cuesta mucho reconocer a alguien con capacidad para evaluar mis conocimientos, sin embargo a aquellos que han podido demostrar tener autoridad intelectual sobre mí les he guardado siempre un enorme respeto, consideración y afecto. Se dió así la tormenta perfecta, por un lado descubrí que la enseñanza oficial mentía en muchos aspectos y por otro sentía la necesidad íntima de acercarme a la verdad. El triángulo lo completó un encargado, "jefe" ,se les llamaba entonces, del local social de los chavales de mi época, los billares, este hombre debía tener un sexto sentido para identificarme como uno de los suyos, y comenzó ha suministrarme ejemplares de Mundo Obrero, y Nuestra Bandera , para luego irme prestando El Manifiesto Comunista, Revolución en España, El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, La familia, la propiedad privada y el estado, y otras de Marx y Engels incluso una edición resumida y explicada de El Capital sin olvidar a Lenin ¿Qué hacer? El estado y la revolución, Materialismo y Empiriocriticismo, etc y sobre todo una novela que me impactó como nada Asi se templo el acero.


Cuando nació mi hijo no tuve el valor de proponerle a su madre llamarle Pável, en memoria de su protagonista Pavel Korchaguin. Con esa novela nació mi eterna admiración por la Unión Soviética y lo que simbolizaba. Y todo ello leído en mi casa clandestinamente, mi padre, y le había costado, tenía estabilidad laboral, y mi madre ya no quería más disgustos, de manera que el No te signifiques, no te metas en líos, que tanto repite la abuela de los Alcántara, en mi casa era moneda corriente.

            No tardé demasiado en irme, a través de ese buen hombre, que creo recordar que se llamaba Valentín, vinculando a la Juventud Comunista, y en seguida viví mi primera crisis política. Mi célula llevaba el nombre de Trifón Medrano, en memoria del que fue, en 1932, elegido secretario general de la UJCE en el II Congreso de la misma, y artífice junto a Fernando Claudín y Jesús Rozado por parte de la UJCE y Santiago Carrillo, José Laín y Segundo Serrano, por parte de las JJSS de al creación de la Juventud Socialista Unificada , anunciada oficialmente en un mitin en Las Ventas el 5 de abril de 1936, acto en el que participaron Francisco Largo Caballero y José Díaz y en el que Carrillo anunció la próxima unificación del PCE y el PSOE, algo que finalmente solo se produjo en Cataluña con la creación del PSUC. Bien, pues en mi célula de la Juve apareció un día en una reunión un camarada que el responsable político de la célula presentó, con el nombre de Pedro, evidente nombre falso, que nos comunicó y creo poder recordarlo textualmente: Santiago Carrillo y su camarilla dirigente habían traicionado la política del Partido alineándose con los enemigos de la Unión Soviética. Creo que eramos siete los que formábamos aquella célula y los siete nos quedamos petrificados. En efecto, esto creo recordar que fue en 1972, cuatro años antes las tropas del Pacto de Varsovia habían entrado en Praga con el objetivo de abortar lo que los medios de comunicación burgueses dieron en llamar Primavera de Praga, y no es este el momento en el que me ponga a dar mi opinión actual de lo que significó aquello. El camarada nos informó que Santiago Carrillo, sin reunir al Comité Central, ni siquiera al pleno del Buró Político, había condenado esa actuación y que desde entonces una parte de la dirección del partido siendo el miembro más destacado del Secretariado, el de organización Eduardo García habían reclamado la celebración del VIII Congreso, y ante la negativa habían decidido celebrarlo, y posteriormente el IX, siendo elegido el propio Eduardo García Primer Secretario del Comité Central. Inicialmente se sumó a este movimiento Enrique Líster, pero pronto siguió su propio camino resucitando uno de los nombres fundacionales del Partido, el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). En medio de ese maremagnum mi célula Trifón Medrano de la Juventud Comunista decidió sumarse a aquellos que consideraban La posición de solidaridad con la Unión Soviética como piedra de toque del internacionalismo proletario. En todo este proceso tuvo una influencia determinante que José García Centeno, mi querido, admirado, y siempre en el recuerdo, hermano Pepe estuviera en esas mismas posiciones. Mi hermano ha sido determinante en mi vida, y si algo exhibo con orgullo es el poder decir que soy el hermano pequeño de Pepe Centeno.

            Aquellos que nos alineamos con aquella posición inequívocamente prosoviética insistimos durante algún tiempo en que nosotros, puede que unos pocos miles y muchos de ellos en el exilio, eramos el PCE, mientras que la mayoría de los militantes, muchos de ellos ajenos al fondo del debate, eran para nosotros la Agrupación Carrillista, revisionismo en estado puro. Editábamos Mundo Obrero con la mancheta en rojo, recuperando el diseño vigente durante la guerra 


 El PCOE de Líster editaba su órgano con el mismo diseño, lo cual condujo a no pocas confusiones.

La realidad es tozuda y por más que fueramos nosotros, los comunistas que habíamos celebrado los congresos VIII y IX, los que mejor representabamos la tradición y política del PCE, nuestra debilidad numérica y el hecho de que la propia Unión Soviética reconocía como único interlocutor de los comunistas españoles a Santiago Carrillo nos llevó a asumir que teníamos que distinguirnos de alguna forma y así pasamos a ser el PCE (VIII-IX)


Númericamente siempre fuimos débiles en el interior, si bien nuestras organizaciones del exterior tenían cierta fortaleza e influencia. Fue una época complicada y difícil, a nuestra lucha principal, la lucha contra el franquismo, teníamos que añadir la defensa de la Unión Soviética, una Unión Soviética que dentro del propio espacio comunista español era considerada por unos, los trotskistas de la IV Internacional, un estado burocratizado que había pervertido los objetivos de la Gran Revolución Socialista de Octubre y para otros, los seguidores de Mao-Tse-Tung (así lo escribíamos entonces) un estado imperialista, o socialimperialista  que además había traicionado el legado de Stalin. Esa época complicada y difícil fue, probablemente, a nivel personal una de las más enriquecedoras de mi vida y me forjó lo que hoy podríamos definir asertivismo militante. Aprendí de forma firme a defender mis posiciones de manera educada y respetuosa y siempre, mis camaradas y yo mismo, las defendimos hasta sus últimas consecuencias. Más allá de esa etiqueta prosoviética, que era en gran medida más identificativa que otra cosa nuestra principal propuesta estratégica consistía en apostar por unir el final del franquismo, fuera el final que fuera, con un avance en el terreno político hacia el socialismo. Es decir todo lo contrario de lo que a la postre fue la bendita y modélica Transición. En ese contexto la aparición en el tardofranquismo de superestructuras como la Junta Democrática (impulsada por el PCE de Carrillo junto a sectores de la derecha monárquica no franquista cercanos a Juan de Borbón, representados básicamente por Rafael Calvo Serer , José Luis de Vilallonga y otros que ahora no recuerdo) y la Plataforma de Convergencia Democrática (impulsada por un PSOE renacido, artificialmente resucitado con fondos financieros inagotables, procedentes de diversos organismos internacionales interesados en disminuir el protagonismo de los comunistas, desparecido durante cuarenta años en el interior de España) fue considerada por nosotros, los del VIII y IX, como elementos necesarios para que el sistema de capitalismo monopolista de estado se perpetuara después del dictador. Eso lo pensaba en 1974, y lo sigo pensando hoy. Fuimos, desde nuestra debilidad numérica y fortaleza de principios, de las pocas, puede que la única, formaciones políticas que consideramos la ley de amnistía, que efectivamente sacó de las cárceles a muchos demócratas, una salida legal que permitía irse de rositas a los que durante años nos habían perseguido, torturado y asesinado. Años después aprendí que era una Ley de Punto Final.

Después de las elecciones de 1977, en las que oficialmente, pedimos la abstención fueron siendo legalizados la práctica totalidad de los partidos que se tuvieron presentar a las elecciones con diversas etiquetas FUT, FDE, CUP, etc puesto que en el sacrosanto e idolatrado Sábado Santo de 1977 solo fue legalizado el PCE oficial y con unos estatutos inventados, sin embargo al PCE (VIII-IX) se le denegó la inscripción, solicitada con los estatutos reales, en el registro de partidos políticos. 

           La siguiente crisis, casi se podía considerar una crisis de crecimiento. Dentro del propio PCE oficial se había ido articulando una oposición de izquierda (OPI) que acabó constituyéndose, una vez que fueron siendo expulsados todos los componentes, como Partido Comunista de los Trabajadores (PCT), dirigido por Carlos Tuya


         Como si fueramos novios establecimos relaciones de cara a una futura unidad, fuimos en coalición a las primeras elecciones tras la aprobación de la Constitución, si bien con las siglas PCT, dado que nosotros seguíamos siendo ilegales (yo mismo fuí candidato a diputado), obteniendo 40.000 votos, que nos parecieron muchísimos, hicimos diversos actos conjuntos, siendo de reseñar un acto de solidaridad con Vietnam, agredido por China. ¡Fuera manos chinas de Vietnam socialista! fue el lema del acto, y por fin acabamos confluyendo en el Partido Comunista de España Unificado (PCEU)
       Aquella fue una falsa unidad, cada una de las organizaciones mantuvo internamente su estructura, pronto aparecieron diferencias y la ruptura fue rápida y casi indolora. Los procedentes del PCE (VIII-IX) se quedaron con las siglas PCEU y los del PCT se integraron, ahora no lo recuerdo bien, en el Movimiento para la Recuperacion del PCE o en el Movimiento para la Reconstrucción y Unificación del PCE, en definitiva, la unificación de dos pequeños partidos salieron tres, a los que había que añadir los que se resistieron a la unficación inicial que siguieron manteniendo las siglas PCE (VIII-IX) y tambien otro grupo llamado células comunistas, cuyo principal activo era el que fue diputado por Canarias Fernando Sagaseta, elegido en las listas de Unión Del Pueblo Canario (UPC).

        Tras la catástrofe electoral del PCE oficial en 1982, la dimisión de Santiago Carrillo y el carácter casi extraparlamentario de los comunistas, tras una estrategia suicida, el eurocomunismo, que no era otra cosa en el fondo, que la aceptación de la democracia burguesa y el sistema capitalista como único escenario posible para arrancar avances para la clase trabajadora se entró en un periodo de turbulencia que culmina con la expulsión del mismísimo Carrillo del PCE, que termina fundando un efímero partido El Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista



 que terminaría, a excepción del propio Carrillo integrándose en el PSOE. La inmensa mayoría de los partidos y movimientos que habían ido desgajándose del PCE por  su oposición, desde diferentes posiciones y en diferentes momentos, a la estrategia eurocomunista decidieron tras el proceso de ruptura del PSUC que dió lugar al Partit dels Comunistes de Catalunya liderado por Pere Ardiaca  e impulsado por éste, aunque fuera Ignacio Gallego quien pilotara el proceso, confluir en un único partido el PC.


denominación que tras una sentencia judicial hubo de cambiar por el de Partido Comunista de los Pueblos de España  PCPE.

  La gran mayoría del PCPE, tras la fundación de Izquierda Unida, terminó por reintegrarse en el PCE.


En todos y cada uno de estos procesos, desde el inicio con el PCE (VIII-IX) hasta el PCPE, he participado, creo tener una cierta experiencia en lo que suponen unificaciones, escisiones, rupturas y desapariciones 


Fin de la Pequeña introducción histórica

 Izquierda Unida nació como una coalición electoral en 1986 

Desde entonces ha pasado por sucesivas crisis. 

Dejó de ser una coalición electoral con aceptables resultados en las urnas, aunque lejos de los mejores del PCE, para convertirse en un movimiento político y social, algo que en la práctica nunca ha sucedido, sino que, en mi personal análisis, lo que sí ha sucedido es que ha acabado convirtiéndose en un partido político más, con una particularidad: Es un partido político, con otros partidos dentro, si bien es el PCE, sobre todo tras la integración en él del PCPE, el amplísimamente mayoritario. 

Yo, personalmente, cuando nació IU no me incorporé de inmediato, aunque voté a la coalición, y además abandoné mi militancia en el PCPE un tanto atribulado por como se había llevado a cabo el "reingreso" en el PCE. De hecho la dirección de Madrid del PCPE, elegida en un divido proceso, creo que el nombre oficial era I Conferencia de Madrid del PC., celebrada en el edificio que el Partido había comprado como sede en la calle Saturnino Calleja, con José Antonio Moral Santín como secretario general y Ángel Pérez, como secretario de organización, se había opuesto a la incorporación a IU con el argumento de que se excluía al PTE-UC de Santiago Carrillo. Sin embargo, una vez electo diputado Ignacio Gallego la integración en el PCE fue casi inmediata. Todo aquello no me gustó, y por primera vez en mi vida, con los treinta años cumplidos, y desde los dieciséis dando guerra, me convertí en un sinpartido, para mí, un drama. No me duró demasiado la estancia en el banquillo, y aprovechando la entrada de IU, de lo que entonces era Izquierda Alternativa y acabó siendo Espacio Alternativo, me incorporé a Izquierda Unida con los miembros de la IV Internacional, después del fracaso de la unificación LCR-MC. Tuvieron mucho que ver mis afectos personales en aquella decisión tan extraña, de que alguien como yo, que nunca he ocultado mi condición de orgulloso heredero político de la III Internacional, Komintern, entrara en IU con los camaradas de la Cuarta. Y también tuvo mucho peso el trabajo en la Comisión AntiOtan. Solo años después, instalado ya en Alpedrete, volví a militar en el PCE, y digo mal volví, realmente empecé, puesto que nunca había estado vinculado al PCE oficial. Nunca he mezclado ni con el eurocomunismo, ni con ninguna de las variantes revisionistas socialdemócratas, y me he cruzado muchas veces con ellas.

Contra lo que podría esperarse el PCE no actuó como organización mayoritaria dentro de IU, sino que más bien ocurrió lo contrario de manera que cada crisis por la que pasaba IU, coincidiendo siempre, o casi siempre, con unos pobres resultados electorales, se trasladaba inmediatamente al PCE, que retroalimentaba sus propias crisis. 

Han sido muchas las veces en las que IU ha estado en grave riesgo de desaparición. Y la federación de Madrid ha sido epicentro de todas ellas, al menos de las más importantes. La última, ¿o deberíamos decir penúltima, como cuando alternamos en la barra del bar? tuvo como consecuencia la desfederación de IUCM como organización referente de Izquierda Unida en Madrid. Pero las ha habido de muchos colores, ¿Nos acordamos de Diego López Garrido y su Nueva izquierda terminando en el PSOE? Nunca pondré en duda la honestidad de Gaspar Llamazares pero en su gestión como coordinador federal estuvimos a punto de quedar reducidos a la nada, y no solo electoralmente, sino como sujeto político activo con capacidad de influencia. Y siempre buscando refundarnos con la aspiración de ampliar nuestro espacio de influencia, nuestra capacidad para poder mejorar las cosas. Con la llegada de Cayo Lara pareció que la organización reverdecía recuperamos el grupo parlamentario, aunque con el nombre de Izquierda Plural para incluir a los diputados que no eran estrictamente de IU. Las expectativas electorales, a tenor de las encuestas, parecían ser positivas. Sin que fuera un paraiso orgánico, ninguna organización de izquierda lo es, parecíamos ir avanzando y entonces estalló el 15M

No es muy elegante el autocitarse, pero a veces, sobre todo cuando es algo escrito hace algun tiempo no está de más hacerlo. En una entrada de septiembre de 2018 que se titulaba ¿Qué hacer?  yo escribía :

Lo ocurrido con el movimiento 15M puede servirnos de ejemplo, la incapacidad de las organizaciones de las que tengo carnet, CCOO, IU y PCE, de hegemonizar ese movimiento, en gran medida espontáneo, produjo, y aquí quizás fuera conveniente darle un repasillo a Gramsci  y echarle un vistazo a la "Carta al Comité Central del Partido Comunista Soviético" , sobre un intelectual colectivo que devino orgánico y que básicamente identificaríamos con PODEMOS.
En los capítulos II (La espontaneidad de las masas y la conciencia de la socialdemocracia) y III (Política tradeunionista y Política socialdemócrata) se plantea el problema de la contraposición que puede producirse entre la política sindicalista y la política socialista, o lo que es lo mismo entre la política reformista y la revolucionaria, en definitiva entre la espontaneidad y la conciencia. Y aquí me voy a detener en un párrafo que reproduzco literal:
Todo lo que sea prosternarse ante el movimiento obrero espontáneo, todo lo que sea rebajar la importancia del "elemento consciente" la importancia de la socialdemocracia, equivale-independientemente de la voluntad de quien lo hace- a fortalecer la influencia de la ideología burguesa sobre los obreros.

Y en la siguiente entrada de octubre del mismo año ¿Como hacerlo? 

....
"hubiera sido relativamente sencillo adjudicar a PODEMOS el papel de mencheviques del siglo XXI , de hecho lo son aunque muchos no lo sepan, y poner en primer plano la lucha ideológica con ellos, de hecho por muchos chistes y chascarrillos que hagamos, y yo soy el primero que los hago, con el telón de fondo de la Vida de Brian y las diferencias entre el Frente Judaico de Liberación y el Frente de Liberación Judaico, lo cierto es que la fortaleza del partido bolchevique se alcanza gracias, aunque puede que solo en parte, a la confrontación ideológica no sólo con mencheviques, sino también con socialrrevolucionarios (eseristas) y kadetes  (liberales) entre otros. Pero aún siendo intelectualmente honesto es claramente insuficiente. Ciertamente PODEMOS responde, a casi todas las características, a todas sería para nota, de un partido reformista de extracción pequeño-burguesa, a pesar, o más bien por mor, de un lenguaje radicalizado, cada vez más matizado por cierto, de tras del cual lo que hay son propuestas tendentes a mejorar las condiciones de vida de los de abajo, a "democratizar" o "humanizar" el sistema, pero no a destruirlo o superarlo."

Si mis amables lectores, suponiendo que haya alguno, enlazaran con las entradas que me he autocitado, podrán apreciar claramente que desde mi humildísimo punto de vista intentar construir un espacio político estable, no solo una coalición electoral, con PODEMOS es tan complicado como obviar el primer principio de la termodinámica.

Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los militantes, inscritos y simpatizantes de PODEMOS y su entorno, son gente honesta, desde luego no menos honesta que yo, pero venimos de culturas políticas absolutamente diferentes.  

Los que procedemos, y todavía, en mi caso, seguimos en la militancia comunista, rechazamos de plano el asamblearismo como método de trabajo. Que nuestras organizaciones de base se llamen asamblea de tal o cual pueblo, barrio o distrito son casi un brindis al sol y pretenden, básicamente, marcar el carácter absolutamente democrático que tienen las tomas de decisiones de la organización de base. Las decisiones han de tomarlas los afiliados al corriente de pago , lo cual no impide que a las reuniones puedan asistir simpatizantes con algún tipo de compromiso con la organización y si en algún momento hemos abierto la votación a simpatizantes, casi siempre a la hora de elegir cantidatos electorales (así elegimos como candidata a presidir la Comunidad de Madrid a Tania Sánchez Melero con el brillante resultado por todos conocido). Además la toma de decisiones, con su correspondiente votación debe hacerse tras un debate ordenado, que aclare las diferentes posibles posiciones, y ese tipo de debate es casi imposible llevarlo a cabo en una asamblea multitudinaria en una plaza pública. Es más, los que hemos participado en asambleas en el ámbito universitario, conocemos mil y un métodos de manipular el sentido de las mismas. Y desde luego el método de voto telemático es ajeno a nuestra cultura política justamente con el argumento ya expuesto. Nadie que no haya participado en un debate, debe votar. Yo no he votado nunca ni lo haré, en condiciones normales, a en las consultas propuestas desde la dirección federal, es más, lo considero un método antidemocrático y caudillista. Que la situación derivada de la COVID-19 nos haya llevado a procesos congresuales telemáticos hemos de considerarlo una excepción.

PODEMOS, no me importa volver a repetirlo, es un sujeto político procedente del 15M, que asume su metodología, que es tan bonita y televisiva, como políticamente inoperante. Que los inscritos (vinculación no demasiado definida con la organización) de PODEMOS hayan opinado sobre donde viven, o quieren vivir,  sus principales dirigentes es una absoluta prueba de caudillismo.

Ejemplificando:

 Ahora mismo IU está en el proceso que culminará en la XII Asamblea Federal de IU.  

Para la Asamblea Federal hay presentados dos documentos, uno presentado por la dirección actual Avanzando hacia le república, Una IU para un nuevo país y otro alternativo La Izquierda necesaria

Ambos documentos se han debatido en las organizaciones de base de pueblo o distrito, en mi caso en IU Alpedrete, cada organización de base, tras el correspondiente debate, ha decido apoyar uno de los dos documentos, o no apoyar a ninguno, en el mismo momento cada organización de base elige su representación en la fase regional de cada Comunidad, en el caso de Alpedrete, la Fase Regional de IU Madrid.

En esa fase regional, los delegados electos por cada organización de base, en la que han expuesto sus planteamientos, eligen, tras una defensa de cada uno de ellos por parte de sus promotores, uno de los dos documentos y sobre ellos un debate sobre las enmiendas presentadas al documento elegido. Algunas seran asumidas, es decir aceptadas por los promotores del documento a debate, otras serán transaccionadas, es decir los promotores del documento proponen una síntesis al enmendante, que este puede aceptar o no, si la acepta no hay votación, y por último las rechazadas, que tras la correspondiente defensa son votadas. En esa misma fase regional se elegirá la delegación, en el caso de Madrid 44 compañeros, que asistirán a la Asamblea Federal propiamente dicha.

Los delegados a la Asamblea Federal, seguirán un proceso análogo a los regionales, Elección de un documento de entre los dos, debate y aprobación o rechazo de las enmiendas presentadas por cada fase regional, y por último, elección entre las diversas listas presentadas, que habrán de ir avaladas por un determinado número de delegados, de la dirección federal. En estos momentos todo apunta a que habrá dos listas, la encabezada por Alberto Garzón y la encabezada por José Antonio García Rubio.

Este método, es absolutamente dinámico, democrático y garante de que son debatidas y escuchadas las posiciones, cada una en su lugar, del cien por cien de los militantes de Izquierda Unida. Eso sí, es laborioso y muy poco vistoso, televisivamente hablando.

Ni remotamente parecido a los procesos, sin duda vistosos y televisivos, que han dado lugar a los sucesivos Vista Alegres. Dicen que Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza, cuando le presentaron un jugador, que no voy a citar, con grandes habilidades técnicas y de dominio de balón dijo de él: Más bonito que bueno. 

Conclusiones

 He hecho un largo camino, remontándome hasta mi infancia para llegar hasta aquí. He pretendido dejar claro, y espero haberlo conseguido, que las conclusiones que extraigo no son el producto de un momento determinado sino el fruto de muchos años de militancia y experiencia.

- No está claro, para mí desde luego no lo está, que la confluencia electoral Unidas Podemos esté siendo beneficiosa para el mantenimiento de Izquierda Unida como sujeto político activo. No tenemos más presencia parlamentaria que la que tuvimos cuando Unidad Popular  con Alberto Garzón encabezando la lista. En los medios, es decir en la opinión publicada con indudable proyección en la opinión pública, aparecemos como indistiguibles de PODEMOS, nuestros parlamentarios son mostrados como de PODEMOS, nuestra presencia en el gobierno se reduce a la del ministro de consumo, puesto que la ministra de trabajo, por cierto la mejor valorada del gobierno, Yolanda Díaz se declara como no militante de IU, aunque sí del PCE. A los militantes del día día, los que no aparecemos en los medios, nos es desagradable, incluso doloroso tener que responder en numerosas ocasiones a la pregunta ¿Pero IU sigue existiendo?.

- Tampoco está claro desde el punto de vista electoral haya rentabilidad en la coalición. Hay no pocos electores tradicionales nuestros, incluso históricos votantes comunistas, que no votan una lista, en el caso de Madrid, encabezada por Pablo Iglesias con nuestro primer candidato en el quinto lugar. A mí mismo, el actual vicepresidente segundo del gobierno, no me causa ninguna simpatía, más bien me considero antipatizante de su persona, y solo la disciplina me marcó el sentido del voto. Por otra parte hay no pocos votantes de PODEMOS, que en su día lo fueron del PSOE, con un alto componente, digámoslo claro, anticomunista que no ven con agrado nuestra presencia, y que paulatinamente van regresando al PSOE.

- La experiencia de las elecciones a la Comunidad de Madrid ha sido muy negativa, prácticamente un trágala que no nos podemos permitir.

- De forma consciente y voluntaria no he hecho referencia a la situación económica de IU que aparece en el Informe de Gestión . Si tal y como aparece en el informe la situación económica ha mejorado, dentro de la ruina que sufrimos, gracias a ir coaligados, dígase claramente: Vamos en coalición porque sino estamos abocados a la desaparición por deudas.

 -Si tengo dudas sobre ir en coalición, sobre construir un nuevo espacio político, superador de IU, desde el espacio Unidas Podemos, no tengo ninguna, es imposible.

- Creo, y lo creo para ambas organizaciones, que es bueno que vayamos por separado a los procesos electorales. No hago ningún ejercicio de hipocresía cuando afirmo que me encantaría que PODEMOS se refuerce electoralmente porque son votos que arranca a un proyecto, el PSOE, que hace mucho que dejó de ser socialdemócrata, para ser un espacio simplemente progresista. PODEMOS debe aspirar a ocupar ese espacio que cree que con la democracia burguesa y en el marco del sistema capitalista con la fuerza de los votos se pueden producir cambios de calado,

-La Izquierda que aspira a ser una izquierda radicalmente transformadora no puede, ni debe, basar su estrategia política en los resultados electorales, sin que sea yo quien niegue la importancia de tener una presencia, cuanto mayor mejor, en los ámbitos institucionales, parlamento, parlamentos regionales, diputaciones y ayuntamientos, pero ¿para qué?

No me queda otro remedio que hacer un pequeño flashback y recordar cuando en pleno franquismo los comunistas decidieron participar en las elecciones sindicales en el sindicato oficial, el verticato, y no precisamente para fortalecerlo, sino, por un lado, para debilitar su estructura y, por otro, para aprovechar sus medios. Salvando las distancias, que las hay, esa debería ser, a mi juicio, nuestra estrategia en las instituciones, aprovecharlas como altavoz, utilizar sus recursos, incluidos, por supuesto, los económicos y al mismo tiempo debilitarlas.

-Lo hemos dicho, una y mil veces, pero no importa repetirlo, nuestra misión, nuestra principal tarea, como izquierda revolucionaria, es conseguir transformar el conflicto social, el que sea, una huelga, un desahucio, una reivindicación vecinal, etc. en un conflicto político, capaz de ir generando conciencia política para transformar las condiciones objetivas en subjetivas, y esas condiciones serán las que nos permitan comenzar un proceso revolucionario, no necesariamente violento ni incendiario, para comenzar a construir una sociedad socialista. Y en esa tarea, la izquierda revolucionaria está, estamos, fracasando de forma notoria.

-En mi análisis, no cabe, por imposible, la generación de un espacio superador desde lo que hoy es Unidas Podemos, ni siquiera la fórmula de coalición me parece óptima, al menos en las actuales condiciones de evidente subsidariedad en las que participamos, pero ello no significa que renunciemos a colaborar y a hacerlo con honestidad, con todos aquellos compañeros de PODEMOS o de cualquier otra formación política o social con los que mantenemos coincidencias e intereses, todo lo contrario, ese tipo de colaboración debemos fortalecerlo.


Final

 A lo largo de mi vida si bien he sido muy activo políticamente, nunca, o casi nunca, he ocupado puestos de gran responsabilidad, más allá de ser concejal en mi pueblo o haber sido miembro de la dirección del PCE en Madrid. Mi vida profesional ha sido mi sustento económico, y también una gran satisfacción personal. No quiero, consciente de que son muy necesarios, criticar a aquellos compañeros y camaradas que dedican todo su tiempo a la acción política, pero mi situación me permite exponer mis posiciones sin ninguna cortapisa.

Y así lo he hecho.

 


 

 





 

 

 

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