Pasa la bola

Estoy bastante mosqueado porque se me ha roto compltamente el "ruter" y para escribir algo tengo que esperar a tener un rato libre en la oficina. Nos propone el amigo Antonio desde su Rubicón un meme consistente en teletransportarse a otra época en un lugar de nuestros recuerdos más agradables. Él ha elegido su Lavapiés (de donde le costó salir, que lo sé yo) y al año 1973. Yo voy a ir a un poco más adelante,1973- 1974, y a una inolvidable estancia en Paris, que se alargó más de lo previsto, entre otras cosas porque a un inefable ministro de Educación el geólogo y poeta don Julio Rodríguez se le ocurrió la brillante idea de que el curso empezara en Enero (yo empecé en Marzo), habiendo acabado el COU en junio. Y alli nos fuimos el amigo Carlos y yo mismo, a pasar una temporada, a comprobar que fuera de esta casposa España que vivíamos se respiraba de otra forma. Volvimos a Paris al acabar el curso en el verano del 74, con el ánimo de quedarnos, pero a pesar de la solidaridad de los camaradas que allí conocimos, algunos hijos de exiliados, otros de emigrados, el hambre nos acabó derrotando y volvimos resignados a reencontrarnos con esa España que detestabamos, y que algunos añoran. En ese verano del 74 nos comunicaron varias veces la muerte de Franco, luego en la televisión francesa veíamos que estaba muy grave con una flebitis, pero desgraciadamente vivo. Para mí supuso un enorme crecimiento personal, y a mis dieciocho años conocí el amor (con todo lo que implica, morbosos, en España también me había enamorado, pero sólo "platónicamente"), y lo que es peor el desamor del ser amado. Porque lo que para mí, inocente celtíbero, fue un sentimiento desbocado, para aquella chica no pasó de un agradable rato, y con toda crudeza me lo hizo saber al día siguiente, dejándome hecho polvo. Nunca olvidaré el verano del 74 en París y aprovecho para meter en la bola a Babeuf y maripuchi