martes, 23 de octubre de 2007

El hombre del casino provinciano

Este hombre del casino provinciano
que vió a Cagancho recibir un día,
tiene mustia la piel , el pelo cano
y ojos velados por melancolía.
No sé, si el señor Rajoy ha visto alguna vez recibir a Cagancho, por la edad uno diría que no, aunque tiene aspecto de intemporal, de eterno registrador de la propiedad en una España eterna y finisecular. Lo que si sé, sabemos, es como se comporta cuando se relaja, cuando abandona la estricta mortaja que le tejen entre la fundación FAES y los finos estrategas de la calle Génova, y se siente como cuando en el casino de su pueblo perora junto al cura, el médico y el boticario sobre los grandes asuntos de la patria.
Y augura que vendrán los liberales
cual torna la cigüeña al campanario.
Y para que los liberales vuelvan, es decir para que vuelva él, al que alguien le ha dicho que es liberal, le han escrito en las reboticas , herzianas e impresas, un guión fácil de seguir, lleno de palabras hueras y patrióticas, La Familia, La Patria, La Constitución, La Ley, que nunca han dicho nada pero que siempre han excitado mucho. Pero cuando en la tranquilidad del casino, dice lo que piensa, cuando tenemos al sr. Rajoy en estado puro, comprobamos su escasa talla intelectual, y mientras se acomoda, acodándose en la barra, recurre al manido argumento de:
"Tengo yo un primo, que es una eminencia, que es catedrático oiga usted, que me ha dicho, así en confianza, que..."
Y en los puntos suspensivos, póngase la cuestión se quiera, siempre que no sea de los grandes temas del guión escrito. Ahora ha sido el cambio climático, el que ha sido objeto de sus burlas de analfabeto, la ignorancia es siempre muy atrevida, mañana puede ser la fecundación in vitro o la energía nuclear de fusión en frío. Eriales culturales, indocumentados estructurales, burros de toda burricia como el sr. Rajoy siempre tendrán a mano un catedrático, en este caso su primo que lo es de mecánica estadística, es decir que de climatología o metereología sabe aproximadamente lo mismo que yo, pero si no, hubiera sido un conocido de una tía de su mujer, que estuvo una vez en Oxford, y sabe mucho de ..., y en los puntos suspensivos póngase lo que se quiera, todo vale para las conversaciones de casino.
Este hombre no es de ayer ni de mañana,
sino de nunca, de la cepa hispana.
No es un fruto maduro ni podrido
sino un fruta vana,
de aquella España que pasó y no ha sido;
esa que hoy tiene la cabeza cana.
No se mueva mucho sr. Rajoy, que huele mucho la naftalina.

4 comentarios:

Blanca dijo...

El poema de Machado describe a la perfección a muchos, Javi... por España no pasan los años, los siglos... que lástima de país, qué gran madrastra...

animalpolítico dijo...

El peligro que tiene es que el ciudadano medio ya entregado a la causa del PP que lo oye no pone en duda al primo catedrático si es el bueno de Rajoy el que lo cuenta.

Reafirma a los propios y destroza la causa de la concienciación de la ciudadanía en torno a un tema de extrema gravedad.

¡Qué país!

(Estupenda la aportación poética)

Anónimo dijo...

creeis en el cambio climatico..?
que inocenticos no?

Sigurd dijo...

Me ha gustado ese poema con el que cierra la entrada.

El modo en el que lo ha planteado Rajoy transmite cierta frivolidad, sin duda.

Y hay pocas cosas más españolas que la frase, "yo de esto no sé, pero escucha lo que te digo ..." o "tengo un (elegir) que dice que".

Pero en este caso la opinión del primo tiene respaldo científico. Sería fantástico dejar la ciencia a los científicos, y no convertir en política ni en dogmas hechos que están en discusión.

Adivagar realizar la aportación científica del día al tema. Les recomiendo su lectura.

Un saludo.