miércoles, 3 de octubre de 2007

El jefe de las Fuerzas Armadas

En los regímenes republicanos, por ejemplo los Estados de Unidos de América (USA), no hay problema ninguno, y el Presidente, en su condición de jefe del ejecutivo, es al mismo tiempo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Como en tantas cosas, en esta cuestión la Constitución Española está presidida por la chapuza, es lo que ocurre cuando a una legislación esencialmente democráta, y por tanto republicana, se le tiene que meter con calzador un cuerpo extraño, esencialmente antidemocrático, como es la Corona. Así al mismo tiempo que el batiburrillo constitucional otorga al Rey el empleo de Capitán General de las Fuerzas Armadas, y con él la titularidad en la jefatura de las mismas, con la misión de declarar la guerra y proclamar la paz, hace del jefe del estado irresponsable de los actos que pueda cometer en el ejercicio de sus funciones, dejando la responsabilidad de sus actos a cargo del gobierno de turno. En este sentido parece lógico de toda lógica el deso de ERC, expresado en el senado español a través de Entessa, de que sea directamente el jefe del ejecutivo el que ostente directamente la jefatura de ls Fuerzas Armadas. Ha faltado tiempo para que el sector más monarquicano del PSOE, con Cándido Méndez haciendo de lechuza portadora de candela iluminadora, se apreste, al calor de la Fiesta de la raza, a defender al monarca y el ejecutivo convoca un Consejo de Defensa presidido por el propio rey, para dejar claro cual es el papel del jefe del estado. Por su parte la oposición no se queda atrás y mientras el sector más montaraz y nostálgico del antimonarquismo del régimen del 18 de julio reparte estopa desde el bunker del la COPE, el sector menos atrabiliario, aunque igualmente reaccionario, desencadena una nueva guerra de simbolos con el ánimo, en ningún momento oculto, de apropiarse todo aquello que huela a España, con mayúsculas, la bandera, el himno (con propuesta de letra), el rey y hasta la familia real con los supuestos cuernos de Marichalar y las caquitas con olor a tocino de cielo de Leonorcita y Sofiita incluidos.
Y como nos ocurre muchas veces, los árboles no nos dejan ver el bosque, porque lo importante no es a quien adjudiquen los textos legales, da lo mismo si es la Constitución o el Fuero Juzgo, la jefatura de las Fuerzas Armadas, lo verdaderamente importante es a quien consideran las Fuerzas Armadas su jefe natural. ¿Alguien tiene alguna duda? Como diría Antonio Banderas en su anuncio, los que no contesten ya han contestado, y para los que tengan dudas les remito al 23F/81. Ese día, los capitanes generales de las diferentes regiones militares, excepto la III de Valencia, a quien obedecieron, con más o menos ganas, fue al Rey, y la Constitución aprobada tres años antes se la trajo floja. Y como me gusta preguntar, pregunto, y sobre todo me pregunto, ¿Qué ocurriría si hoy D. Juan Carlos I, o mañana su sucesor D. Felipe VI, o en futuro Dña. Leonor I, viendo amenazada, desde su punto de vista, la unidad de España, o más prosaicamente su propio papel institucional, decide hacer efectiva su teórica jefatura de las FF.AA.? ¿Alguien vuelve a tener alguna duda de que la inmensa mayoría de los mandos militares se pondría incondicionalmente a su servicio? Ese peligro es real, no me lo invento ni hago política ficción.
Por otra parte, y aunque es abrir otra línea de debate me atrevo con ella, el ejército español, hoy no es de leva obligatoria, es profesional y por tanto mercenario. ¿Es que acaso el haber abandonado el Servicio Miltar Obligatorio no fue una medida progresista? Desde mi punto de vista, no, en absoluto. Históricamente la consecución del servicio militar obligatorio fue una conquista progresista,el ejército considerado como el pueblo en armas ya que la situación anterior consistía en que sólo los pobres engrosaban las filas de la tropa, mientras los acomodados eran destinados a los empleos de jefe y oficial, exactamente lo mismo que ocurre ahora, añadiendo además que ahora se trata de pobres e inmigrantes. Lo autenticamente progresista no es aplaudir el ejército profesional sino abogar por su desaparición, máxime si tenemos en cuenta que se trata de un ejército, el español, que desde 1643, batalla de Rocroy, ha sido incapaz de ganar guerra alguna, excepto, eso sí, las que ha declarado a su propio pueblo, al que tenía, se supone la obligación de defender. y en esas puso saña y crueldad. Para ese viaje pocas alforjas hacen falta. Debemos pelear por la transformación de las actuales FF. AA en otra cosa distinta que lo tenemos ahora, a pesar de la heróica actuación en el pedrusco del Perejil.

6 comentarios:

Maripuchi dijo...

Me ha gustado esta reflexión.

(El señor Méndez haría bien en defender derechos laborales, que para eso le pagan...ejem)

Freia dijo...

Estoy con Maripuchi y me ha gustado el post. Yo, de todas formas y si no te he entendido mal, veo un tanto peligroso
que el Jefe del Ejecutivo sea al tiempo el Jefe de las Fuerzas Armadas. ¿Os imagináis, si Aznar que ya hizo lo que hizo por las bravas, lo que podía haber hecho ostentando esa jefatura? Sudores fríos me dan.

Freia dijo...

Siento la mala redacción...las prisas

Anónimo dijo...

Aplaudo con las orejas la última parte de su reflexión. Si bien la leva obligatoria es una conquista progresista para evitar que fueran solo los pobres al servicio militar, convengamos que en ninguna fase de la historia esto ha sido así. Jamás de los jamases ha habido un ejercito igualitario.
Lo verdaderamente progresista es abogar por la desaparición de los mismos. Y más en tiempos donde uno ya no sabe a ciencia cierta qué guerras se montan sólo para alimentar la maquinaria del negocio bélico y seguir engordando las cuentas en paraisos fiscales de los dueños de ejercitos mercenarios.

Lo que tenemos ahora es un absurdo infumable. Una pseudo privatización barata de la defensa a manos de inmigrantes en busca de papeles. Nuestro ardor patrio no da para más, y en realidad nunca lo dió salvo por obligación.

Se lo dice uno que corrió como loco a engrosar las listas de la insumisión al saber el año delicioso que se iba a pasar en el cerro muriano.

Anónimo dijo...

Ah! Y de facto y porque debe ser así, el jefe del ejecutivo es ya el jefe de las fuerzas armadas. El problema es que con tanto batiburrillo, la declaración de guerra que debía ejercer el parlamento no existe. Y por eso Aznar nos metió en misiones humanitarias invadiendo irak.

Yo si quiero que el jefe del ejecutivo asuma sus responsabilidades. Incluso las penales. Ya que el rey es irresponsable.

animalpolítico dijo...

Francamente (con perdón) estoy de acuerdo con la tesis de que las Fuerzas Armadas no tiene sentido que dependan del rey, aunque ello sea 'decorativo'.

Deberían depender del Parlamento, ni siquiera del Ejecutivo.

Es lo que concuerda con el resto del ordenamiento legal.