Mientras de forma absolutamente indisimulada buscaba prometida, abordó una tarea nada sencilla, y para la que no iba a encontrar colaboración alguna: desmenuzar cuidadosamente las actividades paternas. Consiguió agruparlas en tres categorias: legales, ilegales y dudosas. Las legales se puso como objetivo el modernizarlas y adecuarlas a los tiempos, eran las actividades que tenían como eje vertebrador el servicio municipal de recogida de basuras y que el amplió a otros como el de la captación, depuración y distribución de agua, entrando de lleno en el mundo de las obras públicas, también entró en el del transporte haciéndose con la concesión por parte de la Diputación Provincial del servicio de transporte intermunicipal para pronto dar el salto llegando a poseer una de las más importantes empresas de transporte por carretera. Las dudosas, vertebradas en torno a los iniciales negocios de chatarrería y chamarilería, las convirtió en respetables negocios de antigüedades. Sus pías costumbres llegaron pronto al correspondiente arzobispo, que le mandó llamar comprobando de inmediato el carácter radicalmente distinto que tenía el hijo en relación con el padre y que las relaciones con él tenían que ser esencialmente distintas de las que tuvo con su progenitor, lo que no impidió que colaboraran juntos en la importante tarea de modernizar la imaginería de los templos, de los que pronto desparecieron imagenes y retablos no clasificados ni catalogados en parte alguna, siendo sustituidos por aparentes y más modernas imágenes que fueron muy del gusto de los fieles. Naturalmente las imágenes originales, probablemente de escaso valor, ¿o no?, fueron debidamente conducidas a los canales del arte, y los beneficios fueron, exeptuando el lógico lucro empresarial de Tancio, directamente a Su Ilustrísima que, suponemos, les dió el cometido adecuado dada la gran cantidad de necesidades de la sociedad de a época. Al igual que su padre cultivó con meticulosidad una importante red de contactos empresariales y comerciales, aunque a diferencia de aquel, para este cometido utilizó instituciones serias y piadosas: El casino, la cámara de comercio, la asociación de la palabra culta y las buenas costumbres, la asociación de amigos de la ópera y, como no, la querídisima Adoración Nocturna en la que reanudó la práctica totalidad de las amistades de Bundo .Las actividades ilegales las desmanteló sin encomendarse a nadie, por más que condenó a la intemperie y a la indigencia a quienes durante mucho tiempo habían sido el refugio emocional de su padre. El buen gobierno, con autoridad y sentido común, que, de forma un poco autoritaria, ejercía el general Primo de Rivera en nombre de Alfonso XIII, el rey, nuestro señor, favorecía la actividad empresarial, incluso cuando finalizando el próspero periodo de gobierno unipersonal, que algunos desalmados dieron en llamar dictadura, los efectos de la crisis de la economía americana salpicaron España, los negocios de Bemoles continuaron boyantes, teniendo en cuenta que era la administración pública el principal de sus clientes.
La busqueda de una esposa que asegurara la continuidad del apellido no le llevó demasiado tiempo. Despreciaba completamente el sexo femenino, al que hacía culpable de todos los males de la humanidad, el ejemplo de su propia madre le sacaba de quicio, y solo la necesidad de perpetuarse le llamaba por un camino al que en absoluto estaba llamado. Su absoluta castidad, no perturbada siquiera por las llamadas del súcubo transmutado en Onán, producían actuaciones de la madre Naturaleza destinadas a vaciar y renovar fluídos internos que tenían el efecto colateral indeseado de producir, en las sábanas unos curiosos dibujos con forma de mapas, si bien no solían representar a país conocido alguno. Esas noches que los expertos califican de polución nocturna , iban acompañadas de sueños en los que era maniatado, azotado y humillado. Estos hechos le causaron gran turbación, pero no más que le hubieran causado unos trabajos manuales, que prácticamente desaparecieron, es decir hubo menos turbación, cuando entabló conocimiento con un joven sacerdote aragonés que supo encauzar espiritualmente esos pensamientos que alguien, con evidente mala fé, hubiera podido calificar como escabrosos. Fue este presbítero quien le ayudó a encontrar esposa, mujer que debía tener las cualidades de no ser demasiado atractiva en el aspecto físico, y mejor fea de manual, con salud precaria que asegurara que el Señor la llamara su seno no mucho después de haber cumplido con su función de madre, de inteligencia escasa y limitada y con un fuerte sentimiento religioso que hubiera prácticamente eliminado el apetito de la concupiscencia. Entre las jóvenes de la buena sociedad de la época había abundancia de oferta, y así contrajo matrimonio Estrepitancio Bemoles el 14 de abril de 1931, con una joven tan fea que desde niña le habían prohibido mirarse al espejo, tan flaca y escuchimizada que cuando se ponía de lado daba la sensación de haber deasparecido, a duras penas la habían enseñado a firmar, más que nada para que no pusiera una cruz en el acta de matrimonio, y que dedicaba incontables horas del día a misas, novenarios, triduos, rosarios y , en general todo el despliegue litúrgico de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Esta mujer falleció, cumpliendo con su obligación, el 10 de agosto de 1932,horas después de haber dado a luz a Vituperio Bemoles.
1 comentario:
Me parece estupenda tu "criatura" -obra- Si no me dices lo contrario te la copio y la publicaré en mi blog en un futuro cercano. PAQUITA
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