Es sabido que los funcionarios cobramos bastante menos que los que, con igual cualificación, trabajan en le empresa privada. Solemos además, es una generalización que no siempre se cumple, acceder al puesto trás un competitivo proceso conocido como oposiciones. Por más leyendas urbanas que nos acusen de no cumplir con nuestras obligaciones, puedo asegurar, que se me crea o no es otra cuestión, que los empleados públicos, en general, trabajamos, y trabajamos bien, aunque haya excepciones, algunas muy llamativas, que dejan malparado nuestro prestigio. Entonces, podría preguntarse algun sagaz seguidor, de inteligencia probada, al ser lector de esta bitácora, si cobrais menos, trabajais igual y teneis que estudiar con firmeza para acceder al puesto, sobre todo si es un puesto de cierta cualificación profesional, ¿Porqué hos haceis funcionarios? ¿tanto es vuestro amor por lo público? Acaso ¿Sois masoquistas o sufrís algún tipo de disfunción o parafilia?. Hay dos cuestiones fundamentales. La primera, y seguramente más importante, es la seguridad en el empleo, algo muy querido para todo el mundo, por más que algunos socioantropólogos modernos prediquen los beneficios de una sociedad menos segura, más cambiante. La segunda, puede que menor para algunos pero para mí de notable importancia, son las vacaciones, benditas vacaciones, maravillosas vacaciones. Ese bendito periodo de tiempo en el que uno, incluso estando más atareado u ocupado, puede intentar hacer lo que más le plazca. A medida que uno acumula antigüedad, y yo camino, inexorablemente hacia el décimo trienio, acumula, igualmente, días libres para asuntos propios y vacaciones. A estas alturas tengo derecho a veinticinco días laborables de vacaciones y a diez días libres por asuntos propios, mejor conocidos como moscosos, haciendo referencia a Javier Moscoso, quien, siendo ministro de la Presidencia, intentó introducir una cierta racionalidad destinando seis días al año para que cada empleado pudiera atender obligaciones ineludibles, que podían ir: desde tener que quedarse en casa porque el niño se había puesto malo, o porque se estaba esperando al fontanero después de haberle provocado una gotera la vecino de abajo, hasta tener que ir al notario para hecerse heredero de un tio millonario fallecido en el Perú al que ni siquiera conocías. Fracasó en el empeño, los seis moscosos se convirtieron en vacaciones, con la única salvedad, que terminará desapareciendo, de que no se pueden unir a las vacaciones normales , y acabaron siendo pieza de trueque en las conversaciones entre gobierno y sindicatos, más o menos el ritual negociador es: "Seguireis perdiendo poder adquisitivo pero tendreis más tiempo libre para gastaros el dinero que no teneis". Toda esta farragosa entrada, y es que me encanta enrrollarme, para terminar declarando que después de mis vacaciones en Motril, de mi semana zamorana y de haber disfrutado de varios puentes y acueductos, tengo derecho aún a seis moscosos y cinco días de vacaciones, lo cual es traducible en que empiezo hoy mi merecido descanso, lo interrumpo, por aquello de no poder unir los dos conceptos vacacionales, los días 4 y 5 de enero, en los que espero estar solo, y hasta el 13 de enero no disfrutan de mi presencia en el INE. No he de permanecer ocioso pues mis obligaciones no remuneradas han de ocuparme tiempo, sin ir más lejos mi muy querida petarda me ha colocado un pleno extraordinario mañana ,sábado, a las ocho de la mañana, y el día 22, por ejemplo, tengo comida corporativa del consistorio, presidencia extraordinaria de IU (dichoso tema Velilla), a las siete de la tarde y cena de la agrupación del PCE por la noche. A parte de eso, necesito reflexionar sobre algunos temas, pensar con cierta calma mi futuro organizativo, tanto en IU como en el PCE. Ello no será óbice, cortapisa ni valladar para, en la medida de lo posible, seguir aburriendoos, de vez en cuando, con los temas de siempre: Las mentiras de Obama, la ineficacia del PSOE, el extremo radicalismo derechoso del PP, como me aburre el fútbol tedioso, monótono y rutinario del Barça. Pero por si me diera un ataque de vagancia, y teniendo en cuenta que lo del solsticio de invierno, me parece un tanto artificial os deseo:
¡Feliz Navidad! y ¡Próspero 2010!
y por supesto:
¡Salud, República y Socialismo!
Iluminación de la vivienda con lámparas de techo blancas
-
Las lámparas de techo blancas son un elemento clave tanto en la decoración
como en la iluminación de una vivienda. Su simplicidad y versatilidad las
conv...
Hace 2 semanas
5 comentarios:
Igualmente, camarada!
¡Salud!
Lo mismo te digo, aunque yo camino para el séptimo (no de caballería) sino trienio.
¡¡Y sólo tengo seis moscosos!!, eso sí 3 canosos (por viejo), 1 día de autoformación (no se que es pero cuando lo cojo no me autoformo), y 2 por exceso de jornada.
Feliz Navidad y Próspero 2010.
Si le digo a mis hijos feliz solsticio de invierno me parten la cara, lo entienden pero me parten la cara.
Cuando me reprochan la suerte que tenemos los funcionarios, les respondo informandoles de las próximas oposiciones, a las que, sin duda alguna, podrán presentarse. Si tienen güevos.
Feliz año 2010, que tiene que se ser un año 10.
Desgraciadamente, no todos los funcionarios disfrutamos de esas ventajas. Yo todavía no tengo ni el primer trienio, y tampoco tengo vacaciones ni moscosos (lógicamente de derecho los tengo, pero no de hecho).
Feliz solsticio de invierno y fin de año... que pasaré currando.
Cuantas razones, pero el Barcelona amigo juega la leche.
Comparto solsticio
Salud
Publicar un comentario