lunes, 3 de enero de 2011

Las familias, sus familias

El espía otomano opina:
Desde que mi paisano Mustapha Kemal Atatürk, impuso, y le costó lo suyo, un estado laico sobre lo que fue el Imperio Otomano, para sus compatriotas quedaron claras las diferencias entre las instituciones del Estado y las estructuras religiosas. Y aunque, sería absurdo negarlo, los movimientos de corte islamista van ganando influencia política, podemos decir que el Estado turco es básicamente laico, por más que su población practique, mayoritariamente, la religión musulmana, y este espía, estaría en condiciones de afirmar, que en ese aumento, paulatino, de la influencia islamista, alguna responsabilidad tiene el occidente cristiano. El régimen anterior, que para unos fue una dictadura fascista, absolutamente homologable con los regímenes de Mussolini y Hitler, lo cual igualaría a los camisas azules falangistas a los asesinos de las SS, y para otros un sistema totalitario militar sin más ideología, tuvo una característica en la que unos y otros coinciden: el nacional-catolicismo. La religión católica impregnó todo el entramado jurídico del franquismo con la misma intensidad que las suras del Corán impregnan las leyes de multitud de estados islámicos, siendo su paradigma Arabia Saudí, como antaño impregnaron el Imperio Otomano hasta la irrupción de los Jóvenes Turcos. Tras la muerte del dictador comenzó el aparente, sólo aparente, desmantelamiento del franquismo, y de hecho una de las familias de UCD, encabezada por Alberto Estella Goytre y de la que eran destacados miembros los diputados José Luis del Valle, José Ramón Arboledas y otros que no recuerdo dieron en denominarse como Jóvenes Turcos teniendo relativa importancia por su apoyo táctico a los críticos encabezados por Óscar Alzaga y Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, en el fracaso de Adolfo Suárez en el Congreso de Palma de Mallorca de UCD. Estos Jóvenes Turcos "ucedeos" puede que tuvieran éxito, la tuvieron, en la conspiración Anti-Adolfo, pero como desmanteladores del nacional-catolicismo fracasaron espantósamente, en lo que a los privilegios de la Iglesia Católica se refiere. Prueba evidente de este fracaso es la propia Constitución de 1978 que confiere al Estado un carácter aconfesional, que no laico, con mención expresa al Iglesia Católica, y a ninguna otra, y la existencia de algo tan anacrónico como un Concordato que sólo mantienen en el mundo unos pocos paises.
Cada intento de normalizar la separación de la Iglesia Católica y el Estado, es considerado casus belli por lo más reaccionario, y me atrevería a decir, siempre desde la óptica otomana, más anticristiano del catolicismo español, que encabezado por la propia jerarquía episcopal tiene su brazo secular en el llamado Movimiento Neocatecumenal que tiene como principal impulsor al peculiar pintor, su atentado artístico en la catedral de la Almudena le define suficientemente, Kiko Argüello, lo que les hace ser conocidos, popularmente, como los kikos. A lo largo del calendario, estos intolerantes conciudadanos de ustedes, los españoles, convocan toda serie eventos reivindicando que su forma de ver las relaciones entre los ciudadanos libres, es decir las relaciones sociales, afectivas y sexuales, tiene que ser la única que el Estado considere como legítima y legal. Y si no se hace así, llevando su intolerancia al paroxismo, consideran que se está atacando a su modelo. El colmo de los colmos. Si yo considero que un familia puede estar compuesta por dos personas del mismo sexo y unos hijos que hayan adoptado, por ejemplo, resulta que estoy atacando a su modelo de familia, que tiene, necesariamente, que estar compuesta por un hombre, una mujer y los hijos que hayan engendrado biológicamente mediante un coito. ¡Pero si yo a esa forma de convivencia también la considero una familia! ¿Dónde está el ataque? ¿Dónde la indefensión de ese tipo de familia, digamos, tradicional?.
Con tan irracional planteamiento nos castigaron con una misa de la familia, reivindicante de su modelo de familia como único posible, el domingo 2 de enero, con no demasiada afluencia, apenas unos pocos miles movilizados desde todo el orbe cristiano.
Son ustedes, los españoles, muy libres de hacer lo que quieran, pero a juicio de este espía si no se liberan de una vez de la inmiscusión de la Iglesia Católica en asuntos propios del Estado, jamás alcazaran una mínima calidad democrática. Luego llegado el caso, se ponen como motos a quemar iglesias, y ese no es, ni ha sido nunca, el camino adecuado. Deberían poner, sin estridencias, a la Iglesia Católica en su sitio. Claro que yo soy otomano y bastante tengo con intentar parar a mis propios integristas.

3 comentarios:

Ana dijo...

yo estoy liberada de estos impresentables manipuladores de la moral, buena entrada, así se habla.

besitos

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho eso de que no está bien quemar iglesias. Estoy muy de acuerdo porque con el déficit de viviendas y locales de uso público que padecemos seguro que vendrían bien para dar solución a muchas situaciones sociales muy necesarias: guarderías, almacenes, lugares de reunión y formación, centros asistenciales, cines, teatros, discotecas, ... Además, los grandes monumentos eclesiásticos seguro que servirían para museos, bibliotecas, hospitales, universidades y organismos indispensables de las administraciones. No hay que derrochar lo que hemos pagado entre todos desde hace siglos. También es cierto que lo de la quema de iglesias y conventos tiene un puntito de romanticismo militante revolucionario muy atractivo, en especial como homenaje a todos aquellos que se vieron en la necesidad de defenderse del fascismo con las armas (y las teas) en la mano.

Jesús Párraga dijo...

Compañero Espía:
Considero razonablemente acertado tu análisis de la relación Iglesia-Estado durante el Franquismo, similar, estarás de acuerdo, con la existente en la muy democrática Gran Bretaña. Discrepo, en cambio, con la salmodia de la supuesta ingerencia actual de la Iglesia en los asuntos del estado: en España existe el divorcio, y aun el llamado divorcio exprés, el aborto libre, el matrimonio entre personas del mismo sexo... Toda una serie de realidades legislativas a las que la Iglesia se opone (en uso legitimo de su libertad de opinión y expresión) pero cuyo desarrollo en modo alguno ha podido evitar. Por otra parte, aquello que un colectivo considere o deje de considerar como un "ataque" es cosa suya, con lo cual no debería preocuparte una misa de más o de menos, pues nadie está obligado a ir a misa. Creo (si me permites el consejo) que no deberías perder el tiempo en contar la gente que acude a un acto religioso que, por lo demás, no parece ser de tu interés y concentrar tus esfuerzos "espiosos" en analizar la política de la izquierda realmente existente en España, por ejemplo (siguiendo con el tema que nos ocupa), en su vociferante y repetitiva animadversión verbal contra la Iglesia cuando no se atreve a denunciar el Concordato con la Santa Sede. Las quejas al maestro armero, compañero espía: es al Estado Español, gobernado por esta izquierda suflé de nuestros pecados, a quien debes dirigirte... que los kikos no son tantos como los votantes socialistas.
Saludos otomanos, compañero espía.