lunes, 2 de julio de 2007

Hace un año

Fue hace un año, y todavía no me he hecho del todo a la idea, de que mi hermano, mi muy querido hermano, José García Centeno, Pepe, ya no está con nosotros. Se nos fue de forma inopinada, sin pedirnos permiso, como era él, consecuente hasta con su forma de morir, y me dejó muy huérfano, probablemente más que cuando murió nuestro padre, y a duras penas me imagino como pueden estar Maricruz y Olmo, mi cuñada y mi sobrino, que tienen que convivir todos los días con su ausencia, echando de menos su endiablado carácter de cascarrabias, ese que dicen, parece ser que yo también, hemos heredado de Claudio García Sualdea, nuestro padre. He intentado pasar de puntillas, por este día, como si no hubiera existido. He querido borrar del calendario el 2 de julio, como se elimina el número que lleva un jugador que ha destacado al final de su carrera deportiva, pero me ha sido imposible. Ayer por la tarde, mi madre, pobre madre que a sus más de noventa y un años ha tenido que sufrir la perdida de su hijo, al que parió en la calle Juan de Urbieta, un 16 de julio de 1938, en un Madrid bombardeado y asediado, no dejó de repetir esa dolorosa letanía que me perfora las emociones:¿Para que vivir tanto, sorda y medio ciega?¿Para apenas ver como muere un hijo?Imposible olvidar el 2 de julio.
Habíamos celebrado el sábado 24 de junio el cumpleaños de mi mujer dando cuenta de unos corderos en Sepúlveda (Segovia), y aunque tenía mala cara y manifestaba que respiraba con dificultad, no podía imaginarme, cuando me despedí de él deprisa y corriendo, porque la lluvia arreciaba, que era la última conversación que mantendríamos. Lo volví a ver despues de una angustiosa llamada de mi cuñada Maricruz, el martes 27 de junio, pero ya en coma inducido y con respiración artificial. No sé la causa última de su muerte, ni me interesa, el certificado decía PCR con sepsis por estreptococos.Pues eso sería, que más da.Fue a morir en el hospital Ramón y Cajal , como había hecho nuestro padre seis años antes, si bien aquella definitiva ausencia la asumí con dolorosa naturalidad, porque, a su noventa años mi padre, dejaba detrás una vida completa, con sus luces y sus sombras, como todas, pero terminada. Siempre imaginé que mi hermano, casi dieciocho años mayor que yo, se despediría de la vida antes que yo, pero nunca que lo hiciera ahora, y menos que mi madre tuviera que pasar por este trance.
Fue mi hermano un tipo muy especial, con una notable inteligencia natural y un innegable apetito cultural. Pronto destacó en el colegio de los Salesianos de Atocha que dejó con catorce años, edad en la que a mi padre le dijeron, literalmente, que ya no le podían enseñar más. Distinguían los Salesianos e intuyo que otros religiosos dedicados a la enseñanza también, entre dos tipos de alumnos, los de pago, procedentes de las clases económicamente pudientes, que estudiaban el bachillerato y estaban destinados a dirigir la sociedad en un futuro, y los "de balde", con los que no había caridad alguna, que conste, que eran formados para ser "dirigidos" por los primeros. Lo que no sabían los Salesianos, aunque debían haberlo intuido cuando comenzó a escaparse de misa y a negarse a recibir la comunión,lo que le ocasionó un campanillazo que casi lo mata, del que se acordó toda su vida, es el enemigo que estaban formando.
De manera que con catorce años se vió inmerso en el mercado laboral, en una empresa de la construcción llamada Hidrocivil dedicada por completo a las obras públicas del régimen, matriculado mientras tanto en la Escuela de Comercio, estudios que nunca llegaría a concluir.




Mi hermano, aproximadamente cuando yo naci



A pesar de ser una persona de gusto refinado,
sobre todo en lo que atuendo personal se refiere, siendo como era, procedente de una familia de derrotados, no tardó mucho en despertarse en él la conciencia social y política, si bien no es hasta mediados de los años sesenta cuando, trabajando en Selecciones del Reader's Digest empresa a la que llegó tras un paso efímero por Cointra (Grupo Fierro), se vincula con unas incipientes Comisiones Obreras en artes gráficas, y a través de ellas con el PCE. Curiosamente, y es prueba de su innata inteligencia y capacidad de aprender, en una época en la que la palabra informática estaba por inventar, Pepe comienza a trabajar en esa especialidad.En toda España no había más que dos ordenadores, a los que entonces llamabamos cerebros electrónicos, uno era de la propia IBM y el otro era de Tráfico, estos ordenadores eran alquilados por horas a empresas privadas, de manera que no era extraño que el teléfono sonará en mi casa a las tres de la mañana para avisarle de que en ese momento tenía el ordenador, de un sitio o de otro, disponible para su trabajo en Selecciones.En mi casa comenzaron a hacerse habituales grandes cantidades de papel continuo, con diversas utilidades, desde forrar los fondos de armario, los cajones o los libros de texto a envolver los bocadillos. Y también entraron tarjetas perforadas que yo me llevaba a mi colegio donde me servían para, siempre lo he hecho y siempre lo haré, presumir de hermano.
Es la época en la que comienza a leer y estudiar las obras de Marx y Lenin, adquiridas lógicamente de forma clandestina, posteriormente me desvelaría el secreto de las librerías donde conseguir lo prohibido y la forma de darse a conocer. Nunca, en todos mis años de vinculación política, he conocido a nadie, y lo digo sin ninguna pasión fraternal, que hubiera estudiado de forma tan minuciosa a los clásicos del marxismo, empezando por el propio Marx. Todavía se puede ver como están minuciosamente subrayadas y con anotaciones en los márgenes las principales obras de Marx,Engels y Lenin.Recuerdo una noche en su casa de Moratalaz, siendo yo un mozalbete con ínfulas de adulto, en la que tuvimos una intensa discusión, llena de tabaco y copas, todo hay que decirlo, sobre Gramsci, del que yo acababa de leer algo sobre el intelectual orgánico, que me había dejado muy impresionado, y que a Pepe no terminaba de convencer, pues veía en él indicios de desviación socialdemócrata.
Con esos antecedentes, y teniendo en cuenta que consideraba "la actitud hacia la Unión Soviética como la piedra de toque del internacionalismo proletario", no es de extrañar que se opusiera a la resolución del CC del PCE, que condenó la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia en Praga, alineándose, con la parte del Comité Central que pidió la convocatoria del VIII Congreso del partido, ante la división que se había producido en éste. Siendo negativa la respuesta de Santiago Carrillo, padre años después del muy democrático eurocomunismo, Pepe y otros camaradas se organizan al margen de la estructura "oficial" del partido, dando lugar a lo que luego sería el PCE(VIII y IX Congresos), inicialmente Enrique Líster se sumó a estos camaradas, pero su notorio afán de protagonismo hizo que retomara un viejo nombre, de 1920, de los comunistas españoles el Partido Comunista Obrero Español, PCOE. Estos comunistas, desde luego poco numerosos, y de los que mi hermano es pronto uno de sus destacados dirigentes,miembro del CC y del CE, y responsable de la edición en el interior de Mundo Obrero (con el título en rojo) abordan una doble tarea, la de la lucha contra la dictadura, y la de intentar reagrupar al incesante goteo de militantes que van abandonando el PCE, no sólo por su postura abiertamente antisoviética, sino también por la deriva socialdemócrata y pactista que iba adpotando Santiago Carrillo y su guardia pretoriana, ante el incomprensible silencio de Pasionaria. Es en gran medida gracias a viejos contactos de mi hermano en Artes Gráficas,que se entra en contacto con militantes que dirigidos por Carlos Tuya, hoy crítico de vinos de EL PAIS con su nombre real de Carlos Delgado, se habían constituido como la Oposición de Izquierda, OPI, dentro del PCE. Dado que estos militantes iban siendo expulsados, a medida que eran descubiertos, acabaron por fundar el Partido Comunista de los Trabajadores, PCT, que junto con los del VIII y IX Congresos, dieron lugar al Partido Comunista de España Unificado, PCEU. Fue en esta época cuando tuvo su último encontronazo con la policía, el famoso 23-F-1981, cuando fue retenido a la entrada de la emisora "La Voz de Madrid" al entregar un comunicado de prensa. Cuando a la ya "democrática" policía le exigió el respeto a sus derechos constitucionales, el mandamás funcionario polizonte le contestó: "Veremos hasta cuando". Tras el batacazo electoral de octubre del 82, el PCE salta en pedazos, y primero en Cataluña, con el PCC y después en el reso del estado con el PC. (posteriormente PCPE) los comunistas españoles, disidentes del eurocomunismo, se agrupan, por fin, y ahí acaba la militancia política de José García Centeno, muy desanimado tras la maniobra de Ignacio Gallego, para primero integrar al PCPE en IU, sin apenas haber sido discutido en el seno del partido, y despues disolverlo en el PCE. Ángel Pérez podría decir y contar lo que ocurrió entonces, pero nunca lo contará por la cuenta que le trae, ni José Antonio Moral Santín, ni otros muchos.


La última foto que conservo de él, comiendo en San Lorenzo de el Escorial

Esta última época dejó en mi hermano, junto con el derrumbe de la URSS y el campo socialista, un cierto poso de escepticismo, aunque se le alegraban los ojos cada vez que salía a relucir Cuba, o el creciente sentimiento antiimperialista latinoamericano.
Nunca abandonó Pepe, mientras estuvo en activo, la defensa de los intereses de su clase, de la que procedía, por más que su talento hizo de él un trabajador muy cualificado y remunerado, y en su última empresa 3M-España, desde el comité de empresa promovió y dirigió una huelga, con encierro incluido, que modificó, para siempre las relaciones entre los trabajadores y la multinacional norteamericana.
Cuando, mientrás se incineraban sus restos, leí un comunicado del Comité de Empresa de 3M , la emoción me embargo de forma incontenible, al tiempo que un vez más me sentí orgulloso de mi hermano.
No creo que haya alguna duda sobre la influencia que ha tenido mi hermano en mi evolución personal y política, por más que de una ocasión hayamos discrepado, a veces con dureza. Ni tampoco tiene que haberla en lo mucho que le he querido, como hermano, como amigo y como camarada. Hoy sus cenizas fluyen por el rio Narcea, en la Asturias que tanto quiso.
En mi vida ha habido cosas de las que me arrepiento, otras de las que me alegro y pocas de las que me siento orgulloso. Pero hay algo que sólo puedo proclamar con legítimo orgullo:
Soy el hermano de José García Centeno y eso no la cambio por todo el oro del mundo.

9 comentarios:

AF dijo...

El abrazo más grande que pueda darte yo y caberte a ti.

animalpolítico dijo...

Hermoso homenaje y bien sentido. Nos has hecho conocerlo un poquito. Gracias.

Osaposa dijo...

El balsamo de Lenin, Wamba, Calce, Afro, Anselmo, Procopio, Fañez y mio, solo desean suavizar tus ausencias.

Blanca dijo...

Emocionante retrato de vuestra vida, Javi, a la que en alguna época yo estuve unida.

Mi abrazo, mi respeto y mi mayor consideración por ti, por tu hermano y por vuestra trayectoria común.

Arbillas dijo...

Sigues siendo el hermano, eso no te lo quitará nadie nunca y seguira contigo siempre.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Siendo el otro extremo, ideológicamente hablando, de vosotros no deja de ser curioso que cuando habláis de vuestras vivencias y vuestras luchas os veo de un modo mucho más humano que cuando os dedicáis a decir lo malos que son los otros y lo buenos que sois vosotros.

Y digo esto, porque de las pocas cosas que me creo que oigo a la gente de izquierdas es que la sociedad de antes era muy injusta y muy clasista, el relato sobre tu hermano en los Salesianos es una buena muestra de ello.

Así que si tu hermano fue un luchador y un hombre hecho a si mismo y se mantuvo fiel a sus ideas hasta el final me alegro por tí y por él.

Maripuchi dijo...

Un abrazo gigante, Javi.

Me fascina el nombre de tu sobrino.

Arbillas dijo...

He tenido que volver a leerlo hoy de nuevo....

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no entraba a tu blog...
¡Ha pasado ya un año! Recuerdo el proceso desde el ingreso en el Ramón y Cajal, tu entereza y tu dolor. Ha sido un año difícil por muchas cosas y el dolor tarda en desaparecer. Sabes que, como decía el maricón de E.T., estaré aquí al lado.