Le ha faltado tiempo a la derecha
rancia que tenemos que sufrir en este país, para aplaudir sin contención el
gallardo gesto de esa mala imitación de
Bonaparte que tenemos como presidente de la República Francesa, y digo tenemos, porque siento un poco mío el 1789, me emociono más con
La marsellaise que con el
chunda chunda de la marcha real, y me gusta más la tricolor francesa que la bicolor inventada por un Borbón para distinguir a sus barcos de los del resto de sus familiares que andaban reinando por Europa. Soy lo que vulgarmente se ha dado en llamar un
afrancesado y probablemente en 1808 hubiera tenido serias dudas a la hora de apoyar la vuelta del padre de la tatarabuela de don Juan Carlos. Esta sincera admiración por la lengua y la cultura francesa, servidor en la dicotomía entre
Beatles y Rollings siempre optó por
Brassens, no me hace ser, en absoluto acrítico con muchos aspectos de la historia de la República Francesa, y desde luego no comulgo absolutamente nada con su política colonial, ni con la pasada ni con la actual. Porque la
sobreactuación del presidente sólo se puede calificar como de
chulería neocolonial. A
monsieur Sarkozy y con él a los
atapuercas que, con
banderita en la muñeca o el cinturón, le aplauden, les importa un pito que en el Chad se estuviera produciendo un gravísimo delito de tráfico de niños, que las autoridades judiciales del país deben investigar, lo que le importa es que hay unos ciudadanos franceses detenidos y el los defiende y le recuerda al presidente africano que hay unos cuantos miles de
parachutistes en el país, y si se le pone en el ombligo, palmo arriba palmo abajo, se los trae por las buenas o por las malas. Y eso no es diplomacia, no es tratar de igual a igual, es
chulería . Y parece ser que es la diplomacia que gusta a la derecha española, que es mucha derecha, y desgraciadamente muy española.
3 comentarios:
Estimado compañero: A Usted y a mí, en 1808, nos hubieran degollado por afrancesados. Y los que aplauden a Sarko envidian el post imperialismo (o post-colonialismo).
Pero a pesar de todo, yo cambio a trescientos Zaplanas por uno o dos Sarkozy
A mí también me hubieran pasado por la cuchilla, sin duda.
Y también estoy con Babeuf: prefiero a dos Sarkos que a ...
Pues ojito con el Sankozy, que tiene más peligro que espinete en una fábrica de condones.
Esta intromisión intolerable en el Chad es sólo la punta del iceberg de una forma de hacer política calcada a la de los neocons norteamericanos, solo que vestido de armani.
La declaración "deberían ser juzgados en su país de origen" rompe con la política penal internacional de siglos y me temo que además no lo dice para todos: sólo para franceses, europeos y a ser posible con prueba genética inmaculada.
Para mi un racista.
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