lunes, 14 de enero de 2008

La familia católica, el modelo intolerante.

"Y sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado
Y soñe que en otro estado
más lisonjero me ví"
Ni que decir tiene que he vuelto a calentar sitio en mi silla, sentado frente al ordenador que ocupa mi mesa, en lo que alguna vez fue un despacho. La modernidad, los nuevos criterios ergonómicos, y de ahorro de espacio, todo hay que decirlo, ha determinado que los viejos despachos hayan desaparecido, y excepto los superjefes (que en la administración son bastantes más de los deseados, muchos más de los convenientes e infinítamente más de los necesarios), todos nos vemos la carita a la hora de compartir el muchísimo tiempo que pasamos en la oficina. El trabajar o no depende de la idiosincrasia de cada uno. Si definiesemos el trabajo como la creación de algo útil para el conjunto de la sociedad, los empleados públicos íbamos a tener serios problemas para afirmar, sin ruborizarnos, que trabajamos. En muchos casos la tarea que realizamos consiste en complicar la vida a los ciudadanos, hasta el punto de que no puedan desenvolverse sin nuestro concurso, en definitiva nuestra tarea consiste en convertirnos en imprescindibles. Pongamos mi caso, técnico en el área de estadísticas agrarias: sin mi concurso, y el de otros, no sabríamos, por ejemplo, cuantas hectáreas se dedican al cultivo del girasol, cuantas personas se dedican a ese cultivo, cuantas de ellas son mujeres y cuantas tienen más de cincuenta años. Esos datos, tengo que insistir en que se trata de un ejemplo, se mandan a un organismo unificador, Eurostat, junto con los del resto de países de la UE, y con ellos la propia UE(bien la Comisión Europea, bien el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE) elabora una Política Agraria Común (PAC), que una de las cosas que va a determinar, para el agricultor la más importante, que tipo de subvenciones recibe la siembra del girasol, y con que criterios. De manera que el agricultor, a parte de tener que tomarse la molestia de contestar el generalmente farragoso cuestionario que le remitimos, tiene que estar muy atento a las consecuencias, no vaya a ser que plante girasoles un año en el que se van a subvencionar las algarrobas. Quiere decirse que hemos creado un entramado burocrático, notablemente complejo, que determina lo que el ciudadano, el agricultor en este caso, tiene que hacer, y sin nuestro concurso está perdido. Sirva esto para desmentir la leyenda urbana según la cual los empleados públicos dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a leer el periódico y tomar café, casos que existen, sin duda. Los empleados públicos hacemos muchísimas cosas en el tiempo que pasamos en nuestros organismos, que sean útiles o no es harina de otro costal.
He vuelto a trabajar, he vuelto a encender el ordenador y me dispongo a reintegrarme al apasionante mundo de las bitácoras, en el que, salvo la incursión con la que he abierto el año, he participado de un modo absolutamente pasivo, leyendo con interés lo que han ido escribiendo mis bitacoreros favoritos. Habrá quien piense, hay gente para todo, que hago gala de una notable cara dura al manifestar, sin medias tintas, que utilizo parte del tiempo que me pagan los contribuyentes, en esta actividad para la que nunca fuí contratado. Es opinable, yo considero más útil para la sociedad intentar transmitir mis opiniones y reflexiones, que calcular el número de tractores de más ochenta caballos que se utilizan en Castilla-La Mancha en la recolección de la cebada cervecera.
En este periodo vacacional ha habido varios temas que podemos calificar estrella : El septuagésimo cumpleaños del jefe del estado y su posible abdicación, los nubarrones económicos que se adivinan en el horizonte, la impecable trayectoria del Madrid en la Liga, aunque jugando fatal según algunos, y sobre todos ellos la Guerra abierta, de momento incruenta, desatada por los sectores más reaccionarios del clero y el episcopado español contra la parte de la sociedad civil, la mayoría de ésta, que se atreve a no seguir su modelo social. El momento culminante fue la convocatoria el pasado 30 de Diciembre, de un Acto litúrgico (nombre oficial) en defensa de la familia, que se convirtió en un duro alegato contra el gobierno y sobre todo contra la sociedad no católica.
Además de los prelados, convocantes oficiales del acto, ha habido dos laicos: Kiko Argüello (creador e impulsor del Camino Neocatecumenal, movimiento integrista muy del gusto del anterior Papa y de éste) y Benigno Blanco (presidente del Foro de la fanilia, destacado miltante del Pp, socio, en algunas empresas, del ex-vicepresidente Francisco Álvarez Cascos, gran aficionado a la creación de familias de forma sucesiva). Escuché con mucha atención, y de forma voluntaria, una entrevista con el señor Argüello que en la COPE, donde si no, le hizo ese ser que se califica a si mismo como periodista llamado Cristina López-Schilling. Dado que la entrevistadora más que como tal, se comportaba como una hooligan la cosa no prometía demasiado, además del autobombo, muy poco modesto, del creador de los Kikos, relatando de forma prolija su llegada al kerigma de la revelación gracias a su acercamiento a una chabolas del suburbio madrileño. Dijo , sin embargo, dos cuestiones dignas, a mi juicio, de destacar, una de ellas es que para ser católico no basta con estar bautizado y asistir los domingos a misa , sino que , y esta es la segunda cuestión importante, hay que aprender a amar a tu enemigo, y en muchas ocasiones tu enemigo lo sientes como alguien próximo, tu cónyuge, o tus hijos. La conclusión es evidentemente antidivorcista, y llegaba a afirmar, y yo no lo dudo, que parejas con su vínculo muy deteriorado emocionalmente, habían reencontrado una feliz convivencia gracias a tener paciencia esperando al espíritu santo. De la paciencia de las mujeres asesinadas por la violencia machista no decia nada. De todas maneras, yo lo que quiero destacar es que, con las condiciones impuestas por el sr. Argüello , el número de católicos en la sociedad española no llega al 80% del que presumen ni trás la ingesta prolongada de fluidos destinados al culto ritual.
El sr. Blanco, por contra, pretende, con escaso éxito, actuar de una forma más profesional, y para ello se ampara en su condición de jurista. En ningún momento niega su condición de católico militante, pero no la utiliza abiertamente para defender su modelo de familia, en realidad su modelo de sociedad, como único posible, sino que prefiere utilizar la existencia, para él incontrovertible, de una reglas morales que no se deben violar, y esas reglas, ese Derecho Natural, es de aplicación al conjunto de la sociedad, absolutamente a todos los individuos, sea cual sea su ideología, sean cuales sean sus creencias. Ahora bien ¿Quién ha elaborado esas reglas, esas normas anteriores y superiores al propio ser humano? ¿Quién determina que la familia es un núcleo de convivencia creado por un hombre y una mujer con voluntad de reproducirse? o ¿Quién es capaz de afirmar que un embrión tiene todas las características, personalidad jurídica incluida, de un ser humano? No puede ser el hombre o la sociedad los forjadores de estas reglas, porque entonces serían perfectamente susceptibles de modificación por los mismos que las crearon o sus sucesores, no estaríamos hablando de Derecho Natural, sino de Derecho Positivo. La única posible fuente de esas reglas morales, anteriores y superiores al hombre, tiene que ser Dios, no hay otro remedio. Pero ocurre que hay mucha gente que no tiene nada claro si dios existe o no e incluso, no sé si somos muchos o pocos, estamos quienes afirmamos que científicamente hablando no sólo no es necesaria la existencia de dios para comprender el Universo, sino que además es imposible, a la luz de la aplicación de los principios de conservación de la materia y la energía o del primer principio de la termodinámica que aproximademente es lo mismo. Claro que la ciencia, a lo largo de la historia ha avanzado anulando saberes anteriores, cuando Rutherford lanza su modelo atómico con los electrones girando alrededor de sus protones y neutrones le objetan que la física clásica afirma que toda carga eléctrica en movimiento genera un campo magnético de manera que los electrones acabarían fundidos en el núcleo. Sin embargo Nielse Bohr postula que para los rangos subatómicos la física clásica puede dejar de tener validez. Resumiendo, la ciencia hoy dice que la existencia de un creador anterior al universo es imposible, de lo que diga mañana no me hago responsable, aunque todo parece indicar que las cosas no van por cambiar ese aserto.
Es evidente entonces, que esas normas de derecho natural, deberían ser de obligado cumplimiento para los que creen en ellas, en este caso los católicos. ¿Porque extraña razón pretenden que impregne todo el ordenamiento jurídico? ¿Hay alguna católica que haya sido legalmente obligada a interrumpir su embarazo? ¿Se conoce el caso de algún católico obligado a contraer matrimonio con alguien de su mismo sexo? ¿Se ha obligado a algún católico a divorciarse?Pues va a ser que no, lo que si le ofrece el ordenamiento jurídico vigente es la posibilidad de hacerlo, y eso no le gusta a la jerarquía católica, y ¿porqué? Fácil:
Porque si a unos católicos les va irremediablemente mal en su matrimonio, no esperan como le gustaría al sr. Argüello que el espíritu santo les ilumine, sino que se divorcian y en muchos casos vuelven a casarse.
Porque si una joven católica está, indeseadamente, embarazada tiene la posibilidad de no hipotecar dramáticamente su futuro, y a lo mejor lo hace.
Porque si un católico es homosexual puede que decida dejar de sufrir y autorreprimirse y vivir su sexualidad con normalidad.
Históricamente la Iglesia Católica siempre ha necesitado un brazo secular que ejecutase por la fuerza lo que ella era imposible de hacer cumplir por convencimiento. Y es que en definitiva las creencias religiosas son una cuestión de fe. Y gente que pierde la fe hay miles todos los días, el camino contrario lo siguen muy poquitos.
Lo siento el progreso está en vuestra contra.

5 comentarios:

Arbillas dijo...

Tu mismo has hablado bien al poner el Adjetivo (católica).

Quizas esa sea la que está en peligro.

Pero en esta humanidad hay y ha habido muchos tipos de familia y eso es lo bueno y bonito.

Gracias al respeto, todas son posibles y ninguna es incompatible.

Hablo tambien desde el punto de vista de un sentimiento católico aunque lejano a los que se promulgaron en la plaza de Colón.

La familia solo puede estar en peligro cuando dentro de ella no existe el dialogo y la tolerancia, la familia solo está unida por el vínculo del amor, no existen papeles para obligar a amar y tipos de amor hay tantos como personas hay en el mundo ya que el sentimiento de amar no tiene manual.

Gracias Acero por tu escrito, hacia mucho que no te visitaba, me alegro de volver a pasar por tu casa.

Un fuerte abrazo.

Salud.

Maripuchi dijo...

Que gusto me da leerte!!
Amén (he dicho).

RGAlmazán dijo...

Si señor Bolche, lleva Ud. razón, hasta en lo de que el Madrid está jugando mal.
Y es que no hay nada como ampararse en la fe. Algo sobre lo que es inútil discutir, pues se creo o no y punto. Para los creyentes la fe se antepone a la razón y ahí estamos...

Salud y República

HIPATIA dijo...

En mi opinión, lo más interesante de la manifestación de convocada por los “toños” con la participación estelar televisada del jefe (pseudo-intelectual conocido represor de la libertad de opinión) ha sido la movilización directa de los movimientos neocatecumenales y carismáticos –es decir, de las sectas— que articulanhoy las bases del nacional-catolicismo español en las parroquias. Unos movimientossociales reaccionarios que son la respuesta a la importante crisis de la práctica religiosa católica que, según todos los estudios (Barómetro del CIS de abril del 2007), se sitúahoy por debajo del 10% de la población. Esta falta de practicantes es paralela a la de nuevos sacerdotes, que deben ser sustituidos por activistas de las comunidades de base. Quizás el dato más significativo es que el número de bebés bautizados es ya solo del 57%, en una cultura en la que el carácter público del reconocimiento social del recién nacido ha estado monopolizada totalmente por la Iglesia.
Es como si a la deslegitimación social del celibato sacerdotal como valor, no tuvieran estos hiperactivistas otra cosa que oponer que la exaltación de la familia numerosa"cristiana", cuyos tres elementos básicos son la falta de planificación familiar, la opresión de la mujer-cuidadora sin sueldo, y el carácter asistencial dependiente del sueldo del padre de familia, combinado con la red asistencial de la Iglesia en la sanidady la educación. Que procedan a movilizar en torno a esos ejes, en abierta confrontación con las políticas de igualdad de derechos, no sólo muestra el carácter reaccionario sin paliativos del nuevo nacional-catolicismo, sino también, y acaso sobre todo, su debilidady falta de sintonía social en general. Según las mismas encuestas citadas, el 61% de los católicos, practicantes o no, no se sienten concernidos con las enseñanzas de la Iglesiacatólica en este campo.

Efectivamente, como usted escribe ”el progreso está en vuestra contra”.
No sólo el progreso, también la historia, la racionalidad, la justicia, la sensatez.
Esta secta está a favor del oscurantismo, la represión de la libertad, la anulación de la autonomía personal, la confabulación con CUALQUIERA que le permita conseguir su único interés: el dinero y/o el sometimiento de la conciencia personal para obtenerlo.

Cósimo dijo...

Hola, he llegado hasta aquí no sé muy bien cómo, creo que empecé en Variaciones Goldberg, con nuestra querida Freia y... trepando, trepando he llegado hasta aquí.

Si me permite el comentario, después de leer este post suyo. Creo que hay una profunda falta de conocimiento sobre qué se cuece en la Iglesia Católica española. Sí, admito algunas de las observaciones sobre la mercadotecnia de los Kikos y desabridos solideos púrpuras y morados, pero creo que se da un paso en falso cuando la crítica se dirige a los principios éticos y religiosos de esa cosa que, pese a las estadísticas aquí analizadas, lleva dos mil años en pie y, curisoamente, está en su mejor momento (me refiero a su orden interno)...

Permítanme sólo esta reflexión, porque no es hora ni lugar para extenderse, pero siempre he creído que si podemos hacer afirmaciones como aquellas que dicen que fe y razón son incompatibles (creo que esto no es muy correcto)o aquellas otras que ponen contra las cuerdas a sus eminencias y principios dogmáticos es, precisamente, porque cuando las hacemos afirmamos más que nunca, y hasta sin percatarnos de ello, que somos cristianos y, eventualmente, católicos.