Un año más, y coincidiendo con la primera luna llena tras el equinocio de primavera, que ya es casualidad que todos los años ocurra lo mismo, nos vemos abocados a la rememoración ritual de los acontecimientos más importantes del calendario cristiano, la pasión y muerte del mismísimo dios creador encarnado como hombre en la figura de su hijo, despues de un complicadísimo proceso de partenogénesis en el que una mujer, sin intervención de varón, gesta al precitado hijo de dios. Que es hijo de dios por decisión unilateral del mismísimo dios, ya que no creo yo que el ADN del muchacho aclarase demasiadas cosas. Todo esto puede parecer complicado, pero no lo es, y de hecho Agustín de Hipona , uno de los padres de la Iglesia Católica, lo aclara refiriendo un anécdota::
Un día San Agustín paseaba por la orilla del mar, dándole vueltas en su cabeza a muchas de las doctrinas sobre la realidad de Dios, una de ellas la doctrina de la Trinidad. De repente, alza la vista y ve a un hermoso niño, que está jugando en la arena, a la orilla del mar. Le observa más de cerca y ve que el niño corre hacia el mar, llena el cubo de agua del mar, y vuelve donde estaba antes y vacía el agua en un hoyo. Así el niño lo hace una y otra vez. Hasta que ya San Agustín, sumido en gran curiosidad se acerca al niño y le pregunta: "Oye, niño, ¿qué haces?" Y el niño le responde: " Estoy sacando todo el agua del mar y la voy a poner en este hoyo". Y San Agustín dice: "Pero, eso es imposible". Y el niño responde: "Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo: Tratar de comprender en tu mente pequeña el misterio de Dios".
El que no se haya dado por aludido es que tiene la mente estrecha.Yo mismo utilizo con frecuencia, desde que el sábado pasado, invitados Ossaposa y un servidor, junto con una de las personalidades de la condesa y un amigo del alma al que esto del interlen se la trae pendulona, a comer, y muy bien, en el Rubicón de AF salió a relucir tan científico argumento.
No he encontrado tiempo, ni siquiera lo he buscado, para ir a perder el idem intentándome dar de baja en los registros administrativos de la Iglesia Católica (IC), quizás, sólo quizás, porque tengo el tiempo ocupado en cosas verdaderamente importantes, y las batallas pueriles, propias de quien, desde una ostensible inmadurez, se toma la acción política como una sucesión de brindis al sol destinados a calmar un afán inmoderado de protagonismo y un ego insaciable,, no dejan, excepto si están están articuladas y responden a una estrategia política, de ser manifestaciones de invidualismo pequeño-burgués, al que yo personalmente no me sumo. Resumiendo ni he apostatado de la religión en que fui bautizado, ni tengo intención alguna de hacerlo, y si por esa razón las jerarquías de la IC me consideran uno de los suyos deberían hacérselo mirar. Además uno se de baja en un sitio con la pretensión de hacerse de otro y , parafraseando a no sé muy bien quien, si no creo en la religión católica , que es la verdadera, no voy a perder el tiempo con otras.
Estoy, por tanto, en mi derecho de decir algo sobre la semana que comenzamos ayer con el domingo de Ramos, entre otras cosas porque participo, me guste o no, en su financiación, gracias a las políticas progresistas , hoy de José Luis Rodríguez Zapatero, ayer de Felipe González Márquez.
¿Qué es el domingo de Ramos?
En Elche, una fiesta importante, teniendo en cuenta que contiene el mayor palmeral de Europa. Pero esta respuesta no nos interesa, como tampoco nos dice demasiado el que sea el domingo siguiente al viernes de dolores, sobre todo teniendo en cuenta que desde el concilio Vaticano II tal viernes no se celebra como tal para evitar duplicidad con la festividad del 15 de septiembre, Nuestra Señora de los Dolores, algo que en Cartagena han decidido pasar por alto , y siguen iniciando el ciclo pasional cuando tradicionalmente lo han hecho, y es que lo de ¡Viva cartagena! puede extrapolarse, incluso a ambientes conciliares.
Con el domingo de Ramos, y voy a intentar darle a esto la seriedad que merece, se rememora la entrada de Jesús , ese señor por cuyo ADN se hubiera matado cualquier genetista, en Jerusalén, y entra mandando, en plan figura, aunque, eso sí, montado en un borriquillo. Inexplicablemente del burro no hemos vuelto a saber nada, aunque con lo aficionados que son los profesionales de la materia a generar inverosímiles periplos, no sería de extrañar que en alguna parroquia suficientemente lejana del lugar de los hechos, se esté venerando un cojón incorrupto del animalito.
Desconocemos el careto que tendría el homenajeado, sabiendo como sabía, no hay que olvidar que era dios, que pocos días después los mismos que la aclamaban le iban a poner el cuerpo torcido. Y la imaginería con este señor siempre funciona en dos registros: O bien con una cara de mala leche que acojona lo suyo mandando a los mercaderes del templo a tomar viento, o bien con una notable cara de sufrimiento, lo cual está plenamente justificado teniendo en cuenta la cantidad de putadas que le hacen entre unos y otros, antes de crucificarlo. No es de extrañar que este caballero no se riera nunca, al menos desde que es adulto y aparece públicamente, porque la que se venía encima no era pequeña, y además diseñada por su padre, que por otra parte es él mismo, según las particularísimas relaciones familiares de Yahvé / Yavé/ Yahwéh/ Jehová, al que a partir de estos momentos van a llamarle Dios Padre para abreviar. Nunca en toda esta historia ha quedado clara la misión del Espíritu Santo, que aparece para dejar a la vírgen María en estado de buena esperanza, y no vuelve a reaparecer hasta que una vez desparecido, al menos desde el punto administrativo, por violenta crucifixión, el ideólogo de todo este tinglado, intenta carbonizar, mediante unas muy pictóricas lenguas de fuego, a sus seguidores principales. No consiguió abrasarlos, y hay quien defiende que los dotó de una ciencia infusa, y que ese era el objetivo principal de las dichosas lenguas de fuego. Pueda que fuera infusa pero nunca fue difusa y sí fue, desde luego, escasa, como ciencia propiamente dicha y desde entonces la IC va siempre en sentido contrario de lo que dictan tanto la ciencia como el sentido común.. Del papel del marido legal de la señora vírgen, mejor nos olvidamos u ocultamos corriendo un tupido velo. No se trata de un papel especialmente edificante.
Bueno pues esto es lo que celebramos ayer. La tradición dice que hay que estrenar algo: Domingo de Ramos, el que no estrena se queda sin manos. No creo haber estrenado nada, de manera que mis extremidades superiores están en peligro, no obstante no creo que nada les ocurra aunque, todo hay que decirlo, tales adminículos ya cumplieron su función principal en mi adolescencia y juventud cuando las hormonas campaban por sus respetos.
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Hace 2 semanas
1 comentario:
Oiga, D. Bolche, usted se ha chupado clases de Historia Sagrada y catequesis a punta pala. Se le nota a la legua, sabe casi tanta Historia Sagrada como yo. Por cierto, me ha gustado como cuenta la historia, a lo Monty Python, y de ahí extraigo dos cosas chulas. Una el cojoncillo disecado del borrico, me parece que hubiera sido un logro que podría haber sustituido al brazo incorrupto de la Santa, y lo de la mano del domingo de ramos. Yo, aunque no lo note, le estoy escribiendo con un muñón.
Salud y República
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