Patético papanatismo

Que en lo tocante a cuestiones institucionales relacionadas con el jefe de estado el PSOE es un partido de papanatas genuflexos que pierden el culo cada vez que el heredero político de Franco, el ciudadano Borbón, ofrece un sarao pagado por todos los contribuyentes es algo archiconocido y sabido, aunque no olvido que algunos cargos institucionales de IU tampoco son inmunes a ponerse de tiros largos para rendir pleitesía a semejante cohorte de vagos y parásitos. Pero incluso el papanatismo debería tener un límite, y de tenerlo RTVE lo traspasó ayer largamente.
Que la final del torneo futbolístico llamado Copa del Rey , antes Copa del Generalísimo, y que a mi me gustaría que se llamara Copa del Consejo de Comisarios del Pueblo, se disputara entre el Ath. Bilbao y el FC Barcelona hacia vaticinar, sin ser un gran augur, lo que pasó. ¿Y que pasó? Lo inevitable, las aficiones de ambos equipos, que no dejan de ser una radiografia de las sociedades en las que están encuadradas, proporcionaron una sonora pitada a la marcha real y un espectacular abucheo al inelecto jefe del estado. Pudiera ser el momento de entrar a discutir sobre la relación entre Cataluña y las Vascongadas y el conjunto del estado español. Pueden decir , quien quiera decirlo, lo que les de la gana. Los hechos son los que son, son tozudos, y por más Pachislópezes que se inventen la inmensa mayoría de la sociedad vasca se siente incómoda en esta superestructura que algunos insisten en llamar España, y por más que quieran disimular en Ferraz y Moncloa el PSC es un partido distinto y diferente del PSOE, aunque le de apoyo parlamentario, al igual que , pero nosotros no lo ocultamos, EUiA es movimiento diferente de IU, aunque nos ligan numerosos y voluntarios lazos y el PSUC no es el PCE. El que no quiera ver esta realidad es , sin matices, un auténtico zorrocotroco. Y como tales, como cenutrios, se comportaron ayer los que desde RTVE se comportaron como el peor de los U.R.D.A.C.I., censurando las imagenes y el sonido, para emitirlos trucados en el descanso, imágenes que reflejaban, una y otra vez a un seguidor bilbaino, en cuya piel no me gustaría estar a dia de hoy porque de vivir en Bilbao el cachondeo puede ser épico, llevándose la mano al corazón mientras sonaba, con exagerada amplificación el denostado txunda txunda. Un servidor, madridista confeso, disfrutó ayer como un gorrino en una ciénaga, luego hubo un partido de fútbol, pero eso, francamente, tenía escaso interés.