domingo, 6 de diciembre de 2009

6 de diciembre: Nada que celebrar


El 6 de diciembre un servidor no celebra absolutamente nada. No tiene por costumbre celebrar derrotas. Tampoco celebro el 18 de julio. Podría celebrar el 10 de agosto, conmemorando que en 1932 el general Sanjurjo fracasó en su intento de terminar con la República, pero como, con absoluta cobardía por parte de la derecha republicana, fue indultado, si le hubieran colgado más de uno se lo hubiera pensado en 1936 , pues también ignoro la fecha.
Con la aprobación de la constitución de 1978 se termina un proceso que había comenzado el 18 de julio de 1936. Cuando Francisco Franco, en referencia a lo que ocurriría cuando él hubiera desaparecido, repetía Todo está atado y bien atado, no sabía muy bien lo que estaba diciendo. Y sin embargo acertó de pleno. No porque su régimen estuviera dotado de un aparato jurídico inmutable, así se definieron los Principios fundamentales del movimiento, no hay nada inmutable, sin embargo al proponer a Juan Carlos, y no hubiera habido muchas diferencias de haber sido su padre, estaba dando una salida digna a una izquierda, cuyos dirigentes, y solo sus dirigentes, habían tirado la toalla. Dirigentes, sobre todo los del exilio y los que acumulaban decenas de años de cárcel, cansados de pelear y que a la mínima entrgaron la cuchara. Lo puedo entender y lo entiendo, pero no lo compartí en 1978, y treinta y un años después sigo sin compartirlo, pero lo que no comprenderé nunca es la indignidad que supuso aquella foto con la bandera fascista, ver a dirigentes del PCE empuñando aquel trapajo, en nombre del cual nos habían encarcelado, torturado y asesinado hizo daño a mucha gente. Reconocer la legitimidad de la constitución, es reconocer la legimitidad de un proceso, la transición, que no fue otra cosa que la adecuación del poder que ejercía la clase social que ganó la guerra a un nuevo escenario en el que la parafernalia fascista estaba fuera de lugar, los mismos perros con distintos collares, ahora bien con una patina de democrátas que yo no reconozco. Como todos los años, de forma cansina, el grupo municipal de IU-LV en el ayuntamiento de Alpedrete ha sido invitado a los actos conmemorativos del 6 de diciembre. Como todos los años, firmemente, hemos declinado la asistencia. Mañana seremos acusados en todos los foros de la sierra de ser unos radicales antisistema. Nunca asistiremos.
¡No a la Constitución de 1978!
¡Viva la República!
¡Por el socialismo!

2 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Yo tampoco tengo nada que celebrar hoy porque no me reconozco en esta Constitución y en el entreguismo que en su día hicieron dirigentes políticos al que habia seguido.

Saludos

Unknown dijo...

Yo voté no a la Constitución y todavía sigo pensando que el PCE de Carrillo negoció muy mal su legalización, pues el coste (aceptación de la monarquía, la bandera, el borrón y cuenta nueva, etc.,) no era equilibrado a los beneficios que se esperaban obtener, supongo que de aquellas el PCE estuvo mal asesorado y los que mandaban, se creyeron a pies juntillas que aquí se iba a reproducir el modelo italiano de Berlinguer, y claro, no cayeron en la cuenta que Mussolini murió ahoracado y con él su régimen fascista y que Franco lo hizo en la cama adorado por los que después impondrían el atado y bien atado. 31 años después todavía hay que pedir permiso para que la Memoria Histórica sea una realidad, y lo más patético, que en otros países como en Alemania estaría penado, es que esté judializada por grupos neofascistas como "manos limpias"

En fin, solo hay que ver donde han acabado Carrillo y la mayoría de carrillistas.

Saludos de un republicano que el 6 de diciembre solo le trae malos recuerdos.

A la Izquierda.