jueves, 27 de enero de 2011

No me gusta

No tengo conocimiento de la letra del acuerdo alcanzado ayer por el Gobierno de España y los sindicatos de clase mayoritarios pero sé que no me gusta. No me gusta por lo que significa. No me gusta porque certifica una derrota, que no se produjo, el 29-S al no retirarse la agresiva, además de inútil, reforma que nos impuso el Gobierno de España. No me gusta porque certifica la congelación de las pensiones, y la bajada de salarios a los empleados públicos. No me gusta porque no mueve ni un milímetro las posiciones reaccionarias y neoliberales del Gobierno de España. No me gusta, en definitiva, porque da un paso atrás en el camino que parecían haber tomado las direcciones sindicales, camino de reivindicación y lucha, para volver a la senda del acuerdo, sea el que sea, para seguir intentando convertir las organizaciones de defensa de los derechos de los trabajadores en empresas de servicios que igual gestionan un seguro de vida que el alquiler de un apartamento en Torrevieja. No me gusta. A los comunistas no nos gusta, y a la mayor parte de Izquierda Unida tampoco. En esta tesitura, ¿Qué hacer?. Podriamos tirar por la calle del medio, echarnos al monte. Cometeríamos un error de grandes proporciones si promovieramos o alentaramos una ruptura irreversible en CCOO, pero eso no puede significar que renunciemos a nuestras posiciones políticas, defenderemos allí donde tengamos presencia política, dentro y fuera de CCOO:
- Nuestro firme rechazo a la reforma del sistema público de pensiones
- Nuestra oposicón a la reforma laboral decretada en junio de 2010 y a cualquier intento del Gobierno de España de negociar la reforma de las pensiones con cesiones en ella. La reforma laboral debe ser derogada
- Rechazamos la propuesta de reforma de la negociación colectiva y muy especialmente la eliminación de la ultractividad, es decir la extensión de la aplicación de las clausulas normativas del convenio colectivo más allá más allá de la fecha prevista para la vigencia del convenio si no hay otro convenio que lo sustituya, y la individualización de las relaciones laborales.
-Impulsaremos todas aquellas plataformas unitarias encaminadas a construir una alternativa política y social.
Todo ello desde nuestro respeto a CC.OO., sindicato de referencia de los comunistas, al que trasladaremos nuestra crítica posición política.

8 comentarios:

Cristina dijo...

Es que no hay nada que negociar. Las medidas del gobierno son un abuso y punto, no se puede permitir que en vez de que nos maten nos corten las piernas.

Anónimo dijo...

A nadie le puede gustar excepto al FMI, el BCE o la CEOE. Lo que he leído en El País es un acuerdo en el que figuran los objetivos demandados desde el primer momento por el Gobierno. ¿A qué ha venido el paripé de la supuesta negociación?. Vergonzoso. Por otra parte, hay momentos en los que no es tirarse al monte el romper organizaciones podridas , acomodadas, vendidas e inútiles para los objetivos de la clase obrera y las clases populares. No tenía pensado ir a la manifestación de esta tarde en Madrid. Por mucho que llueva sí estaré allí.

Anónimo dijo...

Vaya, vaya, llevaban toda la razón los que no se fiaban ni un pelo de CCOO y vaticinaban un acuerdo dentro de los objetivos del Gobierno (y el PSOE, no lo olvidemos). Qué manera de tomarle el pelo a los que aún creen que hay algo que salvar en el que fuera sindicato trabajador. A por ellos, es lo único que se puede hacer con los traidores.

Antonio Rodriguez dijo...

De entrada no me gusta el preacuerdo, pero no lo voy a criticar hasta que haya leido el texto definitivo del acuerdo.
Y no me gusta porque, como en todo acuerdo, las partes ceden en sus posiciones para llegar al consenso y en este caso quien más han cedido son los sindicatos, ellos han renunciado a las partes mas importantes de la negociación el gobierno solo en lo accesorio. Yo tengo una máxima, "Cuando tu enemigo de clase te da la razón , estás equivocado" y si el P.P. aplaude el acuerdo es que no es bueno para los trabajadores.
Pero no voy a caer en el error facil de decir que los sindicatos son unos traidores, porque ellos no son los unicos responsables del resultado final de este acuerdo; los trabajadores tambien tenemos mucha responsabilidad. Somos capaces de quemar Troya porque nuestro equipo baja a segunda división pero no tenemos el coraje de salir a la calle para defender nuestros derechos.
Cuando uno se sienta en una mesa de negociación su fuerza es la que le dan los trabajdores y me dan la sensación que los sindicatos no tenían detras de si esa fuerza. El gobierno lo sabía y lo ha utilizado.No hay nada mas que ver el resultado de le huelga del 29S y las posteriores movilizaciones. Los sindicatos solo tenían dos opciones: no negociar desde una posicion de debilidad o tratar de salvar los muebles, eligieron la segunda y creo que se han equivocado, porque de todas formas les iban a llover las criticas.
Seguiremos hablando del tema.
Salud, República y Socialismo

Ana dijo...

He leído que no gusta la letra, pero sí la música, a mí no me gusta ni una cosa ni otra, ya se verá.

besotos

Antonio Flórez dijo...

Me temo que los sindicatos se han sentado a negociar por dos razones básicamente: la primera, que no tienen otra cultura que la de negociar, incluso cuando, como algún comentario apunta, no hay nada que negociar; la segunda, que el balance del 29-S que ambas direcciones han hecho en privado, no creo que arroje una victoria.

Además, entre los objetivos, declarados u ocultos, de ambos sindicatos mayoritarios al convocar la huelga, estaba frenar no sólo las reformas previstas respecto a pensiones y demás medidas económicas, sino, muy principalmente, la que iba enfocada a quitarles, en la práctica y poco a poco, el papel de partes en la negociación colectiva.

Me gustaría ver por un agujerito si eso sí han conseguido salvarlo, lo cual podría explicar, que no justificar, el acuerdo en lo demás.

Un saludo.

Anónimo dijo...

CCOO no puede cambiarse desde dentro. El entrismo trotskista no es efectivo porque sus elementos no sólo no están convencidos sino que se han dejado absorber por la maquinaria y el engranaje de una empresa capitalista que nació en forma de sindicato en la dictadura franquista. La solución no está en intentar transformar CCOO en un sindicato de izquierdas porque las estructuras de poder, que ya están consolidadas, impiden que tal aventura tenga algún éxito. Seamos serios, es hora de hablar claro, son unos traidores y unos vendidos al capital, no representan ni a los trabajadores ni a la izquierda. A enemigo que huye, puente de plata. Daos de baja de UGT y de CCOO y afiliaos a otros sindicatos, que hay muchos y todos ellos mejores que estos.

Salud y República.
Viva el PCE.

Pedro dijo...

Qué demasiado políticamente correcto resulta el entorno de IU, señor García Centeno, aunque algunos rojos no tengan ni puñetera idea de lo que se entiende por entrismo trotskista, que ni por asomo tiene que ver con el texto de Acero Boltxe al respecto del posible trabajo de los comunistas organizados en el PCE dentro de CCOO. Proceloso, largo y oscuro viene el reinado de Witiza, me temo. Además, esto es sólo el principio, ya vendrá el tío PP con sus rebajas gracias a un gran número de votos de trabajadores ex-votantes del PSOE, que ni siquiera tienen en mente a IU, por supuesto. Salud y sin miedos.