lunes, 24 de enero de 2011

Parece que fue ayer

Parece que fue ayer, los trabajadores carecían de los más elementales instrumentos para defender sus derechos. La extrema derecha, esa que hoy se cobija bajo el paraguas del Partido Popular, milagrosamente democratizada, descargo su furia sobre quien sabía que podía amenazar sus privilegios de clase. Porque aquel fue un crimen de clase. Y quien defendía a los trabajadores, a la clase obrera, eran los comunistas y CC.OO. Treinta y cuatro años después hay conquistas, logradas con lucha, sacrificio y sangre, que vuelven a estar en peligro. Parce que fue ayer. Hoy la patronal no manda sus pistoleros, no le hace falta, tiene otros métodos para agredir a los trabajadores, métodos que disfraza con bonitos eufemismos: consenso, acuerdo, concertación, negociación, dialogo....
Cada vez que aceptamos un solo recorte en derechos de los trabajadores largamente peleados estamos asesinando de nuevo a Luis Javier, Serafín, Ángel, Enrique y Javier.
Tras años de cierto desconcierto, los comunistas tenemos claro que la lucha de clases es el eje de nuestra acción política. Y esa es la acción política que tenemos que defender tanto en nuestro sindicato de referencia, CC.OO, como en nuestro principal movimiento sociopolítico estratégico, Izquierda Unida. Y defenderemos esa política con firmeza, pero sin desesperación. Conocemos sobradamente la correlación de fuerzas dentro de CC.OO, tenemos muy presente lo ajustado del resultado del último Congreso Confederal. Sabemos la influencia que conservan los sectores afines a los últimos secretarios generales, pero tenemos la determinación de romper nada. Nada sería peor para los trabajadores que una confrontación rupturista en CC.OO. Tendremos que recuperar influencia en base a nuestro trabajo militante coordinado, a nuestra firmeza política cohesionada. La voz de los comunistas, tanto en CC.OO. como en IU, tiene que ser una y solo una. Estoy seguro de que los que ayer, parece que fue ayer, dieron su vida, hoy estarian de acuerdo. No basta con invocarles, hay que mirarse en su ejemplo.

5 comentarios:

Antonio Rodriguez dijo...

Hoy es un triste aniversario porque la barbarie fascista asesinó a cinco luchadores de los derechos de los trabajadores y de las libertades democráticas. Y es también tiempo de añoranza, recordando la civica y contundente respuesta que el entonces ilegalizado PCE dió a ese barbaro asesinato, lejos de la actual complacencia que nos invade.
Hoy hemos coincidido en el tema.
Salud, República y Sociualismo

Pedro Casca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Txema dijo...

Como compenderás suscribo lo que dices. Hoy la patronal no necesita pistoleros porque ya tiene al gobierno que le representa.

El gobierno felón que con los votos de muchas personas de buena fe, entre los que hay bastantes socialistas, se inclina ante el FMI y los mercados.

Los cinco asesinados posiblemente estarían hoy enfrente de estas actitudes, así como de los que pretenden negociar lo innegociable.

un saludo

Anónimo dijo...

¿De qué vale la política ficción?. Mejor centrémonos en el presente aprendiendo del pasado y procurando incidir sobre el futuro. ¿Pistoleros?, cuánto tiempo tardaremos en verlos tal y como van las cosas y lo que nos espera. ¿Qué son los grupos de acción fascista que actúan más cada vez?. No olvidemos que en relación a Europa en el Estado español se da el mayor número de policías (de todo tipo) en función del número de habitantes, del volumen de territorio y, lo más importante, del número de delitos por habitante y año. Eso sin incluir vigilantes privados. Por cierto, también tenemos el mayor número de presos en función del número de delitos y, curiosamente, al menos el 70% son analfabetos funcionales y, claro, pobres. Salud.

BATDELSAL dijo...

Saludos Javier. Después del desgaste emocional del 24 de enero en Atocha 55 y en el auditorio Marcelino Camacho me convencieron, fácilmente, para ir a comer un grupo de cuatro ex afiliados de CCOO compañeros de fatigas durante unos cuantos años en la sede de Lope de Vega. Dando un paseo llegamos a la calle fray Luis de León (semiesquina a Palos de Moguer) y tras comer nos dió el punto sentimental melancólico: ninguno de los cuatro sigue afiliado al que fue nuestro Partido y todos abominamos de CCOO, además de dudar de la posibilidad de cambio en este que fue el sindicato de los trabajadores. Los gintonics también ayudaron y al menos dos de los presentes no tenían duda ninguna en votar a IU. Los otros dos ni de coña; ya veremos cuando se recupere el Partido y se deje de mariconadas (sic). Al menos terminamos brindando por los previsibles cambios cualitativos que se otean. ¿El barrio?, como siempre en los muchos últimos años: mucho coche. Salud y sin desfallecer. Un abrazo.