No me importa reconocer, es más lo hago con entusiasmo y placer, como se ha fortalecido, según mi criterio, políticamente, como parlamentario Gaspar Llamazares en esta legislatura y principalmente en los últimos meses. En el proceso que culminó en la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida, yo participé activamente en la defensa del llamado "Documento de los Cien" y participé, lógicamente, en la candidatura que había de defender ese documento en la Asamblea propiamente dicha, si bien en un puesto de relleno, sin posibilidad de ser elegido delegado. Resumiendo, y por poner nombres a las políticas, que son las verdaderamente importantes, durante todo el proceso apoyé a Cayo Lara como alternativa a Gaspar Llamazares. Creo que tome la decisión adecuada, o por lo menos coherente con mi concepción de lo que debe ser Izquierda Unida. Fuimos muchos los que desde ese momento dimos como amortizado al anterior coordinador general. Y estabamos equivocados, afortunadamente. El compromiso del compañero con este movimiento sociopolítico ha demostrado ser total, y ni siquiera la marcha de compañeras y compañeros políticamente cercanos a él ha modificado ese compromiso . Unos se han ido de forma digna, dejando amigos en esta organización, como es el caso de Inés Sabanés, que esperó hasta que pasaran las elecciones para hacer público lo que muchos intuíamos, otros de forma innoble e impresentable, es el caso de Rosa Aguilar dejando la alcaldía de Córdoba a medio mandato en pos de poltronas varias, primero autonómica y luego ministerial, en cualquier caso, creo yo, algo habrán influido estas marchas en el ánimo del compañero.
Por todo lo anteriormente expuesto doy tanta importancia a la reflexión que hace sobre la posible unidad con otros grupos que se autocalifican como de izquierda. Es una reflexión que hace desde su experiencia parlamentaria, ámbito en el que ha existido una colaboración efectiva y fructífera. Ahora bien, no sé hasta que punto una estrategia de estas características es coherente con la Convocatoria Social que proponemos como instrumento de convergencia de todos aquellos que consideramos que no hay soluciones efectivas dentro del actual marco sociopolítico. Y no lo sé, y ahí están mis dudas, porque no tengo nada claro cual es la alternativa económica de la izquierda nacionalista, fundamentalmente de ERC, el BNG parece apostar más claramente por alternativas de corte anticapitalista. Pero yo no soy un buen ejemplo, cada día tengo más dudas y menos certezas, de estas últimas, y a corto y medio plazo, destacaría dos, que en el fondo pueden ser la misma: Una, que en el capitalismo no hay solución posible y a estas alturas las soluciones socialdemócratas de corte Keynesiano ya no sirven, y Dos, casi un corolario de la anterior, en estos momentos el PSOE ha pasado de ser un posible aliado, aunque fuera táctico y puntual, a configurarse como un enemigo de clase, y por tanto político. Excluye de la reflexión el compañero diputado a grupos sin representación parlamentaria, puede ser el caso de la diversidad y multiplicidad de grupos movimientos y foros que se autodefinen como Verdes y la izquierda que un análisis un tanto simplista pondríamos a nuestra propia izquierda. Yo, que últimamente estoy tan poco sectario que me asusto a mi mismo, no les excluiría, aún asumiendo, porque no nos hemos caido de un guindo, que algunos, no digo si muchos o pocos, han salido de nustras propias filas con el inconfesable objetivo de presionar desde fuera, y con la bandera de la Sacrosanta Unidad de la Izquierda, obtener en las listas mejores puestos de los que hubieran obtenido respetando los mecanismos democráticos de nuestra organización.
Y puestos a analizar los pasos dados por por nuestro compañero diputado me ha llamado la atención sus declaraciones hoy en ELPAIS mostrándose receptivo, incluso partidario, de encabezar la candidatura por Asturias. Me han sorprendido gratamente dejando claro mi respeto por las decisiones soberanas y autónomas de la federación asturiana de Izquierda Unida. En primer lugar se trata de aceptar un reto importante porque el escaño por la circunscripción de Asturias no está, ni mucho menos, ganado. Hay que pelearlo y ahí el prestigio de Gaspar Llamazares puede ser importante. Por otra parte, y eso también hay que valorarlo, ayuda a la confección de lista de Madrid, una lista que, tras Cayo Lara que es el candidato de todos aunque sólo podamos votarle los madrileños, tendrá que ser confeccionada teniendo en cuenta las particularidades de esta federación, y siendo escrupulosamente democráticos a la hora de escoger del dos en adelante.
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