martes, 27 de noviembre de 2007

Catolicismo y Realidad

En esa especie de ejercicio de masoquismo que practico cada mañana, camino de mi trabajo, escuchando, entre siete menos cuarto y siete, momento en el que agotado me pongo Radio Clásica, la COPE con su principal colaborador e ideólogo Federico Jiménez Losantos, en ese ejercicio, repito oí al mencionado locutor dar la cifra de medio millón (500.000) como la de asistentes a la manifestación antigubernamental convocada por una de las muchas asociaciones de víctimas del terrorismo, la AVT presidida por el experto en tratamientos capilares Francisco José Alcaraz. Antes de continuar me gustaría reflexionar sobre el porqué comienzo el día escuchando la COPE. A mi mismo, y a los eventuales acompañantes que pueda tener en el trayecto, les miento a sabiendas, prevarico sin pudor diciendo que lo hago para saber que se cuece en los ambientes de la derecha dura, de que se va hablar en FAES, por donde va a discurrir la reunión de maitines de la calle Génova. Mentira, he descubierto que lo hago por un placer malsano, una especie de parafilia, una mezcla de goce y dolor, como el que siento cuando hurgo en un padrastro, no pudiendo parar hasta que me llega a brotar la sangre. De hecho, en alguna ocasión he franqueado esa barrera autoimpuesta de las siete de la mañana, y continuado con el gangoso locutor hasta mi llegada a destino. Una vez aclarada esta pequeña aberración intelectual, que estoy seguro no ser el único en practicar, puedo continuar, con tranquilidad de ánimo, desarrollando lo que me había propuesto.
Decía que había oido escuchar al señor Jiménez Losantos afirmar que había sido medio millón el número de asistentes a la concentración- manifestación de la calle Génova, que casualidad, dando por buena la cifra calculada, no sabemos como, por la Comunidad de Madrid. Como quiera que la radio, en la que este señor tan vocinglero anuncia su mercancía, es la de la CEE (Conferencia Episcopal Española), hoy llamada ostentosamente Cadena de Ondas Populares Españolas ( COPE ) y ayer cariñosamente Radio Bonete, y suponiendo, y no tengo porque dudarlo, que la jerarquía católica española aplica con todo rigor su decálogo moral, también llamado Diez Mandamientos, que amén de una excelente película de Cecil B. de Mille, es un código de comportamiento, y que dice en su octavo apartado No cometerás falso testimonio ni mentirás, tengo que dar por buena la cifra del medio millón de asistentes, lo cual ha tenido como consecuencia inmediata el aumento del número de milagros, porque que quepan medio millón de personas en la calle Génova es, como poco, comparable a la hazaña de aquel buen hombre que con sólo cinco panes y cinco peces consiguió dar de comer a una multitud, no sabemos si mayor, aunque lo dudamos, que la de la calle Génova. Si se hubiera obrado el mismo milagro en las mágicas noches europeas del Bernabeu, hubieramos sido, fácilmente, cinco o seis millones los madridistas que vibrábamos con nuestras épicas remontadas. Y eso hablando de la cantidad, he dejado de lado la calidad humana de los manifestantes, todas ellas personas de bien, repletas de caridad cristiana, que pedían, imploraban a Nuestro Señor Jesucristo, que nuestro presidente , José Luis Rodríguez Zapatero, gozara de un merecido descanso junto con su abuelito. Valores cristianos, todos ellos, reafirmados semanas atrás en la Plaza de San Pedro cuando arrobados contemplaban como unos inocentes, como lo son ellos, eran elevados a los altares por haber sido martirizados por los seculares enemigos de España y su Religión.
Sólo los descreídos, aquellos que consideran imposible que tres sea lo mismo que uno, que una señora se quede preñada, sin intervención de varón, permaneciendo vírgen, y más imposible aún que el marido acabe tragando con la versión oficial. Sólo esos descreidos, repito, son capaces de dudar que durante media tarde del sábado, igual que en su día un milagro obró para separar las aguas del mar rojo, la calle Génova se estiró hasta llegar a las estribaciones de Peñaranda de Bracamonte. Sólo los descreidos, los herejes y apóstatas, hechiceros y brujas, invertidos y prostitutas, estadísticos y matemáticos, se atreven a dudar de los números de nuestra bienamada Iglesia Católica, que nunca, pero nunca, jamás, nunca jamás, miente. Hay quienes dudan, incluso eso dudan, que el 80% de los españoles seamos católicos, y los que decimos que basta darse un paseo por cualquier iglesia, de cualquier pueblo, de un domingo cualquiera para ver que díficilmente un 20% de la población asiste al rito de la misa, por más que ese sea el primero de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, esos que ponemos en cuestión el carácter mayoritariamente católico del honrado pueblo español, no somos sino enviados del maligno. Menos mal que las puertas del infierno no prevaleceran ante ella.
Y algo de verdad, como algo, que digo, absolutamente todo, han de tener esos milagrosos números que calculan los sacros estadísticos de la curia, que hasta el Gobierno de España entra al trapo y nos manda a la que ellos, los poseedores de los algoritmos de la verdad verdadera, llaman la vicevogue , vestida al más puro estilo Lina Morgan, lo cual ha supuesto que a JavierM se le hayan revuelto las moscas de la sopa , al entronizamiento como cardenal de Agustín García Gasco, arzobispo de Valencia y miembro de uno de los sectores más duros de la, ya de por sí reaccionaria, Iglesia Católica. Y es que ese es su gran milagro, más allá de sus hazañas numerológicas y cabalísticas, el conseguir que mentiras evidentes parezcan verdades esenciales, e indignarse, a veces forzadamente, cuando uno, en su reflexión se atreve a cuestionar sus sagradas verdades .
Tienen como asignatura pendiente el milagro fundamental, conseguir que sus verdades se adecúen a la realidad circundante, física, palpable. Pero no creo que lo intenten porque eso significaría su fin. La verdad os hará libres.

10 comentarios:

animalpolítico dijo...

Yo he confesado en ocasiones un defecto idéntico. Yo también escucho la COPE, pero sólo llego a los cinco minutos, dos veces. Entre las 8:15 y las 8:20 y entre las 8:55 y las 9:00 en que llego al trabajo.

Y uso la misma mentirijilla que tú ante mí mismo, pero siento esa atracción fatal que me da el subidón...

Blanca dijo...

¿Y si os viera un médico a ambos? Porque tiene tela marinera realizar ese ejercicio de buena mañana... a mi se me atragantaría el resto del día... y animal encima, doble ración. Sois los dos un poco rarinos...

En cuanto a esos pecados que Javi dice comete la Iglesia católica a través de su emisora de radio, ya he explicado en alguna ocasión que los católicos lo tienen muy fácil: pecan, se confiesan, rezan lo que al cura de turno se le ocurra y a volver a mentir, difamar, insultar y lo que haga falta.

Unknown dijo...

Le propongo:
" La verdad os hará libres."
por:
"La libertad os hará sabios"

Dardo dijo...

A mi me pasa como a Vds; pero más que oirlas, las leo. Como acabo de hacer ahora.

Don Javier escribe Vd. bien y ha ilustrado su discurso con situaciones que ha hecho forzosamente e injustamente paralelas a poco que se entre a analizarlas. Pero no le voy a quitar mérito literario; y me voy ahorrar decirle algunas cosas porque esta es su casa.

Freia dijo...

Bolche mira que hace años que te conozco y te quiero, pero es que no dejas de sorprenderme. No acabo yo de entender esa fascinación que ejerce sobre ti ese tipo; a lo mejor es porque es bastante parecido a una serpiente y éstas no sólo se dejan encantar sino que también fascinan. "... momento en el que agotado me pongo Radio Clásica..." Pues menos mal, porque debe de dejar el programita un cuerpo jota fantástico como para encima ponerse a trabajar. Claro que lo de animal es aún más curioso: lo toma en píldoras de 5 minutos exactos y exactamente entre las 8:15 y las 8:20 y entre las 8:55 y las 9:00. Supongo que un psiquiatra, ya sea freudiano o lakantiano (ni siquiera estoy segura de como se escribe), tendría mucho que decir al respecto.
Bolche, como te sigas haciendo esa mala sangre cada vez que sale una noticia de este tipo, se te van a revolver las bilis todos los días. Preocúpate por ejemplo porque ahora miswmo vamos perdiendo 3-1. ¡Eso sí que es un sacrilegio! Ahora mismo 3-2, ¡los milagros existen!
Un besazo enorme

M.Angel dijo...

Hay que tener valor para escuchar a ese indeseable, ¿ tan dormidos os levantais que la cafeína no os hace nada y necesitais algo mas fuerte?.
Creí que era yo al único que le va la marcha, anoche escuchando perder al Madrid no era capaz de apagar la radio y ponerme a otra cosa, lo intenté, pero a los dos minutos ya estaba ahí aguantando el chaparrón, eso sí, prefiero esa atracción fatal que la de escuchar la coppe.

Un saludo.

Imperialista dijo...

Para mí que lo suyo es un síntoma más de decadencia -como la de la defensa del trampa$, abofeteada ayer por unos alemanes bastante torpedos- ideológica, porque yo, que soy de derechas no escucho la Ser ni por equivocación.

animalpolítico dijo...

Ésa es una diferencia fundamental entre izquierda y derecha. La disposición o no a 'escuchar' al contrario. De libro.

Imperialista dijo...

animalpolítico dijo...
Ésa es una diferencia fundamental entre izquierda y derecha. La disposición o no a 'escuchar' al contrario. De libro.

No se lo cree usted ni borracho.

Unknown dijo...

Imperialista, cariño, deja de jugar con el Internet y lávate la boca antes de acostarte que tu halitosis es muy molesta.