martes, 7 de octubre de 2008

Capítulo 4:Deus dedit, Deus abstulit

O mejor que Dios, su directa representación en Alpedrete que no es otra que nuestra Emperatriz del Guadarrama. Dicen los gringos, para resaltar la bondad de su sistema político, que en EE.UU. cualquier imbécil puede llegar a Presidente, y ponen como prueba al que tienen actualmente, aunque uno tiene siempre la duda de si es más imbécil el elegido o los muchos millones que lo eligen, si bien un íntimo amigo mío, del cual suelo fiarme porque vive allí y les conoce bien, mantiene que a los presidentes USA no los eligen los votantes, sino unas entidades superiores que son capaces de dirigir el sentido del voto de los ciudadanos. Este amigo, no cito su nombre no vaya a ser que..., es capaz de afirmar que el actual presidente ni siquiera existe y lo que vemos es una especie de holograma que dice las estupideces de todos conocidas para desviar la atención. Salvando esta última circustancia, que he podido comprobar que no se trata de una invención de mi amigo y son muchos los norteamericanos convencidos de ello y que ni siquiera se molestan en ir a votar, algo que yo haría sin dudar de ser norteamericano porque me da exactamente lo mismo que gane Obama o McCain, pues salvando, repito, esta posibilidad de que el primer mandatario mundial sea una realidad virtual, Alpedrete no tiene nada que envidiar en nada a USA, y no nos ha hecho falta tener en nuestra historia ni a George Washington, John Adams o Thomas Jefferson, redactándonos declaraciones de independencia, constituciones (que después hay que llenar de enmiendas) o dirigiendo guerras. En Alpedrete lo hacemos a pelo, sin anestesia. Y hemos sido capaces de elegir con mayoría absoluta (aunque no en votos, pero la ley electoral es la que es), a una de las personas que, con toda probabilidad, tiene menos cultura de nuestro municipio, y no me refiero a CULTURA con mayúsculas, a ser una entendida en literarura, música, arte o filosofía, que de eso no creo que haya nadie en el conjunto de la corporación municipal, incluido un servidor, sino de esa cultura que mi bibliotecaria preferida, ossaposa, define como cultura de tapilla, y que nos da el simple hecho de leer con cierta frecuencia un periódico, aparte de los gratuitos y los deportivos, escuchar una radio que no tenga como referente cultural a César Vidal o Pío Moa, ver un programa de televisión que no sea Gran Hermano, ir al cine para algo distinto que tragarse cualquiera de la serie Rambo, o de los albóndigas que aún deben ser peores, o leer un libro sin demasiadas ilustraciones, aunque hay comics de excelente factura, pero con un complejidad que, con toda probabilidad, excede de la capacidad cognitiva, y sobre todo comprensiva, de nuestra primera edila. No la creo capacitada, y lo afirmo rigurosamente en serio, para llegar al fondo de lo que nos quiere decir Ibañez en cualquier aventura de Mortadelo y Filemón. Comprender la fina ironía del superintendente Vicente , solidarizarse con la incomprensión que soporta el profesor Bacterio, sufrir con el desamor con el que el gallardo Mortadelo castiga a la esbelta Ofelia (casi tan esbelta como la propia alcalda), no están al alcance de cualquiera, de cualquiera que... sea un desierto cultural, emocional y espiritual. Si añadimos a esta soberbia falta de cultura, una absoluta incapacidad para ser simpática, que reconocen incluso potenciales votantes del Pp que no tienen como referencia ideológica a Federico Jiménez Losantos, y que terminan absteniéndose o votando a otras formaciones políticas, fenómeno que produce que el Pp tenga muchísimos menos votos en Alpedrete en las elecciones locales que en las generales, nos queda preguntar ¿Como es posible que a pesar de todo esto obtenga el respaldo de 3000 Alpedreteños de los más de 6000 que votaron en las elecciones locales?. Y aquí es donde Alpedrete absorbe de forma compulsiva el american way of life , y si ellos tienen entidades o corporaciones capaces de poner y quitar presidentes, nosotros tenemos prohombres como L.C. o V.G. capaces igualmente de poner o quitar alcaldes con los tradicionales métodos caciquiles, y para curarme en salud dejo claro que estas iniciales bien pudieran querer decir Leonardo Cadaqués o Valeriano Ginés, y si algún alpedreteño de los que me leen, que sé que los hay, imagina otros ciudadanos de Alpedrete que responden a esas iniciales es porque tienen pruebas de las que yo, desgraciadamente, no dispongo. Desafortunadamente hace tiempo que soy adulto, al menos aparentemente, con lo que me es de difícil aplicación el Ex ore parvulorum veritas, y sin embargo bien se me puede aplicar el Ex ore tuo te judico, de manera que no me cabe otra que asumir que Spiritus promptus est, caro autem infirma.
Vistos los antecedentes no es de extrañar que a la alcalda la visión de una bandera republicana le produzca taquicardías, sofocos y palpitaciones, que alguno de sus cercanos, probablemente, achaca a causas derivadas de procesos naturales inscritos en el climaterio, me refiero al normal, al que tienen las mujeres normales y que marca el cese de la producción de óvulos, célula imprescendible para la perpetuación de la especie , algo que no ocurre con el espermatozoide. Debe existir otra clase de climaterio, prácticamente congénito, de carácter neurológico, que impide al cerebro, por incapacidad absoluta de las neuronas, generar ideas y concepciones que faciliten el progreso hacia una sociedad más justa, más equilibrada, más igualitaria, condiciones sine qua non para hablar de sociedades libres y no de entelequias. Este desarreglo psicosomático se ha producido de forma obvia en eximias mujeres como Margaret Thatcher, Golda Meir o Pilar Primo de Rivera, pero ¡atención! a diferencia del climaterio común no es exclusivamente femenino sino que podríamos contar por millones los varones que sufren este desarreglo, abundando más, son precisamente las mujeres que intentan imitar comportamientos masculinos, en particular lo peor de esos comportamientos, las más susceptibles de tener esa dolencia. Como terapia es importante para una correcta curación fijarse en otro tipo de modelo femenino, que a mi, aqui sí, me hacen sentirme orgulloso de ser español, Ubi bene, ibi Patria, me refiero a Margarita Nelken, Victoria Kent, Dolores Ibárruri o Federica Montseny, por poner ejemplos significativos. De todas formas como no tengo, ni quiero tener, el historial médico de la no citada, por su nombre o apodo, protagonista de este capítulo me quedo en el hecho incuestionable de que la contemplación de la bandera republicana le supuso sofocos, palpitaciones y taquicardias. Y reaccionó como se esperaba de ella. Primero tapió la ventana que comunicaba el minidespacho con el vestíbulo del ayuntamiento con un innecesario tablón de anuncios, y así hurtaba la contemplación de la bandera republicana a los visitantes de ayuntamiento, hasta que este 8 de agosto, pretextando la contratación de un nuevo funcionario y aprovechando el verano, nos puso en la puta calle.
Continuará

1 comentario:

RGAlmazán dijo...

Petarda I, emperatriz de Alpedrete es el mejor serial que últimamente me llega, incluida Betty la fea, que ya es decir.
Por cierto, díganos cuando se celebran los plenos, pues si estoy en Madrid me gustaría presenciar tal acto dramático en vivo y en directo y presentarme allí con una bufanda republicana y un pin de la misma estirpe.

Salud y República