Volvemos a la rutina

Despues de esta suavísima medida de presión que ha supuesto el encierro de la pasada noche hemos vuelto a la rutina, la rutina de colocar nuestra mesa de trabajo en la puta calle mientras la petarda y sus mariachis continúen en su actitud de considerar el ayuntamiento de Alpedrete como su cortijo. Tenemos que economizar esfuerzos, la pelea amenaza con ser larga, y poco a poco está sumando un nuevo objetivo, no se trata sólo de recuperar un lugar donde trabajar, algo a lo que legalmente tenemos derecho, sino también de defender la dignidad de este pueblo, manchada por el despotismo, autoritarismo y en definitiva escaso, o nulo, aprecio a las formas democráticas. Prueba evidente de que el Partido Popular, al menos en su facción alpedreteña, está fuera del ámbito de las formaciones democráticas y debería, por su nulo respeto a las leyes, ser declarado ilegal. Yo tomé posesión de mi acta de concejal prometiendo actar la constitución por imperativo legal, y por imperativo legal la acato, y respeto, mientras no se modifique por una republicana y federal. Elos juraron por su dios defenderla y su actitud demuestra que no creen en ninguna de las dos cosas. Hay razones éticas y morales para que el PP, al menos el de Alpedrete, siga el camino que han seguido HB, EH, Batasuna, ANV o PCTV. O son ilegales todos los totalitarios o no lo es ninguno. La reacción del "del pueblo de Alpedrete" nos ha rellenado el depósito, y ahora nos sentimos más fuertes que nunca. Por razones obvias nunca vamos a dar pistas de lo que vamos a ir haciendo, ni de cuando lo vamos a hacer. Intentaremos que sean siempre acciones imaginativas, impensables algunas de las que estais pensando teniendo en cuenta el frío que se avecina, que vayan paulatinamente amargando la existencia a doña Mary. Paciencia no nos falta, y por otra parte se produce algo que debería preocupar a Petardinha y su coro de aduladores, la buena sintonía que se está produciendo entre los concejales del grupo municipal socialista y nosotros, lo que demuestra que la unidad de la izquierda tiene que comenzar siendo unidad de acción, unidad que se produce en lo cotidiano, en la lucha callejera, donde nos sentimos cómodos, por más que durante cuatroa años se la hayamos regalado a obispos y fachas de la AVT, sin que moviéramos un sólo músculo para impedirlo.