Por pintar esto en una pared un joven marroquí ha sido condenado, en principio, a más de un año de cárcel. Dejando de lado los gustos futbolísticos del inculpado,
de gustibus et coloribus non est disputandum, y el mezclar algo tan serio, y real, como puede ser el
Barça con conceptos tan poco claros como dios o la patria puede parecer incoherente, el hecho concreto y lamentable es que el nieto de
Mohammed V (محمد الخامس ) supuesto descendiente de
Mahoma a través de la línea
Ali ibn Abi Talib y
Fatima Zahra (hija de
Mahoma) siendo
Alī ibn Abi-Talib el cuarto sucesor de
Mahoma, se permite encarcelar a un ciudadano, perdón un súbdito, en Marruecos no hay ciudadanos, por el hecho de haber sustuido su nombre por el del equipo
blaugrana. En definitiva, alguien que presenta como más que dudoso mérito el de ser descendencia de un fulano que fundó uno de los cuerpos doctrinarios más rígidos que uno conoce pretende domeñar la escala de valores de una persona, máxime cuando se trata de un valor inofensivo para los que conviven con él. Y para que conste, no tengo en contra de la religión islámica más que lo pueda tener contra la católica, o cualquier otra, por considerarla igualmente una superchería acientífica, aunque no es un hecho menor que la aparición del
Islam seis siglos después del cristianismo (la Hégira es del 622 D.C.) marcan una evolución inferior en cuanto a sus relaciones con la sociedad civil, con un grado, a veces insoportable, de intromisión en la vida de los que no siguen el Corán, algo prohibido, muchas veces
de iure , y siempre
de facto en las sociedades culturalmente musulmanas. En España, que sabemos sobradamente lo irrespirable que puede convertirse un ambiente contaminado por el miedo al más allá, al infierno y sus castigos, nos está costando dios y ayuda (
contradictio in terminis) librarnos de tan indeseable tutela como para no saber de que estamos hablando. Escribiendo en plata: Si no creo en la religión católica, que es la
verdadera, que no vengan a
joderme con sucedáneos. Como me ocurre con frecuencia, he perdido el hilo original de lo que quería decir y que no es otra cosa el poner de manifiesto el incuestionable hecho de que el régimen político que impera en Marruecos es absolutamente impresentable por muy
comendador de los creyentes que sea el sátrapa que ocupa el trono. Es de aplicación la archiconocida frase pronunciada por un presidente o secretario de estado
gringo en referencia a
Anastasio Somoza :"
Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". Porque ese ha sido el gran mérito de la monarquía
alauí, conseguir hacerse imprencisdibles para el equilibrio (más bien desequilibrio) del gusto de la potencia americana, convirtiéndose en el guardián de la zona frente a experimentos potencialmente peligrosos, como las inicialmente progresistas revoluciones argelina o libia. Así, se le permitió en 1975 pisotear sin miramientos los derechos del pueblo saharaui que hoy sigue resistiendo en campamentos en el desierto, así se consiente la existencia de una monarquía medieval en las mismas puertas de Europa. ¡Que verguenza!
3 comentarios:
Se lía y se lía, don Javier, porque en el fondo Vd. quiere ocultar que el castigo por lo del Barça a lo mejor no hubiera ocurrido si el mentado fuera merengue.
Que quiere que le diga. Marruecos es lo que es. Y en el contexto de la zona, pues no es tan malo. En todos los países del Magreb existe una "policía" de costumbres. Curiosamente Marruecos es más liberal.
Por cierto, lo que dice del "pueblo saharaui", ahí tiene el bandazo que ha dado la política exterior española.
me tenía preocupado Dardo con su ausencia, pero baste mentarle una religión, la que sea y ahí está usted. me alegro de tenerle aquí, y no se vaya tanto tiempo que le echo de menos. De la política exterior española mejor ni hablo.
No le quepa ninguna duda de que detrás de todo esto estarán Núñez, Gaspar o Laporta, haciéndole un trabajito de "diplomacia futbolística" a su correligionario balompédico Zapatero.
Y lo jodido de Marruecos es que aquí quien debería tomar medidas serias a veces hasta le baila el agua.
Un saludo.
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