Tras un épico partido, hay que reconocer que el lenguaje futbolero tiene su guasa, en el que los leones de San Mamés, hicieron que el otrora miltante de Fuerza Nueva, José María del Nido, hoy presidente del Sevilla, además de conocido abogado defensor de algún implicado en la operación malaya marbellí, tuviera que tragarse sus palabras referidas a la posible fagocitación de algunas partes del felino representativo por antonomasia del equipo bilbaino. El cántico del cómeme el rabo, Del Nido, cómeme el rabo, no podemos considerarlo un paradigma de la poesía lírica, ni siquiera de la poesía de ninguna índole, o más concretamente de ninguna clase de literatura, pero desde luego, nos da una idea del grado de cachondeo y buen humor al que llegaron anteayer los seguidores del histórico club vizcaíno.
Con menos épica, en un partido, como todos los últimos que está jugando un Barça que claras muestras de agotamiento, más psicológico que físico, los muchachos de la Masía, consiguieron, tras un triste empate, el paso a la final de la Copa del Rey. Y aunque este partido es todo un clásico, en estos momentos no deja de ser un contrasentido, y me explico:
En este club, glorioso, histórico, solo juegan jugadores de la tierra. De las Vascongadas y Navarra, se entiende. Son jugadores que se identifican con que Euskalherría, toda ella, más allá de las, según ella, artificiales fronteras que hoy les separan, tenga sus propias selecciones deportivas, y de ahí que rechacen el término Euskadi, al ser éste un termino restrictivo que solo identifica a una parte de los vascos. No es muy difícil deducir que una parte importante de estos jugadores, y puede que la mayoría son partidarios de que esa Euskalherría , por construir, no solo tenga selecciones deportivas sino que se constituya como el estado de un pueblo soberano e independiente.
Por otra parte , ya el gran Manuel Vázquez Montalban, insigne culé, además de extraordinario escritor , ya definió al Barça como el ejército inerme de Cataluña, por más que Fritus proteste y con razón, por la sistemática identificación que tendemos a hacer del Barça con lo genuinamente catalán. Cuando sabido es que los primeros catalanes que jugaron al fútbol, lo hicieron en el Español, que hubo de llamarse así para distinguirse de los suizos que comandados por Hans (que no Joan) Gamper jugaban en el otro equipo de la ciudad. Sea como sea, la profusión, en el Nou Camp, de senyeras esteladas , la bandera que, desde hace más de
cien años representa las ansias independentistas de buena parte de la sociedad catalana, hace que podamos deducir fácilmente que no son muchos los partidarios de la monarquía española entre la afición culé.
Es un contrasentido que estas dos aficiones estén tan orgullosas de poder obtener un título, la copa del rey, que hace mención al rey de la potencia colonial ocupante, según los parámetros, que yo no comparto del todo, de los independentistas de ambos territorios, dándose la circunstancia añadida de que el dignatario al que hace referencia el trofeo en juego, desciende de una familia extranjera para el conjunto de los españoles. Tengo auténtico interés, unpoco morboso, todo hay que decirlo
por contemplar , por escuchar, por disfrutar con el comportamiento de las dos aficiones tanto a la entrada al estadio del ciudadano Borbón , con la reglamentaria interpretación del chunda chunda, como cuando entregue la copa. Los seguidores del Madrid, republicanos como somos, en interpretación cualificativa del término, de forma mayoritaria le prestamos poca atención a este trofeo de segundo o tercer nivel comparable a las extintas Copas de Ferias o Recopas. Solamente la insoportable presión que sufrimos durante el franquismo nos llevó a tener que ganarla, con la denominación Copa del Generalísimo, contra nuestra voluntad, como contra nuestra voluntad se nos obliga a llevar el calificativo de Real, por un capricho de Alfonso XIII. Siempre hemos sido el Madrí (sin z final por favor), y nuestro grito de guerra es ¡Hala Madrí!, y no ¡Hala Real Madrid! A pesar de esta consideración que tenemos de este partido como propio de patio de colegio, a mí me gustaría que se celebrase en Madrid, y que esta ciudad se engalanara con miles de senyeras e ikurriñas, más que nada para que a los votantes de lady calcetines , mayoría en Madrid, se pongan de los nervios
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3 comentarios:
Jejeje
Pero qué merengón que es usted.
Estará contento, ¿no? Hoy se ponen a un punto del Barça. Qué lejos queda aquel día de Diciembre en que la afición culé coreaba "Campeones, campeones" tras ganar al Madrid.
Más de uno va a tener que papearse su euforia prematura.
Un abrazo
Desde luego que es Vd. todo un "merengón". De todas maneras nos debe conceder que durante el "ominoso" régimen fueron Vds. los preferidos. Oiga, tan dilectos eran que las "demostraciones sindicales y verticales" las hacían en el Santiago Bernabeu. Ja,ja.
No sé; no sé; deben cambiar lo de Real Madrid por Dinamo de Madrid; e intentar que jueguen en vez de estrellas, tropas del MVD (como en el célebre Dinamo).Ja,ja. Un abrazo.
Da gustirrinín (metafóricamente hablando) encontrarse con alguien que habla de fútbol lejos de fanatismos y forofismos propios de los mismísimos ultra sur o los boixos nois. No como ese señor que sale últimamente en los papeles diciendo que van a chorrear al rival. Por cierto ¿chorrear es lo mismo que hacer el chorra?
Centeno, hago mías sus palabras una por una. No tengo la menor duda de que tanto el Real Fútbol Club Barcelona y el Real Athletic Club de Bilbao son clubes claramente monárquicos y borbónicos. Me parece insidioso que a su querido club le forzaran a calificarse como Real. ¡Qué desfachatez! Si al menos fuera Irreal...
Por no mencionar a los atléticos esos que se asientan bajo las brumas del Manzanares y que ayer en un acto de anti-patriotismo y deslealtad hicieron lo que hicieron.
Me apunto a lo de cambiar el nombre de su querido club. Lo de Dinamo siempre me ha sonado algo ñoño y blandito. Más propio para un equipo de balón-volea o tenis de mesa, que para un equipo de aguerridos y varoniles balompedistas. Sin lugar a dudas Estrella Roja de Madrid sería un nombre más contundente. De esos que acongoja al rival con solo pronunciarlo.
Pues eso. ¡Hala Real Madriz!
Un saludo.
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