El Gobierno naufraga, la Oposición alucina

Triste ha sido a lo largo de la historia reciente de España el papel desempeñado, por ese engendro, que nuestra compañera Liber define como una UTE para ganar elecciones en un blog de la competencia, que recibe, y mancilla, el histórico nombre de un Partido que en 1934 fue capaz de defender los valores republicanos en peligro y en 1936 tomó las armas para defender a la República misma. En su primera etapa en el gobierno esta maquinaria electoral llamada PSOE, se encargó de hacer el trabajo sucio de la destrucción del tejido industrial condición sine qua non, para que España entrara en la CEE/CE/UE con el predeterminado papel de ser un pais de servicios, sin apenas tejido industrial y con una agricultura dependiente de subsidios y subvenciones. Esas condiciones han determinado que la crisis estructural del modo de producción capitalista, tenga en España unas peculiares características derivadas del hecho innegable de que el crecimiento económico, más virtual que real, estaba basado en ese gigante con pies de barro llamado especulación inmobiliaria. En su segunda etapa, ésta que sufrimos ahora, al frente del gobierno, sin ninguna medida que nos acerque lo más mínimo al socialismo que proclama su nombre, el partido inscrito como PSOE intenta, por todos los medios salvar o refundar el capitalismo, y para ello, en un alarde de imaginación, se ha echado en brazos de ese poseedor del ungüento amarillo, bálsamo de Fierabrás, que es el actual inquilino de la Casablanca. Entre esos dos periodos, ocho años de plomo con un gobierno presidido por un ex-falangista que nunca acabó de quitarse del todo camisas azules con correajes negros, fueron los años en los que el que luego se mostró como inútil e ineficaz gerente del FMI aplicó las recetas preparadas en la administración precedente por el triste vicepresidente que acaba de abandonarnos, consiguiendo acabar con el déficit público gracias a la original y creativa medida de vender el patrimonio de los españoles, de manera que empresas que fueron rentables siendo de todos acabaron siendo propiedad de unos pocos, tenemos aún en la retina los casos de Repsol, Endesa o Telefónica, entre otros.
Tenemos, pues, un gobierno que naufraga aplicando políticas de una cierta derecha liberal y progresista y una oposición, que al haberse visto privada de defender su receta económica, porque la defiende el mismo gobierno, alucina, basculando hacia posiciones de extrema derecha sin orden ni concierto mientras a sus pies le van creciendo enanitos que no están Unidos, no son, ni de lejos, Progresistas y tienen poco de Demócratas, pero que le complican la existencia, como se la complican unos presuntos Ciudadanos que se quitan la careta para aliarse con lo más granado de la extrema derecha castellana, española, europea y mundial además de con unos individuos, habituales contertulios de Intereconomía que en su activo tienen, entre otros méritos, el de haber propiciado el tamayazo, operación que inundó, e inunda, de caspa la Comunidad Madrileña.
Ante este paisaje, y por muy mal que lo quisieramos hacer, con nuestros tiras y aflojas, con nuestras jamás ocultas, ni ocultadas, tensiones IU aparece como un oasis de coherencia: El mensaje de Cayo Lara es claro, concreto, sencillo y posible. Posible en gran medida, y así lo aclara nuestro coordinador, sin tener que hacer grandes modificaciones al vigente ordenamiento constitucional, que en los aspectos más progresistas ni siquiera ha llegado a aplicarse.
De cara a las elecciones europeas en las que nos presentamos, junto a ICV e IR, con la etiqueta de La Izquierda , somos, junto a la izquierda transformadora europea, algo distinto y diferente de lo que representa el Partido Socialista Europeo, somos, simplificando un tanto, los que no queremos que continue como presidente de la Comisión Europea el ex-primer ministro portugués, ni él ni nadie que avale su política, política muy del gusto de los grupos mayoritarios de la cámara, que cada vez están más a gusto mostrándose como las dos orillas del mismo río, expresión que cada vez adquiere más sentido y validez. Además nos estamos permitiendo lujos muy de mi gusto como el gesto de la compañera Montse Muñoz apartándose voluntariamente de la lista, por estar imputada por una magnífica chorrada sin recorrido ninguno y demostrando así que la coherencia, la decencia y la honradez tienen acomodo en política, al menos en la política como la entiende IU.
Ayer Cayo fue a la Moncloa. El habló de política su anfitrión de cariño. Es su argumento político principal: necesita cariño. Y estudiará, o al menos eso ha dicho, con cariño las propuestas que le transmitió Cayo. Hubiéramos preferido que las estudiara con rigor y seriedad, pero eso está lejos de sus posibilidades. Para eso tendría que situarse políticamente en la izquierda.