miércoles, 11 de noviembre de 2009

Siguiendo a Kabila

En diversas ocasiones creo haber tratado el tema, aunque no recuerdo haberlo hecho en mi bitácora, ahora una entrada de mi kabileño preferido me lleva a reflexionar sobre el tema.
La ley electoral que padecemos, anterior a la propia constitución de 1978, se hizo como un traje a medida para que el PCE tuviera menos representación, así lo reconoce, sin pudor, uno de sus redactores Don Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Creían, esos sectores de la derecha presuntamente democrática, que el PCE llegaría con facilidad a cerca del 20%. Una representación parlamentaria comunista de 60 o 70 diputados era algo inaceptable para asegurarse una transición a la democracia en los límites que ellos pretendían. Los patéticos esfuerzos de Santiago Carrillo por aparentar respetabilidad a los ojos del poder sirvieron de poco, acaso para perder votos por su izquierda, votos que, en muchos casos, fueron a parar al PSOE, que apareció con un lenguaje, formalmente más radical. No era infrecuente, por ejemplo, ver ondear banderas republicanas en los mítines y actos electorales del PSOE, banderas que eran reprimidas con contundencia en los del PCE. El reultado fue desalentador, un 12%, aproximadamente, que en una ley electoral justa, hubieran supuesto 37 escaños, pero que quedaron reducidos a una veintena. Es la historia. ¿Que elementos hacen perversa la ley electoral? En primer lugar la circunscripción provincial con un mínimo de dos esacaños, es lo que acaba produciendo que un escaño por Soria o Teruel, sea mucho más "barato" que uno por Madrid, Barcelona o Valencia, provincias en las que, al existir un importante tejido industrial, la influencia de la izquierda es mayor. El sistema D'Hont contribuye a transformar un sistema proporcional en casi mayoritario, al primar, con su sistema de cocientes sucesivos (primero dividimos el número de votos por dos despues de asignado el primer escaño, luego por tres despues de asignado el segundo y así sucesivamente)los restos de los partidos mayoritarios. El establecer un mínimo del cinco por ciento es la tercera pata, y por último la exigüidad del número de diputados (350 diputados implica a más de 100.000 españoles por diputado) es la cuarta de la silla en la que se sienta la injusticia de la ley electoral española. Creo recordar que la constitución vigente, mala en muchos aspectos y uno de ellos es este, de todas estas trabas, sólo impone la provincia como circunscripción, permite elevar el número de diputados a 400, y no mienta para nada el sistema D'Hont ni el cinco porciento mínimo. En estos parámetros se está moviendo Cayo Lara para promover una ley electoral más justa. Las perspectivas no son halagüeñas porque la ley electoral favorece a los dos grandes partidos. Los partidos nacionalistas al tener su voto concentrado en pocas circuscripciones están correctamente representados y cualquier modificación en el sentido de aumentar la proporcionalidad apenas va a representar alteración en su representación electoral. Lo último que quiere el PSOE es una IU fuerte en el Parlamento que le obligue a izquierdizar su acción de gobierno y lo último que quiere el PP es una UPyD fuerte, por razones similares. Ambos prefieren, llegado el caso, poder chalanear con CiU y su tres por ciento.
Pelear por una ley electoral más justa, es legítimo, y bien hace nuestro coordinador general en sacarles los colores tanto al PP como al PSOE y en este sentido me pareció conveniente la entrevista con Rosa Díaz, entre otras cosas porque por mucho que se diga, por mucho que se agite ese fantasma, su electorado no tiene nada que ver con el nuestro, todo lo que avance UPyD lo va a hacer en detrimento sobre todo del PP, y en alguna medida del PSOE, en su electorado menos federalista. Lo que no es sostenible, sea la ley como sea, es que nos estemos moviendo en parámetros del 4.8% de voto decidido, que podría traducirse en poco más del 6%, y lo consideremos un éxito. Nuestro techo es otro, tenemos que recuperar ese electorado que nos abandonó al comprobar que no eramos más que un apéndice del PSOE, que contaba siempre con nuestro apoyo, aunque fuera crítico. Nunca podemos aparecer como equidistantes del PSOE y del PP, y aquí hago mía la intervención de Gregorio Gordo en la presidencia de IUCM en la que se dió a conocer nuestra campaña contra la crisis, y no somos equidistantes porque a los sectores a los que nos dirigimos son los mismos, pero nuestro mensaje, nuestra alternativa republicana, anticapitalista, federal y solidaria es radicalmente diferente a la del PSOE. Y eso lo tienen que percibir, fundamentalmente los trabajadores que son quienes más nos han abandonado.

2 comentarios:

RGAlmazán dijo...

De acuerdo, D. Bolche, y que no sirva de precedente, que luego las malas lenguas hablan.
Llevas toda la razón, y en ese espíritu quijotesco que nos movemos yo intento, mediante entradas en mi modesto blog, hacer que algunos tomen conciencia.
Sé que es una empresa difícil, pero no imposible.
Si conseguimos hacer ver a la gente que nuestro voto vale 1/7 de lo que vale uno del PSOE o del PP, en gente que cree en la primera premisa de la democracia "una persona=un voto" seremos capaces de ganar aliados en este punto, uno de los más injustos de esta democracia burguesa.
Yo, desde luego, aunque me quedara solo no me voy a rendir, y creo que es deber de todo demócrata --fíjese que no hablo de simpatizante de IU, que por supuesto también y con mayor motivo--, defender ese postulado hoy pisoteado por los poderosos.
Así es que lo mismo que veo que la mayoría de los blogs, incluidos los de IU son pacatos a la hora de denunciar esta tremenda injusticia, le agradezo a usted que lo toque.
Así es que quede usted con Lenin, buen hombre.

Salud y República

Osaposa dijo...

Camarada, como Ud., bien sabe, cada vez que me menciaonan la maldita ley, me produce fuertes dolores intestinales, no llego a comprenden como la gente no se echa a la calle a protestar, nos ningunean de una forma impresionante, lo que demuestra que tanto los miembros del PSOE como del PP son unos burocratas que solo quieren guardar la silla, asi nos va, no gobiernan a favor de los intereses del pueblo, sino a su propio favor, por lo tanto no les interesa de ninguna manera cambiar la ley, no les preocupoa que España este constituida por autonomias o se federal, ni si es una monarquia parlamentaria o una republia, simplemente quieren permanecer en la pomada, generando cada vez mas diferencias, engañando al pueblo con esa falsa economia del bienestar, para llegar a una crisis tremanda, en la que solo apoyan a los podeross, y donde vuelvan a salir a la luz las grandes diferencia.
Deberiamos dar mas apoyo a Cayo Lara en su ardua labor, ¿se ha planteado la posibilidad de una manifestacion para defender "una persona=unvoto"?