Últimamente se ha puesto de moda lanzarse a la cara las condenas de la violencia como si de proyectiles balísticos se tratara.
-¡Pués sepa usted, señor mio, que mi partido y yo condenamos la violencia!
-¡Nosotros, entérese de una vez, don Fulanito, no sólo condenamos la violencia, sino que además la repudiamos!
-¡Pués nosotros, de demócratas que somos, que no se 'pué aguantar', además de condenarla y repudiarla, sépalo don Menganito, no vamos a ajuntarnos con los que se ajuntan con los que la practican.
- ¡ Y nosotros no sólo no les vamos a ajuntar sino que además les vamos a decir a los de la calle de al lado que no les dejen la pelota!
Y así estamos los ciudadanos un tanto perplejos por tanto alarde de pacifismo y bonhomía, deberíamos estar en una sociedad idílica exenta de todo tipo de violencia.
Pero mis queridos amigos, resulta que no estamos en una sociedad perfecta, porque se está produciendo una curiosa elipsis, cuando se condena la violencia lo que se condena siempre es la violencia de ETA y ya está.Y es que ETA es una organización violenta que ha causado un innegable número de victimas. Y hay que condenar su violencia.
¿Y el resto de la violencia? ¿No se condena?
Pués puestos a condenar yo condeno la violencia de los empresarios sin escrúpulos, que no son pocos, que provocan cientos de muertes al año, por no respetar las medidas de seguridad.
Y condeno los valores morales de una sociedad judeo-cristiana que, por su desprecio de la mujer inculcado desde nuestra más tierna edad, porvoca cientos de muertes al año por violencia machista.
Y condeno a un sistema económico mundial basado en el capitalismo que condena a muerte a millones de personas al año, en el llamado tercer mundo.
Estas muertes que no las provoca ETA, son la consecuencia de un sistema podrido en lo económico y en lo moral, un sistema que desde luego ni ha creado ETA, ni las Brigadas Rojas, ni la llamada banda Baader-Meinhof. Las ha creado un sistema que prima al más fuerte, el más fuerte porque es más listo o más malo o más inteligente o más trabajador o procede de mejor familia, me da absolutamente lo mismo, se basa en la desigualdad, en la preminencia de los mejores. Y todo sistema desigual genera violencia que quede claro.
Pero no hay ninguna ley de partidos que condene esta violencia, la violencia del capitalismo y donde la hay se les tacha de "no democráticos". Y no sigo que me acaban aplicando a mi, la ley de partidos, la ley antiterrorista y la ley contra el exterminio de la foca monje. Por si acaso, condeno la violencia de ETA, venga de donde venga.
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Hace 2 semanas
2 comentarios:
Mu prudente por sus partes, don Javier. Yo también... y dos huevos duros
¡Mec! ... que sean tres.
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