Creo que fue Nietzsche el que dijo que dios habá muerto, o lo habían matado o algo parecido, pero no voy a hablar de eso. Habíamos dejado el Jueves Santo con un fuerte conflicto con familia, vecinos y conocidos. Con los vecinos y conocidos intentaría desfacer el entuerto más adelante, con mi familia tenía algo más de prisa, más que nada para no tener que dormir en el sofá del comedor, que para una siesta puede resultar hasta cómodo, pero toda una noche puede ser una tortura. Así que con el pretexto de ir a sacar al perro, me acerqué hasta el contenedor de basura, afortunadamente los basureros, a pesar de tener un aspecto claramente magrebí, debían estar celebrando la pascua cristiana, porque los dos contenedores de mi barrio estaban hasta los topes de desperdicios. Creí recordar, y a la postre acerté, donde había tirado el jamón. Como el contenedor es casi más alto que yo, prácticamente tuve que meterme dentro y escarbar, previsoramente me había llevado unos guantes de lana no excesivamente nuevos, que posteriormente tiré, y enseguida noté algo duro, efectivamente era la pata del jamón, tiré para arriba y enseguida conseguí sacarlo entero, también conseguí sacar gran parte del contenido, con lo cual dejé la calle bastante deteriorada. Cuando me incorporé y me di la vuelta tres pares de ojos me miraban atentamente, como con sorpresa, eran los de mi perro, un vecino y el perro del citado vecino. Por salir del paso dije aquello tan manido de ¡Vaya nochecita! y tiré para mi casa con la correa del perro en una mano, y el jamón sobre el hombro, como si fuera un fusil de asalto, por más que lo intenté mi aspecto era cualquier cosa menos marcial. Por un momento pensé en recuperar el Rioja, pero había tirado las tres botellas al contenedor de vidrio que tiene la bocacha más pequeña. Cuando, por fin llegué a casa, mi mujer volvió a dirigirme la palabra pero sólo para decirme entre sollozos histéricos que definitivamente estaba como un cencerro. ¡Tanto esfuerzo, para nada!.
Puesto que iba a pasar la noche en el sofá del comedor, iba a intentar aprender algo del ritual de Semana Santa, así si el año que viene me daba otro ataque de misticismo estaría algo más informado. Descarté inmediatamente llamar a la Policia Local de Alpedrete para preguntar donde empezaba en el pueblo la madrugá. Con el día que había tenido sólo me faltaba ponerme en contra de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Además yo había visto que en Sevilla se celebraba ese evento, pero eso no quiere decir ni mucho menos que se celebrara igual en toda España. Así que una vez que me quedé solo busqué un canal de Tv. adecuado y lo encontré en Digital+, también de PRISA no tengo remedio, Canalsur, dial 90, ofrecía al alimón la Semana Santa malagueña y la famosa madrugá, que efectivamente sólo se se llama así en Sevilla, aunque en danza toda la noche están en muchos sitios. Me llamó la atención en primer lugar la actuación estelar en Malaga de la Legión. A parte de preguntarme que pintaban ahí unos militares, en una manifestación religiosa, quedaban de lo más propio desfilando con sus fusiles al hombro, mucho más marciales que yo con el jamón, donde va a parar, y unos cuantos de ellos llevan la imagen, en Málaga le llaman trono, pero con una sola mano, con poderío. Eso sí, van muy despacito, no cagando melodía que es como van habitualmente. Sería una pasada que llevaran la imagen del Cristo crucificado a su velocidad habitual. Mientras desfilan y portan el trono van cantando su bonito y edificante himno Soy un novio de la muerte. Me percaté de que entre los desfilantes había no sólo caballeros legionarios, sino tambien damas legionarias, que supongo que cantarian Soy una novia del muerto, lo cual puede llevar a confusión, teniendo en cuenta que encima llevaban un señor crucificado, y que se sepa la crucifixión es incompatible con la vida,¿ deberían entonces cantar Soy la viuda del muerto?, Pues tampoco, lo que se dice viuda tampoco, porque no estaban casados por la Iglesia, más que nada porque no había Iglesia. Y además el tal Jesús de haber tenido algo lo habría tenido con la María Magdalena, en su naturaleza humana naturalmente, porque en la divina de todos es sabido que está casado con todas las monjas del mundo, al menos eso dicen ellas. Si eso es estar en la gloria que venga su padre y lo vea. Estaba yo sumido en esos profundos pensamientos bélico-espirituales, cuando Canalsur cambió a Sevilla, y allí, aunque no había legionarios, había marinos, estaba la cosa más jaranera, porque unos fulanos cantaban, desde unos balcones, unas cosas que se llaman saetas, algunos y algunas lo hacían francamente bien, llegando a emocionarme, otros, francamente podrían cumplir su promesa de otra forma, haciendo voto de silencio por veinte años sin ir más lejos. En estas me quede dormido con la tele enchufada, y cuando el perro me ha despertado esta mañana a lamentones, para salir, todavía estaban con la fiesta, que me parece a mí que es exagerar un rato. El resto del día lo he pasado, a parte de con dolor de espalda, sin meter demasiado la pata. He procurado no comer nada que no sean torrijas, que creo que las tres religiones del dichoso libro lo permiten, y es que lo que pueden comer o no los cristianos lo tengo más o menos claro, de todo menos en cuaresma, pero lo de los otros hay que hacer un cursillo. Como hoy ha sido Viernes, que es día sagrado para los musulmanes, me he subido cinco veces a la buhardilla, sin que nadie me viera, para rezar. Desde la buhardilla de mi casa no se ve la Meca, pero se ve estupendamente el Valle de los Caídos, así que para allí me he enchufado. Al fín y al cabo el general vino con unos moros, y algo de musulmanería sabría. En una de las subidas me ha pillado mi mujer, pero he salido muy bien del paso dicéndole que hacía flexiones para que se me quitaran las agujetas del sofá. Ha puesto cara de '¡Hay Dios mío cada vez está peor!, pero he notado cierta ternura en su gesto. Esta noche espero pillar cama porque otra noche de sofá me revienta. Mañana no sé si es sábado de gloria o sábado santo, lo que si se es que para los musulmanes es un día normal y corriente, mientras que para los hebreos no se puede hacer nada, ya veré como me organizo.
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Hace 2 semanas
1 comentario:
Si sigues así un par de días más, (o un mes), ya tenemos la próxima novela de Wilt, esta vez en Alpedrete.
Un besote.
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