Muy elocuente el silencio sepulcral con el que se ha acogido mi anterior post, como tengo un ego bastante grande y estoy pasando un subidón de autoestima no me queda más remedio que deducir que mis argumentos eran de tal manera incontestables que nadie, ni siquiera para jalearlos y elogiarlos, ha intervenido en modo alguno. Cabrían otras dos posibilidades, que nadie lo hubiera entendido, posibilidad que descarto al ser la legión de mis lectores gente de contrastada inteligencia, también puede que nadie lo haya leido, lo cual permitiría deducir, quizás de forma arriesgada, que tampoco van a leer este, lo cual lejos de causarme inquietud o desasosiego, me produce una cierta sensación de alivio en la seguridad de que mis opiniones, en ese caso, no influirían en nadie. Bastante tengo ya con intentar que mis opiniones no me influyan a mi, pues me tengo por persona con un razonable grado de independencia. Las dos posibilidades factibles, más la primera que la segunda, me permiten escribir con absoluta libertad sobre el debate que mantuvimos ayer en la Asamblea de Alpedrete de Iu. Tambien es verdad, y tengo que admitirlo a fuer de sincero, que si no se me hubieran ocurrido esos pretextos se me hubieran ocurrido otros, pero contar lo esencial de la cuestión iba a contarlo o sí o sí. Siguiendo las instrucciones que nos dió Carlos Penit, en reunión mantenida por el Consejo Político de la Comarca del Guadarrama, en Galapagar en el mes de septiembre, comunicamos la fecha de nuestra alpedreteña asamblea con la antelación suficiente como para que pudieran asistir representantes de cada uno de los tres documentos, sin embargo sólo asistió Ginés Fernández, miembro del Consejo Político Federal y también miembro de la dirección del PCE, que aparece como uno de los firmantes del llamado documento de los cien , o también de Iu anticapitalista, nombre quizás no excesivamente riguroso puesto que los tres documentos, en una u otra medida hacen referencia a la necesidad de superar el sistema capitalista caminando de forma más o menos decidida hacia el socialismo, quedando, quizás el quid de la cuestión esta ahí en definir, al menos en líneas generales, cuales son las características esenciales de lo que hemos dado en llamar el socialismo del siglo XXI. La intervención del compañero de la dirección fue extraordinariamente respetuosa con el resto de los documentos, habida cuenta de que no había venido nadie a defenderlos, llegando a afirmar, afirmación que yo suscribo, que los tres documentos eran válidos, puesto que al fín y al cabo se trata de documentos elaborados por Izquierda Unida, merecedores por tanto del máximo respeto. El porqué compañeros que han respaldado los otros documentos no vinieron a Alpedrete tenemos que achacarlo, sin malicia de ninguna clase, a problemas de agenda, son muchas las asambleas que se están reuniendo en estos momentos, o no a ninguna anidmarvesión a nuestra serrana localidad, y se les echó de menos, puesto que indudablemente hubieran eriquecido el debate.
Una de las cosas en las que hizo hincapié el compañero, y yo mismo insití en ello, es en que no se trata un documento del PCE puesto que en su elaboración junto a destacados dirigentes del PCE hay otros que no lo son, y que podríamos adscribir a corrientes trotskistas o libertarias, e incluso el propio documento, cuando recalca que Iu debe ser un movimiento político social, distinto de un partido político al uso, abierto a todas las tendencias posibles de la izquierda, llega a mencionar a la socialdemocracia de izquierda, lo cual deja a las claras que existe una socialdemocracia de derecha, aunque no hacía falta que documento alguno hiciese esa afirmación, las políticas de Tony Blair o del SPD alemán, que ha preferido sostener, y participar en, el gobierno de Angela Merkel a ni siquiera intentar llegar a posibles acuerdos con Oskar Lafontaine, dejan a las claras que existe un tipo de socialdemocracia, ellos continuan llamándose así, claramente situados en la defensa del sistema capitalista, alejados por tanto, de forma contudente, de los intereses y esperanzas de la clase trabajadora. Donde situar las políticas económicas del actual gobierno del PSOE, así como las que en su día tuvieron Felipe González y Alfonso Guerra, el dirigente del PSOE más anticomunista desde Francisco Largo Caballero, que lo era y mucho, lo dejo a la fina intuición de los que me lean, si es que me lee alguien. Por otra parte militantes del PCE los hay en los tres documentos, como Gaspar Llamazares o Ángel Pérez. Lo que si es innegable es que la postura oficial del partido, reflejada en las resoluciones de los órganos de dirección correspondientes, es de apoyo y defensa de este documento, y si hay militantes del PCE que apoyan a otro documento es un problema interno del partido que, si lo consideramos oportuno los militantes, se resolverá en su momento. A día de hoy la política del partido pasa por no expulsar a nadie que esté al corriente de pago, y es una política que, independientemente de mi opinión particular, acepto con disciplina, como es política oficial del partido la consideración de Izquierda Unida como la estrategia política básica de actuación, precisamente porque somos conscientes que nosotros sólos no podemos abordar la tarea de transformar una sociedad manifiestamente mejorable, por más que haya opiniones dentro del PCE, entre las que no está la mía, partidarias de abandonar el proyecto Iu. A mi juicio, y creo que el documento es bastante explícito, necesitamos el concurso de todos los que participamos en este proyecto, incluidos, por supuesto los que se alínean con las tesis de los otros dos documentos, y es más, necesitamos el concurso de aquellos que han sido apartados o expulsados, como ha ocurrido en Asturias con militantes del PCE y la UJCE, y también habrá ocurrido, que no lo niego, con otros militantes en otros lugares donde las posiciones del PCE hayan sido dominantes, que aquí nadie está libre de pecado. Precisamente uno de los mayores errores de la actual dirección ha sido su política excluyente, han gestionado nuestra organización de forma despótica y personalista, y ellos ha producido innecesarios roces que en muchos casos ha llegado a dificultar la convivencia. Tenemos que aprender a gestionar mayorías y minorías, que las hay, y tiene que haberlas porque no estamos hablando de un partido de corte leninista sino en un movimiento sociopolítico necesariamente abierto a la sociedad, tenemos que aprender a gestionar, repito de forma consciente, mayorías, minorías, consensos y disensos de forma vivible, por muy duros y tensos que sean los debates en cada momento. Ese es un reto, conseguir que todos nos sintamos razonablemente cómodos, algo que hasta ahora no nos ocurría, al menos a los comunistas que en algún momento hemos dectado brotes de anticomunismo impropios de un movimiento que contribuimos esencialmente a crear y en el que hemos dejado, no solo la mayoría de nuestro esfuerzo político sino también gran parte de nuestro patrimonio, incluido el económico.
Es reseñable también el proceso de (re)fundación en dos fases que propone el documento, en una primera se deben sentar de forma clara nuestras bases programáticas, aunque no ideológicas puesto que deben caber muchas ideologías con el común denominador de aspirar a superar la estructura capitalista, al tiempo que se produce una necesaria renovación de, al menos el 50% de los órganos de dirección, pero seamos serios sin que los afiliados de las asambleas no demos un paso adelante, la mayoría de la actual dirección, tanto la que ha gestionado como la que ha sido crítica, no va a darlo hacia atrás, la experiencia demuestra que los dirigentes, la mayoría, tienen una natural tendencia a renovar... a los demás. Yo desde luego voy a dar ese paso adelante y llegaré hasta donde pueda siendo como soy un perfecto desconocido en los actuales ámbitos de dirección de Iu. La segunda fase, cuando hayamos determinado quienes somos, que queremos y que le proponemos a la sociedad para conseguirlo, sera el momento de incustrarnos en el tejido social y asociativo, pero ¡ojo! para trabajar en él, para hacernos atractivos a la sociedad, y no con el ánimo de manipularlo y dirigirlo, algo a lo que, y en gran medida los comunistas, tenemos una gran querencia, querencia que también debemos abandonar. El proponer para la primera fase una coordinación colegiada no es baladí, primero porque será una buena forma de asegurar que todos somos, en mayor o menor medida, corresponsables de la marcha de la organización, segundo porque necesitamos mitigar nuestras tendencias cainitas, solemos sacudir duramente al coordinador apenas un cuarto de hora después de haber sido elegido y por último porque después de haber pasado un periodo con una dirección excesivamente personalista, daba la sensación de que Gaspar era el único dirigente con capacidad de opinar sobre todos los temas, parece necesario ahondar en algo tan importante como el trabajo colectivo.
No dejamos de repetir que en Iu coexisten tres almas, la roja, la verde y la violeta. Pero de ellas, sin duda la centralidad está en la primera sin la que las otras dos quedan huérfanas. Esto no quiere decir que los contenidos feministas, medioambientalistas y emancipatorios e igualitarios no sean esenciales, que lo son, sino que sin ir ligados a la necesaria transformación hacia el socialismo tienen la misma utilidad que predicar en el desierto o intentar contar la arena del mar, sirva como ejemplo el nada edificante periplo de los Verdes alemanes.
También podemos destacar del documento el clarísimo posicionamiento en el escenario internacional, no sólo por la clara apuesta que en el ámbito europeo supone el partido de la Izquierda Europea (PIE) sino porque tras una larga temporada en la que el derrumbe del muro de Berlín, nos dejó, nos guste o no, sin referentes, el nacimiento de importantes movimientos de carácter antiimperialista, en Ámerica Latina que no ocultan su voluntad de marchar hacia el socialismo, nos devuelve una cierta esperanza. Y si bien la situación económica, social y cultural no hace extrapolable la situación en Latinoamérica con la que tenemos en Europa, ni en España, no es menos cierto que podemos aprender cosas, siendo una de las más importantes que el mundo capitalista con los, aparentemente omnipotentes, EE.UU. a la cabeza no es invencible, y también que no es imprescindible tirarse la monte con la metralleta en la mano, para alcanzar el poder, la movilización social es muy importante.
Para terminar diré que la asamblea de Alpedrete, pequeña asamblea lo que sin duda favorece la discusión, tuvo un más que interesante debat en el que, y como punto final, se eligieron los delegados al proceso regional a celebrar los días 31 de octubre y 1 de noviembre en la sede de UGT en la Av de América, dos apoyamos inequívocamente el documento de los cien , dos aún no se posicionan a la espera del debate( y yo espero durante el debate convencerles), y queda uno más que aún no está determinado (pero al que en cualquier caso espero convencer también).
Y así se desarrolló la Asamblea de Alpedrete.
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Hace 2 semanas
1 comentario:
Caballero, o mejor, compañero: El hecho de no comentar su post no significa que no lo haya leido. Sencillamente, me parece innecesario escribir un comentario del tipo "Muy bien, estoy de acuerdo".
Al no formar parte de la estructura de IU, las historietas congresuales me provocan más estupor que otra cosa.
Me alegraría profundamente que, entre debate y debate, se acordaran de trabajadores, votantes de la izquierda y clases populares, que en algún momento esperamos de ustedes respuestas ante el paro y la crisis económica.
Yo, por mi parte, sigo leyendo atentamente sus entradas.
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