Han pasado más de 100 años desde que
Albert Einstein publicara la
Teoría de la Relatividad Restringida , que rápidamente se hizo muy popular entre los no iniciados en física debido a la
paradoja de los gemelos. Y es que todo lo que nos conduzca a la posibilidad de modificar el tiempo nos atrae extraordinariamente, hasta el punto de que es fuente inagotable de cuentos, novelas, relatos y guiones cinematográficos que en el terreno de la especulación científica, la
ciencia ficción, inundan librerías y carteleras cinematográficas. Por un lado nuestra innata, y sanísima, curiosidad hace que nos interesemos vivamente por conocer la sociedad del futuro, no solo en los aspectos relacionados con los avances científicos, sino tambien en aspectos sociales. Por otra parte somos seres extraordinariamente dialécticos, y nos encanta adentrarnos en contradicciones tales como la clásica ¿Que ocurre si viajo al pasado y mato a mi bisabuelo?. El interés por el tiempo no es sólo un interés derivado de su carácter de dimensión física, sino también es un interes filosófico ligado a conceptos tan grandilocuentes como la
Eternidad, que si es difícil de imaginar como porvenir, más lo es aún como pasado. De nada sirve ligarlo a conceptos matemáticos fácilmente comprensibles, como el conjunto de los numeros enteros (los naturales y sus negativos) , conjunto que no tiene principio ni fin, o incluso el de los números reales del que podemos afirmar que:
Entre dos números reales cualesquiera hay a su vez infinitos números reales. Que no se asusten aquellos que tienen un cierto temor o reverencia por conceptos ligados a las matemáticas, esto tiene fácil solución recurriendo a un ejemplo, entre el 1 y el 2 hay infinitos números reales ya que tendríamos en primera instancia el 1,1 1,2 1,3 ....1,9 pero es que entre el 1,1 y el 1,2 tendríamos el 1,11 1,12,1,13,...1,19 y entre el 1,11 y el 1,12 tendríamos el 1,111 1,112 1,113...1,119 y así sucesivamente. Algo tan sencillo de explicar como el concepto infinito en las matemáticas, se convierte en definitivamente inexplicable cuando presenta una conexión antropológica, todos somos seres duraderos y contingentes, de lo que deducimos que todo tiene durabilidad y contingencia (excepto para los creyentes a los que les parece natural que exista un ser eterno e incontingente al que llaman Dios). Incluso cuando los físicos plantean que, en función de la experiencia y observación que hoy se tiene del Universo, este se creó por una gran explosión,
Bing Bang, que dió lugar a las tres dimensiones,
ancho, largo y alto, por las que se expande y una cuarta,
el tiempo, que las relaciona entre sí, siempre hay alguien que pregunta ¿Y
antes ,que había
antes? Cuando
antes, despues, durante o
mientras son conceptos, son adverbios, relacionados con el tiempo, y solo tienen sentido a partir de que el tiempo existe.
Queda claro de esta breve introduccion que el intento de divulgar algo como la
Teoria de la Relatividad, que es lo que pretendo hacer, no es sencillo a pesar de que voy a contar con la colaboración de
L. Landau e
Y.Rumer que en un delicioso
folleto , que estaba en posesión de mi hermano, y ahora en la mía, desde el 24 de septiembre de 1969, intentan acercarnos a conceptos poco comprensibles.
Y comienza el folleto con un cita:
"...sigue siendo, no obstante, indudable que la mecánica era un calco de los movimientos lentos reales, mientras que la nueva física es un calco de los movimientos reales que tienen lugar en prodigiosas velocidades...""La mutabilidad de las representaciones humanas sobre el espacio y el tiempo no refuta la realidad objetiva de uno u otro, como la mutabilidad de nuestros conocimientos científicos sobre la estructura y las formas del movimiento de la materia tampoco refuta la realidad objetiva del mundo exterior."
V. I. U.
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