El pasado viernes, día 8 de enero, tuvimos un pleno extraordinario de la Presidencia de IUCM. El frio era intenso, la reunión se produjo en la sede federal de la calle Olimpo y supongo que por cuestiones presupuestarias la calefacción estaba apagada, y el orden del día no invitaba a la calidez. Se trataba de cerrar definitivamente el asunto de Velilla de San Antonio, de expulsar a los dos, ya, ex-compañeros, que han quebrantado, indudablemente de forma gravísima, los estatutos, la ley, de IUCM. Dos, ya, ex-compañeros, que además, con contumacia agravante, están gobernando, ocupando, ni más ni menos que, ocho concejalías, entre ellas la primera tenencia de alcaldía, con el PP. El expediente incoado, con toda clase de garantías, es claro y contundente y la sanción de expulsión la única posible, puesto que su persistencia en gobernar con el PP invalidaba una posible suspensión temporal de militancia. ¿Que ocurriría al acabar la suspensión temporal? Recuperarían su condición de concejales de IU gobernando con el PP. De todo punto inviable. Algunos, y de alguno de los cuales se desprenden ciertas dudas, destapadas durante la instrucción del expediente, que sería conveniente aclarar, estarán radiantes y contentos. De hecho, quien sabe si para que no se destaparan las dudas a las que me he referido anteriormente, había quien, incluso desde ámbitos externos a la organicidad de IUCM, había abogado por una expulsión
manu militari, en el mismo momento que los , ya, ex-compañeros, anunciaron la intención de desmontar una gestión corrupta, gestión, por cierto, debidamente denunciada en los juzgados de Coslada, mediante el desafortunado procedimiento de presentar una moción de censura. Algunos estarán contentos,
dura lex sed lex, yo no. No me ha sido agradable votar la expulsión de compañeros, que lo han sido, y en tiempos muy difíciles, durante muchos años. Por otra parte las alegaciones que han presentado, y que espero que se hagan públicas, tienen contenidos, a mi juicio, claramente, sino eximentes, si desagravantes. La indefensión que sintieron, desde hace varios años, al no tomar la dirección de IUCM cartas en el asunto debería mover a reflexión. La actitud de algún compañero, componente de la anterior dirección y con importantes responsabilidades, hasta hace poco, en ésta, más peocupado, según los alegantes, en mantener, a toda costa el pacto con el PSOE, que en se esclarecieran las cosas, debería aclararse. Por otra parte me preocupa, y mucho, el mensaje que se puede estar transmitiendo al PSOE y a la ciudadanía. Al PSOE de que todo vale, de que pueden hacer lo que quieran, nosotros expulsamos a nuestros concejales mientras ellos a la ex-alcaldesa de Velilla la promueven de consejera en Cajamadrid. Y a la ciudadanía, el segmento en el que tenemos influencia, al que nos dirigimos, puede que le estemos mandando el mensaje de que pase lo que pase vamos a terminar apoyando al PSOE, y esa parte de la sociedad que puede apoyarnos, incluso con el voto, siendo progresista y de izquierda suele tener muy poca simpatía por el PSOE, más bien está harto de él. Algunos, y no es mi caso, manifiestan claramente que, puestos a escoger prefieren la derecha indisimulada que es el PP a la derecha camuflada que es el PSOE. Aunque no se me crea yo no estoy en esa línea, pero yo si tengo muy claro que mi acción política no va, exclusivamente, contra el PP sino contra el sistema sociopolítico que representa el capitalismo sistema que no es el PP el único en defender.
2 comentarios:
Más razón que un santo bolchevique tiene usted...
juan
Triste y dura obligación para el inicio de una nueva década.
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