En diversos momentos, tanto en entradas propias como en comentarios a las de otros, he manifestado, no sé si de forma convincente, que, a mi juicio y aunque no porque sí, el sistema político que disfrutamos, o padecemos según se mire, no es un sistema democrático, si nos atenemos a la semántica y etimología de la palabra. Hasta el punto de que ni siquiera en la Atenas de Pericles (siglo V a.C.) cumplían con rigor con el término que ellos mismos habían acuñado. Se tiende, yo me excluyo, a identificar régimen democrático con un sistema respetuoso con una gran cantidad de libertades individuales, yo diría que en detrimento de libertades colectivas pero eso sería objeto de debate a parte. Los sistemas políticos occidentales se parecerían más a una República , independientemente de quien ostente formalmente la jefatura del estado, en la que, o bien los ciudadanos, todos los ciudadanos, no sólo el pueblo, y entraríamos a definir que es el pueblo, y eso también sería objeto de otro debate, eligen una aristocracia (parlamento) que a su vez elige a la persona que va a ejercer el poder ejecutivo siempre controlado por esa aristocracia, o bien esos ciudadanos electores eligen directamente el Poder ejecutivo y también eligen directamente a la aristocracia, que tiene como misión ejercer de contrapoder del Ejecutivo. En ambos casos el parlamento tiene la misión añadida de elaborar las leyes o validar, modificar o rechazar las que elabore o proponga el ejecutivo. Gran Bretaña, Suecia o España serían ejemplos de monarquías que utilizan el primer sistema, Alemania o Italia repúblicas tambíen del primer sistema, y Estados Unidos y Francia repúblicas presidencialistas del segundo tipo.
Llegados al punto en que cualquiera puede definir su régimen como democrático, con un una importante falta de rigor. En algún momento el régimen anterior se definió como una democracia orgánica, basada en la elección de los órganos intermedios en base a los grupos naturales de organización social, que para el régimen anterior eran la familia, el municipio y el sindicato, claro que, en la práctica estos órganos intermedios de poder no ejercían poder alguno quedando todo al arbitrio de El Caudillo. Pues llegados a este punto, repito, tambien los sistemas socialistas han tenido, y tienen en el caso de la República de Cuba, todo el derecho del mundo a definir su organización política como democrática. Y no está demás, en este punto, reiterar que estamos hablando del ejercicio del poder, no de las libertades de los ciudadanos. El que quiera abrir ese debate está en todo su derecho de hacerlo en su bitácora, pero para mí es, en estos momentos, un debate muy secundario. Y es que la libertad mientras para algunos sigue siendo el Facultas electiva mediorum servato ordine fines de los escolásticos medievales, para otros es el concepto de niñato pequeñoburgués, que no admite que nadie conduzca por él, en palabras de nuestro, en mi caso, nada querido ex-presidente. Pocas veces he oído entre los adalides de la defensa de las libertades hablar de la libertad de educación igual para todos, sanidad igual para todos, igualdad de oportunidades para todos, etc... Insisto es un debate que no me interesa sobre un concepto difuso y subjetivo. Ya le he dedicado demasiado tiempo. Una vez dejado claro que estoy hablando del ejercicio del poder, y de como llegar a ejercerlo, puedo afirmar, y afirmo, que calificar el régimen cubano como no democrático es un aserto, como poco, falso, cuando no torticero y mal intencionado. En España, en las elecciones que vamos a celebrar, se nos obliga a escoger entre unos candidatos que no conocemos, seleccionados por las cúpulas dirigentes de unas instituciones llamadas partidos políticos con un funcionamiento interno que dista mucho de ser claro y que a su vez elaboran un programa de actuación que, absolutamente, nadie está obligado a cumplir. Por contra en Cuba, puede presentarse como candidato a la Asamblea Popular cualquier ciudadano, si bien son las Asambleas de Barrio o Cuadra y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) las que han elaborado las listas del Voto Unido, proceso en el que los candidatos han tenido que entrar en contacto con cerca de millón y medio de electores. Es decir la participación popular, a través de los órganos de participación popular, de la elección de los candidatos ha sido decisiva.
Comprender el sistema político cubano presupone remontarse a la Primera Asamblea Legislativa celebrada el 10 de Abril de 1869, pocos meses después del inicio de la guerra contra la metrópoli española, y desde ahí al 1º de enero de 1959, en que triunfa la revolución de los barbudos de Sierra Maestra. Esos derechos, no pocas veces escamoteados, hallaron entonces el camino expedito. La consulta con las masas sentó precedentes, si bien, durante los primeros quince años la lucha por la supervivencia concentró los mayores esfuerzos antes las constantes agresiones del imperialismo gringo. Tras esa etapa pudo plantearse la institucionalización, para , en 1976, aprobarse la creación de los órganos de Poder Popular y la primera Constitución Socialista en cuyo preámbulo se dice:
Cuba, Estado Socialista de trabajadores, organizado por todos y para el bien de todos...
Estas son las premisas que han guiado al pueblo cubano, convocado al voto unido, a las urnas de unos treinta y nueve mil colegios activos en la isla.
Lo trascendental de este sistema, en cuanto a diferencia ética con el capitalismo recae en la elección del candidato, que no gasta un céntimo en propaganda, exponiendo únicamente su retrato y biografía. Ahora mismo estamos viendo el proceso de selección de los candidatos a la presidencia de los EEUU, las llamadas primarias, y en ellas el primer corte no lo producen los ciudadanos con su voto, sino el dinero que los candidatos poseen para hacer campaña, bien propio bien procedente de las grandes empresas o corporaciones, que con la lógica del sistema capitalista favorecera a aquellos que mejor vayan a proteger a sus intereses. Y sin ir a EEUU, en España, Iu tiene grandes problemas para conseguir financiación bancaria algo que no le ocurre a los demas. ¿Porqué será? La irrupción del dinero como algo fundamental en los procesos electorales de la sociedad capitalista anula cualquier intento ejemplarizante de los procesos electorales de esel sistema . Por otra parte Cuba ha planteado el Voto Unido no como un movimiento de falsa unanimidad, sino como el resultado de las propuestas de la comisiones de candidatura compuestas por las organizaciones sociales y de masas, presididas por la CTC. En definitiva, nacieron del pueblo.
Este proceso electoral ha tenido una especial significación en el contexto en el que se han celebrado, con el enemigo alerta intentando, por todos los medios, erosionar el consenso popular, y frente a estos intentos desestabilizadores ha respondido con los pilares de Independencia, Soberanía, Patria, Revolución y Socialismo, y no se han tratado de meras consignas sino un acto de conciencia y la prueba la ha constituido la posibilidad de votar por uno, por varios, por todos o por ninguno, según decisión personal. En ningún momento se han restringido las libertades cívicas de un pueblo con una altísima escolarización, con unos ochocientos mil licenciados universitarios y con sedes de estudios superiores en cada municipio, y con una cultura política muy superior a la de la mayoría de las sociedades occidentales avanzadas. Una cultura política capaz de poder escoger candidatos en virtud de méritos propios, no por las influencias derivadas de oligarquías partidarias, o de campañas de marketing obtenidas a golpe de talonario.
Esa es la democracia cubana, sin duda imperfecta, pero no la que desde los medidos de comunicación capitalistas o paracapitalistas nos quieren vender.
Iluminación de la vivienda con lámparas de techo blancas
-
Las lámparas de techo blancas son un elemento clave tanto en la decoración
como en la iluminación de una vivienda. Su simplicidad y versatilidad las
conv...
Hace 2 semanas
3 comentarios:
excelente artículo... la verdad, muy bueno.
nada más que decir...
Estoy de acuerdo con usted en que en teoría cualquier cosa se llama democracia. Pero por respeto a su decisión de no debatir hoy sobre sistemas políticos me detendré aquí.
Le parece bien que valoremos resultados??
Le reitero lo que escribí en anterior entrada :“Espero, con sincero interés, poder comprobar que sus deseos se hacen realidad”
Por eso esperemos acontecimientos. Pero de momento no debe poner como ejemplo de bienestar social al actual régimen cubano.
Además de toda su original constitución (que reconozco no conocer y agradezco su ilustración) si conozco directa y personalmente la realidad. Es un pais con represión de la libertad de información, de los medios PUBLICOS de información no sólo de los individuales. Es un pais con evidente culto personal al lider, con agobiante propaganda en espacios públicos. Y esos perfiles no me gustan. Sufrí algo parecido durante cuarenta años.
D. Bolche su artículo tiene puntos discutibles, pero tiene grandes aciertos. Esperemos que el camino que emprenda Cuba sea el de mantenerse alejado de la influencia de los yanquis y de acercarse a la libertad de expresión. Con eso me daría con un canto en los dientes. Los cubanos se lo merecen.
Por cierto, pásese por Kabila que tiene deberes.
Salud y República
Publicar un comentario