En los últimos tiempos de la dictadura, con el entramado político (nunca el económico) en franca descomposición, la izquierda real comienza a alcanzar una notable influencia en la calle, influencia no muy bien vista entre lo que podríamos llamar el establishment occidental, deseoso de que el cambio político que, indudablemente, se iba a producir a la muerte del dictador, no alterase, o lo hiciese mínimamente, las estructuras básicas del sistema de capitalismo monopolista de Estado.
Esta izquierda peleona y combativa, que cada vez con más éxito era capaz de movilizar a la gente, se nucleaba fundamentalmente en torno a los comunistas, y cuando escribo comunistas no me refiero sólo al PCE, sin duda mayoritario, dado que existían muchísimos militantes comunistas en diferentes organizaciones, de carácter prochino, maoísta, prosoviético, trotskista,..., de indudable influencia en la sociedad, puede que sobre todo en el movimiento universitario pero con presencia significativa en el movimiento obrero, sobre todo a través de Comisiones Obreras. Los únicos socialistas con presencia política como tales, eran los que se aglutinaban en torno al profesor Enrique Tierno Galván, que terminaron formando el Partido Socialista Popular (PSP), pero que inicialmente se llamaron Partido Socialista del Interior , y el nombre es significativo, porque en el exterior si que existían, muy activas, organizaciones del PSOE, organizaciones que se mostraron muy eficaces a la hora de dotar de conciencia política a los millones de españoles que emigraron. La estrategia del PCE de la época intentando distanciarse del PCUS y de los partidos del llamado socialismo real, y basculando en el empeño hacia posiciones claramente socialdemócratas, que algunos definimos ya entonces como revisionismo neomenchevique, hizo que no pocos antifranquistas difícilmente homologables, en lo ideológico, con ninguna de las familias comunistas, se sintieran cómodos militando en el PCE de la reconciliación nacional, del socialismo en libertad.
No estaba el Sistema Capitalista Internacional, dispuesto a correr los riesgos que corrió en Italia y Francia tras la segunda guerra mundial, con Partidos Comunistas con gran presencia e influencia, a los que acabó domeñando e integrando en el sistema, aunque a costa de importantes concesiones en el terreno social. La experiencia de Grecia que sale de la dictadura con un gobierno de derecha, Nueva Democracia de Konstantinos Karamanlis, y un partido socialista, el Movimiento Socialista Panhelénico, PASOK, con un lenguaje radical izquierdista contrario a la presencia de Grecia en la OTAN y la CEE, que se modifica radicalmente al llegar al poder, es una experiencia estudiada con interés por los poderes internacionales reales, mientras que las dificultades de Mario Soares para sujetar los progresos del movimiento popular portugués surgido a partir del 25 de Abril, son también sometidas a estudio.
Una fortísima inyección de dinero, a través de uno de los soportes más importantes del sistema capitalista la Internacional ¿socialista?, construye a partir de la nada, usurpando los símbolos tradicionales del PSOE, el libro, el yunque y la pluma, además del nombre, un partido con un fuerte radicalismo verbal, pero sin ideología de ningún tipo, aunque con una maquinaria de propaganda capaz de atraer decenas de miles de personas que, honradamente, se suman al tinglado. El despliegue de medios para celebrar, siendo todavía un partido ilegal, el XXVII congreso en el hotel Meliá Castilla, es absolutamente impresionante, contando con la relevante presencia de los padrinos François Mitterrand y Willy Brandt. El radicalismo republicano que exhibe en todos sus actos pilla al PCE con el paso cambiado, cuando está reconociendo, ante la estupefacción y perplejidad, cuando no desesperación y desolación, de sus militantes, tanto los símbolos de la dictadura como el régimen que le sucede. El lenguaje casi incendiario, de una demagogia de manual, comienza a decaer tras el XXVIII congreso: socialistas antes que marxistas, en el que Felipe González dimite para regresar en loor de multitud y olor de podredumbre, imponiendo sus tesis vagamente socialdemócratas, aunque para ganar las elecciones de 1982, todavía mantiene un cierto mensaje progresista prometiendo la salida de la OTAN, OTAN de entrada NO, organización en la que Leopoldo Calvo Sotelo , al frente de un gobierno en caida libre, nos había metido por la puerta trasera.
Las acciones de gobierno, desde 1982, han constituido un sinfin de agravios, una inmensa colección de traiciones al electorado ante el que se presenta como un partido de izquierda, un partido con militantes laicos, republicanos y de izquierdas :
Permanencia en la OTAN, Reconversión desmanteladora del tejido industrial, Terrorismo de Estado, Aumento de la financiación de la Iglesia Católica,...son importantes muestras del verdadero carácter de la dirección del PSOE. El tener como oposición a un partido como el PP, fácilmente homologable con la derecha más extrema de la extrema derecha europea, ha facilitado el enmascarar su verdadero carácter de colaborador necesario bajo un burka de progresismo impostado. En este contexto la elaboración de leyes como la ley de dependencia o la de plazos para la interrupción voluntaria del embarazo, junto a reformas como la del código civil para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, aparecen como medidas revolucionarias e, incluso, incendiarias, cuando son medidas, necesarias y que hemos, sinceramente, aplaudido, de carácter simplemente progresista, que no ponen en cuestión la estructura básica del sistema, y que incluso una derecha moderna, no mediatizada por la caverna clerical, podría haber adoptado.
¿Es el PSOE un partido de derechas? Por su composición no, la inmensa mayoría de su base social, votantes y afiliados, se sitúa sociológicamente en la izquierda, sin embargo la política que practica no lo es y tenemos la prueba en la última infamia perpetrada en las vascongadas y que analizan también el kabileño de Rivas y monsieur Babeuf, mucho mejor que podría hacerlo yo.
¿Es posible la unidad de la izquierda? En estos momentos el punto de encuentro más importante, no el único, de la izquierda plural es Izquierda Unida. Estamos demostrando que somos capaces de convivir muy diversas familias de la izquierda, desde socialdemócratas de izquierda a comunistas clásicos con ecologistas, pacifistas y otras sensibilidades netamente de izquierdas, con decidida voluntad, eso sí, de avanzar en la superación del sistema capitalista. Y es nuestro trabajo político convencer a los que no están integrados en el proyecto de que aquí tienen sitio y a los que se han ido de que vuelvan. Tenemos que reforzar nuestra unidad de acción con aquellos compañeros que, afiliados al PSOE, están en la línea de la izquierda, y aquí excluyo, faltaría más, los que aplauden el fraude que se va a producir en las vascongadas junto a aquellos que cuando Gaza era asolada solo eran capaces de mirar su autocomplacencia.
¿Sería posible la unidad con el PSOE? La dirección federal del PSOE ni la busca ni la quiere, y en estas condiciones, y es una opinión personal, yo tampoco.
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Hace 2 semanas
3 comentarios:
¡Ostras Pedrín! Pero D. Bolche, desde que es usted un pope elegido en la última asamblea, le veo dando todavía más estera, que ya es.
¡Hala, hala, a comandarnos que es su obligación! (Yo no sé si tendré que hacerle la pelota para hacer carrera...)
Salud y República
Permítame decirte sin ánimo de peloteo que siempre es más que gustoso leerte. Tanto por los conocimientos acumulados como por la experiencia que transmite.
Sobre el tema concreto que comenta... Yo sinceramente no me lo planteo, jeje. Coincido contigo en que es fundamental hacer una distinción entre las bases y votantes del PSOE y los del PP (mayoritariamente), pero eso no debe hacernos perder de vista que en definitiva el PSOE es una de las dos patas del sistema, que en los últimos treinta años económicamente ha sido un partido de derechas, que en la anterior legislatura cumplio con su papel a través de la reforma fiscal, la reforma laboral, los presupuestos generales del estado, etc., y que en la actual legislatura está cumpliendo perfectamente con los requerimientos de Botín y compañía en la gestión de la crisis.
Por lo tanto para construir, o reconstruir, la izquierda española yo creo que tenemos que partir de ahí, y analizar con las bases estas cosas a menudo (a través de materiales didácticos, charlas, etc.) porque sino tendremos eternamente "Nuevas izquierdas", "Izquierdas plurales", etc., que en definitiva no son más que menchevismo puro (jaja).
Un fraternal abrazo (aún no conociéndole).
(Soy el del blog "La escarpada subida").
Nuestra unión compañero esta en las bases, nuestros dirigentes hacen lo que marcan las encuestas y no rompen los platos a quién se los deben estrellar en sus respectivas cabezas.
Y la militancia es escasa, quemada en general, y las asambleas se gobiernan con sistemas de prebendas y favores personales. Así de claro. La ideología se guarda en el tupperware.
Pero igual PSOE que IU que conozco algún Ayuntamiento cerquita de aquí que vaya vaya...
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