Estamos pasando
en mi pueblo por una situación que podríamos calificar, siendo benévolo y tranquilizador como turbulenta. Tras años, los más viejos del lugar dicen que desde tiempo inmemorial, pero en cualquier caso muchos años, en los que había instalado un pesimismo vital que marcaba fatalmente que las cosas
siempre se habían hecho de una determinada, y triste manera, desde la
Asamblea de IU hemos decidido , en la medida de nuestras posiblidades, revertir esa situación. Hemos decidido que esas normas que el sistema capitalista nos vende como inmejorables , las respetemos, y esa Constitución, que se limitan a homenajear poniendo cada vez banderas más grandes en astiles más altos, y que nosotros consideramos insuficiente y más que amortizada, ha de cumplirse en todos los aspectos, y no sólo en los formales, consistentes, básicamente en dar vítores a
Juan Carlos primero,y a
Sofia después, y atizarnos esa tortura para la sensibilidad musical que otrora se llamo
Marcha de granaderos, después
Marcha Real, y hoy, para oprobio y vergüenza de todo un pueblo es el
Himno Nacional, mientras ondea la enseña borbónica, desterrada en 1931, y que nos impuso a sangre y fuego la dictadura franquista. Con esa intención regeneradora el
grupo municipal IULV puso en conocimiento de la dirección de
IUCM la información que obraba en su poder, sobre el proceso de aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y ésta ha acudido a la fiscalía anticorrupción. El revuelo organizado ha sido notable, en
foros , en la prensa local, tanto la más
objetiva como la más abiertamente partidaria de la
urbanización de la sierra, e incluso la televisión local, en manos de un periodista que se niega, abiertamente a dar cualquier información sobre nosotros, hay organizado un íntenso debate que ha puesto de manifiesto las peculiaridades de nuestro municipio. Y se trata, más allá del recorrido judicial que pudiera tener el asunto, y en el que no vamos a entrar, de una cuestión de una indudable trascendencia política. Tenemos que intentar poner de manifiesto cuales son las intenciones reales del PP Alpedreteño y que, a nuestro juicio, no son otras que las de intentar mantener los privilegios que unas cuantas familias, pocas, poquísimas, tienen en Alpedrete, como si fuera éste su
feudo medieval .
Y con la que está cayendo nos enteramos que este próximo fin de semana se da cita en Alpedrete lo más granado de la
ultrarreacción tridentina . Eramos pocos y parió la abuela que diría la sabiduría popular. ¿Que delito hemos cometido los alpedreteños para tener que soportar tamaña afrenta? ¿Porque esta fama, a todas luces inmerecida, de alineados con lo más aguerrido de la España profunda? La nómina de asistentes comandados por
Benigno Blanco es de las que quitan el hipo. No creo yo que en el mismísimo
Concilio de Trento se concentrara tal cantidad de reaccionarios, reaccionarios que tienen el defecto, no de pensar como piensan, y al fín y al cabo, cada uno piensa como le da la gana, sino de que pretender imponer su forma de pensar y ver el mundo a los que ni pensamos como ellos ni tenemos la misma versión del universo
. En esas condiciones intentar trasladar, con la mayor celeridad posible a Alpedrete desde la Edad Media, y puestos a concretar, quizás la Alta Edad Media, parece una tarea hercúlea, sin embargo nosotros vamos a intentar hacerlo con paciencia y sosiego, para que nadie pueda acusarnos, con argumentos, de ser unos radicales
carbonarios que armados de antorchas y teas van quemando iglesias, asolando conventos y persiguiendo monjas y frailes, en
edad de merecer, con oscuras intenciones. Nosotros, ni en el PCE ni en IU, somos en absoluto radicales, más allá, y esto se ha argumentado hasta la saciedad, de que el término radical procede de raiz, y nosotros, no lo ocultamos, queremos ir siempre, y no siempre conseguimos, a la raiz de los problemas. Si entendemos por radicales los comportamientos intolerantes e irrespetuosos que, de forma sutil o explícitamente, acaban incitando a la violencia, búsquense en otros ámbitos, no entre nuestras filas. Nosotros, de momento, nos limitamos a exigir que se cumplan las leyes. Y eso para algunos es revolucionario.
Y es que Alpedrete, todavía tiene un camino que recorrer. Esperemos recorrerlo entre todos
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